Promesa
Nervioso intento no derramar la infusión mientras ella me deja admirar su garganta mientras bebe la roja Coke.
Promesa
Nervioso intento no derramar la infusión mientras ella me deja admirar su garganta mientras bebe la roja Coke. Siento el espacio que separa nuestros asientos, muy superior a los escasos centímetros reales. Sufro cada instante que mis labios tardan en devorar los suyos. En disfrutar de su dulzura. Poseídos por una casi olvidada pasión olvidamos donde estamos. Preferimos ignorar a los que comparten el bar.
Me detengo intento razonar y buscar aire. Enciendo el ordenador. Pero te acercas demasiado tu pelo juega con mi rostro y mis manos no pueden si no seguir su invitación. Ignoro los comentarios que ascienden del otro piso del local, ahora solo tú importas. Acabas tendida sobre mí. Tu sexo en mis dedos. Mas eso no te satisface y consigues que entren donde tu deseas.
Mi boca encuentra tu cuello, y tu rostro muestra placer. Nuestra danza prosigue en increíble equilibrio sobre dos sillas hasta que, con voz queda, me confiesas tu satisfacción.
No aspiro a mayor recompensa pero tú me otorgas caricias y besos. Me regalas el secreto de tus senos. Me confiesas tu placer. Y me haces desear estar en otro lugar, en otro tiempo donde quizás te hubiera hecho feliz.