Profesoras y Compañeras

Mi hermana propuso irnos a una casa rural a pasar unos días, un fin de semana largo y volvernos el miércoles antes de que empezara la “Semana Santa”, y así coger fuerza para afrontar el final de curso. Todos trabajamos en el instituto, con lo que teníamos vacaciones menos mi esposa Sofía.

Os quiero contar lo que sucedió el verano pasado. Aunque antes quiero presentarme y poneros en antecedentes y que conozcáis un poco a la gente… Me llamo Javi, actualmente tengo 33 años y soy profesor de Tecnología. En los últimos años había tenido todo tipo de trabajos, desde controlador de logística en hoteles, diseñador de producto en 3D o en cargado de una gran marca sueca de muebles… pero siempre era trabajos en los que aunque se ganaba bien se trabajan muchísimas horas, y ya con la edad que vamos cumpliendo me apetecía algo más estable, y más cómodo, aun renunciando a algo de dinero . Además estaba el tema de que tenía un niño de 2 años y me apetecía disfrutarlo, al igual que de mi pareja, Sofía. Tengo una hermana 14 meses más mayor que yo, se llama Patricia, Patri es como la llamamos todos. Es PT en un instituto de secundaria de la zona norte de Madrid. Hizo allí las prácticas, fue cogiendo  nombre y lleva como 13 años currando allí.Está casada con Carlos, un tipo agradable que conoció en el instituto y ahora ocupa la jefatura de estudios y puede que pronto sea director en la próxima convocatoria. Tienen dos niños. Carlos es un tipo normal, un poco “antiguo”. Para que me entendáis, algo machista, viste de manera muy formal, es serio… aunque hace feliz a mi hermana y eso es más que suficiente para mí. Voy a terminar con dos personas más que intervienen en la historia. Una de ellas es Diana, la mejor amiga de Patri y madrina de mi sobrina. Se conocieron en la universidad estudiando, entraron juntas en el colegio y siempre han estado muy unidas. Y ya la última es Lara, es la pareja de Diana. Empezó a trabajar en el instituto hace unos cinco años y rápidamente se fijó en Diana y a los pocos meses estaban saliendo. No quiero aburriros con las descripciones de cada uno de nosotros, pero creo que es necesario para entender el contexto de la historia.

Empecemos por Sofía, mi chica , mide sobre 170 cm, tiene un buen cuerpo, teniendo en cuenta que apenas hace ejercicio. Tiene unas tetas que son la perdición de cualquiera. Grandes aunque han perdido algo de firmeza tras el embarazo, pero siguen muy bien puestas, blancas, como el resto de su piel y coronadas por grandes pezones. Es morena con unos increíbles ojos verdes.

Mi hermana Patricia, Patri para los amigos, es más bajita que yo pero también medirá algo menos de 170 cm. Es castaña clara, aunque lo lleva “pintado” de rubio ceniza desde siempre. Tiene unos bonitos ojos color miel. La afición por el deporte viene de casa de mis padres, de manera que ella se mantiene bastante en forma también. Ahora le había dado por el crossfit, y estaba empezando a definirse un poco más. A mí siempre me pareció una chica muy guapa, y salvando las distancias se podría dar un aire a Kristen Bell. Es ese tipo de chica, sin muchas curvas, pero las que tiene están en su sitio, pero donde sobre todo destaca por su belleza.

Mi cuñado Carlos es un tipo tan alto como yo pero con fobia a los deportes. A pesar de tener 35 años tiene aspecto de persona más mayor. Tiene una pequeña barriga, es ancho de caderas, lo que le hace como un tronco. Y en nada ayuda a su aspecto la barba que tiene…es un tipo que le gusta cargase con responsabilidades.

Diana es el arquetipo de lesbiana . No quiero caer en tópicos, pero es poco femenina, brusca a la hora de hablar, siempre ha llevado el pelo corto, viste con ropa muy ancha… cumple todos los clichés. Debe medir como 1’65, delgada y sin mucho pecho. Castaña oscura, ojos marrones oscuro. Es una chica muy agradable, pero desde luego nada atractiva, por lo menor para mí.

Lara es todo lo contrario a Diana . Siempre pienso que Lara debe ser la “chica” de la relación… (Otro tópico más, perdón…) Mide aproximadamente sobre el 1’6 metros, morena de pelo y morena de piel, es andaluza y eso lo lleva en los genes. Tiene los ojos oscuros, no sabría decir si marrones oscuro o negros. Tiene un culo normalito, pero tiene un buen pecho. Algo de lo que se encarga en mostrar continuamente con grandes escotes.

Y finalmente yo. Estoy bastante en forma, toda la vida haciendo deporte y dedicándome a ello con asiduidad, hace que esté muy fibrado, bien definido y bastante en forma en general. Soy castaño, ojos marrones claros y llevo un pendiente en la lengua. Mido aproximadamente 1’83 y os podría mentir diciendo que tengo un rabo enorme , pero la verdad que creo que es algo normal, ciertamente mayor que la media pero nada descomunal… medirá uno 18 cm cuando estoy empalmado y mis huevos son acordes a tal tamaño, quizás un poco más, los tengo colganderos y con dos bolas que se marcan bien dentro del escroto venoso.

Como os comentaba estaba cansado de trabajos donde la jornada laboral fuera eterna y estaba buscando un cambio. Un día hablando con Patri y Diana, sobre esto me comentaron que en el instituto se acababa de ir un profesor de Tecnología y que les diera el currículum que se lo dejaría al director y con la ayuda de Carlos seguro me daban el puesto. Dicho y hecho, ese mismo curso, en septiembre comencé a trabajar en el instituto concertado. La verdad es que fue un salto cualitativo . Tenía una jornada definida de máximo 27 horas semanales más otras 5 extraordinarias, festivos, vacaciones amplias y el sueldo estaba muy bien. Los compañeros eran en general gente joven, y había buen ambiente. Veía todos los días a mi hermana y nuestra relación, aunque siempre fue buena, ahora estábamos más unidos debido al tiempo que pasábamos juntos. Enpocos meses mi calidad de vida había mejorado muchísimo. Tenía un trabajo más cómodo, paso más tiempo con Sofía y con el niño. Mi relación con mi hermana y por extensión con su ambiente había mejorado. Estaba en un gran momento. Follaba mucho más con Sofía y creo que la calidad del sexo aumentó mucho. Al hecho de hacerlo más a menudo estaba el hecho de tener menos estrés y más tiempo libre, y creo que volvimos a las grandes sesiones de sexo del comienzo de la relación.

Los días en el instituto pasaban rápido y sin darnos cuenta ya habíamos consumido el primer trimestre, la Navidad y estábamos llegando a las vacaciones de Semana Santa. Mi hermana propuso irnos a una casa rural a pasar unos días, un fin de semana largo y volvernos el miércoles antes de que empezara la “Semana Santa”, y así coger fuerza para afrontar el final de curso. Todos trabajamos en el instituto, con lo que teníamos vacaciones, la única que tuvo que pedir días fue Sofía, pero no la pusieron problemas…. Cogimos una casa rural en Málaga, creo que el pueblo era el chorro o algo así. Era una casa fantástica, para unas 10 personas, nosotros éramos 9 contando a los niños, con lo que había espacio de sobra. Tenía jardín, piscina, barbacoa y un jacuzzi en una de las habitaciones. Llegadas las vacaciones nos fuimos todos juntos. Sofía y yo con el niño y el coche alicatado hasta arriba. Patri, Carlos y mis sobrinos en su coche y Diana y Lara en la moto.

Tras llegar, descargar y repartirnos las habitaciones fuimos a hacer algo de compra. Me fui con Lara al pueblo cercano buscando un Carrefour o algo similar. Con Lara tenía una buena relación, era a la que menos conocía o con la que menos había tratado, pero desde que entré en el instituto nos habíamos unido mucho.Nunca me había fijado en ella en el plano sexual, era consciente de que estaba buena y sus escotes no decían lo contrario. Incluso algún día llegué a escuchar a Diana como le contaba a Patri algunas cosillas que hacían… pero hasta ese momento no me di cuenta de lo verdaderamente buena que estaba, y que en esos días serían la primera vez desde que la conocía la iba a ver en bikini. Y sabiendo como viste imaginaba que no usaba grandes trozos de tela, de pronto un escalofrío recorrió mi espalda al imaginarla en la piscina, con la tela del bikini pegada al cuerpo… fue la propia Lara la que me sacó de mi ensoñación preguntándome si iba a seguir mirando la botella de ron o la iba a dejar en el carro…

Tras la compra, llegamos a casa, los niños ya habían cenado. Sofía es muy así y se trajo cena para ellos desde Madrid. Los acostamos pronto y nosotros preparamos unas ensaladas, algo de embutido, cervezas y mojitos y salimos a cenar al jardín. Es increíble comprobar el buen tiempo que hace en Málaga casi en cualquier época del año. Yo no paraba de darle vueltas al pensamiento que me había venido en el supermercado, el pensar ver a Lara dentro de unas horas en esa piscina me estaba calentando de mala manera. Ni que decir tiene que tras la cena y ya en la habitación Sofía y yo follamos como locos.

Tras unos preámbulos casi de cortesía, yo no los necesitaba puesto que iba muy caliente, Sofía se subió a horcajadas sobre mí y se puso a cabalgar como ella sabe hacer, tan bien. El bamboleo de sus grandes tetas es hipnótico. El clímax llega cuando sentaba sobre mí y completamente atravesada se endereza hasta quedarse erguida, la cabeza hacia atrás y con los brazos casi apoyados en mis piernas empieza un movimiento frenético de pelvis frotando su clítoris inflamado, bien lubricado por la cantidad de flujo y acompañados de pequeños y rítmicos gemidos. Yo en esa posición lo único que puedo hacer es disfrutar de la follada , recrearme de la visión de su culo y de cómo mi polla era tragada por su envolvente coño… y agarrar esas fantásticas tetas. Cuando Sofía se pone así sé que poco la queda para correrse, y normalmente oír como gime en su pre-orgasmo hace que un torrente de sangre hinche más mi polla y me corra de manera incontrolable, pero hoy no, hoy era diferente, estaba muy caliente pero necesitaba más, de manera que cuando Sofía comenzó a correrse solté sus tetas y agarrándola fuertemente de las caderas comencé a mover su cuerpo adelante y atrás , para incrementar la fricción de su babeante chocho. Pronto los espasmos se apoderaron de su cuerpo y poco a poco fuimos bajando el ritmo.

Cuando pudo recuperar el aliento se dejó caer sobre mí sin descabalgarme dándome un gran beso, a modo de agradecimiento por el orgasmo obtenido. Aunque pronto se dio cuenta de que seguía empalada y mi polla no había perdido ni un ápice de su vigor, fue entonces cuando cayó en la cuenta que yo aún no me había corrido.Sin decir nada me desmontó y fue bajando la cabeza hasta toparse con mi desafiante miembro viril bien musculado jalonado de venas hinchadas, el cual parecía observar de manera impaciente los próximos pasos de Sofía. Desde mi posición pude verme la polla viscosa, hinchada y con un amoratado capullo coronando el mástil. Sofía se giró tapándome la visión, pero ofreciéndome una mucho mejor, su culo y su coño hinchado me ofrecían un primero plano inmejorable.

Noté como comenzó lamiendo la base de la polla, donde se habían concentrado gran parte de nuestros flujos, poco a poco fue envolviendo la polla con su lengua limpiando todo a su paso hasta que finalmente coronó. Jugueteó un poco con el capullo dándole varias pasadas con su maestra lengua…su punta horadaba mi agujerito uretral y la zona del frenillo, el cual se disipa cuando queda descubierto el glande remangado todo el prepucio… y empezó a engullir. Poco a poco iba metiéndose un poco más de carne a la boca antes de retroceder hasta el capullo, marcando con saliva hasta donde mamaba. Repitió esta acción 3 o 4 veces más hasta que llegó a media polla y comenzó a chupar a buen ritmo. Con la mano derecha sujetaba la base de la polla , quizá algo más arriba, con ello se encargaba de hacer tope y aprovechaba para pajear un poco, con pequeños movimientos. Mientras la mano izquierda sobaba unos huevos muy hinchados debido a la excitación y al contenido seminal de varios días sin descarga. Yo por mi parte, antes de abandonarme al placer, estiré mi mano derecha hasta entrar en contacto con su coñito. Sofía nunca me dejaba follarla por el culo , pero no ponía impedimento en que la metiera algún dedo de vez en cuando, y yo lo hacía siempre que podía. Con mi dedo corazón recogí parte de los fluidos que aún brotaban de su coño y empecé a dibujar círculos alrededor de su culo, ejerciendo poco a poco más presión hasta poder introducir la primera falange.

En ese estado cerré los ojos para concentrarme lo máximo posible en la mamada y no pude evitar que la imagen de Lara volviera a mi mente, al principio intenté apartarla, pero pensar que era ella la que me la estaba comiendo, son sus grandes y morenas tetas fue el detonante para explotar en la boca Sofía, la cual aceptó de muy buen grado mi muestra de amor. Noté como se hinchaba mi polla y de pronto me recorrió todo un calambrazo que detonó en mi polla eyaculando un tremendo chorro de lefa. Mi esposa cerró los labios sobre mi glande hermetizándolo y seguido el segundo aldabonazo concatenados con otros tres o cuatro convulsiones que me vaciaron los cojones de una sola vez.

Tras asearnos un poco decidimos que era el momento de dormir. Sofía estaba radiante, siempre tenía ese brillo especial después de follar. Yo estaba algo raro por pensar en Lara mientras Sofía me la chupaba, pero la situación era algo morbosa, y mi polla aún morcillona así lo delataba. Antes de dormir quise beber algo de agua, tanta acción me había dejado seco y bajé a la cocina a por una botella. A la vez que salía yo, casualidades de la vida, salía Lara de su habitación, tenía el pelo algo alborotado y tenía ese halo brillante de después de follar. Llevaba un camisón azul muy cortito y suelto en la parte de arriba, donde se notaba el bote de sus tetas libres de sujeción, cosa que mi polla rápidamente notó. En la mano llevaba dos vasos con restos de hielo y una botella de ron medio vacía, y tras cerrar la puerta se la pudo apreciar algo tocadilla. Juntos bajamos la escalera y yo no podía quitar los ojos de sus tetas bamboleantes al bajar los escalones. Lara no me miraba, medio borracha como estaba y posiblemente recién follada caminaba en silencio en su mundo, feliz, pensando en sus cosas. Ya en la cocina dejó los vasos y guardó la botella, mientras yo cogía agua para subir a la habitación. De camino de vuelta y antes de salir de la cocina, entre risas Lara me dijo… – ¿Te puedo contar un secreto?, Chiiiiiiisss! Pero no se lo puedes decir a nadie. Decía conteniendo una risa que denotaba algo de embriaguez.

– Claro, dime .

Yo tenía que hacer verdaderos esfuerzos para mirarla a la cara, porque puesta en la puerta de la cocina y con la luz por detrás se le transparentaba un poco el camisón y se dibujaba a la perfección su silueta.Desde nuestra habitación se oye la vuestra…

– ¿Y? Yo no ronco… Concentrado en no mirarle las tetas, no había entendido a que se refería

– Me refiero a que se oye… ejem! Que hemos oído a Sofía gemir, nos habéis dado envidia imaginando lo que hacíais y Diana y yo nos hemos puesto a follar como hacía tiempo…

Sin tiempo a reaccionar, salvo mi polla que se puso firme, se dio la vuelta y subió las escaleras, yo comencé a andar tras ella, mirándola el culo y viendo el movimiento pendolón que su culo hacía al subir. No la dije nada hasta llegar a la habitación, donde me despedí…. – Hasta mañana…

–  Hasta mañana, contestó ella, bajó su mirada, vio la erección que tenía, volvió a mirarme a la cara sonriendo y volvió a decirme… – ¡Hasta mañana! Y descansar…

Yo entré en la habitación algo turbado y nuevamente caliente. Cuando cerré la puerta confié en que Sofía siguiera despierta para poder calmarme con ella, pero para mí desgracia ya estaba dormida . Me acosté junto a ella, me acomodé la polla para que estuviera más cómoda y cerré los ojos tratando de dormir. Intentaba no pensar en Lara, porque sino mi polla no aflojaba y con la polla así no podría conciliar el sueño. Poco a poco lo fui logrando, Morfeo se iba apoderando de mí, y cuando estaba a punto de caer en sus brazos, me di cuenta que desde nuestra habitación también se escuchaban las demás cuando un leve gemido me sobresaltó. Rápidamente pensé en Lara, cabía la posibilidad de que hubiera sido Diana, pero en cualquier caso mi polla volvió a pedir guerra y con Sofía dormida no me quedaba más remedio que darme amor a mí mismo.

Me saqué la polla y empecé a pajearme suavemente, con los ojos cerrados, concentrado en los casi imperceptibles gemidos que recorrían la casa. Me imaginaba que era Lara la que gemía e inmediatamente la imagen de Diana se unió a la fiesta en mi cabeza. Nunca, jamás pensé en Diana en esos términos, no me parecía tan atractiva, y aunque era una gran persona, no era mi tipo ideal. Pero ahora la situación había cambiado, el contexto era diferente, e imaginar a Diana comiéndole el coño a Lara, o viceversa hizo que mi polla casi estallara. Tuve que parar para buscar algo donde descargar, y cogí las bragas de Sofía, que tras nuestra follada las había dejado para lavar. Nuevamente inicié mi tarea masturbadora , casi intuyendo los gemidos, ya que eran tan inaudibles que en ocasiones pensé que eran fruto de mi propia imaginación.

Subía y bajaba mi mano, recorría mi polla lentamente, gozando del momento. Producto de mi reciente eyaculación tenía un mayor aguante y esto hacía que pudiera recrearme en la paja. Tenía la mente desbordante de todo tipo de fantasías, hasta ahora latentes, imaginaba mil situaciones. Diana comiéndole el coño a Lara. Lara comiéndole el culo a Diana estando ésta a cuatro patas. Las dos haciendo tijeras. Las dos con un consolador doble penetrándose simultáneamente. Yo follando a Lara mientras le come el coño a Diana. Incluso fantaseé con la idea de follarme a Diana mientras esta le comía el culo a Lara…. Desde luego estaba que no cabía en mí, entre los pensamientos, mi mano subiendo y bajando por mi polla cada vez más rápido y que ahora los gemidos se oían con más claridad notaba que no tardaría nada en volver a correrme. Preparé las bragas de Sofía para que recogieran lo poco o mucho que fuera capaz de expulsar, y me dispuse a disfrutar del momento. Aceleré el ritmo al tiempo que los gemidos se incrementaron, estaba claro que tanto ella con su follada como yo con mi paja estábamos a puntito de terminar, intenté aguantar lo posible para sincronizar el orgasmo, y justo en el momento que ella se corrió aceleré el ritmo a un nivel frenético, puse las bragas sobre mi polla y cuando iba a soltar el primer chorro de leche, oí como ella por fin hablaba y la pude identificar…

– Carlos, hacía tiempo que no me follabas así, ¿Te ha calentado oír a tu cuñada?, le dijo mi hermana Patri a su marido.

Mi cabeza explotó, al igual que mi polla. Varios chorros de leche impregnaron las bragas de Sofía mientras en mi cabeza solo existía el pensamiento de haberme pajeado oyendo a mi propia hermana follar con su marido y corrernos casi al mismo tiempo. Tras limpiarme, tiré las bragas al rincón de la habitación, me tumbé pensando en todo lo sucedido y poco a poco el sueño se apoderó de mí, hasta quedar completamente dormido. Me desperté intranquilo, revuelto, incómodo pero a la vez con un punto de morbo que me pellizcaba en el estómago, aunque sobre todo me desperté muy tarde… abrí los ojos porque la penetrante luz de la mañana entraba por la ventana , que intencionadamente Sofía había dejado descubierta. Fuera se escuchaban los gritos de los niños jugando y el murmullo de las conversaciones.

Antes de levantarme de la cama hice un repaso mental de lo acontecido el día anterior. Me había calentado pensando en Lara, había follado de manera increíble con Sofía, me había vuelto a calentar con Lara, masturbándome mientras fantaseaba con ella y con Diana y me corrí sobre las bragas de Sofía escuchando como mi hermana Patri se corría después de lo que pareció ser un polvo antológico por el calentón que le produjo a Carlos oírnos follar a Sofía y a mi… La cabeza me iba a explotar , y no solo la cabeza pensante, puesto que la polla se había puesto nuevamente en pie de guerra rememorándolo….Me levanté y me asomé por la ventana, pude contemplar a mis sobrinos jugando con mi hijo en una pequeña piscina hinchable. Vi a mi cuñado Carlos con el móvil, posiblemente leyendo el Marca, y se le veía de buen humor. “Es lo que tiene estar bien follado”, pensé mientras me reía. Rápidamente vi a mi hermana Patri, y un escalofrío recorrió mi espalda y mis vacíos huevos. Nunca la había mirado de otra manera que como mi hermana mayor, mi amiga, incluso mi confidente. Nunca la miré como mujer, y menos como mujer sexualmente activa. “¡Claro, ha tenido dos hijos por osmosis, no te jode!”, pensé y solté una carcajada. Ahora la miraba con otros ojos, seguía siendo mi hermana mayor, pero también una atractiva mujer, y en bañador las horas de crossfit dejaban ver los resultados. Brazos y piernas definidos, vientre plano y un culo prieto que luchaba por escapar de la cárcel que era la braga del bikini. Un bikini amarillo que la hacía llamar la atención.

A su lado estaba Diana, como siempre. Siempre estaban juntas, desde la universidad. Desde el principio todos supimos la orientación sexual de Diana, y nunca tuvimos problema con ello, aunque yo en mi fuero interno siempre pensé que Diana estaba detrás de Patri y eso forjó la gran amistad que tienen. Ahora a Diana también la veía con otros ojos, el hecho haber fantaseado con ella la noche anterior imaginando las mil posturas con Lara hicieron que la viera incluso apetecible. Llevaba un discreto bikini color verde, muy sobrio, lo normal en ella. En la mesa desayunando estaban Sofía con un bikini azul , que resaltaba sus grandes tetas y se la veía muy distraída hablando con Lara, la cual no podía ver desde la ventana sin ser visto pero a la cual si oía. Me decidí a bajar no sin antes percatarme de como mi cuñado Carlos les hacía un escáner a todas las mujeres cada vez que levanta la vista del teléfono. Me puse un bañador tipo bermuda, puesto que mi polla seguía henchida desde la noche y era la mejor manera de disimularlo. Bajé las escaleras y me encontré de frente a Sofía , que iba a la cocina a por más café. Me vio, me dio un acalorado beso de buenos días y me agarró el paquete por encima del bañador.

– ¿Esto es por mí... o que vas armado? Dijo con sonrisa pícara mientras me sobaba la polla con más vehemencia.

– Por supuesto que es por ti.

Mentí a medias mientras tiraba del sujetador del bikini para arriba sacándole las tetas.Nos besamos nuevamente de manera acalorada mientras le dedicaba un buen magreo a esos pezones erguidos nada más tocarlos que eran mi perdición, mientras Sofía aprovechó para bajarme un poco el bañador y ya libre de impedimento comenzar una leve paja. Estábamos tan calientes e ensimismados, que no nos dimos cuenta de que estábamos metiéndonos mano en la puerta de la cocina hasta que un falso carraspeo nos devolvió a la realidad.

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– Parejita, que hay niños en la casa… nos dijo Patri mientras se reía. Muertos de la vergüenza nos colocamos los bañadores, y mientras lo hacía no pude o no quise evitar mirar a Patri. Primero la vi mirando fijamente las tetas de Sofía, con cara de deseo, no sabría decir si de deseo de tenerlas así ella u otro tipo de deseo…, mi mente ya volaba muy alto. Luego la vi mirándome la polla mientras esta desaparecía dentro del bañador.

– Ejem, ejem, lo siento hermanita. Le dije intentando quitar hierro al asunto.

– Ha sido culpa mía , continuó Sofía. – Nos hemos dado un beso un poco más largo y… bueno…

– Tranquilos, conmigo no os tenéis que justificar, pero tener cuidado que no os vean mis niños dándoos esos “besos”… no están acostumbrados a verlo en casa, contestó Patricia con cara de complicidad y guiñando un ojo.

Sofía cogió el café a por el que había entrado y yo iba a salir con ella cuando me paró nuevamente en la puerta de la cocina…. – ¿Tú dónde vas?

– Pues a la piscina a desayunar con vosotros…

– Sí claro, con la polla apuntando al cielo… anda espera que eso se baje y sales, que no te vean el resto salir empalmado ¡Chico que no tienes un micro-pene precisamente! Ese cañón se percibe enseguida ojo avizor.

Patricia contemplaba la escena divertida mientras cogía un poco de fruta de la nevera, lo que provocó que sus pezones se endurecieron efecto del cambio de temperatura.

– ¿Y me vas a dejar aquí solo? ¿Y así?, le dije a Sofía con cara de cordero.

– Solo, o que tu hermana te haga compañía, a ver si te da un poco de vergüenza y se te baja… me dijo tirándome un beso desde la puerta de salida.

Patri me miró, primero a los ojos, luego a la polla que seguía marcando la tela del bañador y luego nuevamente a los ojos… – A mí no me digas nada, yo no puedo ayudarte…Y menos así… dijo sin pensar mientras le miraba los pezones marcados en el amarillo bikini. –Oyeeee!, me increpó pero sin parecer molesta, más bien se la veía divertida. – Deja de mirarme las tetas que así no saldrás en todo el día a la piscina.

En ese momento entró Lara siguiendo el sonido de las risas de Patricia. “La que faltaba” pensé yo. Lara iba embutida en un bikini rojo, que hacía contraste con su morena piel y el cual apenas era capaz de contener las enormes tetas, las cuales luchaban por salir a respirar.

– ¿Qué hacéis aquí? Vamos a la piscina que hace un día fantástico.

– Ahora salimos, que Javi tiene un problema con el bañador, dijo Patricia riéndose.

– ¿Un problema? ¿Se te ha roto? Dijo Lara acercándose a mirar el bañador, hasta que se percató de mi erección. – ¡Vaya! Pues sí que tienes un problema… grande.

Y las dos comenzaron a reírse. A mí la verdad no me hacía ni puta gracia, y ver a Lara y Patricia en bañador no ayudaba calmarme. – Llamo a Sofía para que te ayude, sugirió divertida Lara.

– Que va, no le llames, si es ella quién lo ha dejado así, contestó Patricia sin perder detalle de mi cipote empalmado.

– Bueno, pero vosotras dos sois tontas o qué. Intente hacerme el enfadado, pero creo que mi tono no era muy convincente. – Entre que una me va a sacar un ojo con los pezones, dije mirando descaradamente a Patri , y la otra se ha puesto un bikini que parece tres tallas pequeño, ahora miraba con total descaro a Lara, aquí no hay quién se relaje…

Lara se acercó a Patri, le miró las tetas y le pegó un suave pellizco en el pezón izquierdo… – Pues si están duros, sí.

Y Patri instintivamente se palpó el otro pezón… – Es del cambio de temperatura al abrir la nevera antes… dijo mientras no dejaba de sobarse el pezón.

– Bueno, ya está bien, queréis estaros quietas… les increpé más por postureo, porque la escena me estaba encantando.

– Que pasa hermanito, te pone nervioso esto, y cogiendo las dos manos de Lara las posó sobre sus tetas, a lo que Lara respondió rápido empezando a masajearlas.

– ¿Estáis flipando o qué?

Ellas no sé, pero yo estaba en la gloria. Ya con Lara manoseando las tetas de Patri de manera autónoma fue esta la que posó sus manos en los pechos de Lara y los empezó a sobar…. –  Ostia puta, Lara, que tetas más increíbles tienes.

Jamás pensé oír a mi hermana decirle eso, ni a Lara ni a otra mujer. Yo estaba a punto de llevarme la mano a la polla y empezar a pajearme ahí mismo, cuando Lara me sacó de mi ensoñación…. –  Venga Patri… Para, no empieces algo que no puedes terminar…

Ambas dejaron de manosearse mutuamente, sus tetas marcaban unos pezones bien duro y a Lara se la veía un poco de sofocada. Riendo se dirigieron a la puerta del patio, no sin antes girarse ambas a mirar “mi estado”. Y tras comprobar cómo estaba salieron descojonadas. Yo estaba caliente, no, lo siguiente, tenía la polla a reventar , pero no era como otras veces, estaba raro, excitado y con un morbo que no podía. Jamás pensé que mi hermana fuera tan liberal y que no la importara tocar y que la tocaran. Irremediablemente me subí de nuevo a la habitación a pajearme, ya que de otra manera no se me hubiera bajado nunca. No necesité mucho, dos o tras subidas y bajadas y un caliente chorro de leche salió disparada hacia la taza del váter. Aunque me hubiera corrido, la polla no volvió a su tamaño normal, se quedó morcillona, pero yo seguía caliente. Al bajar nuevamente ya pude salir a la terraza, Sofía me tiró un beso, Patri y Lara miraron mi bañador para comprobar el estado de mi polla, como el resto de gente me ignoraba, les hice un leve gesto indicando movimiento masturbador y ambas comenzaron a reír. Al verlas a las cuatro juntas, Sofía de azul, Patri de amarillo, Diana de verde y Lara de rojo , les dije en tono de broma.

– ¡Bueno, qué! ¿Cuándo empieza la partida de parchís? Estoy deseando ver qué color come más… piezas. ¡Ostia! Lo dije sin pensar, la calentura hablaba por mí.

– Ganaría yo seguro , dijo Lara.

–  Tú o Diana , contesté yo. –  Porque las dos os corréis con el dedo… qué coño me pasaba, no podía parar…

Todos me miraron sorprendidos por el comentario que acababa de hacer, yo me quedé algo arrepentido pensando que me había pasado, hasta que oigo… – Claro, como que Sofía y Patri no se dan homenajes de vez en cuando… dijo Diana sacándome del aprieto y todos comenzamos a reír.

Pasamos una mañana muy agradable, tomando el sol, escuchando música, bañándonos, jugando con los niños. Yo intentaba tener la mente distraída, pero estaba turbado, no pensaba con claridad, y sobre todo estaba caliente, muy caliente, y no precisamente del sol malagueño. Intentaba no mirar a las mujeres de la casa , todas me ponían, incluso Diana la empezaba a mirar con otros ojos.

CONTINÚA...