Profesorado ardiente

Como logre, que me hiciera gozar mi más preciosa profesora.

por: gaditano85

chicogaditano@yahoo.es

El mejor de los días de mi vida

Muy buenas, debería comenzar presentándome, soy Antonio, un chico de Cádiz, 22 años, moreno, 1,78, delgadito, dicen, guapito de cara J no tengo muchos mas alicientes, o yo al menos frente al espejo no me los veo, estudio una ingeniería, os digo que estudio una ingeniería porque si no fuese así, no hubiese tenido la oportunidad de relataros esta historia, hay va

A mediados del curso pasado uno de mis profesores enfermo, en su lugar pusieron una substituta, ese año estaba un poco vago y no solía ir demasiado a clase, al enterarme de las formas de esta profesora decidí ir al menos para ver la veracidad de las historias de mis compañeros, así fue, que a la siguiente clase allí estaba yo, esperando a Maria , ninguno de mis compañeros había mentido, mujer rubia, joven para ser profesora de universidad, unos 33 o 35 años, aun no los se con certeza, 1,65 , unos pechos no demasiado grandes, mas bien pequeños, una cinturita que mas de una mujer de su edad desearía aun conservar, un culito mmmm, aun me muerdo los labios al pensar en él, y unas piernas preciosas, lo único malo, la alianza que llevaba en uno de sus dedos; yo desde que entro por la puerta, no pude quitarle ojo, mis compañeros me hablaban y yo estaba en mi "nube", observándola, sin poder dejar de mirarla, y solo pensando obscenidades, en mi clase como en la mayoría de las ingenierías no suele haber demasiadas chicas, en la mía por ejemplo 74 chicos y 3 chicas (feitas además), pues por mi parte normal, todo el día deseando ver algo bonito, y Maria lo era, toda rodeada de hombres, todos pendientes a ella, solo eso, ya me ponía caliente

Ella daba sus clases con normalidad, yo no paraba de mirarla, ella nos miraba a todos, pero yo no estaba conforme con ello, quería que al menos me conociese, que se fijase en que mi mirada hacia ella era obscena, que me la comía de arriba abajo y de abajo arriba, y así lo intente, de su asignatura yo era medio repetidor (algo de idea tenia), entonces yo intente de vez en cuando hacerle alguna pregunta, aun yo ya sabiéndome la respuesta, con más razón, ya que así mi pregunta nunca parecía "imbecil" mas bien todo lo contrario, entonces ella al tener varios rifi rafe conmigo, ya me tenia mas en cuenta, y al explicar me observaba, tal vez no de igual manera que yo a ella, pero lo hacia, y con ello yo conseguía, que ella supiese o sintiese que yo la deseaba.

Un día me arme de valor y decidí ir a una hora de sus tutorías con esto, estaría a solas con ella, aunque solo fuese unos minutos, el tiempo de solucionarme un ejercicio, que yo ya sabia hacer… al entrar Maria estaba cabizbaja, no se le notaba demasiado alegre que digamos, su alianza estaba sobre la mesa, yo estuve unos segundos sin saber como reaccionar, hasta que de mi boca salio – ¿Vuelvo en otro momento?- ella no lo quiso así, se sono los mocos (aunque pierda todo el morbo, fue así), y atendió a mis dudas, incluso al comenzar a olvidar el mal trago que acabaría de haber pasado, en su mirada note algo, es mas de repente se descalzo de uno de sus zapatos, y estiro la pierna, la cruzo con la otra, y comenzó un suave baile de arriba abajo, nada extraño, pero a mi las piernas y pies de una mujer me excitan mucho, y ella en mi mirada sabia que lo estaba haciendo, terminado mi ejercicio me dispuse a salir, le agradecí su tiempo, recogí mis bártulos y cuando iba a salir, me cruce en la puerta a Marta, otra de mis profesoras, eso si, Marta no tubo la misma suerte que Maria, ella tenia ya sus 40 y tantos, deformada por haber creado familia, etc, etc. Tal y como entro comenzaron una conversación amistosa, yo, astuto, me agache y me ate los cordones, sin más intención que escuchar su conversación, Marta: Maria por dios, que eres joven, no te preocupes por nada, que seguro que el muy tonto volverá llorando a tus pies; (yo volvería). Maria: Marta, la verdad, es que no se si quiero que vuelva, o no, esta noche va a tener su oportunidad, he quedado en el YYYYY, para cenar con él, y si no aparece no pienso perder el tiempo, saldré de allí, y me cogere una borrachera a solas, que seguro rápidamente me saldrá compañía. Yo no podía creer lo que estaba escuchando, me levante y al irme mire de reojo por la puerta, Maria se percato, y me soltó una leve y picara sonrisa.

Me fui a mi casa, me hice una pajilla, medite, y me decidí, me arregle, me puse guapetón, me eche mi mejor colonia, y en la puerta del restaurante espere, ansioso, que Maria saliese por aquella puerta a solas, sin acompañante, y que al verme, no hiciese otra cosa que dedicarme otra leve y picara sonrisa.

Me fume un cigarro tras otro, empecé a pensar, que, que diablos hacia yo allí, que no tenia ninguna posibilidad, que al salir ella, iría acompañada y si no era así, me vería como un niño y no haría otra cosa q pasar de mi, a esto que me "raye" y justo cuando iba a irme, allí apareció por la puerta Maria, a solas, me miro, y si, me dedico una sonrisa, se acerco a mi, y pregunto, - ¿Qué haces por aquí?- conteste –Nada, solo iba a por el coche e iba a tomarme una copa en algún bar, a despejarme un poco de tanto estudio, y ¿tú? de cenar supongo ¿no?. – Sus ojos brillaban, de alguna copa que otra, y no me equivocaba, su respuesta –Pues si, y mas bien, de beber, que me han dado plantón, y ahora me disponía a hacer lo mismo que tú Antonio, pero al verme sola, iba a volverme a mi casa.- era mi oportunidad – Vente conmigo si quieres, que una buena compañía nunca se puede abandonar- -Bien, pero entonces deberá ser lejos de aquí, que una profesora con su alumno nunca esta bien visto, yo vine en taxi, vivo en el Puerto de Santa Maria, ¿que te parece si vamos por allí?- Mi cara de sorprendido no la podía ocultar… -Claro, vayamos.-.

En el coche puse buena música, música francesa, que a todas las chicas les gusta, así era, a Maria se le veía animada, no paraba de mirarme, y con sus manos de acariciarse las piernas, ella llevaba una minifalda vaquera, unas medias negras bastante finas, y con rombos bordados, unos zapatos, negros de tacón no demasiado alto, que volvían aun mas esbeltas sus piernas, un jersey de lana negro, iba realmente preciosa. Yo tampoco podía dejar de mirarla, sin dejar de observar la carretera claro, en una de mis observaciones, ella se mordió el labio, y ahhh, mi "cosa" comenzó a crecer, ella seguía moviendo sus manos rozando sus piernas al ritmo de la música, yo estaba por acariciarme por encima del pantalón, pero aun no era el momento, a esto que llegamos al puerto, ya mas tranquilos, me llevo a un pub, bastante oscuro, y vació, con música tranquila, pedimos nuestras copas, y nos sentamos al fondo, empezamos a charlar sobre la universidad, no teníamos nada más en común, después de varias copas, aquello comenzó a animarse, y sin venir casi a cuento, le dije, - ¿Notaste en algún momento, algo extraño en mi mirada?- contesto: -Pues si te soy sincera, sí, que me comías con los ojos, y ello me ponía bastante nerviosa en clase, alguna vez que otra me trastabille en mi lección, y no pude evitar notar como te fijabas en mis piernas- dicho esto, por debajo de la mesa, note como su pie, acariciaba mi pierna, le dedique una sonrisa, y sus caricias comenzaron a centrarse en mi entrepierna. Yo estaba a cien, por poco incluso me corro encima del pantalón, estaba cachondisimo, el alcohol estaba haciendo su efecto, el local ya estaba casi lleno, empezaron a poner música animada, la gente empezó a bailar, ella me lo ofreció, y yo sin duda acepte, baile tras baile y copa tras copa, ella me agarro mi mano y la puso en su precioso culo, se acerco a mi oreja y me dijo – Vayamos a mi casa Antonio, por favor, y haz por quitarme esta calentura. Así lo hicimos, dirigiéndonos a su casa, nos comíamos a besos desorbitados, con lujuria, con mucha obscenidad.

Al entrar a su casa, sin pensármelo dos veces, la agarre de la cintura y la subí encima de la mesa que tenia en el salón, le subí la falda, y rompí sus medias, le chupe su delicioso coño, de arriba abajo, introduciendo mi lengua en su interior, deteniéndome en su parte de arriba, el secreto que guarda toda mujer, de vez en cuando de lo increíblemente salido que me encontraba, la levantaba por sus piernas y le daba lengüetazos a su ano, ella gemía de placer, yo estaba loco, desinhibido, introduje 2 de mis dedos en su interior y los movía de arriba abajo, ella temblaba de placer, me moje el dedo pulgar de mi mano izquierda y acaricie su ano, ella no lo rechazaba, todo lo contrario, le gustaba, lametón tras lametón, movimiento vibratorio con mis dedos índice y corazón en el interior de su vagina, mi lengua bien pegada a su clítoris, y mi dedo pulgar acariciando su ano, el cual poco a poco fue introduciéndose, seguí lamiendo como un poseso, tapándole bien sus 2 orificios, sin parar de mover ahora mis tres dedos, metiendo y sacando, ella se vino, le temblaron sus piernas, y en su cara solo se podía ver lujuria y placer desmesurado.

Yo baje mis pantalones y observándola, empecé a masturbarme frente a ella, eso se que le puso aun mas caliente si cabe… sentada en su mesa, y yo de pie frente a ella, acerco sus pies a mi pecho, comenzó a bajarlos, hasta acabar masturbándome con ellos, y diciéndome, - te gustan verdad – (su lengua sobresalía por sus labios) -Claro que si Maria, todo lo tuyo me gusta, y lo que me haces me vuelve loco, mmm - .

Se puso a cuatro patas encima de la mesa, y empezó a darme la mejor mamada que me han dado en mi vida, se la tragaba entera, si señor, y de vez en cuando me dedicaba una mirada de niña buena, que me ponía aun más, cuando yo estaba a punto, le levante la cabeza, nos besamos, mezclando nuestros fluidos, volvió a sentarse, se abrió de piernas, y me abrazo con ellas, le lamí un poco sus pechos, su cuello, sus orejas, la volví a besar, y mientras lo hacia, me agarre mi miembro, le di una caricia a su clítoris lo baje, y lo introduje, estaba bien húmedo y caliente, empezamos a movernos con fuerza, solo hacíamos gemir y gemir, vaya juventud que tienes decía ella, como echaba de menos que me follaran así, mmmmmm, le volvieron a temblar las piernas, creo sin duda alguna, que tubo otro orgasmo, yo estaba a punto, quería salir de ella, pero no me lo permitía, me abrazaba con sus piernas, no pude aguantar, y sí, me fui dentro de ella.

Volvimos a besarnos, estábamos sudorosos, mi miembro no bajaba, quedo apuntado al techo, firme como una estaca, no era la primera vez que me ocurría, y por suerte para mí, esa noche la suerte estaba sobre mi cabeza (no os digo cual), María aun exhausta, resoplo y al mirar abajo y ver aquello soltó un suspiro, se agacho, y la limpio un poco, esta maniobra hizo que mi pequeño amigo no perdiese nada de su fuerza, María lo notaba, y pregunto - ¿Más? – ni si quiera conteste.

La puse de nuevo a cuatro patas, pero esta vez con su culo apuntando hacia mi, estaba a la altura perfecta, para comérmelo entero, volví a chuparle, pero esta vez me entretenía en su orificio anal, ella gemía, y yo preguntaba - ¿te gusta?- su respuesta creo que era evidente, - mmmmm, me encanta- con mi mano izquierda, masturbe su clítoris, me chupe el dedo indicie de mi mano derecha, y con delicadeza lo introduje en su ano, ella se movía de adelante a atrás, yo estaba que me moría, chupe mi dedo corazón, y nuevamente introduje los dos. Sin parar de masturbar su clítoris con mi mano izquierda, le pedí que se bajara de la mesa, y que se pusiese a mi altura, de su boca solo salían gemidos,- mmmm, no pensaras hacerme lo que creo que piensas ¿no?- , si que lo pensaba, pero debía ser respetuoso, -Yo solo te haré lo que quieras que te haga-, - Si por favor, házmelo, métela en mi culo, por favor, hazme lo que quieras, esta noche soy solo tuya, quiero sentirte bien dentro de mi-, se dirigió hacia el sofá, volvió a ponerse a cuatro patas, esta vez su culo estaba a la altura exacta, mi protuberancia apuntaba hacia su orificio, era una imagen magnifica que nunca olvidare, me acerque primero a su boca, le di un beso, y le acerque mi nabo, ella lo embadurno bien en saliva, con esa carita, mmmm, me sigo poniendo muy caliente con solo recordar aquello, le eche saliva a su ano, en cantidad, y poco a poco fui introduciendo mi miembro viril en él, que placer mas enorme, que estrecho era aquello, a ella no parecía dolerle, no seria su primera vez, la mía sí, por ello no pude durar demasiado, mientras metía y sacaba, tocaba sus pechos, le acariciaba el clítoris, aunque eso solo cuando ella lo dejaba libre, puesto que se estaba masturbando a gran velocidad, todo se me vino encima, el placer era demasiado, ya no aguantaba, la saque, ella me lo vio en la cara, y me dijo – Ven que te voy a hacer un ultimo regalo, quiero de esta noche, y que tu no la olvides- Tal y como acabo de decirlo, se metió mi poya en su boca, y volvió a mamármela, cuando me iba a ir, la intente apartar, pero no me dejo, lo quería todo para ella, sin pensármelo, y sin poder pararlo, empecé a soltarlo todo dentro de su boca, ella se masturbaba, sentada en su sofá, le saque el pene de su boca, ella me mostró, todo lo que había soltado, y en un mmmm, cerro la boca y se lo trago todo, mientras su masturbación se volvía aun mas intensa y en un ultimo mmmm, volvieron a temblarle aquellas maravillosas piernas.

–Gracias Antonio, gracias por esta noche, y sobre todo por este polvo, ayyy, he quedado bien, muy bien- , aun se relamía algo que salio de mi interior.-Duerme esta noche conmigo, si no te importa, y por favor, que esto quede entre nosotros-, -Claro que no Maria, como me iba importar dormir con algo tan bonito y suave como eres tú, y no te preocupes, que mi boca, quedara cerrada, esto no llegara a oídos de nadie, pero si en mi recuerdo, gracias-.

No pasó mucho más, el alcohol y el sexo pudo con nosotros, y tal y como nos acostamos, quedamos dormidos, al menos yo. Al despertar, estaba solo, era sábado, me fui a mi casa, solo quería que llegase el lunes, y volver a verla, aunque no supiese que decir, ni como reaccionar, pero si verla, y que estos recuerdos que os he relatado volviesen a mi mente, pues bien, llegado el lunes, apareció mi verdadero profesor, yo me desanime, y al salir de clase, fui corriendo a su despacho, cerrado estaba, me cruce con Marta, y le pregunte, -¿sabes algo de Maria?- -María, tiene ya un nuevo destino, aquí solo estuvo de substituta, ahora creo que esta en la universidad de Málaga-.

Jooooder, desde aquello no he vuelto a verla, como no he querido nunca buscarle problemas, no le conté esto a ninguno de mis compañeros, sinceramente, solo me he pajeado 1000 y una veces con estos recuerdos, que eso son, recuerdos, creo que lo único que hizo fue utilizarme, y yo la verdad, es que no tengo ninguna queja de ello.

Como podéis imaginar, ninguno de estos son nombres verdaderos, pero de una manera u otra, debía contarlo, ojala vuelva a tener algún día, esa suerte que ese día estuvo encima de mi, no lo creo, porque con esto, ya tengo suficiente como para el resto de mi vida.

Espero que os haya gustado, este fue mi primer relato, algún comentario o consejo a chicogaditano@yahoo.es las chorradas, ahorráoslas por favor.