Profesora sumisa

Un alumno descubre uno de mis secretos

DESCUBIERTA POR MI ALUMNO

Lo que os voy a contar en esta ocasión sucedió hace dos años. Era el segundo curso que trabajaba como profesora de Matemáticas, pero el primero que lo hacía en aquel instituto impartiendo clases en primero y segundo de bachillerato. En principio son cursos más tranquilos que los de la ESO, la mayoría de los alumnos tienen como objetivo la universidad y para ello necesitan superar el trámite previo de la selectividad lo que implica que estén bastante centrados en sus estudio y no den demasiados problemas, aunque siempre hay excepciones.

En todos los institutos tanto los profesores como los alumnos tenemos un correo electrónico del centro, es un instrumento que yo siempre he utilizado mucho, me permite, por una parte mandarles ejercicios y por otra enlaces relacionados con las Ciencias en general y con las Matemáticas en particular, siempre he pensado que la docencia es algo más que limitarse a cumplir el programa. Hay alumnos que pasan, tero también los hay que participan en esta actividad y la comunicación en estos casos fluye en ambos sentidos.

Aquella noche de mediados de octubre me encontraba preparando unos trabajos en mi ordenador, cuando alrededor de media noche observe la entrada de un correo en mi cuenta del Centro, vi que era de uno de mis alumnos, de Ángel, alumno inteligente pero poco trabajador, estaba repitiendo segundo de bachillerato.

El encabezamiento era “LA INVESTIGACIÓN FUENTE DE SORPRESAS”, lo abrí y constaba de un pequeño texto de mi alumno y cuatro archivos adjuntos, en concreto cuatro JPG.

El texto era el siguiente:

“Querida profesora, tiene usted mucha razón cuando dice que la investigación es fundamental, le adjunto una selección de lo mucho que he descubierto investigando, ábralas en el orden que están, es más divertido.”

La primera que abrí era una foto mía en bikini, en cuanto la vi un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, recordaba perfectamente aquella foto y lo que implicaba. En mi época de universitaria, realice algunos trabajos relacionados con el sexo, y entre ellos, un fotógrafo que conocí, me propuso hacer una serie de reportajes para una página web de desnudo artístico femenino. Lo normal es que esos reportajes consten de unas cien fotos, en las que en las primeras apareces vestida y después se va pasando de desnudos normales a desnudos que no dejan nada a la imaginación. También realice un par de videos de unos diez minutos de duración que consisten en desnudarse delante de la cámara, al igual que en las fotos no dejando nada a la imaginación.

Evidentemente la foto en bikini era una de las fotos en la que aparecía vestida, supuse y así se confirmó que en las otras tres aparecía mucho más ligera de ropa.

En las otras tres aparecía sentada en el suelo completamente desnuda, en la primera de ellas mis piernas cerradas y pegadas a mi cuerpo mientras las sujetaba con mis manos, impedían la visión de mis pechos y de mi sexo, en la segunda con mis piernas extendidas y abiertas, pero mis manos entrelazadas entre mis muslos, permitían únicamente la visión de mis pechos, en la tercera seguía sentada, con las piernas completamente abiertas y las manos apoyadas en el suelo a ambos lados de mis muslos, con lo que además de mis pechos también mi coño estaba perfectamente expuesto.  Un perfecto resumen en únicamente cuatro fotos de lo que ofrecían aquellos reportajes.

A los pocos minutos, recibí un segundo mensaje con otro JPG adjunto y el texto:

“Te adjunto una captura de un video ¿Sabes quién es la puta que hace de protagonista?”

La captura era la de una chica vista de frente, el encuadre iba desde medio muslo hasta la cabeza, se estaba quitando por la cabeza una camiseta, era la única prenda que llevaba, en el momento de la captura la camiseta ocultaba su cara, pero dejaba visibles sus pechos y evidentemente su coño. Yo sabía perfectamente que la que aparecía en esa captura era yo.

Estaba aterrorizada, ¿Quiénes, cuántos, habían visto esas imágenes? No sabía si contestarle o no, finalmente decidí responderle:

“Sabes perfectamente que soy yo la que aparece en ese video, pero creo que lo de puta sobra, ¿qué pretendes?”

Su respuesta:

“Sobre lo que pretendo ya hablaremos, en cuanto a lo de que puta sobra, permíteme que lo dude, si no te gusta lo siento, pero a partir de ahora lo vas a oír y leer muchas veces. Hasta mañana puta, recuerda que tienes clase conmigo”

No contesté, apagué el ordenador y me fui a la cama pero no pude dormir en toda la noche.

A la mañana siguiente lo primero que hice al levantarme fue ducharme, desayuné únicamente un café con leche y elegí unos vaqueros junto a una blusa camisera azul, una chamarra, unos zapatos de medio tacón, y un conjunto azul de braguita y sujetador como indumentaria para asistir a mi centro de trabajo.

Como no me apetecía padecer las aglomeraciones del metro decidí ir al trabajo en mi propio coche. Aparqué mi coche en un espacio que teníamos en el interior del recinto para uso de los profesores y me dirigí al edificio pendiente de las miradas de los alumnos que ya se encontraban en el patio del centro. Aparentemente su comportamiento era normal, no parecía que me prestasen una atención especial.

En la primera sesión tampoco aprecie nada especial, más temía la segunda, que la tenía precisamente con el curso de Ángel.

En cuanto entré en el aula le busqué con la mirada, estaba como siempre sentado en la última fila de la clase, en cuanto se cruzaron nuestras miradas aprecie en su cara una sonrisa burlona, el resto de los alumnos mantenían su comportamiento habitual.

Les indique unos ejercicios para que los resolviesen en sus cuadernos y mientras lo hacían me paseaba entre los pupitres aclarando dudas, cada vez que me acercaba al de Ángel tenía la sensación de que me estaba desnudando con la mirada y estaba segura que no le faltaba información para hacerlo sin ningún problema, en un par de ocasiones, aunque sin pronunciarla, vi que en sus labios se dibujaba la palabra “puta” y lo que es peor notaba que yo misma me estaba excitando por momentos.

Finalmente corregimos los ejercicios y la sesión finalizó sin ningún incidente digno de mencionar.

Tras la tercera sesión que aquel día fue, en un curso de primero llego el recreo, me dirigí a la sala de profesores y dos o tres minutos después entro un compañero diciéndome que Ángel estaba fuera, en el pasillo preguntando por mí, le di las gracias a mi compañero y salí para hacer frente a la situación.

Me lo encontré al otro lado de la puerta y dirigiéndome a él le dije:

  • Me han dicho que quieres hablar conmigo.

  • Si, así es.

  • Vamos a mi despacho.

Mientras nos dirigíamos hacia mi despacho, no intercambiamos ni una palabra. En realidad lo que llamo mi despacho es un cuartito con una ventana, una mesa, tres sillas y una estantería donde tengo el material que utilizo habitualmente, allí recibo a los padres cuando quieren hablar conmigo, también es mi lugar de trabajo donde corrijo exámenes, preparo material o charlo con alguno de mis alumnos cuando tienen alguna duda, normalmente relacionada con alguna supuesta calificación incorrecta en los exámenes.

Me senté en mi silla y sin más preámbulos le dije:

  • Siéntate, debo informarte que distribuir fotos intimas de otras personas es un delito, y tu ya eres mayor de edad, asimismo llamar puta a una profesora es una falta muy grave dentro de la comunidad escolar que te puede costar la expulsión del centro.

  • ¿Si la profesora es puta de verdad también es una falta?

  • Eres un impertinente. ¿Qué pretendes?

  • Primero aclararte algunas cosas, yo no he mandado fotos íntimas de ti a nadie, sólo te he mandado a ti unas fotos tuyas que encontré en una web a la que puede acceder cualquiera y te las mandé porque me sorprendió y además quería que supieses que tengo acceso a fotos y videos en los que apareces completamente desnuda. Por otra parte está claro que esas fotos y videos están en esa web porque tú has dado tu consentimiento y habrás cobrado por ello, esas fotos y videos no son robados. Finalmente para mi puta es cualquier mujer que comercia con su cuerpo, el que cobre follando o enseñando su coño me es indiferente, por otra parte tampoco me extrañaría mucho que hubieses cobrado también por follar, en consecuencia, no creo que llamarte puta sea ningún insulto. Si quieres vamos a dirección y le explico al director porque considero que eres una puta, igual le gusta verte en esa web.

  • Puedo saber quién te ha dicho que hay fotos mías en esa web.

  • Nadie, te lo puedes creer o no, pero te descubrí por casualidad, entre en ella por curiosidad, pinche en las modelos y como seguramente tu bien sabes aparecen un montón de páginas, la verdad es que sois cientos. Hay posibilidad de ordenaros según diferentes criterios, y fui pinchando en los diferentes criterio, viendo una o dos páginas de cada uno, ver todas es prácticamente imposible, y resulta que en uno de los criterios tu apareces hacia la mitad de la primera página, es algo que puedes comprobar tu misma. Vi que tenías mucho material pero que no se podían ver a pantalla completa si no te abonabas, y decidí abonarme durante un mes para poder verte a toda resolución, y poderme descargar todos tus videos y fotos.

  • Y supongo que piensas compartir esas descargas con tus amigos.

  • No, supongo que lo podría hacer, pero no tengo plena seguridad que se pueda hacer y no quiero correr riesgos, otra cosa es que pueda compartir el enlace de una página en la que se puede ver a chicas desnudas y comentar que una de ellas es muy conocida de todos nosotros.

  • ¿Has compartido ya ese enlace con alguien?

  • No, aún no.

  • ¿Puedo pedirte que no lo hagas?

  • Depende, de lo que estés dispuesta a ofrecer a cambio.

  • Tú, ¿has pensado en algo?

  • Si, que seas mi sumisa.

  • ¡Estás loco!

  • ¡Una puta como tu insultándome!, sabes lo que significa esto, que otro de tus alumnos va a saber dónde te puede ver desnuda.

En ese instante sonó el timbre que indicaba el final del recreo.

  • Por favor, no lo hagas, al final de la clase quedamos aquí y seguimos hablando.

  • Adiós puta. Me voy a mi clase.

De las tres sesiones siguientes, las dos primeras eran con un curso de primero y otro de segundo, la tercera era una hora de trabajo personal, corregir exámenes, preparar clases…

Se me hicieron eternas, estaba nerviosa pensando en otro alumno más conociese mi secreto y también excitada pensando en la proposición de Ángel, ¿estaría tirándose un farol? o realmente compartiría mi secreto hasta conseguir llevarme a la cama.

Entre en la web que yo también conocía, para comprobar si era cierto eso de que en una de las opciones de ordenar a las modelos, yo aparecía entre los primeros lugares, nunca había hecho semejante comprobación, y pude comprobar que Ángel decía la verdad, allí estaba yo, a la mitad de la primera página.

Hacía más de cinco minutos que habían finalizado las clases y Ángel no aparecía, ya me disponía a apagar el ordenador cuando me llegó un correo de Ángel:

Asunto: YA SOMOS DOS

Texto: “Mi querida puta te adjunto la conversación que he mantenido por WhatsApp con tu alumno Pedro”

Ángel

Te mando el enlace de cierta página web con las caras de varias de sus modelos, entre ellas encontraras una conocida nuestra, haz clic sobre ella, pero no te escandalices, jeje, aparece bastante ligerita de ropa. Pero no se lo comentes a nadie, cuantos menos seamos más nos divertiremos.

Pedro

Jaja, que pasa, alguna de nuestras compañeras se dedica a posar con poca ropa.

Ángel

Mucho mejor que eso, anda haz lo que te digo, y recuerda guardar el secreto.

Pedro

Pero tío si es la de mate, y en alguna está completamente desnuda, pero cuando pinchas para verla en grande te dice que hay que abonarse para verla.

Ángel

Bueno pero el abono mensual es económico, y se pueden bajar todas las fotos y todos los videos, te aseguro que merecen la pena, las fotos que aparecen son las más recatadas.

Pedro

Y que estás tramando

Ángel

Follarla a cambio de guardarla el secreto

Pedro

Crees que accederá

Ángel

Estoy seguro, en otro momento te cuento

Finalmente apagué mi ordenador, bastante humillada por lo que acababa de leer cuando alguien llamó a la puerta.

  • Adelante – Entró Ángel.

  • Has leído lo que te he mandado.

  • Si, te había pedido que esperaras a que hablásemos.

  • Primero cumplo mis promesas y después hablamos lo que quieras. Ya te dije que otro alumno se iba a enterar, faltarme al respeto no sale gratis. Quiero la respuesta a mi propuesta de que seas mi sumisa, mañana antes de las diez, sino es así otro alumno más será informado de lo que puede ver en cierto enlace, lo mismo sucederá si vuelves a faltarme al respeto.

  • Pero mañana hasta el recreo tengo clases y no podré estar contigo.

  • Levántate – así lo hice, acercándose a mí, añadió- Será suficiente que vengas con una minifalda que más o menos te llegué hasta aquí.

Mientras decía esto tocaba con sus dedos una zona de mi muslo a medio camino entre mis rodillas y mi entrepierna, añadiendo a continuación:

  • Ya sabes que resulte fácil meterte mano, y por favor sin pantys, me gustan más las medias. Si tu respuesta es favorable en el recreo nos juntamos aquí, comprobaré si son medias lo que traes, en caso contrario consideraré esa falta de obediencia, como una falta de respeto y obraré en consecuencia y también te informaré de las condiciones y de mis próximos deseos. Te queda todo claro.

  • Si, muy claro.

  • Cuanto antes aceptes mejor, cuantos más lo sepamos más difícil será guardar tu secreto, y la verdad, no creo que resultase agradable para ti que todos tus alumnos viesen tus fotos y tus videos.

  • Puedo darte la respuesta antes.

  • Si, pero quiero que me la des tal como te he dicho, ahora nos vamos cada uno a nuestra casa y así tienes tiempo para pensar la mini con la que te vas a vestir mañana.

Dicho esto se dio la vuelta y se marchó sin darme tiempo a responder. Yo recogí las cosas y también me fui a mi casa.

Estaba claro que él sabía que yo iba a aceptar la situación que me proponía, y en ese momento yo también lo tenía muy claro. Mas que acostarme con ellos, al fin y acabo eran dos alumnos de segundo, repetidores, que ya tenían los años suficientes para acostarse con quien quisieran y que si les hubiese conocido en otras circunstancias, no hubiese resultado extraño el que me fuese con ellos a la cama, lo que me molestaba era su chulería, su seguridad en que yo iba a aceptar, y me inspiraba cierto temor hasta donde pensaban llegar, me parecía claro que Ángel podía tener muchas ganas de follarme, pero creo que tenía más ganas de humillarme.