Profesora sexual
Tengo 40 años y un joven de 20 me pidió el favor de ser su maestra en la cama a lo que accedí feliz y no me arrepiento
A espaldas de mi marido Andrés tengo una cuenta en Tinder que de vez en cuando utilizo para conocer hombres que me atraigan y con quienes pueda reunirme a saciar mi apetito sexual, ya que mi marido a veces no me deja totalmente satisfecha o simplemente me encuentro muy caliente.
Resulta que hace unas semanas me percaté de un mensaje que tenía en Tinder de parte de un joven de 20 años llamado Angel quien me comentaba que deseaba perder su virginidad, aprender a tener relaciones sexuales y consideraba que yo, dado que tengo 40 años, podría contar con la experiencia para enseñarle.
Aunque no se veía muy atractivo, el chico si tenía lo suyo y la verdad me excitaba la idea de ser quien le quitara la virginidad, además que me llamó mucho la atención ser una especie de "profesora sexual".
Me contacté con Angel y entablamos diversas conversaciones, intercambiamos fotografías, era muy directo en lo que buscaba, me contaba de su vida, su falta de experiencia en el ámbito sexual y cada vez que hablabamos me decía lo atractiva que me encontraba, que le encantaría conocerme y que yo sea su maestra en la cama.
No podíamos encontrarnos en su casa, ya que Angel vive con sus padres, tampoco podíamos en la mía, ya que vivo con mi marido y mi hijo, así que Angel me convenció para que nos reunamos en un motel y así fue como un día en que tenía libre del trabajo, cosa que no le informé a mi marido y así el creyó que había salido a mi jornada laboral, me reuní con Angel en un café, nos saludamos un tanto distantes y pude notar que el pobre estaba muy nervioso y cohibido.
Para que se sintiera más cómodo y en confianza le comenté que no se preocupara conmigo, que lo iba a tratar bien, que me avisara si algo no le gustaba o le podía molestar y que estaba dispuesta a llegar a lo que el quisiera aprender en la cama.
Ya cuando Angel se notó más tranquilo y comprendió que conmigo podrá aprender y practicar en la cama libre de perjuicios decidimos irnos al motel.
Llegando a la habitación ya nadie nos veía así que podíamos dejar de ser tan distantes, además que ya estaba decidida a ser su profesora sexual y el asumió el papel de alumno.
Nos sentamos al borde de la cama y le pregunté si sabía besar, nuevamente lo noté muy cohibido, así que le pedí que me besara y el me dio un beso en el que nuestros labios apenas se tocaron, evidentemente Angel no tenía experiencia besando así que le pedí que lo intentara nuevamente, pero que está vez abriera un poco la boca y apenas lo hizo inserté mi lengua en su boca buscando la suya con el fin que hiciera lo mismo, lo cual al principio no le resultaba, pero luego creo que comprendió la dinámica y terminó besando bastante bien para mí sorpresa.
Así estuvimos besándonos a medida que lo acariciaba cuando le pregunté si le gustaría verme desnuda.
Angel me miró y sonriendo me dijo que le gustaría mucho, lo miré, le sonreí y luego me comencé a desnudar por completo mientras Angel me miraba sorprendido y aunque lo notaba algo tímido no dejaba de halagar mi cuerpo y piropeandome en todo momento.
Le solicité que también se desnudara, lo cual hizo rápidamente, ante lo cual pude ver que tenía el miembro completamente erecto, así que le pedí que se pusiera un condón, sin embargo me dijo que no traía condones, que le había dado verguenza comprarlos y esperaba que yo llevara conmigo.
No supe si enojarme o reir, finalmente conversé con Angel sobre su experiencia previa y como me dijo que efectivamente nunca antes había estado con una mujer, sumado a que yo no estaba en mis días fértiles, acordamos hacerlo sin condón.
Me acosté boca arriba en la cama y le pedí que me besara los pechos, algo que me sorprendió porque me los acariciaba, besaba y succionaba de una manera que me excitaba bastante, bromeabamos con que tenía un talento innato para tratar los pechos de una mujer, a lo que me respondió que los míos eran enormes y le encantaban.
Posteriormente le pedí que fuera bajando sin dejar de lamer mi cuerpo, fue bajando y rápidamente llegó a mi vagina, allí estuvo pasando su lengua un buen rato, debo reconocer que no lo hacía nada mal, solo que su falta de experiencia causaba que algunos de mis vellos púbicos le quedaran en la lengua, pero lo tomamos con humor y reímos un rato al respecto lo cual sirvió para distender la situación.
Para ese momento Angel había conseguido excitarme mucho, me sentía muy húmeda y ya necesitaba sentirlo dentro mío.
Le dije que ahora él se acostara boca arriba en la cama para poder subirme sobre el, lo hizo sin rechistar, entonces me monté sobre el, acomodé su pene en la entrada de mi vagina y de a poco comencé a bajar hasta que su miembro entró completamente, entonces lo miré a los ojos, aunque el estaba con la mirada fija en mis pechos, le dije que oficialmente ya no era virgen y nos reímos nuevamente.
Estando sobre el, le sonreí, le di un rico beso y comencé a menearme, subir, bajar, le preguntaba cómo se sentía y claramente ambos lo estábamos disfrutando.
Me dijo que era mejor de que había imaginado, que le estaba gustando mucho, se notaba que lo estaba disfrutando, yo también por cierto, ya que Angel tenía un pene enorme y grueso que podía sentir en mis paredes vaginales.
Estuve montada en Angel disfrutando de su miembro dentro mío, el ya con más confianza me acariciaba la espalda, el trasero, apretaba y lamía mis pechos, nos besabamos constantemente, yo disfrutaba como Angel intentaba succionar mi lengua cuando finalmente escuché unos gemidos de su parte que intentó disimular, pero que no logró contener y pude sentir una potente descarga de semen en mi interior que también me hizo gemir de placer.
Me quedé estirada sobre el con su pene dentro mío mientras nos besabamos y acariciabamos a la vez que le comentaba lo buen alumno que era mientras el me halagaba y agradecía por ser su maestra.
Después de unos minutos, una vez que me levanté y Angel sacó su miembro de mi vagina comenzó a gotear parte del semen, lo que nos causó mucha risa y con una mirada cómplice me dijo que tenía más por si quería.
La verdad es que yo pensaba que después de ésto nos ibamos a ir del motel, pero en vista de que Angel había recuperado su erección y yo por mi parte lo estaba pasando tan bien, le dije que lo hiceramos nuevamente si el quería, a lo que me respondió que estaba listo para otro round.
Me recosté en la cama boca arriba y le dije que ahora a él le tocaba estar arriba, a lo que ni lento ni perezoso se subió sobre mi, intentó acomodar su pene en mi vagina, pero noté que le estaba dificultando, así que lo ayudé dirigiendo su pene a la entrada de mi vagina y entonces Angel lo insertó fuerte hasta el fondo, algo que me encantó, lo acerqué a mi, lo abrazé y sin soltarlo comenzó a sacarlo y meterlo dentro mío rápidamente a un ritmo frenético que me excitó de sobremanera a la vez que nos ibamos besando, el lamía y besaba mis pechos mientras yo abría las piernas para que entrara todo lo posible y así estuvimos varios minutos hasta que al terminar lo rodeé con mis piernas para que no se alejara y pude sentir nuevamente una gran descarga de semen dentro de mi vagina.
Nos quedamos un buen rato en esa posición, su pene descargándose dentro mío mientras yo lo rodeaba con mis piernas y nos besabamos apasionadamente.
Una vez nos levantamos y nos vestimos quedamos de juntarnos nuevamente en cuanto nos sea posible para otras clases de sexo, practicar lo aprendido y probar cosas nuevas.
Así fue como me convertí en su profesora sexual.