Profesionalmente incorrecto.
"Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible". Plutarco
Ricé mis pestañas con rímel y miré por última vez mi reflejo en el espejo: mi largo cabello castaño lo llevaba peinado con una trenza cascada dejando mis ondulaciones naturales, en mi rostro trabajé poco aplicando solo delineador y lo mencionado inicialmente mordiendo mis labios para hincharlos dándoles un mejor tono de rosa. Vestía con una bata en satín oro rosa que estaba acomodada para que dejara entrever lo que llevaba por debajo, siendo esto un baby doll fucsia pálido de encaje con transparencia que realzaba mi tez morena junto con una sorpresa, que, según la ficha técnica del cliente, le encantaría.
― ¡Rebecca! ―me llamó mi jefa desde el set de grabación―, quiero presentarte a alguien.
Me apliqué perfume y salí del camerino. Encontré a Lorena, mi superior, hablando con un señor que sostenía el mando de la cámara e imaginé quién era al ver su cámara, confirmándolo después al unirme a su conversación. Lo presentó como Felipe y según Lorena, fue el mejor en su área de trabajo en la agencia cuando seguramente yo estaba en pañales. Siguieron hablando por unos minutos mientras yo solo observaba y escuchaba sin perder de vista las miradas discretas de mi nuevo compañero hacia mi persona. Se despidieron con sonoro beso en cada mejilla dejándonos solos en el set.
Él se fue a darle los últimos toques al espacio que iba a utilizar en unos minutos a la vez que lo observaba bebiendo agua fría, se notaba que se ejercitaba y cuidaba su aspecto en general siendo su perfume exquisito para mis fosas nasales.
― ¿Qué fue lo que te motivó a entrar en la agencia tan joven? ―levanté mi ceja derecha y fruncí el ceño ante tal pregunta cuestionando, internamente, qué información tenía él sobre mí y porqué la tenía. Sí, eso no se escuchó bien. Reformulo la pregunta: ¿por qué protagonizas estos vídeos?
―Supongo que…, por lo mismo que tú al grabarlos. ―Al oír mi respuesta, solamente se rio mientras negaba con la cabeza y murmuraba algo que no llegué a oír.
Me pidió que me ubicará en la cama en posición horizontal acostada mientras mi brazo base sostenía mi cabeza para tomar la escena introductoria: la grabación comenzó en mis pies y fue subiendo, captando mis caricias sobre el perfil de mis gruesos muslos luego en el de mi cadera culminando en mi cintura. Al llegar a mi escote, jugué en el creando un camino invisible que pasaba por mi cuello, mentón hasta llegar a mis labios, los cuales humedecí con la punta de mi lengua; terminando la toma de introducción con el gesto de morder sensualmente mi labio inferior y mi sonrisa (a petición del cliente).
―Eso estuvo bello. ―dijo mientras que se daba la vuelta y cambiaba el tono de la lámpara. En mis adentros le respondí que ahora, con lo que seguía, si conocería lo bello a la vez que me situaba frente a la pared espejo del set esperando la señal para empezar mi discurso. Sonreí con malicia al caer en cuenta de la coincidencia de que el cliente se llamase igual que él. Lo miré y me hizo la señal.
«Sé que te gusta mi cabello. Por eso esta vez lo dejé sin recoger para que lo puedas apreciar en su forma natural» la cámara grababa mi reflejo «quisieras saber qué fragancia me gusta utilizar cuando me veré con algún amante (como vos); bien, te la diré: flor de cerezo. Sé también que fantaseas con mis labios para que te den llenen de besos tu torso, pubis, ingles y huevos para terminar con una sonora succión en estos para después, estirar su piel.» procedí a besar mi doble visual inexistente y me giré para mirar directamente a la cámara «Aunque se te pone dura y babosa cuando vez alguna foto mía y observa mi tierna carita imaginando sus expresiones al sentir entrar tu verga en mi estrecho y caliente interior». Di dos pasos hacia atrás para apoyar mi cuerpo en la pared espejo para disimular mi visión hacia Felipe para no perderme su reacción ante mi siguiente acción. «Espero te agrade, papi» desaté lentamente el moño que sujetaba la bata y dejé que esta se deslizase en mis brazos. No sé cómo pude aguantar las ganas de reír al ver la reacción del camarógrafo; veía como ruborizado y con un semi bulto en sus pantalones, se acercaba para grabar mi escote. Cuando se fue alejando empecé a jugar con el borde del velo hasta subirlo despacio hasta mi cintura revelando la sorpresa: tenía puesta una tanga de hilo color blanco que en la parte trasera tenía detalles en encaje del mismo color del baby doll con una piedra que simulaba ser un diamante, acomodándola en forma de "v" para que se marcara mi cadera y para que el hilo se metiera también entre mis labios vaginales. Me di la vuelta y me incliné 30° hacía adelante sacando la cadera para crear la ilusión de que mis nalgas se vieran llenas a la vez que éstas se abrían permitiendo que Felipe, no perdiera detalle del hilo intentando tapar mi ano moreno logrando un lindo contraste.
Me enderecé y procedí a caminar hacía la cama, donde me senté en el centro de forma arrodillada, quitando unos mechones de cabello que estaban en mi escote. Estiré mi mano hacia Felipe para que me pasara una paleta de bombón de fresa, «Gracias, Pipe , fijé mi vista en el objetivo de la cámara. Comencé dando pequeñas lamidas y chupadas (que terminaban en succiones) al dulce por un tiempo mientras que, mi mano izquierda bajaba las tiras de la camisola liberando mis tetas; jugué con mis pezones apretando, estirando y dándoles azotes con mis manos. Posteriormente, saqué el bombón de mi boca para sacar mi lengua llena de saliva, la cual, fue a parar entre mis senos cuando la escupí pasando la paleta por ahí, humedeciéndola aún más, sin olvidar hacerlo en las puntas de estos.
Cambié de postura: en vez de estar arrodillada, abrí mis piernas todo lo que pude (colocando unas almohadas como suporte para mí espalda) y corrí el hilo de la tanga permitiendo que se obtuviera una mejor visión de mi vulva recién depilada. Le di una última chupada sonora al dulce y abrí paso a mi placer; pasaba el bombón por mi rajita de abajo hacia arriba presionando mi clítoris de vez en cuando. Cuando me sentí empapada, penetré mi interior con ella y poco a poco la moví metiéndola hasta su límite y sacándola por completo sin dejar de lado a mi botoncito hinchado, al cual, frotaba y le daba palmadas. Mis gemidos se intensificaron al notar que el pantalón que tenía puesto mi camarógrafo no disimulaba su erección, así que, con malicia, acompañé mis suspiros mencionando su nombre provocando un desnivel en la toma por unos segundos la cámara por acariciar y apretar su prominencia. Saqué la paleta de mi vagina y la llevé a mi boca para degustar la combinación de mis fluidos con el caramelo «Mmmm», me dedeaba con fervor mientras succionaba el caramelo imaginando que era una verga. Luego, en mi vientre se formó un conocido calor y rápidamente me coloqué en cuatro quedando totalmente inclinada para dar una linda escena final: dejé de chupar la chupeta y con mi mano izquierda lo frotaba en la entrada de mi ano estrecho intentando meterlo un poco a la vez que mi mano derecha intercalaba en frotar y apretar mi abultado botón y embestía a mi interior con mis dedos llegado a meter tres de ellos «Te gusta ¿no es así, Felipe? A qué quisieras ser tú quien dedee mi coñito mientras comes mi culo. No sabes cuánto ansío sentir tu lengua ahí para que quede bien empapadito y puedas después dejarlo abierto y lleno de lechita. ¡Ayyy!». Pude meter la bola de caramelo en mi ano logrando que mi coño se contrajera tan fuerte que me hizo soltar un potente chorro de mi uretra. Quedé privada en esa posición esperando que se me pasara el temblor en mi cuerpo.
―Uff, que espectáculo. ―lo escuché decir y acto seguido sacó la chupeta de mi interior. Solté un pequeño jadeo ante la confianza.
―Cómeme el culo. ―No sé si fue la calentura del momento o mi negar absurdo (y a la vez justificado) de mi atracción hacia él―Por favor.
No hizo falta que hablara de nuevo, pues, a través de la pared espejo, vi como le daba una chupada a la paleta para después arrodillarse para que quedar a la altura de mis nalgas: lo primero que sentí fue su lengua acariciar mi botón hinchado, luego siguió hasta la entrada de mi coño donde metió la punta de esta lo cual aproveché para mover en vaivén mis caderas simulando ser follada por ella. La acción daba morbo, y más lo hacía poder vernos mientras la desarrollaba pues observaba como él se pajeaba probando mis jugos. Me sentí derretir cuando me pidió parar mi movimiento para abrir, hasta su límite, mis nalgas y con ello, dejar expuesto mi ano para darle una gran chupada. Presionó su dedo contra mi entrada hasta que cedió, logrando meterlo todo (como acto de malicia apretaba y relajaba mi esfínter). Me dio una nalgada para que le dejase sacar el dedo y cuando creí que todo quedaría ahí, repitió meter su lengua en mi interior, pero ahora en mi ano; en el cual intentaba mover su lengua así que comencé a masturbarme con mi mano izquierda. Creo que ninguno de los dos estaba para los preliminares así que le pedí, supliqué o rogué que me culeara lo más fuerte que pudiera; sentía una necesidad inexplicable de dilatar mi culo. Felipe no desaprovechó mi estado y me volteó para quedar boca arriba, abrí lo más que pude mis piernas doblándolas hacia mi vientre para darle un mejor ángulo a la penetración. Relajé mi esfínter y con algo de presión, su polla me embistió causando un suspiro unísono. Duró poco culiada pues, no soporté que mientras me follaba les diera palmadas a mis tetas provocando un orgasmo fenomenal que provocó que mi esfínter se apretara tanto que pareciera querer succionar su verga; ante esto último Felipe derramó su lefa en mi interior. Como recuerdo y bajo la promesa de seguir pajeándose con mi imagen, le tomó fotos a mi ano dilatado mientras escurría leche.
Él se fue y yo medio arreglé mi aspecto poniéndome un plug anal para ir a la oficina de mi jefa. Cuando llegué, su secretario me avisó que ella me estaba esperando.
― ¿Qué te pareció?
― ¿Como camarógrafo, amante o cliente? ―enarcó su ceja derecha pero no dijo nada. ―No puedo creer que pensaras que no me daría cuenta de que era él. Fueron tan evidentes.
― ¡Que puta! Te diste cuenta y aun así permitiste que te cogiera.
―La próxima vez, avísame
―Está bien zorrita, ahora déjame probar su lefa. ―Me coloqué en cuatro en el piso y ella se arrodilló para sacarme el plug y comerme el culo con maestría.