Profanado por mi vecinito

Pensar que un pendejito, me llevó a convertirme en su hembra, accediendo a sus requerimientos

Profanado por mi vecinito

Como empezó todo? Mi nombre es  Oscar, tendría en esa época 18 años, hace tiempo atrás solía ir a visitar a unos tíos que vivían en la ciudad de Buenos Aires, me quedaba casi un mes, a pesar que a veces me aburría un poco. Pero mi tía me presentó a un vecinito, que vivía con su madre y hermana, que trabajaban estando la mayor parte del día solo.

Al verlo me pareció algo chico, pero a medida que lo fui tratando, comprobé que era bastante inteligente y desenvuelto, lo que me llevó a entablar una buena relación a pesar de esos tres o cuatro años de diferencia, mas bajo que yo, y delgadito, llamado  Claudio.

En esa época no había computadora, así que nos entreteníamos con juegos de ingenio,  cartas o dados.

Hablamos de todo un poco mientras jugábamos, confesando que nunca había tenido sexo con alguna chica, le dije que ya tendría la ocasión, que a  mí me sucedió lo mismo a su edad.

Gran parte de la mañana y después de las 14 o 15 hs nos reuníamos para jugar, disfrutando esas horas. Hasta que una tarde me propone jugar por algo,

“Por que cosa quieres jugar? Le pregunto

“Sino te parece mal, el que pierde le hace la paja al otro”

Me hizo gracia, le sonreí, sintiendo una especie de excitación, además me atraía la idea de masturbar o que me masturbase alguien menor. pensando en ese posible contacto, terminé aceptando. Decidimos elegir tres juegos, el ganador era el que lo hacía en dos o en caso en caso de empate el que gane el primer match

Iniciamos las partidas,  por lo general lo hacíamos en el suelo, Claudio llevaba generalmente unos shorts, pero esta vez me dio por mirarlos, notando que se denotaba el bulto de su aparato, algo que jamás había percibido, y que de alguna manera me afectó, estimulado mis hormonas.

Por otra parte, saber que me masturbaría me gustaba, pero esa excitación me distrajo del  juego, a lo que terminamos empatados, lamentablemente el segundo lo perdí.

La cara de satisfacción de Claudio era más que evidente,  pero a pesar de haber perdido, no me molestaba hacerlo, creo que en parte me agradaba efectuarlo, con alguien aun virgen, aunque fuese simplemente una masturbación.

Admito que estaba algo incitado, creo que más que nada por hacer algo nuevo, pensaba todo eso mientras no dirigíamos al baño, preguntándome:

“No te molesta haber perdido?”

“No, para nada”

“Gracias” Me contesta mientras me abrazaba         Una vez en el recinto sanitario, inmediatamente se bajo el short junto con su bóxer, viendo su sexo, que no solo sentí un impacto al verlo, sino que  me pareció algo grande para su edad, pero más me llamó poderosamente  la atención de su glande que era bastante mayor al diámetro de su tronco, parecido a un hongo.

Pero como consecuencia de haberlo efectuado la circuncisión, apenas era un bebe,  extrayendo su prepucio, quedando su cabeza más sobresaliente, mientras observaba sorprendido, cuando me dice:

“Que, nunca viste la verga de un hebreo?”

“Oh, no, disculpa””

o tuve aversión  a tomársela, todo lo contrario, me agradó sentirla en mi mano, me coloqué a su espalda, comenzando a mover mi mano sobre su erguido pene, levantando su remera, rodeando su cintura con la otra mano, lo hice lentamente, quería hacerlo gozar, apoyando su cuerpo contra el mío, cuando me dice:

“Me encanta, es delicioso”

Continúe con mi labor, acariciando su pecho, refregando sus tetillas, sin dejar de friccionar su verga, donde mi excitación se acrecentaba ante los gemidos que mi amigo exhalaba, apretándole levemente sus testículos para proseguir con esa excitante masturbación.

Sus exclamaciones se hicieron más evidentes al notar que estaba por venirse, lo aprisioné mas con mi brazo, como conteniéndolo, acelerando mis movimientos, apoyándose más sobre mi cuerpo, cuando sus  exhalaciones se hicieron más fuerte, ante la llegada de su eyaculación, expulsando una apreciable cantidad de una esperma blanca y densa, chocando contra la tabla de inodoro..Que dado que mi contextura física era mayor que la de Claudio, lo contuve mientras evacuaba sus fluidos, mientras lo mantenía abrazado, recuperando sus energías.

A pesar de nunca haber practicado esto con alguien, no podía contener mi excitación, era extraño, pero hasta sentí la necesidad de chupársela, no lo hice porque me pareció que me rebajaba ante él, no era algo muy habitual realizarlo en esa época,  o por lo menos no se daba a conocer, como en la actualidad.

Ya era tarde, estaba por volver su madre, mientras se limpiaba, le dije que tenía que irme, nos despedimos, y mientras regresaba a la casa de mi tía, pensaba en lo sucedido, algo que dada mi excitación, no pude evitar de masturbarme aplacando mi calentura.

Regresé al día siguiente más temprano que de costumbre, como siempre nos preparamos para nuestros juegos habituales, pero esta vez me dice:

“Si no quieres dímelo, pero :que te parece si el que pierde, el otro se lo      folla?”

Me quedé perplejo un rato,  sabía que en ciertos juegos me era difícil ganarle, pero fue como una especie de desafío,  me alteraba saber de tener su contacto, tocar su miembro, no sé, era algo extraño lo que me sucedía, pero acepte..

Se desnudo, algo que me perturbó al ver su miembro algo erecto, como preparado para actuar, lo que me distrajo y a su vez me estimuló.

Lógicamente perdí, pero no estaba arrepentido, fuimos a su dormitorio, me bajé los pantalones, y sin sacármelo me volqué boca abajo, mientras mi amigo me bajaba el bóxer, acariciando mis posaderas, separándolos para ver mi abertura.

Me atraía esa circunstancias, sentir su contacto,  imaginarme que sucedería, sus caricias, en mis nalgas, hasta que se volcó sobre mí, distinguiendo su miembro entre mis glúteos, pasándola una y otra vez, hasta que la punta de su aparato, lo apoyó sobre mi ano.

No sé qué sucedió, pero por mi excesiva excitación, eyaculé,  que no me dio demasiado ganas de continuar, levantándome rápidamente, ante la protesta de mi amigo.

“Pero, todavía no terminamos? “

“Ya está” le conteste, ante su asombro, pero no dijo más nada.

Esa tarde solo jugamos sin apuestas, por la noche recordaba lo sucedido algo que no dejaba de resultarme cada vez más excitante, no es que fuese homosexual, sino que me atraía tener una relación.

Al día siguiente, se reiteró lo de la apuesta, pero esta vez me dice:

Jugamos pero, sin límite, el ganador, acuerda el tiempo y hace lo             que le parezca, es el amo’’

“Establezcamos un tiempo ” le contesto.

“Dos horas, pero el perdedor deberá obedecer las reglas”

“Esta bien” le conteste

En definitiva quedó determinado así, realmente me excitaba, creo que ambos sabíamos que queríamos, traté de establecer esas reglas, como demostrando que deseaba mantener mi integridad, por así nombrarlo, mas bien que todo no fuese demasiado fácil..

Antes de la hora se completaron las partidas,  volviendo a ganarme, algo que no me disgustaba, estaba excitado con mi verga alzada, aunque Claudio, rápidamente se desvistió, con su erecta verga, dispuesto a utilizarla. Nos fuimos a su habitación, cerrando la puerta con llave, por si aparecía su madre o hermana.

Me desnudé ante su presencia impaciente, viendo que estaba con mi pene duro, delatando mi estado, mirándome como sabiendo que  estaba dispuesto a entregarme analmente.

Me eché sobre la cama, separándome mis piernas, al igual que mis glúteos, descubriendo mi ano, para introducir su dedo, penetrándolo totalmente, en un juego algo brusco y carente de experiencia previa.

Pero me subyugaba esa situación, donde mi amador era tres o cuatro  años menor, inexperto, pero con unas ansias de penetrarme, era casi seguro virgen en ese campo.

Dejé que actuase, dejando la punta de su glande en la puerta de mi intimidad, empujando tratando de penetrarla, con algo de molestia por ambas partes, aunque ese contacto me enardecía bastante. Cuando separa mis cachetes, escupiendo en mi ano con el fin de introducir su verga, que con esa escueta lubricación, no pudo lograr su objetivo.

Su intención duró varios minutos, y ante ese frustrado intento, pone su aparato entre mis piernas, oprimiéndola, hasta que después de una seria de movimientos, percibo su cálida leche mojar mi entrepierna.

Por supuesto que esa no era la intención, a pesar de quedar desilusionados, que en parte me alegré de lo sucedido,  cuando me dice:

“Solo pasaron 15 minutos, seguiré probando”

Dado su edad rápidamente se repuso, volví a mirar su verga erguida, tentadora por su glande, algo que Claudio no dejó percibir mi mirada algo libidinosa  tentada por su sexo, cuando me dice:

“Te agrada, verdad?”, que sin decirle nada, lo miro a los ojos.

“Arrodíllate, y mámamela”’ Me dice, de una manera bastante autoritaria, que sin hacer objeción, obedezco ante su disposición, lamiendo lentamente su glande, ante las exclamaciones de satisfacción de mi amigo. Sentir ese contacto a través de mi lengua erizo mi piel, oprimiendo sus glúteos lamiéndola totalmente, era algo más que seductor, sumado a esa mezcla de sumisión, donde mi apetito sexual se iba acrecentado, hasta introducirla totalmente en mi cavidad bucal.

Nunca creí que podía sentirme así, haciéndole un sexo oral apasionado, lamiendo sus testículos casi lampiños, hasta introducirlos en mi boca, estaba más que excitado, vehemente a ese trato sexual, para lamer su abdomen, volviendo a chupar su pene, succionándolo de una manera obsesiva y lasciva.

Sentí que su cuerpo se convulsionaba, llevándome a proseguir más intensamente mi sexo oral, mi amigo contenía  mi cabeza, tratando de introducirla a lo mas profundo de mi cavidad.

Ante ese impetuoso acto, el estremecimiento de Claudio era más que evidente, donde su falo parecía vibrar en mi boca, cuando su cálido fluido invadió mi hueco, percibiendo un sabor como de almendras amargas, tragando una parte, saliendo el resto por las comisuras de mis labios.

Después de unos minutos comprendió mi estado, así que me dice:

“Mastúrbate Oscar”

Lo miré sorprendido, pero a su vez como agradeciéndole la propuesta, me tiré sobre la cama, mientras me observaba, comenzando a agitar mi miembro, hasta que en breves minutos eyacule copiosamente, cayendo sobre mi pecho, esa leche contenida.

Después de lavarnos, terminamos vistiendo, cuando me dice:

“Queda más de una hora, las guardo para mañana, creo que por hoy ha   sido     suficiente”

No dije nada, pero por mi parte estaba bastante satisfecho, mañana será otro día, aunque recordé que era sábado, por consiguiente la madre de Claudio no trabajaba.

No se me hizo interminable ese fin de semana, pero llegué a masturbándome varias veces. El lunes llegó y apenas terminé de almorzar corrí al departamento de mi vecino, que me esperaba ansiosamente, indicándome rápidamente que me desnudara, haciéndolo sin pérdida de tiempo. Claudio estaba solo con su bóxer, denotando su excitación, algo que no pude dejar de observar arrodillándome, para desplazarlo, poniéndome a mamárselo, diciéndome:

“No perdamos tiempo en eso”, a lo que le contesto

“Olvídate del tiempo” algo que le sorprendió, sonriendo por lo interesante  de la contestación.

Me volví a arrodillar para mamar su miembro, algo que mantuve un rato, para luego tírame sobre la cama, viendo sobre la mesita de luz, un frasco blanco, mientras se sentaba sobre mis glúteos acariciando mi espalda.

Previo a tener contacto, untó su miembro con ese aceite para tener una buena penetración, apoyando su glande en mi orificio, oprimiendo un poco para ver si se introducía, Como algo sobrentendido, acaricio  mi culito, conjuntamente con  mi espalda, separando mis nalgas, hasta tocar mi esfínter, mientras mi verga estaba cada vez más candente, pendiente y expectante a lo que de alguna manera se iba a desarrollarse.

Ese juego previo, de su sexo erguido en mí traste me sublevaba, no tardó en apoyar su punta en mi ano, que poco a poco la iba introduciendo, en mi virgen cauce.

Percibiendo el tamaño de su glande, que me producía temor y por supuesto dolencia, que a pesar de  mis gemidos, Claudio continuó con su objetivo,  deslizando ese trozo de carne en mi conducto rectal, mientras me rodeaba con sus brazos intentando abrir camino a través de mi canal.

La dolencia se acrecentaba, tuve intenciones de parar, llegando a efectuar unos gemidos, que a pesar de percibir mi sufrimiento, no se detuvo, posiblemente en el estado en que estaba era difícil de censurar.

Pegando un fuerte empujón, su glande usurpó mi interior, seguido de un grito que no pude contener, pereciendo que me partía, a pesar de eso traté de relajarme, notando como se iba abriendo camino, centímetro a centímetro, dándome la sensación que mis órganos eran oprimidos, sintiendo como me partia.

Se tomó de mi cintura, apoyándose para empujar con fuerza hasta sentir sus testículos contra mis glúteos, cuando dice:

“Que rico, me encanta tu estrecho culito”

Sentía las palpitaciones de su aparato, a través de mi membrana intestinal, que sin moverse demarcaba su dominio de mi interior, en un acto de posesión, de propiedad sobre mi cuerpo.

Instante después comenzó su bombero, cambiando el ritmo, como probando entusiasmado por esa nueva experiencia.

Sus movimientos se hicieron más intenso, hasta quitar totalmente su aparato reproductor, y meterlo nuevamente con todo, una y otra vez, algo que me enardecía al igual que a mi amigo.

Gemía, mientras continuaba bombeando en mi desvirgado culo,  a la  vez que sus manos oprimían mi cabeza sobre la almohada, me sentí su hembra, era extraño lo que me sucedía, me excitaba ser posesionado de esta manera, hasta que el roce sobre la sabana, y su continuo y su apasionado coito hizo que me viniese, mientras Claudio continuo varios minutos hasta eyacular en mi interior.

Cuando salió,  sentí un ardor y algo de molestia, era lógico, estuve un rato más, en su casa me vestí y regresé a los de mis tíos.

Esa noche, antes de dormirme, no quitaba de sacar de mi mente lo sucedido, encima ser cogido por un pendejito, pero realmente no me opuse a eso, así que no hice nada para impedirlo, A la mañana siguiente la molestia seguía, cuando fui al baño, el ardor parecía acrecentarse, decidiendo no ir a lo de Claudio.

Después de almorzar me quedé mirando televisión, algo que sorprendió a mi tía que me dice:

“No vas a lo de Claudio, debe estar esperándote”

“Si, después voy”

Creo que me daba algo de retraimiento, ir a su casa, por lo sucedido, me sentía como disminuido ante Claudio, me fue llevando a una situación, poco ortodoxa, habiendo permitido ser follado por ese chicuelo. Pero a pesar de eso antes de las tres de la tarde fui.

Al verme se alegro, percibiendo que estaba bastante encendido, además tenía puesto solo el pantalón del joggings, adelantándome a contarle, que me ardía, y estaba bastante molesto, para que entendiese que no deseaba tener sexo.

“No te preocupes, no haremos nada, pero tengo una pomada que es         bárbara, , pero quieres que la traiga”

“Esta bien, tráela”

Me acosté boca abajo bajándome un poco los pantalones, pero apenas vino Claudio, me quito las zapatillas y los pantalones, acariciando mis glúteos, separándolos para mirar mi orificio.

“Esta algo rojo, con esto se pasara”

Comenzó a poner ese ungüento algo frio, alrededor de mi ano, que parecía calmar bastante, sugiriéndome pasarlo por mi interior, que antes de aceptarlo, su dedo, ya estaba introducido en mi recto, girándolo, rozando las paredes de mi recto, notando que se iba apaciguando  esa molestia.

Me relajé, donde mi amigo, me quitó la remera, comenzando a acariciar mi espalda, besando mis glúteos, y pasando su lengua, se tiro sobre mi espalda percibiendo su desnudes, mientras su miembro rosaba la cercanía de mi ano.

No pude contener unos gemidos algo que permitió a Claudio, continuar con su objetivo, donde su glande comenzó a obturar mi abertura, oprimiéndose contra ella hasta introducirlo, que con un hábil empellón se desplazo  casi todo en mi interior, mientras me abrazaba, apoderándose de mi miembro, hasta que mi conducto cobijó su totalidad.

Me bombeo con toda su emergía, a la vez que manoseaba mi miembro, hasta llevarme a un fuerte orgasmo, mientras volvía a eyacular en mi interior.

No pude negar que a pesar de su edad, lo hizo hábilmente, entregándome sin ningún tipo de impedimento, nuevamente había logrado su objetivo. Regresé mas temprano a lo de mis tíos algo molesto, con idea de no volver.

A la mañana siguiente no fui, pero a pesar de mi negativa a las 2 de la tarde estaba golpeando en su departamento, al abrir estaba desnudo, como alardeando de su aparato reproductor, o indicando lo que pretendía, besándome en la boca, quitando mi ropa hasta desnudarme, haciéndome flexionar sobre la mesa del comedor, separando mis piernas, volviendo a introducir su erecto y seductor pene.

Después de varios minutos acabó, haciéndome arrodillar para mamar su miembro, percibiendo un sabor algo amargo mezcla de su semen y posiblemente algo de mis hacesHábilmente me había convertido en su hembra, reiterando todas las tardes algo similar,  esperándome desnudo, que cumplía rigurosamente llegando a las 2 de la tarde en punto, hasta llevar puesto la ropa indispensable para desnudarme rápidamente, follándome casi siempre en esa mesa,  que accedía gustoso y por supuesto una o dos veces más durante el resto de la tarde.

Con el tiempo comprendí que ejercía una cierta influencia en mí, que me dejaba llevar, consintiendo en lo que me pidiese, disfrutando de ese momento, estimulándome con esa dominación implícita en cada coito.