Producto de mis decisiones (Parte 3): Cap 84 y 85

Sigue el deterioro en el matrimonio de Mario y Aina, aunque un nuevo evento puede suponer un pequeño oasis.

Capítulo 84

Me fui acercando lentamente, sin saber qué hacer.

Aún no era plenamente consciente de lo que estaba viendo. La piscina me tapaba buena parte de la visión, pero el movimiento no engañaba a nadie. Estaba paralizado, como en un sueño. Entonces escuché:

-¡CORTEEEN! ¿Qué hace este gilipollas aquí en medio?

Me giré hacia la voz y vi a tipo que debía ser el director. El director que dirigía como se follaban a mi mujer. Me fui hacía él directamente y le di una ostia en toda la boca. Entre mi rabia y que el hombre era incluso más enclenque que yo, le tiré al suelo con ese solo golpe.

-¿¿Pero qué haces Mario??- Chilló Aina.

Me giré de nuevo hacia ella, pero vino Rafa antes que me dijo:

-¿Tío tú estás bien de la cabeza?

-Te voy a matar hijo de puta, te voy a matar…

Le iba a dar también una ostia pero entonces la esquivó con facilidad. Volví a intentarlo por segunda ocasión, pero de nuevo me esquivó. Antes de un tercer intento, me dijo:

-Mírame la polla imbécil.

Sin pensar demasiado miré hacia abajo y lo vi. Y entendí a qué se refería. Llevaba unos calzoncillos color carne. Miré también a Aina y en su caso iba en bikini, sin nada al aire.

Aún así, no me fiaba.

-Me vas a enseñar lo que lleváis grabado y como haya pasado algo te juro que…

-Que no hemos hecho nada… es una pequeña escena extra, sexo simulado- Tras decir eso, Rafa se interesó por el director, que también estaba siendo atendido por un cámara.

Aina se me acercó y dijo:

-Tienes un problema Mario…

-¿Yo? ¿En serio tengo yo el problema? Te vienes aquí sin decir nada. Bueno sí, me mientes diciendo que vas con Núria. Pero vienes aquí a grabar… sí sí, a grabar porno. ¿Y el problema lo tengo yo?

Aina parecía muy disgustada, al borde del llanto, pero no lloró. Solamente me dijo:

-Vamos muy justos de dinero, seguimos sin encontrar nada. La otra vez me pagaron varios cientos de euros por una simple grabación. Con una pequeña escena de hoy… me daban más de mil. Te juro que no ha habido nada, lo puedes mirar en la cámara.

Mientras el cámara seguía atendiendo al director, Rafa y mi mujer me llevaron a ver lo que habían grabado. La cámara era muy simple, sin ser las típicas profesionales de televisión. Era una buena cámara, pero de usuario. Me enseñaron lo que llevaban grabado y tenían razón.

Se veía claramente que Rafa llevaba en todo momento esa prenda color carne. Aina de igual forma, llevaba su bikini. La escena solamente constaba de la llegada de mi mujer a esa piscina, un pequeño chapuzón y la posterior llegada de Rafa. Tras eso, ella salía de la piscina, se miraban intensamente y Rafa se colocaba detrás para penetrarla, aunque sin hacer nada. Se veía en muchas escenas como él seguía con la prenda. Con unos simples cortes en determinados momentos sería fácil evitar los “frames” en los que salía la prenda, creando la ilusión que no llevaba nada.

Por su parte Aina estaba en bikini todo el rato también, la intención sería que la penetración simulada fuera (a ojos del espectador) al apartar Rafa ligeramente la tela de la parte de abajo. Rafa dijo entonces:

-Ya ves que no hay nada raro. Tan siquiera un beso. Todo está apalabrado con ella, es una pequeña intro para una nueva peli.

-No hay beso, no hay tocamientos… por supuesto no hay sexo. Tampoco enseño nada. Siento no habertelo dicho pero me daba miedo tu reacción…- Dijo Aina.

-Es que es muy fuerte joder… es muy fuerte. Aunque no haya nada real, sigue siendo porno ostia puta. Lo verán pajeros, se tocarán viendo cómo te follan, aunque sea falso. No entiendo cómo puedes estar de acuerdo con algo así Aina… no lo entiendo.

Tras ese comentario, Rafa me dijo:

-Es una simple figurante… una pequeña introducción para calentar un poco el principio de la peli. Nadie se acuerda de los figurantes.

-¡NO! No es una simple figurante. Sería una figurante si fuera la socorrista que pasaba por allí, la jardinera o cualquier otro puto personaje que no tenga sexo. Una cosa es pasar por ahí, hasta decir alguna frase. Y otra que te la folles, aunque sea ficción- Dije.

-Bueno pues es culpa mía, no lo pagues con tu mujer. Yo le dije que podría darle algún pequeño papel, pero no especifiqué tampoco como sería. Ni yo mismo lo tenía claro. Vino y lo hablamos con el director y nos pareció interesante esto- Dijo Rafa, a lo que Aina añadió:

-Lo siento Mario… si tienes razón. No sé qué me pasa. Me dijeron cómo hacerlo y me pareció buena idea. Al fin y al cabo… era todo simulado. Solo eran un par de minutos y me pagan más de mil euros… pero tampoco pensé en que luego me verían pues eso, follando igual aunque sea simulado.

-Es que es eso joder. Casi se me sale el corazón al verte ahí, que parecía que follabais de verdad. Pues imagínate los consumidores de la cinta, con la edición y demás. Será como sexo real, serás como una actriz porno.

-Bueno déjame corregirte ahí un poco amigo. Hay muchas escenas de estas en el cine convencional. Estoy seguro que habrás visto sexo en un montón de películas. Y mucho más subidas de tono. Sin ropa, con rozamientos y besos. Eso sí que parece real. Aquí tu esposa iba en traje de baño en todo momento. Yo no le toqué ninguna parte especial, ni la besé. Tampoco rocé nada, voy en calzoncillos. Solamente la agarré por las caderas y simulamos el movimiento del sexo. Era algo rápido y ya, hacía que me corría en ella y terminaba la intro. No puedes decir que eso es ser actriz porno.

-Que sí Rafa, mucho texto. Lo que digo es que a vista de los espectadores sí, será sexo. Y no es una peli convencional, es una peli porno. Llámalo como quieras, pero Aina quedaría como una fulana más- Respondí.

-No oses llamar eso a las profesionales que hacen porno. Seguro que tienen más dignidad que tú.

Tras decirme aquello Rafa, volví hacia él para intentar por tercera vez darle una ostia. Pero como en las dos anteriores, me esquivó con facilidad. La diferencia es que esta vez respondió, cogiéndome de los brazos y empujándome con violencia. Caí al suelo de espaldas, haciéndome bastante daño.

-¡PARA GILIPOLLAS!- Gritó Aina, que fue en mi ayuda.

Me ayudó a levantarme y entonces le dijo a Rafa:

-Puede que mi marido sea un celoso, pero tú eres un bruto de mierda. Pensaba que eras distinto a Ricardo, me convenciste que no tenías relación con él. Pero sois igual de gilipollas. Ya estás borrando el trozo que hemos grabado o te denuncio. Y tienes suerte que nosotros somos íntegros y te vamos a devolver el dinero, aunque deberíamos metértelo por el culo.

Estaba un poco aturdido. Rafa no me había golpeado pero la caída había sido brusca. Miré al director y estaba ya de pie recompuesto. Tampoco le había dado demasiado fuerte. Así que dejamos ahí el tema y nos fuimos a casa. Rafa la había ido a buscar a ella a nuestra casa, así que ambos volvimos en mi coche.

De camino, Aina empezó disculpándose:

-Es todo muy raro… no sé qué nos pasa. Me dejé liar… lo siento.

-Da igual, déjalo. Ya he visto la cinta y no había nada raro. Pero supongo que me entiendes, es el hecho de aparecer en una grabación para adultos- Le dije.

-Sí. Si tienes toda la razón Mario. Es que ni lo pensé. En teoría solo aparecería unos segundos, pasando por el jardín como una criada. Nadie me reconocería sabes, son unos pocos segundos en pantalla y sin intervenir. Y me pagan unos cien euros o así… por no hacer nada apenas. Rafa estaría por ahí enseñando su cuerpo y ya. Luego ya tendrían que grabar ellos la peli en sí con las actrices.

-Entiendo…- Dije, a lo que Aina me siguió contando:

-Entonces Federico, el director,  propuso eso. Si podría haber algo más de acción. Que quedaría bien y no sé qué. Dijeron algo de liarnos, sea con beso o sin. Pero habría tocamientos así que ni de coña. Luego surgió la idea del sexo simulado. Entre la piscina, los decorados, la distancia de la cámara y la edición, me dijeron que se vería muy realista. Y yo solo tenía que hacer pues eso… lo que viste en directo.

-Ya…

-Solamente me cogía de la cintura, unos movimientos durante unos segundos y ya. Ambos vestidos, sin nada raro. Y me pagaban más de mil euros… eso es como un mes trabajando entero… por unos segundos de simulación y un chapuzón- Me contaba Aina.

-Pero es lo que digo. Más allá de eso, la película seguirá siendo porno. Y aunque tu escena no sea explícita y no haya sexo real, sigue siendo erótica- Le dije a mi mujer.

-Sí, lo sé… lo siento- Respondió ella.

-Ya no me vale eso. Yo soy consciente de mis celos, pero siempre vienen por algo. Nunca te habías comportado así Aina.

-No lo sé, no lo hago aposta. No pretendo joderte…- Me decía mi mujer.

-Ya me imagino, pero me jodes. Son muchas cosas ya Aina. Algo suelto no, pero todo junto jode… y más tras lo de la sauna. Que sí, me llamarás pesado, rencoroso y lo que quieras. Pero se la chupaste a aquel cabrón. Y eso nunca se borrará de nuestras vidas, esa imagen siempre nos perseguirá.

Tras decirle aquello, Aina se derrumbó de nuevo. Aunque esta vez no la intenté consolar, no le dije nada. Estaba claro que se había desinhibido. Durante todos aquellos meses, culminando con su infidelidad en la sauna, Aina había ido cambiando. Cada vez más suelta, más segura de sí misma. Con más ganas de exhibirse, de sentirse importante.

Eso no era malo, si no se cruzaban los límites. Y Aina los había cruzado con Ricardo. Pero no solo con Ricardo. Con Roberto casi pasa algo más, hubieron unos ligeros tocamientos y de milagro no se llegó a algo más grave. Y con Rafa también, al rodar esa pequeña introducción erótica. Aunque no hubiera nada de deseo, nada de besos o rozamientos… seguía siendo una escena subida de todo, simulando que hacían sexo.

Para ella seguramente solo sería un desliz importante, el ocurrido con Ricardo. Pero para mí eran tres ya. El primero y el tercero por sí solos me molestaban, pero sin llegar a perturbarme. Pero ambos unidos, con la infidelidad de Aina en medio, hacían plantearme ya muchas cosas. No sabía si era yo, si era ella. O si eran los demás. Pero nuestra relación por lo que fuera, no estaba funcionando últimamente.

Transcurrió la semana con relativa tranquilidad. Seguíamos intentando buscar empleo, pero en pleno Agosto era complicado. Aina y yo decidimos que ya en Septiembre nos pondríamos a tope a buscar. Por el momento aún teníamos el dinero de Rafa para ir pasando.

Ya en la mañana del jueves, mi mujer me comunicó:

-Cari… a ver te cuento. Rafa se ha ganado una buena bronca con todo lo ocurrido. Al fin y al cabo tuvieron que anular la grabación ese día… a parte de la ostia que le diste al director.

-Bien merecida- Me limité a decir.

-Ya, pero vamos que se han cabreado con él. No digo que sea un santo, pero Rafa no ha hecho nada malo…

-Ve al grano por favor- Le dije.

-Pues que el sábado hacen una pequeña fiesta, que le gustaría que fuéramos y así se calman un poco las aguas- Dijo Aina.

-No estoy para fiestas… y menos con ese tipo.

-Joder Mario… que no ha hecho nada. Será una fiesta en su chalé, pero será algo tranquilo.

Capítulo 85

“Una fiesta en un chalé, claro, lo más tranquilo del mundo- Pensé.

Pero realmente dije:

-No me apetece mucho… qué quieres que te diga.

-Joder. Rafa nos ha prestado dinero, me ha dado oportunidades…

-De actriz porno- Le interrumpí.

-Ostia no se puede hablar en serio contigo. Mira paso, yo voy a ir, lo siento. Rafa es un amigo, no me ha hecho nada malo- Decía ella.

-Me empujó contra el suelo, me podría haber roto algo.

-Anda no exageres. Le intentaste pegar en la cara tres veces. Si no te hubiera esquivado, le hubieras dado pero bien. Y si él hubiera querido te reventaba- Dijo Aina con razón.

Y es que en verdad, ese empujón casi era lo mejor que me podía pasar. Encontré una excusa para huir y no seguir con ese pelea, que no llevaba a ningún sitio. Rafa no era precisamente un jugador de la NBA, pero una cabeza me sacaba fácilmente. Y físicamente tampoco había color. Pero aún así me sentí humillado con esa pequeña agresión. Aunque lo que más me dolía, era que Aina parecía decidida a ir a esa fiesta pese a mi negativa. Lógicamente no la dejaría ir sola, así que no tendría más remedio que acompañarla.

Llegó el sábado y después de comer al mediodía, nos empezamos a arreglar para ir a la divertida fiesta en el chalé. Que podría salir mal… Aunque yo estaría alerta en todo momento y no dejaría que nada raro ocurriera. Aina parecía ida últimamente, fuera de sí. No la reconocía en algunos momentos. Nunca imaginé verla siendo infiel, pero tampoco al borde de la infidelidad con un niñato, o grabando una escena erótica con un maduro que casi le doblaba la edad.

Pero ahí estábamos, ambos en nuestra habitación cambiándonos para la ocasión. Mi chica me dijo que habría piscina, así que yo me vestí con mis típicas bermudas, negras en esa ocasión. Junto con una camiseta roja y unas chanclas. Aina por su parte, para suerte mía, se puso bastante discreta. Un bikini negro que aunque realzaba sus curvas, no le iba tan apretado como el rojo. Encima del bikini, una camiseta también roja como yo aunque escotada, junto a una minifalda de color azul claro y unas botas de verano.

Aina me dio la ubicación del chalé y allá de fuimos. Yo, como siempre, pensando ya en cuando terminaría el evento, antes tan siquiera de su inicio. Llegamos tras un rato conduciendo a la zona donde vivía Rafa, o por lo menos donde tenía ese chalé. Era una urbanización que se veía privilegiada, con gente con gran poder adquisitivo. Aparcamos cerca de la casa y fuimos hacia ahí.

Llamamos el timbre y nos recibió el anfitrión. A mi mujer le dio dos besos, mientras que a mí me apretó la mano el tiempo que me decía:

-Siento lo ocurrido el otro día Mario. Fue en defensa propia pero me excedí… ante la agresión a Federico me puse algo nervioso. Lo siento.

-Vale Rafa, no te preocupes- Respondí.

Entramos en la casa, mientras Rafa nos hacía un pequeño “tour” por ella. Había dos pisos. Debajo un salón enorme donde había ya algunas personas comiendo y bebiendo. También un baño, cocina, una sala que parecía un gimnasio, etc. Arriba estaban las habitaciones, junto con otro baño. Tras enseñarnos el interior, fuimos a fuera. Estaba muy bien también. Había una piscina bastante grande, situada en un enorme jardín. Ese Rafa se debería ganar la vida bastante bien… y encima por follarse a tías buenas.

Por suerte la cosa transcurrió con normalidad. No conocíamos a nadie, así que Aina y yo estábamos en todo momento juntos, hablando de cualquier cosa. Íbamos picando algo de comer, también algún refresco… mientras sonaba la música en el salón principal. Me fijé en la gran cantidad de chicas que había, eran mayoría sin duda. Y de todas las edades. Algunas que tendrían unos 20, otras de 30… e incluso alguna parecía rozar los 40. En cuanto a tíos, aunque en menos cantidad, también había de todo.

La calma se rompió cuando fueron viniendo más invitados. Y el motivo es que entre esos, había la panda de Ricardo. Varios de ellos me sonaban del cumpleaños de Ricardo, pero la guinda fue ver a Roberto también entre ellos. Por suerte, tan siquiera nos miró y se puso a saludar a otra gente, para desaparecer de nuestra vista.

-Lo que faltaba- Dije.

-Bueno, no nos ha visto creo. Y si nos ve pues mira… no pasa nada. Eso pasó hace tiempo, no le demos más vueltas- Respondió Aina.

-Por lo menos no está Ricardo, si no ya me corto las venas- Añadí.

-Ya…

Aina y yo seguimos deambulando por el chalé, sin rumbo fijo. Lástima que los sofás estaban ya ocupados, si no me hubiera sentado un rato a descansar. Pero no, teníamos que estar de pie, así que para no aburrirnos y estar quietos, fuimos al piso de arriba a ver qué se cocía. Y no fue precisamente la mejor de las ideas. Y es que al subir y llegar a la zona de habitaciones, solo se escuchaban gemidos. Estaba claro a qué estaba destinada esa zona, en cuanto a los invitados de esa fiesta.

Pero lo peor no fue eso, si no que a los pocos segundos subió también Rafa y nos dijo:

-Aquí podéis tener un poco de intimidad si queréis. Me he fijado que estabais un poco perdidos… es normal. Ya os iréis adaptando, hay gente muy maja. Y eso, si queréis ir a vuestro rollo me avisáis y os reservo una de estas… aunque están casi todas llenas jeje.

-Gracias Rafa jajaja de momento no, no te preocupes- Respondió cordialmente Aina.

-Sin problema. Yo me voy un rato a la piscina, estáis invitados también por supuesto- Dijo entonces Rafa, antes de irse.

No me entusiasmaba demasiado quedarme en bermudas delante de todos esos desconocidos. Y menos que Aina se quedara en bikini. Pero al final decidimos ir al jardín ente al aburrimiento… y así ver el ambiente. Y vaya si había ambiente.

En el propio jardín, varias chicas en toallas tomando el sol. Algunas incluso en topless. Pero dentro de la piscina, directamente chicas jugando, tirándose aguas y demás. Tanto entre ellas como contra otros chicos. Algunas de ellas de nuevo, en topless.

-Joder, esto parece una peli porno- Soltó mi mujer.

Y como si tuviera una bola de cristal, apareció entonces Rafa junto a una chica de unos 20 o 25 años. Entraron también ambos a la piscina y se empezaron a besar, tocar, lanzarse agua Ella iba solamente con el bikini y una camiseta blanca. Pero se quitó de repente la parte de arriba de la prenda de baño, transparentando por completo sus pechos.

Yo estaba flipando, encima los chavales y chavalas de la piscina seguían a lo suyo como si nada. Entonces me giré y ya terminé de alucinar. Estaba Federico junto al cámara del otro día en la productora. Este con la misma cámara en la mano, grabando lo sucedido en la piscina.

-No entiendo nada cielo… ¿Están grabando porno?

-No lo sé Mario… a ver Rafa me ha comentado alguna vez que aquí a veces graban cositas. Pero no me imaginaba que también en una fiesta- Me respondió mi mujer.

Yo seguía sin perder de vista la piscina, donde Rafa quitó definitivamente la camiseta a la chica y le empezó a devorar los pechos con ansia. Pero eso no fue todo, otra chica se acercó también y empezó a besarse con Rafa… y con la primera chica. Estuvieron así unos segundos hasta que Rafa terminó de desnudar a la primera chica, poniéndola al borde de la piscina a cuatro patas. Los gritos, aplausos y cánticos se escuchaban viniendo de todo el jardín.

-¡VAMOS RAFA!- Gritaba un tío.

“Dale duro joder, venga pártela, demuestra quien manda, vaya culazo” eran algunos de los gritos que se escuchaban por parte del “público” ahí presente.

-Estoy flipando en colores- Le dije a Aina.

-Ya ya… y yo.

Más flipamos aún cuando Rafa se quedó también desnudo, enseñando su polla. No era la más grande de la historia (comparada por ejemplo con Ricardo) pese a que tenía un grosor prácticamente igual. Pero estaba en reposo, así que la segunda chica le ayudó haciéndole una paja. La primera chica seguía a cuatro patas esperando su turno, haciendo “twerk” eso sí.

Una vez Rafa la tuvo dura, se acercó a la primera chica y la ensartó casi de golpe. Y encima por el culo. La levantó por las caderas, haciendo una demostración de fuerza bruta. Teniéndola encima, la siguió penetrando con ganas por detrás, mientras veíamos el coño de la chica libre. Aunque poco duró libre, ya que Rafa disminuyó un poco el ritmo y la otra chica aprovechó para acercarse y comerle el coño.

Yo ya tuve suficiente y me fui para dentro. Eso sí, con un empalme brutal. Aina me siguió y me dijo:

-¿Dónde vas?

-Ya es suficiente, no sé qué hacemos aquí…

Entonces Aina respondió pero sin palabras. Puso su mano sobre mi abultado paquete, debido al empalme ocasionado por ese espectáculo. Entonces le dije:

-Aina no…

-Parece que te ha gustado jajaja. A mí también… reconoce que ha sido excitante- Me dijo.

-Sí… si no digo que no. Pero no entiendo porque graban porno en una fiesta y encima nos invitan a nosotros.

-Ni idea. Supongo que tenían pendiente aún la introducción… ya sabes. La que estaba haciendo yo con Rafa. Y habrán aprovechado. La verdad que esta es más potente que la que grabaron conmigo jajaja- Respondió ella riendo.

Yo estaba entonces en silencio, observando como el salón principal estaba bastante más vació. La mayoría de gente estaría en el jardín disfrutando de la escena en directo. Imaginaba que los que estaban dentro de la piscina eran figurantes, ya sabiendo lo que ocurriría. Si no les deberían pedir permiso para salir en la cinta… aunque tampoco entendía mucho del tema.

Tampoco entendía para qué habíamos traído los trajes de baño si la piscina estaba reservada para grabar. Eso le pregunté a mi chica:

-Joder tanto bañador para nada…

-Bueno… Rafa me dijo que tiene un par de jacuzzis arriba. Supongo que podemos ir si están libres- Me dijo Aina.

Tampoco era la mejor idea del mundo, no me apetecía volver a la zona de habitaciones donde había gente follando como conejos. Pero por lo menos podríamos pasar el rato ahí a solas, así que acepté y fuimos.

Subimos y cruzamos las habitaciones, la mayoría por suerte cerradas. Todas menos una. Me fijé ligeramente al pasar y estaba Roberto penetrando a una joven pelirroja a cuatro patas. Me quedé unos segundos mirando por la rendija de la puerta, al igual que Aina. Roberto giró entonces un poco la cabeza y nos vio, así que dejé de mirar y le hice un gesto a mi mujer para avanzar. Llegamos al final del pasillo donde había un baño en un lado y los jacuzzis, en el otro.

Entramos a la sala de los jacuzzis y ahí estaban, ambos libres. Así que no lo pensamos demasiado. Nos quitamos la ropa hasta quedarnos con la de baño y entramos en uno de ellos. Era la gloria, la mejor idea que habíamos podido tener. Todos los demás bailando, follando o mirando como Rafa follaba… y nosotros en esa calma del jacuzzi. Por fin el día empezaba a sonreírme.

Estuvimos un rato relajados, pero la propia Aina rompió ese relax:

-Cari… y si… ya sabes.

-Dime.

-Joder… que si follamos- Soltó de golpe

-¿Cómo dices?- Pregunté entonces.

-Todo el mundo está por ahí a la suya. Nadie ha venido aquí ni creo que vengan, a parte cerramos y ya. Un polvo rápido va… nunca lo hemos hecho en el agua.

Esos ojos de Aina mirándome con súplica, sumado a su voz sensual pidiéndolo… y el calentón que llevaba, hicieron rendirme ante su proposición. Tenía la mínima ilusión de poder hacerlo con ella sin condón, pero Aina llevaba siempre alguno en el bolso así que no habría suerte tampoco. Nos quitamos la parte de abajo ambos y mi mujer me la empezó a tocar, haciendo que cogiera forma. Era muy morboso hacerlo en ese lugar. Tanto por estar en el jacuzzi como por la opción de una pillada. Tenía un ligero miedo a no empalmarme ante esa situación, pero nada más lejos de la realidad. Estaba muy cachondo.

Ya con mi pene en su máximo esplendor, me coloqué el condón y Aina se me incorporó encima, cara a cara. Empezó a subir y bajar lentamente, sintiendo al máximo mi polla. Estuvimos así un par de minutos hasta escuchar el ruido de la puerta. Ambos nos agachamos ligeramente, aún estando en la misma postura, para evitar que nos vieran aprovechando que los bordes del jacuzzi eran bastante altos.

Pero entonces escuchamos la voz de una chica que dijo:

-¿Estás seguro de que estaremos mejor aquí que en la habitación de antes, Riqui?