Producto de mis decisiones (Parte 3): Cap 82 y 83

Los problemas económicos y la llegada de Rafa provocan aún más tensión entre Aina y Mario.

Capítulo 82

Abrí la puerta con determinación y grité:

-¡Y AHORA QUÉ EXCUSA PONDRÁS MALDITA GUARRA!

Entonces Aina, que estaba sentada en la cama con un papel en la mano, me dijo:

-Mario… por qué me dices esto…

Mi ira, como no, se había desatado en el peor momento. Demasiadas emociones durante esos meses. Aunque el episodio de la sauna parecía superado, no lo estaba. Ni mucho menos. Seguía con un dolor dentro del cuerpo, con una angustia tanto por lo que había hecho Aina con Ricardo… como lo que podría hacer en un futuro.

De ahí mi reacción descontrolada, tras unas semanas intensas intentando encontrar trabajo a la desesperada. El despido tampoco me había ayudado precisamente a sentirme mejor. Todo lo contrario, solo veía como los problemas se me acumulaban. Y ya no solo sentimentales. Por eso ese grito, ese reproche y ese insulto.

Solo supe decir:

-Lo… lo siento. Escuché como si gimieras… y decías el nombre de Rafa…

-Te lo iba a contar cuando llegaras. Solo me ha puesto una pequeña condición, más como favor que otra cosa. Dice que mi voz es muy sensual y que podría quedar bien para algún doblaje. Casi nunca doblan el porno, pero cuando son películas así más largas y con guión elaborado o una trama… pues a veces sí.

-Ostia…- Dije, a lo que Aina siguió:

-Entonces me ha dado unas pequeñas frases de la próxima película que quieren doblar. Él hace tanto la versión original actuando, en inglés. Y dobla su parte en español. Pero la actriz es búlgara y habla en inglés… así que buscan una voz en español para el doblaje.

Yo seguía atónito, en silencio escuchando a mi mujer.

-Y nada pues eso. Intentan buscar voces nuevas en la pequeña productora que trabaja, me ha dicho que mi voz es sensual y podría quedar bien. Que probara de grabarme diciendo unas frases que me ha pasado… y que se lo enviara. Ya él lo enseñaría a la productora y si encajaba pues mira… un ingreso extra y fácil. Esa actriz apenas tiene unos pocos minutos de frases… y luego los gemidos y tal claro. Pero vamos si me eligieran, doblarlo sería rápido, sencillo… y joder no pagarían mal me ha dicho.

-No lo veo muy bien la verdad…- Dije.

-Ya, me lo imaginaba. Por eso estaba ensayando antes de que vinieras. Para intentar autoconvencerme que no, que no valía la pena. Y en caso de verme bien, pues hablarlo normal contigo… aunque me imaginaba el no. No pasa nada, hubiera descartado la propuesta. El dinero ya lo tengo. Pero… no me merezco estas palabras.

-Lo siento de verdad… pero joder. Tras toda la tensión de estos días… y escucharte gemir así y diciendo el nombre de Rafa, tras haber quedado con él para que te deje dinero…

-¿Crees que soy una puta no? ¿Que me da dinero a cambio de que me lo folle?- Decía Aina.

-No, para nada. No es eso. Pero con lo de la sauna y tal pues tengo mis miedos…

-Miedos y dudas… de que te vuelva a engañar. De que sea una fulana. Ya lo has dicho ya… “Y ahora qué excusa pondrás”...

-Cielo es que…- Intenté decir, pero Aina me interrumpió:

-Ni cielo ni nada. No tengo ninguna excusa para la sauna, ni la puse. Ya te dije que si no querías perdonarme lo entendía. Fue algo extraño y pasó así. Un cúmulo de circunstancias. Obviamente no se volverá a repetir. Me duele mucho que dudes de mí… y que aún me la tengas jurada por aquello…

-A ver… se la chupaste a Ricardo, mientras él te comía todo el conejo. Te masturbó, te hice correr dos veces y poco faltó para que te follara. ¿Qué quieres Aina? ¿Que hagamos como si nada hubiera ocurrido? Yo te perdono e intento olvidarlo… pero las cosas no se pueden borrar de la mente- Le dije.

-Pues entonces no sé qué hacemos aún juntos… lo dejamos y listos.

-No digas gilipolleces. Hemos superado todos estos meses con tantos líos. Te he perdonado tu desliz. No nos vamos a rendir ahora por esta tontería- Decía yo, aunque Aina respondió:

-No es una tontería… son muchas cosas Mario. Veo que no confías en mí. No hay día que no piense en mi cagada, me perseguirá toda la vida. Eres mi gran amor, no quiero perderte por nada del mundo y por mi cagada casi te pierdo. Pero tampoco puedo vivir con alguien que no confía en mí… o que me tiene rencor.

-Joder Aina, no te tengo rencor… me ha salido así por el enfado. Muchas emociones juntas… mejor dejamos el tema y ya. Y lo de Rafa pues yo que sé, no me hace gracia pero si quieres probarlo adelante. Si solo son unas pocas frases y te pagan bien… pues mira.

Lógicamente no me apetecía que Aina se relacionara con el mundo del porno. Aunque solo fuera decir cuatro frases de doblaje. Pero que la voz de mi mujer pudiera estar en una película de ese estilo, siendo reproducida por gente que se masturbaría al escucharla… me daba escalofríos.

Pero no estaba precisamente en la mejor posición para discutir aquello. Me había pensando que me estaba engañando con Rafa, cuando en realidad estaba ensayando esas frases. Pero como iba yo a saberlo… El caso es que la había cagado de nuevo por mi mala leche y sumaba un nuevo enfado de mi mujer en mi casillero. Estaba en racha.

Al final Aina me dijo que ya probaría las frases otro día. Que seguramente no le mandara nada a Rafa, pero si le salía muy bien pues se lo pensaría. Yo confiaba en que pasaran los días y la idea se le fuera de la cabeza. Pero nada más lejos de la realidad.

El lunes de la semana siguiente Aina me informó que había enviado los audios a Rafa y este a la productora. Y que les había convencido, así que durante esa misma semana podía ir al estudio a grabar las voces.

-¿Cuando vas a ir?- Le pregunté a mi mujer.

-Pues me ha dicho Rafa que cuando quiera, así que le diré ya para mañana así me lo quito de encima.

-Está un poco lejos… supongo que te tendré que llevar.

-No te preocupes, ya me viene a buscar él, tampoco quiero ser una carga- Me dijo.

-Cielo… no eres ninguna carga…

-Pero no te mola el tema, ya lo sé. Encima si me tienes que llevar, traer… bah. Rafa me ha dicho que me puede venir a buscar sin problema- Decía ella, a lo que respondí:

-Es que prefiero venir también… y así ver un poco como funciona el tema.

-¿No te fías de mí verdad?

En efecto, no me fiaba. Ni de ella ni de Rafa. No había motivos para desconfiar, solamente era una grabación de doblaje. Y mi mujer ya me había dicho mil veces que estaba arrepentida por su desliz. Pero yo seguía con ese trauma y no me hacía ninguna gracia dejarla descontrolada en el local de una productora pornográfica.

Pero no le podía decir eso, así que mentí:

-Que no joder, que va en serio. Ya que vas a hacer algo así artístico, pues me hace ilusión. Quién sabe si en un futuro haces más cositas así, también en películas convencionales.

-No creo la verdad jajaja. Es por mi voz, que parece que os pone cachondos a los hombres. Pero tampoco tengo ningún tono especial para el doblaje serio. Ahí son cuatro chillidos y gemidos y ya, lo demás unas frases sin especial relevancia.

Y así era. Más allá del tono, tenía una voz dulce pero sin sonar cursi. Una voz con personalidad. No sabía si encajaría en un doblaje convencional, seguramente así ya que se requerían muchos registros. Pero para algo sexual sin duda que sí. Tanto para el propio sexo como para insinuarse o cosas del estilo, su voz quedaría genial. Tenía una voz, como ya le comentó Rafa, muy sensual.

Al final la convencí en acompañarla. Así controlaba un poco la situación y también podría tener algo de contacto más directo con Rafa, al que apenas había visto una vez. Quería ver si se le notaban segundas intenciones hacia mi mujer o si simplemente era algo profesional. Rafa no había hecho nada hasta al momento, pese al hipotético plan de Ricardo. Así que lo más normal es que ese tema fuera ya agua de borraja.

Así que por la tarde del día siguiente fuimos ambos con mi coche a la productora. No estaba muy lejos… pero tampoco cerca. Había que hacer casi una hora de trayecto. Llegamos finalmente al sitio. Era como un polígono con varios negocios. Esa productora estaba en una pequeña nave, situada en un extremo del lugar. Allí fuimos y allí estaba Rafa, hablando en la puerta con otro hombre.

Tras unos segundos en los que estaban hablando, se despidieron y Rafa nos saludó:

-¿Tú debes ser Mario verdad? Mucho gusto.

Me dijo eso de forma muy cordial mientras yo asentía y nos dábamos la mano. A Aina le dio dos besos, sin nada extraño.

Fuimos entrando hacia dentro y Rafa nos decía:

-Será algo muy rápido. Son poquitas frases. Tú intenta ser natural, que te salga espontáneo. Igualmente en el porno casi todo es fingido, así que aunque no tengas experiencia lo harás bien.

-Experiencia gimiendo? Jajaja- Dijo Aina en broma.

-Experiencia doblando jeje. Lo otro lo desconozco.

Por el camino ambos seguían hablando animadamente, mientras yo estaba de sujeta velas. Pero lo importante era controlarlos, ver si Rafa tenía alguna intención extraña. Por el momento, por suerte, nada de nada. Pasamos por varios decorado, tanto de habitaciones, oficinas… incluso había como una recreación de un jardín, con una pequeña piscina incluida. No era gran cosa, se notaba que no contaban con un gran presupuesto. Pero tampoco estaba mal.

Aina entonces dijo:

-¿Qué parado está todo no?

-Sí… a estas horas no suele haber mucha actividad. Tampoco es que graben mucho. Pero el movimiento suele estar por las mañanas- Respondió Rafa.

Llegamos a una salita donde había varios artilugios para registrar la voz. Había un técnico que ayudaría en la grabación, mientras que Rafa y un director guiarían un poco a Aina. Se pusieron los cuatro a lo suyo y yo me fijé en ese tío maduro. No era especialmente guapo, tenía una cara bastante normal. Muy común, con sus arrugas por la edad. Tenía el pelo algo corto, aunque se le veían bastantes canas. Llevaba una ligera barba aunque arreglada, también canosa. Podría resultar incluso atractivo y con esa apariencia protagonizar anuncios de café.

Su punto fuerte era su cuerpo, sin duda. Como ya había apreciado en el cumpleaños de Ricardo, su amigo Rafa estaba fuerte. No tenía la pinta de Roberto, que se notaba que se metía de todo menos agua. Pero ese aspecto más discreto hacía daba a Rafa un cuerpo mucho más normal y menos amorfo. Iba con pantalón tejano y camiseta. Me fijé en sus brazos y le iba justísima esa prenda. Los pantalones estaban también bastante ceñidos. Entonces pensé que ahí abajo, siendo actor porno, debería esconder un buen regalo.

Esos cuatro seguían a lo suyo. El técnico con los aparatos, Rafa y el director haciendo estos a Aina y esta, intentando leer el guión de la forma más natural posible. Se notaba que no era actriz, ya que leía el guión y se apreciaba precisamente eso, que lo leía. No le salían las cosas naturales ni espontáneas. Rafa le seguía dando indicaciones, animándola a que todo fluyera mejor.

Y al final fluyó. Aina registró todas las frases con éxito. La mayoría gemidos, que la verdad me la ponían hasta dura. Escuchar esos “ahh” continuos. Algunos secos, otros más alargados. Pero todos con mucho morbo. Todo eso intercalado con más gemidos, así como el nombre de Rafa o algunos insultos que estarían en el guión. Sería una escena de sexo bastante dura.

Terminó la grabación y nos íbamos ya hacia el coche. Nos despedimos del técnico, que elogió la labor de Aina:

-Muy buen eh para ser novata, muy bien.

Seguimos avanzando y nos acompañó Rafa, que también elogió a mi mujer, aunque de otra forma:

-Bravísima Aina. La gente podría excitarse solo con tu voz, incluso sin ver la escena. Darías más juego incluso que la actriz jeje deberías probar algún día.

Capítulo 83

Casi le parto la boca ahí mismo. Si no fuera por mi desventaja física y no querer montar ningún número ante Aina.

Aina pareció ponerse roja, aunque sin dar demasiada importancia al comentario. Rafa me vio molesto y añadió:

-No digo como actriz protagonista eh jeje. Para eso hay que tenerlo muy claro. Pero en algunas películas se usan figurantes también. O actores que tienen alguna pequeña frase, sin una intervención tan… directa.

-Ya jajaja no sé. Nunca me he planteado ser actriz, quién sabe…

Ante ese comentario de Aina, dije:

-Bueno, la gente se pasa la vida estudiando y trabajando para ello. Desde pequeños. Supongo que con tu edad ya…

-No es cuestión de edad Mario. Tienes razón que requiere sacrificio, pero yo mismo empecé con casi 30 años… imagínate. Ella aún tiene tiempo si quiere- Dijo Rafa.

-Bueno… no dudo de tu nivel interpretativo, pero al fin y al cabo… es meterla y poco más- Respondí, mientras Aina nos miraba a ambos “discutir”.

-No es solo eso Mario. De hecho esa imagen de desconocimiento, que se refleja muchas veces desde fuera de la industria, hace que se nos juzgue mal a todos. Que sí, el porno tienes muchas cosas malas. Pero no se resume solo en meterla. Aquí hacemos cosas más elaboradas, con una historia. No solamente escenas de sexo, hay también una historia detrás. Intentamos diferenciarnos con eso.

-Bueno Rafa, pero al final estas grabaciones la consumen el mismo tipo de hombres. Y si ya no me entusiasmaba demasiado de que la voz de mi mujer suene mientras un tío se hace una paja… mucho menos me gusta pensar que pueden hasta verla en pantalla en esos momentos… aunque sea de figurante- Le respondí.

-Al final es decisión suya. No lo tomes a mal, pero ya tiene una edad para juzgar las cosas y decidir. Estos días le pagarán una importante suma por estos minutos que ha estado grabando. Le ha supuesto muy poco esfuerzo, tiene una voz preciosa. Y estoy seguro que también actuaría bien aunque fueran poquitas escenas. No vais sobrados de dinero así que…

-Ni así que ni pollas. No eres nadie para hablar de nuestra situación económica. Gracias por la ayuda pero ya está. Trabajaremos de algo decente y lo más rápido que podamos te pagaremos- Terminé diciendo, antes de entrar al coche.

Aina miró a Rafa como pidiendo perdón y entró conmigo. Empecé a conducir y tras unos instantes de silencio, me dijo:

-No sé qué te pasa Mario, estás muy irritado con todo últimamente.

-Joder claro que estoy irritado. Ya se lo he dicho, es duro pensar que alguien se vaya a tocar con tu voz de fondo. Y encima propone que actúes… joder como voy a estar...- Respondí a mi mujer.

-Es que Rafa… Rafa tiene razón. Al final es cosa mía, no hago daño a nadie. Solo es mi voz y si salgo en pantalla pues no pasaría nada. Hacen cosas muy elaboradas…

-Porno, hacen porno. Tíos follándose salvajemente a tías. Que los pajeros se toquen con tu voz mira… tampoco se te reconoce. Pero salir ya sería el colmo… vamos no me jodas- Dije.

Ella no dijo nada más y permanecimos en silencio durante todo el trayecto. Mientras, yo pensaba en cómo podría tener alguna semana tranquila. Sin sobresaltos, sin discusiones. Aún sin Ricardo, los problemas seguían. Pensé que sería buena idea desconectar un poco y pasar el fin de semana con Marcos y Núria. Así ambos desconectaríamos de todas esas malas vibraciones.

Pero no se lo comenté a Aina hasta al día siguiente, para dejar enfriar un poco la pequeña discusión en el coche. Le pareció bien, así que les llamamos y quedamos en que ese mismo domingo iríamos a un parque acuático. Fue idea de Núria y nos gustó. Esos días había una promoción 2x1 así que nos saldría a mitad de precio. También pensamos en ir al parque de atracciones, que estaba al lado y contaba con la misma promoción… pero ya sería demasiado dinero así que lo dejamos para otra ocasión. Igualmente ya habíamos estado alguna que otra vez, con su característica ambientación en los superhéroes.

Así que decidimos ir solamente al parque acuático, aunque yo tenía un pequeño trauma con el agua. Entre las playas de Menorca, con Aina en topless o marcando todo con su bañador transparente. Y luego el complejo con los balnearios, spa, sauna… y lo ocurrido ahí con Ricardo… Pero ese caso era distinto. Estaríamos con Marcos y Núria, no con Ricardo y Carla. Y estos primeros, a diferencia de los segundos, eran personas íntegras. Así que ese sábado por la mañana nos preparamos y fuimos en coche hacia el parque.

Una vez ahí, fuimos los dos hombres al vestuario masculino y nuestras mujeres al femenino. Vi que Marcos traía un bañador tipo bermudas muy parecido al mío. Sin duda compartíamos estilo. Nos reunimos con las chicas tras cambiarnos y casi se me sale el corazón por la boca.

Núria iba bastante normal, como siempre. Lucía un gran cuerpo, con un bikini gris bastante discreto pero elegante. Le quedaba genial. Pero el espectáculo venía como no, en Aina. Suerte que estábamos entre amigos, en confianza. Sabía que Marcos no pensaría nada rara, aunque seguramente le sería complicado quitar la vista de mi mujer. Y es que llevaba un bikini rojo muy ajustado, que no se ponía desde el viaje a Menorca.

Me la quedé mirando desde delante y los pechos le cabían justos. Parecía que se le iban a salir, o que los pezones podrían saludarnos ante cualquier movimiento brusco. Pero a parte de eso, se giró y le vi como le quedaba por atrás. Infartante también, ya que la parte de abajo se adhería a su culo como una segunda piel. Le quedaba tan pequeña la prenda que parecía más bien un tanga que un bikini normal. No me parecía precisamente en lugar más idóneo para esa prenda. En la playa aún podía tener lógica, sin tanto movimiento. Pero en un parque, con sus toboganes, rápidos y en general habiendo mucho ajetreo.

El riesgo de enseñar sus pechos más de la cuenta estaba ahí. Y no me preocupaba por nuestros dos amigos, si no por todos los demás hombres ahí presentes que se estarían frotando las manos ante cualquier descuido de mi mujer. Pero dejé atrás mis pensamientos y fuimos a una zona de hamacas, para dejar nuestras toallas y demás. Nos estiramos en las hamacas y nos pusimos a tomar el sol un rato.

A los minutos, Marcos y Núria fueron un momento a pedir algo en un puesto de bebidas, así que aproveché para decirle a Aina:

-Oye… ¿No crees que este bikini es un poco pequeño?

-Mario no empieces por favor. Es súper bonito, me encanta. Me va muy ajustado sí, pero no creo que pase nada…

-Pero aquí con los toboganes…

-Joder Mario, pues si se me ve algo mala suerte coño… qué quieres que te diga… no pensé mucho más. Lo vi y hacía tiempo que no me lo ponía- Respondió ella.

-Es que joder con cualquier movimiento brusco, darás alguna alegría a los hombres que te vean- Dije, a lo que mi mujer respondió enfadada:

-Pues mira mala suerte. Lo siento, siendo hacerlo todo mal, no elegir la ropa que tú quieres que lleve. Y los tíos no creo que estén pendientes de mí todo el rato. Es un parque acuático, vienen a divertirse. No voy el centro del universo de nadie… no soy ni el tuyo imagínate.

-Que no pero…

Aunque no pude terminar, ya que Marcos y Núria llegaron. No quería joder el día ni discutir más así que dejé ahí el tema. Estuvimos un rato más en las hamacas hasta que fuimos a una enorme piscina con unas olas artificiales que había que ir esquivando. Era muy divertido todo, hasta que pasó lo inevitable.

En uno de esos saltos para evitar las olas, Aina hizo un movimiento brusco y se le asomó un poco el pezón. No mucho, pero la mitad estaba al descubierto. La miré con cara de enfado y rápidamente se dio cuenta y se colocó bien el bikini. Solo fueron unos dos o tres segundos con el pezón fuera, pero suficientes para que alguien lo hubiera visto.

-¿Qué te dije? Pero no, la niña mimada quería llevar este bikini hoy, porque sí. Ya lo decían tus padres que eres una cría egoísta. Siempre tienes que salirte con la tuya...

-Vete a tomar por culo- Soltó Aina de repente y se fue de la piscina de olas.

Marcos y Núria estaban cerca, puede que oyeran ese comentario. Lo que sí vieron es como Aina se iba, así que mi amigo me preguntó:

-¿Qué ha pasado?

-Nada… le he comentado antes que ese bikini era demasiado pequeño para estos sitios y justo ahora se le ha salido media teta. Se lo he recriminado un poco y se ha cabreado.

-Joder Mario… bueno vamos a las hamacas también.

Volvimos los tres con Aina, que estaba tumbada tomando el sol. No dijo nada al vernos, se notaba que estaba enfada. Quizás dolida por mi comentario, quizás dolida porque en el fondo yo tenía razón. El caso es que estaba ahí sin querer saber nada de nadie.

No hubo nada más destacable en el resto de la jornada. Aina pareció calmarse un poco y fuimos a varios toboganes. Había algunos para varias personas, así que fuimos a esos. Eran algo más tranquilos y me tranquilicé un poco al saber que sería más complicado que mi mujer tuviera ningún percance con su bikini. Tras eso fuimos a comer y de nuevo a tomar el sol en las hamacas.

Ya por la tarde, Aina propuso ir de nuevo a los toboganes. Aunque en este caso a probar los individuales. Yo le dije:

-No sé… vamos quizás a alguna piscina y estaremos más tranquilos.

-¿Tienes miedo que vuelva a enseñar las tetas no?- Dijo Aina, delante de nuestros amigos.

-No… pero es que esos toboganes no me gustan demasiado…

-Claro, no te gustan porque son rápidos y tienes miedo a que enseñe de más- Dijo ella.

-Bueno pues sí. ¿Pasa algo? Si hubieras venido más discreta nada de esto pasaría. Es como si vas con tacones por la montaña- Respondí, aunque Marcos puso orden:

-Venga dejaos de tonterías.

Pero Núria fue un paso más allá:

-La verdad Mario, no creo que Aina vaya inadecuada para el parque. Si tiene algún descuido pues mira, no pasa nada. No creo que venga con la intención de enseñar nada…

Tras eso, Aina se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Noté como Aina lloraba ligeramente, por el movimiento de su cuerpo. Me sentí fatal, como una mierda. Terminaron el abrazo y Aina, con los ojos llorosos, volvió a la hamaca para tumbarse.

Marcos vino hacia mí y me dijo:

-Voy con Núria un rato al tobogán. Tú estate con Aina. Pero ostia, no la líes.

Así que se fueron ambos y me quedé a solas con mi mujer. La intenté consolar, aunque sin éxito:

-Cielo lo siento…

-Déjame.

-No quiero hacerte llorar… sabes lo que sufro- Le dije.

-Déjame por favor, quiero dormir un poco- Respondió.

Ahí nos quedamos ambos, hasta la vuelta de nuestros amigos. Al poco rato ya abandonamos las instalaciones y nos fuimos a casa. Pasamos el resto del sábado y el domingo en una situación extraña. Sin discutir, pero también sin hablar demasiado. Estaba claro que las cosas no terminaban de funcionar. Aún sin peligros a la vista, Ricardo había hecho florecer en mí unos celos muy peligrosos. Él era una amenaza incluso sin estar presente. Me había cambiado, nos había cambiado.

Fueron pasando los días hasta llegar a Agosto. La cosa ya estaba más calmada con Aina. Sin rencores ni reproches, volvíamos a ser un matrimonio feliz. Yo iba con pies de plomo eso sí, sin querer meter la pata de nuevo. Llegué a la conclusión que ya había tenido suficientes enemigos, como para meterme un tiro en el pie yo mismo.

En una de las primeras tardes del mes fui a hacer la compra por la tarde, mientras Aina me dijo que quedaría con Núria un rato. Pero al llegar al supermercado no sabía si mi mujer quería salami, así que la llamé. No me respondía, así que decidí llamar a Núria.

-Hola Núria qué tal… ¿Me puedes pasar a Aina un momento?

-Hola Mario. Aina no está conmigo…

-Como que no. Si me dijo que quedaba contigo…

-Mira no te voy a engañar. No puedo engañaros a ninguno de los dos. Aina ha ido a la productora a mirar algo importante. No quiero entrar en vuestros celos ni nada… solo te pido que seas comprensivo, ella te quiere.

Tras decirme eso, la colgué y me fui rápidamente al coche. No quería montar en cólera, pero tampoco podía permitir que mi mujer me engañara de esa manera. Había usado a Núria como excusa. Por suerte, ella era una persona íntegra y no me había escondido ese secreto. No entendía porque tenía que volver a ese lugar. Y encima me lo ocultaba.

Llegué a la productora, le dije al guardia que era el marido de Aina y me dejó pasar. Suerte que me reconoció de la primera visita, sino hubiera sido complicado entrar. Fui avanzando por la zona, mirando y mirando. Aunque parecía todo vacío. Ya dijo Rafa que la actividad solía ser por las mañanas. Llegué entonces al decorado del jardín y les vi.

Primero a Aina, de pie y agarrándose como podía al borde de una piscina hinchable. Y detrás de ella Rafa, agarrando a mi mujer por la cintura moviéndola hacia delante y hacia atrás… claramente follándosela.