Producto de mis decisiones (Parte 3): Cap 80 y 81
La nueva situación laboral y económica del matrimonio supondrá otro desafío importante.
Capítulo 80
-Aina… me han despedido
-¿Estás de coña no?- Preguntó mi mujer.
-Ojalá fuera una broma...
-¿Pero qué has hecho?- Preguntó Aina de nuevo, visiblemente angustiada.
-A ver… con toda tu situación… que estarás en paro y tal… pues creo que me merezco un aumento de cargo y de sueldo. Y era el momento justo- Dije.
-Joder… pero que con tu suelo y el de mi paro llegábamos.
-Pero muy justo- Respondí.
-Bueno, pero mejor que ahora seguro...pfff
Mi mujer resoplaba y yo no sabía donde meter la cabeza. Solo supe decir:
-No te preocupes, es jodido pero lo vamos a superar.
-No sé yo… y ahora qué tienes que hacer…
-Pues el lunes firmar el papeleo y ya… pero bueno me pagan un poco por estos años- Dije, aunque Aina no era tonta precisamente en esos temas:
-¿Pero será improcedente no?
-No, procedente…
-¡Pero si te van a pagar una mierda entonces!- Dijo ella casi gritando.
-Ya… pero yo qué sé. Dicen que he bajado el rendimiento de forma notable, que los resultados no salen… que algunas órdenes no las cumplo correctamente…
-Pero joder Mario… supongo que lo nuestro te afectó, pero por una semana…
-Es que llevo tiempo así Aina. No tan exagerado como en la semana que estuvimos separados por lo de Ricardo… pero antes también tuve algunas rachas regulares. Ya sabes que cualquier cosa me afecta mucho y me distraigo en la oficina.
-Joder Mario- Se limitó a decir Aina.
-No te preocupes, cuando firme todo eso y vea el dinero que me dan y cuanto tenemos pues ya nos haremos una idea… e igualmente me pondré a tope a buscar trabajo.
-Ya pero joder… yo también me pondré a buscar trabajo como dijimos, pero se nos acumula todo…
-Hubieras podido buscarlo estas tres semanas que has tenido libres- Dije yo, sin enfadarme pero con un tono irónico.
-No me jodas eh Mario, no me jodas. Tú estabas normal en el curro, que me iba a imaginar yo. Que sí… que me he acomodado un poco con las vacaciones. Pero tenía pensando ya este finde o a partir del lunes ir mirando cosas… pero sin prisas joder- Dijo ella, a lo que respondí:
-Bueno… pero tener algo mirado no costaba nada.
-No lo sé… ahora es muy fácil todo. Yo contaba también en ir el lunes, dimitir y firmar el finiquito, que me paguen lo que sea y empezar a buscar curro. Mientras pues paro, sin prisa sabes. Pero ahora haremos los dos lo mismo… y con mil facturas joder- Dijo Aina, poniéndose las manos en la cara en señal de preocupación.
-Saldremos de esta cielo…
-Saldremos, saldremos… siempre saldremos. Mucho hablar pero hay que actuar- Dijo ella secamente, dándose cuenta casi al instante de la crueldad de sus palabras hacia mí.
Yo no dije nada y me fui a cambiar. Comimos casi en silencio y me tumbé al sofá, intentando desconectar de todo viendo la televisión. Pero no podía desconectar de nada, estaba demasiado preocupado ante todo lo ocurrido. No podíamos tener unos días tranquilos, siempre pasaba algo. Tras lo sucedido con Ricardo, habíamos recuperado nuestro amor y estábamos mejor que nunca. Sin el propio Ricardo, ni Carla, Lara, Roberto, etc. Pero de repente surgían los problemas económicos y todo se tambaleaba.
Ambos teníamos un título universitario y algunos años de experiencia. No debería ser un gran problema encontrar algo. Pero ambos teníamos a la vez nuestras peculiaridades. A ella no le gustaba nada conducir, tenía un pequeño trauma de juventud por un accidente (sin consecuencias por suerte). Así que su trabajo debería estar relativamente cerca, sin necesidad de conducir demasiado. Eso reducía mucho las posibilidades, por la zona en la que vivíamos.
Por mi parte, necesitaba un trabajo donde pudiera tener cierta autonomía. Siguiendo órdenes pero a mi ritmo, sin demasiado estrés ni exigencias continuas. Me ponía nervioso con facilidad y tenía mal carácter en esos momentos. Necesitaba un ambiente tranquilo, compañeros muy profesionales y órdenes puntuales y concisas.
Así que ambos éramos unos bichos raros en ese sentido. Aún así, nunca habíamos tenido problema. Pero claro, no estábamos pagando dos coches, un piso alquilado y sus respectivas facturas. Seguramente nos precipitamos al comprar dos coches, pero el de mis padres que yo usaba antes ya tenía sus años. Así que se lo di a mi hermana. En cuanto a Aina, también tenía hace años el de sus padres aunque en su caso lo devolvió. No quería limosnas, quería ser autosuficiente ya que ellos (según me contó Aina) siempre le habían dado todo. La relación de mi chica con sus padres siempre fue complicada. Ella me contaba algunas veces que en su adolescencia era un poco rebelde, aunque como la mayoría de chicas de esas edades. Sus padres tenían otra visión muy distinta de como querían que fuera su hija. Al final fue asentando un poco la cabeza y me conoció, teninendo ya sí una estabilidad en su vida.
No hablamos más del tema económico durante ese día, pero llegó el sábado y algo teníamos que pensar y sobretodo que hacer. Durante la mañana estábamos ambos en el sofá, viendo una película pero a la vez hablando sobre como actuar.
-Es una mierda todo esto cari. A mi también me pagarán muy poco porque me voy yo. Tú podrías recurrir o algo, no sé si realmente hay para tanto para echarte así…
-No sé Aina, no me apetece demasiado estar pidiendo, quejándome… quien sabe si juicios. La empresa es importante, no tendría demasiado qué hacer- Respondí.
-Es que los dos en paro… más lo que te den que sería muy poco, no sé como lo haremos. La estrella de tu coche no se paga sola… y el mío vale lo suyo también aunque sea muy mini- Dijo Aina.
-Es pequeño pero matón, como tú jaja.
-No pero en serio… vaya cacao mental- Decía ella.
-Alguna solución tiene que haber…
-He estado pensando algo… como plan B, pero no creo que te vaya a gustar.
-A ver dime, toda solución es bienvenida, mientras no sea prostituirte jajaja- Dije, intentando quitar hierro al asunto.
-Volver a trabajar en la empresa de Ricardo.
No dije nada, casi escupo el agua que estaba bebiendo en esos momentos. Me quedé paralizado, pero mirándola. Mi mirada reflejaba duda, le estaba diciendo sin hablar que estaba loca, que eso ni de coña. Si las miradas hablaran…
Entonces Aina siguió:
-A ver… sabía que reaccionarías así. Pero yo que sé. Osea la empresa no es suya, no me debo a él. Simplemente tiro mi currículum y que me pongan en otro departamento o algo. Pero es que el sitio es genial y la empresa también… y ya me conocen…
-Claro, te vas de un departamento y de repente pides un puesto en otro de la misma empresa. ¿En serio crees que te cogerían? Ya haría Ricardo lo posible para que no. O al contrario, para que sí pero cerquita de él. Es la única forma de que trabajes ahí, al lado de Ricardo y con su beneplácito. A lo mejor se la vuelves a chupar y te readmite.
Dije todo eso de carrerilla, sin enterarme que había vuelto a meter la pata hasta el fondo. Aina se quedó unos segundos en blanco, antes de levantarse del sofá e irse hacia nuestra habitación. Yo me quedé mirándola, consciente de mi error, queriéndole decir algo pero sin poder.
Antes de entrar a la habitación Aina se giró y con los ojos llorosos, me dijo:
-Hasta el lunes no dimito. Aún me lo puedo pensar y no hacerlo. Así sigo en el mismo puesto y la mamada será por placer solamente.
Entonces dio un portazo y me quedé con cara de gilipollas. Obviamente esa frase era fruto de su ira. Lo dijo sin pensar. Pero igualmente me dolía y mucho. Su infidelidad me había marcado demasiado, era un trauma. Y cualquier recordatorio o pequeña amenaza en que eso se repitiera, me creaba un nudo en el estómago.
Estuvimos sin hablar hasta la noche, a la hora de cenar. Entonces nos abrazamos e hicimos las paces. Ambos habíamos dicho cosas que no queríamos. Transcurrió el domingo con normalidad y quedamos en que según el dinero que tuviéramos de los despidos, del paro y lo que teníamos ahorrado, miraríamos qué hacer. Obviamente Aina me aclaró que su frase era una chorrada, que ese mismo lunes dimitiría y no quería ver a Ricardo ni en pintura.
Así que entramos a una nueva semana, la primera del mes de Junio. Ambos hicimos nuestros correspondientes trámites en las empresas. Aina se quedó sin ninguna compensación, al irse ella. Por mi parte, me dieron una cantidad ridícula, correspondiente a todos esos años trabajados. Apenas teníamos nada ahorrado, siempre íbamos al día y nunca pensamos en quedarnos en esa situación. Así que tendríamos que vivir un tiempo básicamente con el paro. Hasta encontrar trabajo uno de los dos, o ambos.
A pesar de esa situación complicada, pasamos los siguientes días con calma. Al fin y al cabo, teníamos ya por fin ambos tiempo libre para pasarlo juntos. Así que aprovechamos para pasar los días yendo de paseo, a comprar, cine, etc. Durante esos días nació por fin Kobe, el hijo de mi hermana. Era mi primer sobrino y me hacía mucha ilusión. El nombre, elegido entre ella y Michael, era un homenaje a un ídolo de él que había fallecido.
Estuvimos con mi familia el día del parto, así como los días posteriores fuimos yendo a su casa para pasar tiempo con ellos. Michael estaba lógicamente, aunque no pudo quedarse demasiado hasta volver a emprender un viaje de negocios.
Fue transcurriendo así el mes con normalidad. Y tanto por el hecho de estar ambos pasando las horas juntos, como por el nacimiento de Kobe… dejamos a un lado el tema de nuestra situación económica y del desempleo. No quisimos decir nada a mis padres ni a mi hermana, para no fastidiar esos bonitos momentos.
Preferimos esperar a encontrar los nuevos trabajos y ya directamente comunicar los cambios. Pero los días pasaban y aunque no queríamos pensar demasiado en esos problemas, seguían existiendo. Apenas habíamos mirado algunos empleos pero nada nos convencía. Igualmente queríamos estar relajados ese mes de Junio y ya tener algo para el mes siguiente.
Pero Julio estaba al caer y seguíamos sin ver nada claro. Lo único positivo es que ambos estábamos muy bien. Esos días juntos sin el estrés del trabajo nos venían de perlas. También quedamos alguna vez con Marcos y Núria. Les comentamos nuestra situación, él me dijo que le encantaría poder darnos algún empleo pero la cosa estaba jodida en esos momentos.
Llegamos finalmente a Julio, pero la situación no cambiaba. Seguíamos ambos genial sin hacer nada productivo, pero las facturas pesaban más que esa comodidad. Mi pequeña indemnización nos había ayudado el mes anterior, juntamente con el paro. Con todo eso, podíamos seguir uno o dos meses más como mucho. Tras ese tiempo, nuestros gastos serían superiores a nuestros ingresos.
Así que durante los primeros días del mes, esa comodidad se transformó en toxicidad. Ambos empezamos a buscar con más insistencia trabajo, aunque la situación seguía siendo delicada. Acabaríamos encontrando algo a medida algún día sin duda, el problema era que no podíamos esperar. Si la cosa se complicaba, si no encontrábamos algo en las próximas semanas, corríamos el riesgo de perder el piso o los coches. Y era algo que no podíamos permitir.
Nos quedaban muy pocas letras para terminar de pagar ambos vehículos, por eso también pagábamos una mayor cuota mensual. En cuanto al piso, no era barato pero dentro de la zona en el que se situaba, no estaba nada mal de precio. No encontraríamos ni de coña algo igual por ese dinero. Encima, los propietarios siempre nos habían dicho que nos lo podían vender a nosotros mismos en un futuro, por un precio muy reducido. Así que había muchas cosas en juego.
Estábamos en un verdadero aprieto, aunque durante una tarde Aina me dijo:
-Tengo un amigo… bueno un conocido, que tiene mucho dinero. Puedo hablar con él y que nos ayude un poco…
Capítulo 81
-No me gusta mucho la caridad Aina…
-Bueno tiene mucho dinero, ni lo notaría. Y estaba pensando más bien es un préstamo, lógicamente nadie regala su dinero- Dijo mi mujer.
-Meternos en más obligaciones…
-No veo otra… estamos jodidos Mario- Respondió ella.
-¿Y quién es ese amigo?- Pregunté.
-Pues… a ver no te enfades eh. No lo conoces y es un buen tipo… se llama Rafa.
No, no podía ser. Pero por si acaso, pregunté:
-¿El amigo de Ricardo?
-Sí…- Respondió Aina.
-Rafa… no me jodas…
-Es un buen hombre, no tiene nada que ver con él, Roberto y todos esos críos. Ya lo viste en la fiesta, iba a su rollo. Lo que pasa que conoce al padre de Ricardo, ha ido a veces al gimnasio y tal… pero apenas se junta con ellos.
Era verdad que parecía buen tipo. Y que poco tendría que ver con las amistades de Ricardo, o él mismo. A su edad (calculaba que sobre los 40 y pico), seguro que tenía la cabeza mejor amueblada. Aún así, había dos pequeños detalles que realmente eran vitales en todo ese asunto.
El primero, que se había follado a Lara. No era algo realmente relevante, hasta el primo del vecino del quinto podría hacerlo. Pero el caso es que ese Rafa lo había hecho, demostrando que el sexo era importante para él aunque la chica tuviera pareja y aunque él follara seguramente mucho en los rodajes… al ser actor porno. Y el segundo y mucho más importante, la conversación que escuché en la casa de los padres de Ricardo, así como otros indicios como la conversación entre Marcos y Lara.
Ricardo hizo mención de Rafa, como parte de su plan para someter a Aina. Sería como el relevo de Roberto. Y Lara también dio más detalles sin quererlo a Marcos, sobre un posible rodaje pornográfico. De hecho, me temí que su nombre hiciera acto de presencia, pero al final quedó en nada. Así que aunque hubiera pasado mucho tiempo, estaba claro que ese tipo tenía una gran relación con Ricardo y podría ayudarle. Acercarlo a mi mujer no era la mejor idea del mundo precisamente.
No quería decirle nada de lo segundo a Aina, ya que me delataría en cuanto a mi presencia cuando ella casi se lía con Roberto. Tampoco sobre lo de Marcos, ya que no quería involucrarlo de nuevo en mis problemas… ni destapar nada sobre nuestra farsa para el montaje del “beso” de Núria.
Pero sí que podía contarle un poco mi conversación con Lara:
-A ver… es que Lara me comentó algo hace tiempo sobre Rafa.
-¿Y eso?- Preguntó Aina y yo respondí:
-Nada, hablábamos de su situación sentimental así casualmente. Y me dijo que se tiró a Rafa alguna que otra vez…
-¿Pero en esos momentos sabías quien era?
-No, o sea surgió el nombre sin más. Me dijo Ricardo, Roberto, Rafa, entre otros. Ese nombre no despertaba nada en mí hasta que lo escuché de nuevo en la fiesta de cumpleaños de Ricardo. Ella también me dijo que este Rafa era amigo del padre de Ricardo, así que tiene que ser él- Le expliqué a mi mujer.
-Pues vaya… sí sí claro que será él. Pero bueno no cambia nada, osea Lara… en fin. Cualquiera que tenga ganas sabe tiene un agujero disponible ahí. O varios.
Aina tenía razón, los agujeros de Lara eran más transitados que el aeropuerto de Barajas en pleno verano. Pero aún así no podía dejar que mi mujer tuviera ningún tipo de trato con ese Rafa. Había que evitar cualquier tipo de riesgo:
-Lo siento cielo… pero no lo veo, de verdad.
-Pues no sé qué haremos… es que joder no cuesta nada preguntar- Decía ella.
Mi gran excusa era decirle que no me fiaba de un actor porno, que esa gente tenía mucho vicio. Pero Aina no sabía que yo sabía eso. Así que se lo tenía que sacar:
-¿Y cómo es qué tiene tanto dinero? ¿A qué se dedica?
-Bueno, no sé si te comenté pero es actor, así que se gana bien la vida.
-Ah… ¿Y hace papeles importantes?- Seguí preguntando.
-Bueno… tiene su público jajaja a ver Mario no te enfades porfa…
“Ahí viene la confesión” pensé.
-Es actor porno- Dijo mi mujer.
Ahí estaba la confesión.
-Joder Aina…- Me hice el sorprendido.
-Pero que no tiene nada que ver. O sea tiene dinero, sin más. Por eso nos puede ayudar. Ya se lo iremos devolviendo cuando ambos trabajemos, que tampoco faltará mucho para eso ya verás. Ya como haya ganado él su dinero pues mira… no es cosa nuestra.
-¿Pero está en activo?- Pregunté.
-Bueno, tampoco tenía una gran relación con él. Venía de vez en cuando por el gimnasio para un rodaje importante. Por lo que tengo entendido, no hace muchas escenas por su edad y tal…
-¿Cuantos tiene?
-Joder con el cuestionario cari jajaja es coña. Es lógico que preguntes. No llegaba a 50 eso seguro, aunque aparenta menos de los que realmente tiene. Se cuida mucho, bueno ya le viste. Y lo que te decía, por su edad pues no hace tantas cosas ya. Incluso me dijo un día que últimamente hacía más de modelo o cosas así más sencillas… sin follar- Me respondió Aina.
-No sé… no lo veo- Dije.
-Solo es dinero cari. Nos presta un poco para pasar aunque sea un par de meses tranquilos, no es mucha cosa tampoco. Unos pocos miles de euros… dos o tres. Si será una miseria para él. Con eso y nuestro paro, tenemos para estar durante todo el verano tranquilos… que nos lo merecemos también.
Yo estaba en silencio, así que Aina siguió intentando convencerme:
-Así estas semanas buscamos algo con calma, unos trabajos que se adapten a nuestras necesidades cari. Y ya cuando cobremos… ese dinero no será nada. Lo devolvemos en plazos y ya.
-Pero falta que Rafa acepte… que acepte esta ayuda, que acepte que lo devolvamos en plazos y sin intereses… no lo veo.
-Joder Mario… Rafa es buen tipo de verdad. Me lo camelo un poco y seguro afloja la pasta jajaja- Dijo, en broma pero jodiéndome.
De nuevo ante mi silencio, Aina dijo:
-Que es broma joder… pero por intentarlo no perdemos nada. No veo ninguna otra solución, ya sabes que a mí tampoco me gusta pedir. Pero nos jugamos nuestro futuro.
Estaba en un dilema. Aina tenía razón, nos jugábamos mucho. Un piso y dos coches concretamente. La situación laboral del país daba auténtica pena. Y con prisas, todo era peor. Ella tenía muy complicado encontrar algo en esas semanas, dada su fobia a conducir demasiado. En mi caso podría encontrar algo más rápido, pero igualmente con un sueldo de mierda y con condiciones de mierda. Pero era mejor eso, que tener que pedir algo a un amigo de Ricardo.
-Mira Aina… creo que lo mejor es que yo acepte algo estos días y ya- Le dije.
-¿Aceptar qué?
-Pues cualquier puesto de trabajo que vea, relacionado con lo mío. Hay cositas por aquí…
-Pff no sé yo. Hemos estado mirando y no hay nada decente- Me dijo mi mujer con razón.
-Bueno cielo… la mierda que menos huela. Eso cogeré. Al final mi título es bastante flexible y me da opción a muchas cosas. Que sí, que la mayoría no valen nada… pero mejor coger algo así por el momento. Ya cuando tú encuentres algo… pues yo siempre tengo tiempo de irme y buscar algo más decente. Pero uno de los dos tiene que trabajar sí o sí. Y yo me puedo adaptar más así que…
-Bueno… si de verdad encuentras algo y con el dinero podemos pagar todo… adelante- Respondió finalmente ella.
Dejamos ahí el tema y yo me puse como un loco a buscar empleos. No había demasiados y en efecto, sus condiciones eran muy tristes. Sueldos bajos para muchas horas. Casi que rentaba más trabajar en un puesto de comida rápida o un supermercado. Me dolía que teniendo un buen título universitario, no pudiera encontrar algo acorde a eso.
Fui filtrando, sin ser demasiado exigente. Quería algo de jornada intensiva, sino el día se me iba a la basura. Algo no muy cansado, con mucho espacio para poder trabajar y cierta independencia. Estuve así varios días. Buscando, descartando, volviendo a elegir opciones que en principio no quería. Era muy indeciso en general y para algo tan importante, aún más. Por su parte Aina también buscaba algo para ella, pero siendo en su caso sí más exigente. Su trabajo ya sería, si no pasaba nada raro, de larga duración. Así que miraba y miraba, sin encontrar nada de su agrado.
Iba pasando Julio y no encontraba nada. Quedaban menos de dos semanas para terminar el mes y nos habíamos fijado Agosto como fecha límite para encontrar algo. Si no, lo tendríamos muy jodido para afrontar las nuevas facturas. Yo iba a toda máquina esos días, mientras que Aina buscaba pero sin tanto empeño. Salimos varias veces a andar por la zona, a ver si veíamos algo. Pero nada, era una zona muy buena para los servicios de hostelería y restauración… pero apenas había oficinas.
Estaba a punto de coger un empleo que había visto en internet. Nada especial, pero por lo menos el suelo y el horario no estaban nada mal. No me atraía del todo el sector pero para poder afrontar los gastos me serviría.
Pero finalmente no lo cogí, ya que Aina vino desde la habitación y me dijo:
-Acabo de hablar con Rafa… esto es insostenible.
-¿Cómo? No joder Aina, mira tengo un trabajo ya mirado…
-Claro Mario, como ayer y como anteayer. Muchas cosas miradas pero nada. Le acabo de llamar, le he comentado un poco la situación y nos presta el dinero- Me dijo mi mujer.
-Joder no me has dicho nada… ni me he enterado- Dije, a lo que ella respondió:
-Claro estás aquí con la tele a tope y concentrado con esto… no sé cómo te aclaras. En fin, que nos puede dar 5.000 euros sin problema. Y tenemos el tiempo que necesitemos para devolverlo, sin intereses ni nada. Joder cari es una ganga.
-No… si las condiciones están geniales. De hecho no hay condiciones jaja. Pero no me termino de fiar de ese Rafa…
-Con este dinero cubrimos todo el verano de sobras. Y durante este tiempo encontraremos ambos algo decente, sin chapuzas ni trabajos temporales de mierda.
Aina me terminó convenciendo. No me gustaba la idea de deber dinero, menos a ese tipo. Pero como ella decía, eso nos daría tiempo para encontrar buenos trabajos y ya devolver el dinero sin problemas. Así que acepté, solo quedaba que ella fuera a por el dinero el día siguiente. Me dijo de venir con ella, pero no me apetecía nada verle la cara a ese tipo. No me había hecho nada, pero yo seguía traumado con el tema de Ricardo, aunque seguramente ya con su cagada en la sauna, habría quedado su plan en nada.
También pensé en que por estas fechas, Ricardo estaría haciendo su famoso viaje de empresa. Aquel con el que me amenazó que se follaría a Aina. Al final tenía un plan y no había salido como quería. Ni había usado a Rafa, ni ese viaje. Sí, había tenido sexo oral con Aina. Pero sabiendo como era, el último rechazo de esta y la imposibilidad de penetrarla seguro que le habían jodido mucho. Era mi pequeña victoria, dentro de todo el dolor causado tanto durante esos meses de forma psicológica como por el sexo oral.
Por la tarde del día siguiente, Aina se fue a coger el dinero de Rafa. Yo le dije que me iba al cine mientras, así desconectaba un poco de todo. No quería rallarme demasiado con el tema del dinero. Fui al cine y empecé la película, pero no me encontraba bien. No estaba disfrutando, no estaba tranquilo. Necesitaba saber si lo de Aina había salido bien, si Rafa le habría dado el dinero sin problemas. Así que me fui a media película, demasiado angustiado y con ansia de respuestas.
Llegué a casa y la puerta no estaba cerrada con los dos giros de llave que había dejado yo al irme, tras Aina. Así que ella ya debería haber vuelto. Entré rápidamente para preguntarle sobre el dinero, cuando escuché un ruido que venía de nuestra habitación… que estaba con la puerta cerrada.
Me acerqué con miedo y escuché claramente la voz de mi mujer:
-Ohh sii Rafa… vamos… ufff sigue sigue joderrrr…