Producto de mis decisiones (Parte 2): Cap 57 y 58

Mario debe pensar si acepta el arriesgado plan de Lara para poder pillar definitivamente a Ricardo.

Capítulo 57

Me cogió con tanta sorpresa ese beso, que no supe como reaccionar.

Estuve unos segundos con la mente en blanco, hasta que pude apartarme. La miré intensamente y su cara reflejaba vulnerabilidad y timidez, algo poco habitual en Lara. Se me acercó de nuevo con intención de repetir el morreo pero le hice la cobra.

-Oye Lara no, en serio no… ¿Qué coño pensabas?

-Joder Mario… estoy fatal- Me dijo con un tenue hilo de voz.

-¡Y yo Lara y yo! Pero no me voy tirando a todo el mundo- Dije casi gritando, mientras Lara seguía dejando caer alguna lágrima.

-Lo siento…

Parecía arrepentida, por lo menos de su reacción hacia mí. Habíamos pasado muchas cosas juntos, pero era la primera vez que nos besábamos. Había sido casual, involuntario por mi parte. Pero me había sentido unos segundos en la gloria, era como besar a un amor platónico.

-A ver Lara… te entiendo en parte pero joder. Has estado con más tíos mientras tenías novio y no te he dicho nada, has tenido relaciones con gente que conozco… pero no entiendo lo de Javi. Y mucho menos lo de ahora.

-Lo siento de verdad… Créeme que lo estoy pasando fatal desde que lo dejé con Juan Carlos. Ya no es solamente el tema del sexo. Es tener alguien con quien tener buen feeling. Al final la mayoría de tíos los conozco y me los… ya sabes. Pero al momento y ya está. Y si repito genial, pero no hay relación más allá del sexo.- Me confesó, ya más tranquila.

-Ya… joder.

-La mayoría de tíos van a lo que van conmigo. No voy de prepotente, pero si estás un poco buena ya te ven como eso, un objeto. Y créeme que no es fácil vivir así. Estando con Juanqui pues le tenía a él para hablar, reír, desahogarme… pero ahora estoy sola- Seguía diciendo Lara.

-Sí, si en eso tienes razón. Pero sabes que nos tienes a todos nosotros a tu lado. No estás sola. Y entiendo que veas un vínculo en Javi o en mí… pero lo del sexo o simplemente tener algo con nosotros… pues no- Le dije.

-Soy así… el otro día estaba muy a gusto con él. Estábamos los dos bastante pedo y él me dijo que lo estaba pasando fatal con Carla, que pensaba que le era infiel. Y ya sabes como es Javi de celoso, estaba realmente roto. Nos dejamos llevar y pasó lo que viste, pero nada más. Fue el calentón- Me explicó Lara.

-Y lo de ahora…

-Lo de ahora, Mario, no lo sé explicar. Ya te digo que me siento sola y eres realmente mi único amigo… o el único hombre que no me mira con ganas de follarme.

-Y por eso te me lanzas…-Le dije, sin entenderla.

-No sé explicarlo, de verdad. Pero te veo así tan tierno, tan buena persona… que al final mi mente va a lo mismo, a buscar algo más. No sé…

-Bueno no importa, hacemos como si nada hubiera pasado. Solo me faltaría que Aina supiera algo. Con la chapa que le he dado estos meses con Ricardo, si sabe que nos hemos besado pff- Le dije.

-No te preocupes Mario que no se lo contaré, solo faltaría. Encima ha sido culpa mía. Pero tampoco quiero que me apartes ahora… o que no confíes en mí- Me dijo Lara.

-Vale… pero por favor no repitas eso. Y con Javi igual, creo que hay más tíos. Entiendo que haya un vínculo y demás… y si algún día realmente lo deja con Carla pues adelante. Pero es que jodería mucho las cosas si repetís- Le confesé a Lara, siendo un poco egoísta. Por suerte ella lo entendió:

-Sí… lo haré por ti. Aunque ya te digo que lo de pillar a Ricardo va a estar complicado. Con Rocío y Raquel fuera de nuestro círculo y sabiendo que a Aina le da igual que se tire a Carla…

-Pues sí… no sé. El tiempo dirá. De momento estamos bien, tampoco hace falta vivir permanentemente con la intención de pillarle. Pero tampoco quiero ponerle las cosas en bandeja… supongo que me explico- Le dije.

-Sí sí Mario. Intentaré no meter la pata más. De momento lo dejamos así y a ver si surge alguna ocasión para joderle. Y espero que quedemos más tú y yo… de verdad que eres mi único amigo.

Tras decirme aquello, nos despedimos, prometiéndole yo antes que nos iríamos viendo regularmente en el parque. En las quedadas los fines de semana ella solía estar trabajando en la barra y en los pocos momentos libres o en otros días, éramos más gente. Por lo que esos ratos eran los únicos donde nos podíamos abrir el uno al otro. También me interesaba tenerla controlada y saber si había novedades sobre Ricardo, así que iría quedando con ella aunque fuera una tarde a la semana.

Terminó Febrero y todo seguía por suerte igual. Una calma más o menos cómoda que sin duda era mejor que cualquier sobresalto. Aina y yo seguíamos bien, tanto en la convivencia como en el plano sexual. El enorme dildo también iba ganando protagonismo, aunque eso tampoco me disgustaba del todo. Aina lo solía lamer y a veces incluso se lo restregaba por el coño, sin llegar a metérselo. Le daba bastante respeto y eso era el punto que me salvaba.

Porque que el dildo hiciera más intensas nuestras relaciones era genial, pero si ella lo llegaba a probar “a fondo”, podríamos entrar en un terreno pantanoso… nunca mejor dicho. Yo saldría bastante mal parado de esa comparación, una cosa era lamerlo y otra sentirlo entero dentro. En todo caso, parecía que eso no pasaría así que no tenía porque preocuparme.

Con nuestros amigos todo seguía igual, congeniando cada vez más con Marcos y Núria, mientras que a Carla y Javi ya apenas les veíamos. Su relación pendía de un hilo. Al que sí que veíamos era a Ricardo, aunque solamente Aina y Lara le hacían caso. Núria también un poco, para quedar bien, mientras que Marcos y yo pasábamos olímpicamente de él siempre. Tampoco iba más al gimnasio, así que parecía todo bastante calmado.

En cuanto a Lara, nos seguíamos viendo una tarde a la semana. Pude compaginar eso con uno de los días en los que Aina iba al gimnasio. Así no tenía que disimular tanto con el tema de la compra y podía estar más tranquilo, sabiendo que mi mujer no estaría en casa esperando mi llegada. Casi siempre me iba después que ella ya saliera hacia al gimnasio, mientras que llegaba antes que ella. Así que no sabía ni que yo había salido la mayoría de veces.

Pero en una de esas quedadas con Lara, a principios de Marzo, me confesó algo que truncó la tranquilidad de las últimas semanas:

-¿Sabes que la semana que viene es el cumple de Ricardo no?

-Ostia Lara… pues no la verdad- Le dije con sinceridad.

-Pues sí. De hecho hace casi un año también desde que le encontramos en ese antro…

-Maldigo ese día desde hace bastantes meses… - Le dije de cachondeo, aunque también con mucha sinceridad.

-Jajaja ya… En fin. Cumple los 30 ya y me dijo que haría alguna fiesta bastante chula- Me contó Lara.

-Bastante chula…

-Sí. Quiere hacerlo en una disco grande de por aquí, creo que no la conoces. Y luego si eso ir a la casa esa de sus padres… ¿Tú has ido alguna vez no? La de la piscina- Seguía diciendo Lara.

-Sí...

-Pues eso, terminar la fiesta ahí si se alarga el tema- Terminó de decirme.

-Y estamos invitados supongo- Respondí.

-Aina seguro jajaja a ti no creo que tenga tantas ganas de verte… bueno como tú a él. Pero sí claro.

-Y se sabe quien más…

-Pues así que conozcas, Carla y Javi aunque no sé si querrán ir, sobretodo él. También Marcos, Núria, Roberto y algunos amigos pero no los conoces- Me dijo, a lo que pregunté:

-¿Marcos y Núria también?

-Sí… y de ese tema quería hablar contigo- Me dijo, cambiando su rostro a uno mucho más serio.

-Joder Lara me estás asustando.

-A ver… no te enfades por favor, ni pienses cosas raras. Sabes que llevamos ya casi un año con todo esto, nuestras vidas cambiaron. Tú volviste a ver a tres amigos y los perdiste en poco tiempo, de nuevo. Yo también me reencontré con Ricardo… bueno y con los otros dos aunque no tan intensamente… ya sabes joder- Me dijo.

-Ve al grano porfa.

-Pues que esto es insostenible. Son muchos cambios en poco tiempo. Carla y Javi también se están distanciando por ejemplo. Parece que nuestro mundo gire entorno a un gran Sol llamado Ricardo.

-Sabes que soy el primero que quiero apartarlo de nuestras vidas, sobretodo de Aina. Llevamos tiempo intentando pillarle pero nada. Aina le ha visto con tías, le ha visto con Carla… incluso con una compañera de trabajo. Y le da igual, la fama de Ricardo sigue intacta- Le dije a Lara, dando el tema casi por perdido.

Yo seguía con la esperanza de poder cazarle algún día. Pero no sabía como. Ricardo lo tenía todo bajo control, no daba pasos en falso. En esos momentos, mantener esa calma era una victoria para mí. Ricardo seguía acechando, pero parecía inofensivo. Aina no había caído en sus redes y sería muy complicado ya que eso ocurriera. Aún así, entendía perfectamente a Lara. Ambos sabíamos que esa calma podía romperse y afectar de nuevo a nuestra tranquilidad.

-Es que Mario… yo no me juego tanto. Ya no estoy con Juanqui y hago mi vida. Si él alguna vez me folla... o algún amigo suyo pues mira. Pero lo digo por ti, por Aina… por vosotros- Me confesó.

-¿Te lo sigues tirando?- Pregunté sin preámbulos.

-Muy pocas veces, pero algún polvo cae. Al fin y al cabo por eso me habla supongo, si no me tuviera para follarme ni me dirigiría la palabra. Es un hijo de puta. Pero bueno ya digo, no tengo ataduras me da igual- Me dijo, a lo que seguí preguntando:

-¿Y sus amigos?

-Joder Mario, pues Roberto, Rafa… alguno me he tirado sí porque están buenos y ya. A lo que me refiero es que sigue siendo un peligro para vuestra relación- Me decía Lara.

-No me suena ese tal Rafa… pero bueno tienes razón. Aunque ya digo que si no se inmuta con lo de Carla ni la compañera esa…

-Rafa es un madurito que tela… se ve que es amigo del padre de Ricardo. Pero bueno el caso, que sé como hacerlo- Me dijo.

-¿Cómo hacer el qué?- Pregunté.

-Pues pillar a Ricardo. Nuestras bazas eran Raquel y Rocío pero eso ya no es posible, desde entonces Ricardo se ha tirado a otras pero a Aina le ha dado igual… pero sabes que tienen en común esas dos…

-Que eran amigas suyas, como Carla- Le dije.

-Correcto, pero con relaciones estables y buenos maridos. No como Javi que es un inútil. Y sabes quien es su amiga y tiene un buen marido…

-No me jodas Lara… No- Le contesté, ya de mal humor.

-Núria es nuestra… es tu última baza. No digo que follen, pero si Aina pilla a ambos haciendo algo íntimo… joder Mario. Si no le molesta eso ya, es que tu mujer no tiene corazón- Me dijo Lara.

-Seguro que le molestaría, pero no es ese el tema. El tema es que ni Ricardo querrá hacer algo con Núria, ni ella con Ricardo evidentemente- Dije a mi amiga.

-Él me ha confesado más de una vez que le atrae Núria. Mario pareces idiota. Tiene un perfil idéntico al de Aina. Sin su cuerpazo, pero está de muy buen ver. Casada, con relación estable y así timidilla… Ricardo no dudará en probarlo a la que pueda.

-Vale Lara, eso te lo compro. Pero Núria nunca será infiel a Marcos- Le dije.

-Ahí es donde entras tú y donde tenemos que idear un plan- Decía Lara, pensativa.

-No voy a joder así a Marcos, no puedo.

-Eres tú o él. Porque Ricardo ya tiene un plan y es cuestión de tiempo que Aina ceda.

Capítulo 58

-¿Cómo dices?

-No tendría que contarte esto… pero es necesario para que veas la gravedad del asunto. Quedan solo unos tres meses para las vacaciones de verano y Ricardo quiere volver de nuevo a Menorca. Pero en un viaje de empresa sabes, sin ti y sin mí. Solamente gente de la empresa- Me contaba Lara.

-Ostia puta…

-Imagínate a Aina ahí desprotegida. El año pasado te tenía a ti pero en ese ambiente veraniego y sin que la puedas vigilar… No digo que tenga que pasar nada. Pero Ricardo me ha contado que es la ocasión perfecta para follársela e imagino que, lo consiga o no, tú no lo pasarás demasiado bien esos días- Me dijo.

-No… por supuesto que no. Confío en ella pero joder… eso sería una putada- Le respondí.

-Pues el cumple de Ricardo es la última oportunidad para pillarle, para hacerle entender a Aina que es un tipo del que no se debe fiar. Si evitas que la mosca vaya a la tela de araña, le puedes salvar la vida. Si la mosca queda atrapada, la araña se la comerá.

-Pues sí Lara… No sé si la comparación es la más acertada pero tienes razón. Ese viaje sería un peligro y si le digo que no vaya, aún será peor. Empezará con que tengo celos y demás mierdas- Le dije.

-Por eso digo. Y aunque en el viaje no pase nada, el riesgo es enorme. Ahí en paños menores, bebida… quien sabe si drogas. Raquel cayó y también es una tía honorable. Aina puede caer igual… y Núria- Me dijo mi amiga, con mucha razón.

Confiaba en Aina pero era un riesgo que no podía ni quería asumir. No me podía imaginar esos cinco o diez días, con toda esa gente ahí sin control. Yendo a playas nudistas, a discotecas de mala muerte, a fiestas en casas ajenas… Si había una remota opción de que Aina tuviera un desliz, sin duda era en ese contexto. No podía poner la mano en el fuego por ella, por desgracia. Unos simples roces tontos ya podían destruir mi matrimonio. Lara siguió diciéndome:

-De verdad, sé que es jodido pero es la última oportunidad. Llevamos meses intentando pillarle. Yo he perdido a mi novio incluso por ello. Núria es la única persona que si tiene algo con Ricardo, Aina le vería como un rompe parejas. Ambas están muy unidas últimamente, lo sabes bien. Son buenas chicas, con buenos maridos. No creo que tu mujer vea bien que Ricardo tenga algo con ella, sabiendo que puede estar con casi cualquier tía.

-Sí… pero Marcos- Le dije, dudando aún de todo aquello.

-Marcos será la última víctima y todo volverá a la normalidad. Mauri y Miguel volvieron a causa de Ricardo, igual que Marcos. Tras todo esto, en un chasquido todo volverá a la normalidad, al equilibrio… como un año atrás.

-Muchas pelis has visto tú Lara… en fin que no sé. Tienes en parte razón, todo volvería a la normalidad como hace un año. Pero sigue siendo una traición- Le dije, cada vez más convencido del plan, aunque agarrándome a mi parte buena, si aún existía.

-Es un sacrificio necesario Mario… Fallaste también a Mauri y Miguel, aunque sin querer. Sería parecido. A parte ya digo, tampoco tienen porque separarse. Solamente que Aina vea algo entre Ricardo y Núria. Que compruebe que él tiene la polla muy suelta y le deje de lado. Puede que Marcos ni se entere- Me convencía Lara.

-Aún así, aunque todo vaya según lo previsto y ocurra eso… Aina seguiría currando con Ricardo, para él mejor dicho.

-Ten por seguro que si se dan las circunstancias, esos dos se lían. En la fiesta habrá de todo… ya me entiendes. Aún no sé todos los detalles pero si me das permiso intentaré pensar la mejor forma para que ocurra. Y tanto tú como yo estaremos ahí para grabarlo o traer a Aina y que lo vea ella misma. Y lo del trabajo bueno… Aina lleva tiempo y tan siquiera ha ascendido. Ella vale mucho más que el puesto que ocupa, así que será cuestión de tiempo que renuncie.

Lara tenía razón en eso también. En todo. Si conseguíamos un buen plan para juntar a Ricardo y Núria, podía ser la solución definitiva para apartarle de nuestras vidas. Una cámara espía, uno de nosotros grabando o incluso llevar a Aina al momento y el lugar. Haríamos todo lo posible para desenmascarar por fin a Ricardo.

Y también tenía razón en el tema labora. Aina estaba ahí sobretodo por el buen rollo. No era el mejor trabajo del mundo ni había evoluciones en su puesto. De hecho, durante esos meses recibió algunas otras ofertas. Si no las aceptó fue porque estaba a gusto, cosa que podría cambiar si veía las intenciones de su jefe. No sería fácil, pero si salía bien podría por fin poner punto y final a esa pesadilla que se alargaba desde hacía casi un año ya.

Nos despedimos y me fui a casa, pensando en el asunto. Debía darle una respuesta a Lara al día siguiente, para que ella pudiera tener tiempo de conseguir más información sobre la fiesta y como poder llevar a cabo el plan. Yo seguía dando vueltas al asunto, aunque veía que era la única solución factible. Si lo del viaje de empresa era cierto, era demasiado peligroso el asunto como para no hacer nada antes y evitarlo. Ya hacía tiempo que mi relación con Aina era la prioridad por encima de todo y hay veces que se deben hacer sacrificios. En ese caso sería la amistad con Marcos, un tipo que me había ayudado durante esos duros meses de mi vida.

Una vez en casa, me puse a ver la tele, esperando la llegada de Aina. Al llegar, me contaba como le había ido tanto el trabajo como el gimnasio, mientras se desnudaba y se preparaba para ducharse. Era lo habitual, aunque no le prestaba demasiada atención. Me limitaba a asentir con la cabeza mientras seguía alguna serie. “Que si Alba ha llegado tarde, que si Antonia hace comentarios por detrás en el rato del café, que si Emilio no limpia el sudor cuando deja una bici estática, que si Rafa está mamadísimo…”. Mil y una chorradas de oficina y de gimnasio que me entraban por una oreja y me salían por la otra.

Lo único bueno es que mi chica se quedaba en bolas y las vistas eran espectaculares.. A veces se duchaba en el gimnasio igualmente, pero prefería darse una ducha más prolongada en casa. Cuando venía sin duchar como en esa ocasión, así desnuda con todo el sudor por el cuerpo… me daban micro infartos solo de verla. Me la follaba ahí mismo. Se seguían notando también todas esas horas de gimnasio, con un trasero más firme y unas caderas menos pronunciadas. También tenía menos vientre, en general se la veía más estilizada pero sin perder volumen en las tetas, por lo que el contraste era aún mayor.

Ya al día siguiente, tuve que tomar la difícil decisión de decirle que sí al plan de Lara. Lo estuve consultando con la almohada y no veía ninguna otra solución posible. No si lo que quería era evitar ese viaje de empresa tan peligroso. Fui al parque también, aunque no era lo habitual hacerlo dos veces por semana. La situación lo requería, Lara no quería mensajes ni nada donde nos pudieran pillar. A Aina como no, le dije que iba a comprar.

-Bueno Lara, pues adelante con eso que me dijiste ayer.

-Sé que no es fácil, pero lo hago por ti. Me lo agradecerás ya verás. Tengo que recopilar más info, pero bueno. El viernes cuando vengáis al local Ricardo os invitará y tal. He sabido que a parte de vosotros, vendrán algunos amigos suyos- Me decía.

-Vale… y para juntar a Ricardo y Núria…

-Pues eso es lo complicado, claro está. En la disco habrá reservados, hay que conseguir que ella vaya a uno de ellos. Ya pensaré algo. Tú distraes a Marcos un poco y yo llevo a Ricardo al reservado… y la atracción sexual hará el resto- Dijo Lara.

-No lo veo tan fácil… pero confío en ti- Terminé diciendo.

Llegó el viernes y en efecto, Ricardo nos invitó a su cumple. Marcos era reacio a ir, pero en un rato que tuvimos a solas le intenté convencer:

-Venga tío no pasa nada. Una noche así de marcha no viene mal.

-No sé Mario. Núria y yo no pintamos nada sinceramente. Tampoco estamos acostumbrados a grandes fiestas o ambientes así cargados. Venimos aquí porque Aina y tú nos caéis de cine… y el ambiente está bien. Pero eso no lo veo- Me decía mi amigo.

-Confía en mí joder, por una noche no pasa nada. Estaremos los cuatro a gusto, Ricardo estará a su bola con sus colegas- Le dije a Marcos.

-Vale, lo hago por ti, por Aina y sobretodo por Núria. Parece que os ha gustado la idea a los tres. Pero este tipo de fiestas no me molan, seguro que será un desmadre.

-Tú tranquilo, los cuatro somos iguales en eso, estaremos a lo nuestro de tranquis- Le dije finalmente, antes que volvieran los demás que habían ido a la barra.

La fiesta sería el viernes de la semana siguiente, en una popular discoteca de la capital. Aún faltaba hablar con Lara en como lo haríamos para incitar a Núria a ir al reservado… y como Ricardo podría tener algo con ella. Esos “últimos flecos” los discutimos Lara y yo en el parque, el miércoles anterior a la fiesta:

-A ver Mario, última reunión.

-Parece esto el plan de un atraco- Le dije, rompiendo un poco el hielo.

-Claro que sí profesor. A ver, el objetivo es que Núria entre al reservado… y se quede ahí. Lo he pensado y la verdad es que tienes razón que será complicado, pero tengo un arma secreta- Me dijo.

-Ay dios mío…

-No te asustes joder. No es nada malo. Ricardo me ha dicho que no escatimará en gastos… y habrá prácticamente una barra libre de… pirulas y demás cositas.

-Pff Lara… drogas no- Le dije, todo serio.

-Claro Mario, solo zumito 100% natural… joder. Es tu última oportunidad y el plan es bueno. Solamente es meterle una o dos cosas en el vaso. La desinhibirá un poquito, lo suficiente para que se deje llevar y tal- Decía mi amiga.

Seguía sin estar convencido, pero me encontraba entre la espada y la pared. Si ya me gustaba poco la idea de juntar a Ricardo con Núria, hacerlo así prácticamente a la fuerza me mataba por dentro. En esos últimos meses era cierto que ambos que llevaban bastante bien, a lo mejor con tiempo y en algún contexto como unas vacaciones, podría surgir algo como le pasó a Raquel. Pero así, de forma espontánea, sin tener yo nada que ver ni mucho menos ninguna droga. Hubiera sido lo ideal, de hecho seguramente Ricardo lo probaría si surgía la ocasión. Pero no teníamos ese tiempo. Lara siguió ante mi silencio:

-A ver es una fiesta gorda, habrá coca y de todo. La mitad de la disco irá colocada, como en todas partes. No estoy diciendo ninguna locura. Que Núria no es así vale, pero tampoco es nada del otro mundo. Yo se las pondré, tú simplemente ocúpate de distraer un poco a Marcos. Me quedaré charlando con Núria en el reservado, a ver si le va haciendo efecto todo. Y cuando vea que está en su punto, llamaré a Ricardo y ya lo que surja. Les grabamos y listo, adiós al problema.

-Pero no te pases… o sea ya me entiendes, sin forzar- Le dije, asumiendo el plan finalmente.

-No, claro que no. La dosis es ridícula, cualquier persona normal se toma eso para divertirse sin más. Si veo que se pone a tono pues genial, si no tampoco le daré nada más. A parte ella no bebe así que no tendrá ninguna reacción rara. Ya lo demás es cosa de Ricardo, si al final ella se niega pues no podemos hacer nada, lo habremos intentado. Y si ella se nota rara o al día siguiente dice algo, pues le decimos que alguien la habrá drogado o se habrá tomado alguna cosa sin querer… tampoco tendrá pruebas.

Agaché la cabeza y asentí levemente, aceptando finalmente el plan kamikaze de Lara. Era una traición en toda regla, tanto a Núria como a Marcos. Y con drogas de por medio. Lara tenía razón en que una dosis pequeña no le haría tampoco ningún destrozo. Pero entre que no bebía y obviamente no se drogaba, esa dosis le podría bajar las defensas considerablemente. Y esperaba que así fuera, que se entregara a Ricardo rápidamente, poder grabarlo o enseñárselo a Aina y terminar con todo aquello.

Llegó el viernes, el día (más bien la noche) donde todo podía acabar. El precio a pagar era alto, pero me seguía convenciendo que todo volvería a la normalidad entonces. Sin Ricardo, sin Miguel, sin Mauri, sin Marcos. No ganaba nada, tampoco perdía. Había vivido casi un año con nuevas emociones pero sería un capítulo a parte de mi vida. Una lección importante, un serio aviso sobre un ámbito, la infidelidad, del cual yo no era ni mucho menos un experto.

La había “disfrutado” de lejos en mis tiempos universitarios, espiando de forma consentida a Ricardo. Pero la vi demasiado cerca con los cuernos que puso Lara a Fidel, así que pude desengancharme a tiempo. Cuando juegas con fuego, te puedes quemar. Así pensamos tanto yo como Mauri y Miguel, aunque con el reencuentro del año anterior volvimos a ese círculo vicioso. Y esa vez, siendo o no la culpa entera de Ricardo, ese vicio se había llevado por delante dos relaciones ya. Los matrimonios de Mauri y Miguel, así como sus amistades conmigo. Recientemente también Lara había cortado con su novio tras cuernos por ambas partes. Mientras Carla hacía lo propio, con un Javi cayendo también en la tentación. Parecía que todo el mundo caía y no quería ser yo el siguiente.

Aina era el claro objetivo de Ricardo, antes forma implícita pero tras lo contado por Lara, ya de forma clara y explícita. En pocos meses habría un viaje que podría llevarse otra relación por delante como en las últimas vacaciones. Y en ese caso, la víctima podía ser yo. Seguía pensando que el precio a pagar era alto, una traición más a un amigo mío. Pero era necesario, incluso poético, que para volver al estado inicial y hacer como si nada hubiera pasado, tuviera que traicionar a Marcos.

La infidelidad de Núria nos alejaría, como había sucedido con mis otros dos amigos. Esperaba que no tuviera sospechas sobre mí, pero al fin y al cabo rompería nuestro contacto. Al igual que nuestro contacto (Aina y mío) con Ricardo. Así que si todo iba bien, esa noche podía romper ese ciclo y volver como en una máquina del tiempo a un año antes, donde estábamos ambos tan tranquilos.

-Venga vamos cari, que se hace tarde- Me dijo Aina, vestida impresionante con una falda tejana, unas medias negras (ya que tampoco hacía calor precisamente) y una camiseta larga roja que se le ceñía de forma espectacular a su cuerpo.

Un cuerpo que era mío y que haría todo lo posible para conservarlo, llevándome a quien hiciera falta en el camino.