Producto de mis decisiones (Parte 2): Cap 37 y 38

Se desarolla el primer plan de Lara y Mario, mientras que dos personas más de su círculo pueden ser importantes aliados.

Capítulo 37

-Ostia puta… enfoca mejor plis.

-Ya voy Mario ya voy… es complicado enfocar y hablar bajito con el móvil lejos de mi boca.

Por fin empecé a ver algo, aunque el móvil de Lara se movía bastante. Se veían claramente los vestidores, con una chica al fondo en efecto, subiendo y bajando la cabeza. Cuando el móvil se estabilizó, pude ver que se trataba de Rocío.

Pues sí que era golfa sí… pero quedaba lo más importante. Pude ver que el afortunado de tal mamada estaba sentado en una especie de banquillo. Les veía a ambos de perfil, pero mientras a Rocío la reconocía perfectamente… él seguía con la maldita máscara.

Tenía que ser Ricardo, pero con máscara eso no me valía para nada. Por suerte tuve un momento de lucidez y empecé a grabar la pantalla. Solo me faltaría tener la prueba definitiva contra Ricardo y no grabarla, a punto estuve. Pero ahí seguían con la mamada, sin hablar ni desvelarse la identidad del chico. Él simplemente se limitaba a acariciarle la cabeza de forma brusca.

-Aguanta un poco Lara, a ver si hacen algo más… si habla el tío o se quita la máscara.

-Ya ya… pero como me pillen te mato.

-Solo un poco más Lara…- Le dije mientras empezaba a sudar, al ver tan cerca una prueba que podía cambiarlo todo.

Pero no, ahí seguía Rocío chupando y chupando, sin revelarse la identidad del tío. Lo que estaba claro y evidenciado, era la infidelidad de ella. Aunque mi plan seguía teniendo como fecha clave la boda, así que pasara lo que pasara, eso quedaría en secreto por el momento.

De repente, Rocío miró levemente hacia un lado. El lado donde estaba Lara. Su cámara de repente enfocó el suelo. Si no la había pillado, había estado cerca. Y eso no me convenía para nada, si Rocío pillaba a Lara espiándola, se podía liar bien liada. Y la boda en riesgo, así que por el momento era suficiente.

-Oye Lara… ¿Me oyes?- Le susurré.

-Espera… sí sí ya está.

-¿Te ha visto?- Pregunté de nuevo.

-No creo, estoy hiper escondida, apenas sobresale un poco el móvil… ha mirado pero siguen a lo suyo- Me confesó mi amiga.

-Vale vale. Tía mejor lo dejamos ya eh. Como te pillen la hemos cagado.

-Sí mejor, por lo menos tienes algo. Un segundo que me voy.

Esperé unos segundos hasta la nueva respuesta de Lara:

-Vale ya está. Joder qué tensión, pensaba que me pillaba.

Solo faltaba eso. Poner en riesgo la boda, mi mayor oportunidad para cazar a Ricardo. Y poner en riesgo a Lara, mi mayor aliada para esa caza.

-No te preocupes, algo es algo. Gracias de nuevo Lara.

-Tranqui. Bueno sigo por aquí de fiesta aunque no creo que quede demasiado, ya hablamos.

-Besosss.- Y colgué.

Me había quedado a medias. Tenía solo la mitad de lo que quería, me faltaba la parte clave… poder implicar a Ricardo. Pero el riesgo era demasiado elevado tal y como estaban yendo las cosas, así que me podía dar por satisfecho aunque con ese sabor agridulce de una oportunidad desperdiciada. Yo también volví a la fiesta, bueno al sofá. La fiesta de Mauri seguía siendo dormir, mientras en la pista sí que se lo pasaban bien.

Pasaron los minutos y se nos acercó al sofá el gran protagonista de la fiesta, Miguel. Supongo que nos debió echar en falta a ambos, aunque por su comentario, tampoco le pillaba por sorpresa:

-Joder vaya cuadro jajajaja. Vaya par, solo queda Marcos para llenar el sofá de los sosos jajaja en fin… ¡Me voy a seguir que me queda poco de soltero!

Y para la pista que volvió. Marcos… ostia. Lo había nombrado Mauri en mi sueño. Ahora Miguel, también metiéndonos a los tres en el mismo saco. Si no recordaba mal, Mauri nos había llamado tímidos en el sueño. Miguel, directamente sosos. Aina también me dijo que no lo echaríamos en falta. Y así era. Así era Marcos. Inteligente, educado, buen chaval… pero no precisamente fiestero. Se parecía a Mauri y a mí, Miguel tenía razón. Menos fiestero incluso, más callado… pero también más frío.

Él nunca se llevó bien con Ricardo. Le conoció a la par que nosotros, pero mientras “las 3 M” nos unimos mucho a él y sus aventuras, la que podría ser “la cuarta M” se distanció. Tenía muy buena relación conmigo y con Mauri, pero a Ricardo y Miguel les veía mal… bueno les veía como lo que eran, algo irritantes. Así era Marcos, parecido a mí y en las antípodas respecto a Ricardo. En la universidad tuvimos muy buena relación, pero ya después todo se enfrió. Se fue a vivir a otra ciudad con su pareja Núria, a la que conocía desde el colegio. Ambos trabajaban también en el mismo sector (lo que habíamos estudiado en la facultad) y seguían su vida.

Solamente nos veíamos si había alguna reunión de antiguos alumnos. Eran bastante frecuentes en los años posteriores a graduarnos, pero luego todo se fue enfriando también y apenas le veíamos dos o tres veces al año. Alguna conversación telefónica, algún mensaje… y poco más. Y por casualidades de la vida, su nombre había aparecido bastante en mi vida. No podía ser un aliado como tal, pero si alguien tenía la mente despejada y me podía ayudar aunque fuera un poco, era él. Podía ser mi comodín. Sin levantar sospechas de nada.

Terminó por fin la fiesta y nos fuimos a casa. Aina ya estaba en la cama durmiendo, habrían terminado antes. Me cambié y me puse a dormir a su lado, esperando hacer la llamada del dia siguiente a mi viejo amigo Marcos.

Me desperté el sábado, viendo como Aina no estaba a mi lado ya. Me acerqué a la cocina y ahí estaba guardando unas cosas.

-Ey cielo ¿qué tal la fiesta?

-Mario, por fin te levantas jajaja. Bueno… ni fu ni fa.

-¿Y eso?- Pregunté.

-Nada o sea lo típico, todas bebiendo y bailando, luego que si boys o strippers… en fin lo típico. Tampoco soy yo muy de la marcha ya lo sabes. Imagino que tú hiciste igual- Acertó Aina.

-Pues sí. Estuve todo el rato con Mauri en un sofá, pasando las horas jaja.

-¿Y había también stippers guarrillas o no?

-Para que fijarme en strippers si te tengo a ti- Y le clavé un beso apoteósico.

-Joder Mario, entre el beso y tu tienda de campaña… te has despertado contento eh jajaja.

No hizo falta mucho más para que nos fuéramos ambos de nuevo a la cama a intimar. Fue un polvo rápido, el típico polvo mañanero. Así afrontaríamos el día con energía. Desde la reconciliación, nuestro sexo volvía a la normalidad. Seguro que hay gente más apasionado y que folle más, pero para nosotros esa normalidad era más que suficiente.

Fui a comprar el pan a una tienda cercana y aproveché ese momento, sin mi mujer, para hacer la llamada que tenía planeada desde el día anterior, aunque se demoró un poco:

-Ey Marcos. ¿Cómo estás? Joder llevo un rato llamando jaja.

-¡Hola Mario! Bien bien… sí es que los sábados estoy bastante de tranquis con Núria y tal.

-Ah ostras me alegro ¿Estáis todos bien?- Intenté romper el hielo.

-Sí sí, como siempre supongo. ¿Tú qué tal con Aina?

-Bien tío, hoy también de tranquis que ayer fuimos a las despedidas de Miguel y Rocío.

-Lo sé Mario lo sé jajaja yo tenía que ir pero sudé la verdad- Me dijo Marcos.

-¿Y eso?- Le pregunté

-Joder pues que no pintaba nada. No me van esas fiestas, parece fin de año que se va a terminar el puto mundo.

-Ya… jaja. Es que Aina me dijo que la aplazaron unos días por Ricardo y por ti…- Le dije.

-Sí… por mí sería precisamente jajaja. Si nadie me echó en falta seguro, no me jodas. Qué coño van a aplazar por mí. Por el pichabrava de Ricardo no te digo que no.

Y es que la “amistad” entre Ricardo y Marcos era de todo menos amistad. Tampoco eran enemigos, habían compartido muchos años de clase y ratos libres como nosotros, pero eran tan opuestos…

-Vaya jaja ya… no sé. En fin,  ¿sigues con el ciclismo?

-Pff le estoy dando menos, joder ha sido llegar Septiembre y todo el trabajo se acumula. Pero bueno voy sacando ratos sino para la bici, para jugar al fútbol y eso- Me contestó él.

Marcos tenía un físico parecido al mío. Algo más alto y más delgado, de hecho hacía bastante más deporte que yo (no era complicado) y se mantenía en forma. No era gran cosa, pero sería comparable a Miguel en cuanto a estado de forma. En rasgos faciales se parecía también a mí, sin destacar en nada especial. Pelo corto eso sí y con la barba algo más abundante que yo.

Tras esa breve toma de contacto, proseguí:

-Bueno te llamaba por lo de la boda y eso… si al final venías. Y para charlar y tal.

-Sí sí, Miguel es un buen tipo. Ya me dijo que Ricardo también iba pero bueno, a veces hay que hacer sacrificios jajaja- Me contestó él.

En carácter, aún coincidía más conmigo y sobre todo con Mauri. Como bien había dicho este último en mi sueño, Marcos era tímido, de pocas palabras. Aunque en las distancias cortas ganaba y era bastante divertido. Pero la gran diferencia con nosotros dos, es que él sabía lo que hacía. Pese a no tener constancia nunca (que yo supiera) de la sala X y de los juegos de Ricardo, siempre se había olido algo. Sin llegar a criticar, Marcos se había distanciado de nosotros cuando Ricardo hacía acto de presencia.

Tanto durante la universidad como después, él estaba con Núria y tenía claras sus prioridades. Nos apreciaba a “las 3 M”, pero siempre mantenía esa distancia de seguridad cuando estaba Ricardo. Eso le había hecho perderse fiestas y horas de diversión, pero visto lo visto no era su vida.

-Ya… bueno nos lo encontramos hace meses en un garito y mira, volvió a nuestras vidas así por casualidad- Le dije, mientras que él me respondió:

-Ya lo dicen, que mala hierva nunca muere.

Capítulo 38

-Oye no te pases jaja.

-Es verdad Mario y lo sabes. Tanto hombres como mujeres pensamos muchas veces con lo de abajo. Solo hacen faltan dos cartas para ganar una partida. La carta de Ricardo siempre es la misma, solo hay que evitar que saque la otra carta para ganarle.

-Bueno… empezamos a mantener contacto, quedamos con él de nuevo con las parejas de Miguel y Mauri también, ha dado trabajo a Aina…-Le confesé a mi amigo.

-Joder Mario, sí que le habéis metido en vuestras vidas sí jajaja. Solo falta que os vayáis de viaje veraniego juntitos todos jajaja- Me dijo Marcos.

-Ya… jaja.

Viendo cómo Ricardo se había tirado a Raquel y tenía como objetivo a Aina, me arrepentía de no haber tomado su postura, la postura de Marcos. Una postura segura, quizás cobarde. Pero al fin y al cabo él elegía a sus amistades y estaba claro que Ricardo no era una de ellas. Marcos vivía tranquilo con Núria, la cual sin ser tan bella como Aina, era realmente atractiva. Tenían ambos sus trabajos y vidas sin complicaciones en otra ciudad, también con sus amistades. No serían el alma de la fiesta ninguno de los dos, pero eran felices.

-En fin, tengo ganas que llegue la boda la verdad. Ya hace meses que no nos vemos. Y Núria tiene ganas de abrazar a Aina.

Ambas se llevaban estupendamente. Mientras que Aina consideraba a Marcos un poco soso, con su mujer hacían muy buenas migas. Tampoco es que Núria fuera la diversión personificada, pero era bastante parecida a Aina y se pasaban horas y horas hablando. También en lo físico se parecían, aunque Núria era morena. Más discreta en la cara (sin los rasgos marcados y sensuales de Aina) pero con apariencia de niña buena que daba su morbo. Pecho algo menor al de Aina también y parecidas caderas.

Desde que la conocí que me atrajo bastante en todos los sentidos (mucho más que Rocío y Raquel), pero con Marina y después Aina, estaba más que satisfecho.

-Tú no tantas eh… jajaja es coña- Le dije, en relación a sus ganas de ver a mi mujer.

-Jajaja nah tío, siempre nos vacilamos ya lo sabes- Me contestó.

Así era, Aina le veía algo soso, pero se lanzaban unas indirectas que cuidado. Siempre de buen rollo, ya que como digo Marcos ganaba en las distancias cortas. Y otro aspecto importante, es que confiaba en él, al igual que Aina.

Fuera más o menos divertido, incluso con alguna indirecta, nunca haría nada a malas. Esos piques suyos con mi mujer eran sanos, muy distintos a los de Ricardo donde siempre llevaba las conversaciones al plano sexual. En resumen, la relación de Aina y yo con Núria y Marcos era muy buena, con el inconveniente que nos veíamos poco.

Aún con eso, confirmando que vendría a la boda y que desconfiaba de Ricardo desde el primer día de conocerle, decidí empezar a jugar mi as bajo la manga:

-En fin… me gustaría quedar contigo y charlar.

-Claro Mario ya sabes que Núria y yo encantados. De hecho en la boda tendremos tiempo de hablar mientras los demás se emborrachan jajaja.

-Sí… pero me gustaría hacerlo en privado- Le dije a mi amigo.

-¿Te pasa algo Mario?

-No Marcos a ver… es que me gustaría contarte unas cosas y que me dieras tu opinión. Es algo un tanto privado y prefiero que quede entre ambos.

-Vale vale… Pues no sé- Me dijo.

-Mañana voy con Aina a visitar a mis padres. ¿Durante la semana tienes algún hueco? Si no lo dejamos para después de la boda.

-Casi que mejor, voy bastante liado entre semana... ¿Pero no te pasa nada gordo no?- Me preguntó Marcos.

-No no tranquilo joder… Ya te contaré. Vamos hablando tío ya me dices.

-Vale. Vamos hablando, cuídate tío- Y me colgó.

Tenía que sacar todo lo que llevaba dentro. No tenía suficiente valor para contar todo aquello, todas esas dudas sobre la futura fidelidad de Aina, a mi família. Mi hermana me podía entender y debía ser una aliada, pero ella no conocía a Ricardo. Mientras que Marcos sí, así que podría ser de mucha más ayuda. De momento dejé guardado ese as bajo la manga. Pasaron las horas con normalidad hasta llegar al domingo, donde iríamos a pasar el día a casa de mis padres. Solíamos ir de vez en cuando, aunque en esa ocasión había sido mi hermana que había insistido. Yo seguía con mi mente en la boda de Miguel y no sabía si aprovechar o no esa reunión familiar.

Mi hermana estaba muy ligada a Aina, siempre muy confidentes. Podía usar eso a mi favor, pero tras los hechos acontecidos, con la confesión de Lara, no sabía si era el momento. La boda podía significar el fin de todo, sin involucrar a nadie más. En todo caso, dejaría que la situación fluyera y si encontraba la ocasión, podía contarle algunas cosas.

Llegamos a media mañana y ahí estaba en la puerta Marta, mi hermana. Algo más alta que yo, rozando el 1,80. Bastante delgada y con un físico envidiable. Estaba mantenida por su novio, un empresario de éxito americano que se la solía llevar por el mundo. Aunque en ocasiones (como aquella) tenía bastante trabajo así que ella se quedaba aquí con nuestros padres, viviendo de igual forma mantenida en todos los sentidos.

No la consideraba una aprovechada, pero mal no vivía. Se pasaba los días, según me contaba, haciendo deporte. De ahí su figura atlética. Bastante guapa de cara, pelo liso negro bastante largo y sin demasiadas curvas eso sí. Supongo que era como yo, del montón. Con la diferencia que se cuidaba mucho más y ese aspecto físico no pasaba desapercibido. Tenía 4 años menos que yo, 24 por los 28 míos.

-¡Hermanitooo!- Me dio dos besos Marta.

-¿Cómo estáis?- Le respondí.

-Bien como siempre jeje, mira pasa que están los papis.

Ahí estaban ambos, Víctor y Vanesa, mis padres. Ambos a punto de llegar a los 50, ambos muy parecidos a sus hijos. Sobre todo mi madre, idéntica a Marta aunque sin su cuerpazo evidentemente. Charlamos un rato los cinco y nos pusimos a comer. Aina se llevaba genial con mi familia, aunque el hecho de no vernos demasiado podía influir también. Eso y que no eran controladores ni demasiado cotillas, siempre habíamos ido a nuestro aire. Seguramente ya tenían bastante con controlar a mi hermana.

Después de comer, seguimos charlando e incluso jugamos a un juego de mesa de hacer dinero falso comprando propiedades. Muy divertido, casi me duermo. Quien sí que se fue a dormir un rato fue mi padre, bastante cansado del trabajo semanal. Trabajaba de lunes a sábado en una fábrica y tenía unos turnos algo duros. Mi madre por su parte, le limitaba a las tareas del hogar y a hacer algo de deporte también con mi hermana. Mi hermana, que en esos momentos estaba charlando animadamente con Aina. Aunque fue mi madre la que entró en la conversación, desplazando a Marta a mi lado.

Yo, hasta entonces trasteando el móvil, vi la oportunidad perfecta para abrirme un poco:

-¿Y qué es de Michael?

-Pff pues ya sabes, como siempre. De aquí para allí. No para el tío.

-¿Y no te lleva ya?

-Oye que no soy una maleta hermanito jajaja. Qué va, depende del viaje pero vamos, últimamente son viajes así para iniciar colaboraciones. A mi me suele llevar a fiestas ya con los tratos cerrados jajaja- Me contó Marta.

-No vives bien tú ni nada…

-¡No me quejo! Jajajaja.

Ahí tenía mi oportunidad, contarle o no lo de Aina con Ricardo. Bueno, toda la situación en general. Sería demasiado arriesgado, con mi chica confiando en mí de nuevo, si Marta se iba de la boca se podía liar gorda de nuevo.

No podía contarle todo, pero sí tantear un poco el terreno:

-Yo con Aina guay también, pero bueno a veces la rutina y tal… ya sabes.

-Ya… me imagino. ¿Pero folláis bien y eso no?-Me soltó de golpe

-¡Marta! Habla más bajo...

-Joder jajaja yo que sé… solo preguntaba- Me dijo ya en voz baja, pero riendo.

-Sí… todo bien. Pero no sé. Ella es una mujer muy fogosa, más de lo que parece. Bueno sí que lo parece… el caso es que de personalidad ya sabes que es así más cortada y tal pero según como…- Le decía a mi hermana, haciéndome la picha un lío.

-Creo que sé por donde vas… con ese cuerpazo que se gasta seguro que se siente deseada y poderosa, pero a la vez está como contenida contigo… ¿No?

-Más o menos…

-Pero es lógico Mario. Es que Aina está buena, pero buena buena. Seguro que tiene sus fetiches, todo es hablarlo. Pero ya digo es normal, a mi me pasa con Michael- Me dijo.

-¿Qué te pasa?

-A ver Mario, pues la rutina, la vida en pareja… siempre pueden surgir dudas. Una va cumpliendo años, en mi caso me estoy poniendo en forma y siento algunas miradas de deseo.

Al final se estaba abriendo más ella que yo. La vida de mi hermana con su novio era importante, pero en ese momento me importaba Aina:

-Es que no sé… todo va genial como siempre pero es eso, siempre hay dudas. Yo soy como soy y a veces pienso que ella está en otra liga, que a la mínima quien sabe…

-Joder hermanito… Aina es un sol, igual que tú. No te preocupes por nada hazme caso. Por eso te decía lo de follar jajaja- Me volvió a decir mi hermana.

-Sí, o sea el sexo bien… normal como siempre, no sé.

-Es más importante de lo que crees. Vosotros la metéis, cuatro empujones y a dormir. Pero nosotras nos tenemos que sentir llenas, deseadas, complacidas…

No sabía como, pero estaba hablando de sexo con mi hermana. No era mi intención, me resultaba incluso incómodo, así que fui al grano:

-Es que hicimos el viaje de verano sabes, con los amigos y tal. Y bueno… Aina estaba como distinta.

-¿A qué te refieres con distinta?- Me preguntó Marta.

-Pues no sé… fuimos por ejemplo a una playa y un amigo mío así acoplado propuso hacer topless… y lo hizo.

-Bueno Mario… tampoco hay para tanto jajaja todos tenemos pezones. A parte con confianza y tal… fue Miguel supongo quien lo propuso.

-Que va, otro tío que no conoces, de la uni también pero perdimos el contacto- Respondí, sin darle importancia a la identidad de Ricardo.

-Ah vaya y se acopló así en el viaje jaja qué bien- Me dijo.

No le dio importancia al tema topless, mientras que a lo del bañador blanco seguro que tampoco le encontraría nada raro. Así que tiré de lo emocional que podían vivir ambos estando así de cerca:

-El caso es que este amigo está muy ligado a nuestras vidas ahora. Comparte trabajo con Aina, iban juntos al gimnasio....

-Vaya… entiendo. Así que son celos eh jaja- Acertó mi hermana.

-No… o sea sí pero es que ves a Ricardo así tan macho y parecen hechos tal para cual- Le dije… y se me escapó su nombre.

-¡Ostia Ricardo! No sabía que hablabas de él. ¿Y como está?