Problemas estomacales de una enfermera (SCAT)
Pues aquí traigo el segundo relato de scat que ha pasado por mi sucia mente ;) A los que les gustó el primero supongo que este les gustará también, cualquier sugerencia ya sabéis...
6:00 De la mañana, suena el despertador y como de costumbre le pego un guantazo y lo tiro al suelo, diez minutos más tarde me encontraba en la cocina:
-Ummm ¿dónde puse la leche que compré ayer...?
Busqué por todos los rincones de la cocina pero no encontré nada así que decidí acabar con un poco de leche que llevaría algo así como una semana y media o tal vez dos en la nevera. No podía perder mucho tiempo, pues en cuanto el reloj marcara las 7 y media debía estar en el hospital atendiendo a mis pacientes, en fin, la dura vida de una enfermera.
Cogí mi coche y mala suerte la mía, otra mañana llena de atascos con dirección al centro de la ciudad, estaba aprovechando los minutos entre semáforo y semáforo para ordenar mi bolso cuando me empecé a encontrar un tanto mal, mi estómago hacía unos ruidos bastante fuertes pero no le dí mucha importancia.
Al llegar al hospital me encontré de bruces con el jefe de enfermería, el enfermero Sergio, era un chico de unos 27 o 28 años alto, bastante guapo y con unos ojos verdes que traían locas a media plantilla de enfermeras.
-Hey, buenos días Cris, ¿ has terminado los informes que te pasé el otro día?
- Ah, buenos días Sergio...¿Ummm los de la habitación 303?
-Exacto.
-Bueno...En ello estoy, dame 2 días más y lo tendrás todo perfecto.
Y sin venir a cuento, nada más terminar la frase me dió una palmadita en el trasero que me hizo darme cuenta de que los ruidos del estómago que había tenído antes eran un mal presagio...Subí a la tercera planta, cogí mi uniforme y me dirigí rapidamente a los baños para cambiarme, con las prisas entre apretón y apretón no me dí cuenta que me había metido en el baño del personal masculino pero ya era demasiado tarde...Allí estaba yo, dentro de un cubículo en ropa interior y con unos retortijones horribles, era tal el dolor que solté un leve gemido, lo suficiente para que cierta persona que allí se hayaba tocara en la puerta.
-¿ Cris, eres tú?
- Emmm...Si...Sergio soy yo, me...¡¡Me equivoqué de baño, me cambio y salgo en nada!!
No me lo podía creer, la situación era realmente embarazosa. Cuando de repente no pude aguantarlo más y un pequeño chorro de cremosa mierda empezó a salir de mi ano, olía realmente mal, para colmo Sergio se dió cuenta de lo que estaba pasando pues preguntó
-...Cris, ¿ estás bien?
Awww...Si, dame unos minutos y salgo.
Pero no, no pasaron esos minutos, soy una maldita despistada y me dejé la puerta del baño con la cerradura abierta, Sergio, el cuál estaba apoyado en ella entró sin querer y me vió de aquella forma; ambas manos al rededor del vientre, intentando soportar el dolor, todas las piernas llenas de heces líquidas que bajaban lenta pero continuamente y yo totalmente ruborizada. Pero mi asombro llegó cuando Sergio no huyó de allí sino que al verme así me cogió de las muñecas y me empotró contra el vater.
-¿Qué te ha pasado, pequeña enfermerita? ¿ Has tenido algún problema estomacal del que yo no me haya enterado?
Y seguidamente pasó un dedo índice por mi trasero y lo metió hasta el fondo de mi ano.
-Awww Sergio ¿ qué haces? no sigas por favor, me muero de dolor...
Pero mis palabras no eran suficientes para él, le gustaba ver como me retorcía de dolor y contemplar los chorros de pura mierda líquida caer al suelo. Sacó el dedo de mi ano junto con pequeños trozos de heces que aún estaban algo sólidas, lo lamió y lo introdujo en mi vagina la cual estaba bastante mojada por toda la excitación, me besó e introdujo su gran miembro por mi ano, quedó bastante embarrado por las heces pero no parecía importarle, lo sacaba y lo volvía a meter contemplando como su pene se quedaba totalmente marrón, después de todo esto nos dimos una ducha en el hospital y fuimos a su despacho a que me diera una pastilla contra la diarrea.
CONTINUARÁ...