Probando sumisa en carnaval

A mi oído susurras si he cumplido tus órdenes mientras recorre tu mano mi espalda bajando con una cadencia que me vuelve loca hasta mi culo para comprobar que no llevo ropa interior.....

PROBANDO SUMISA EN CARNAVAL

Mientras recorremos juntos los escasos metros que nos llevan al salón donde se celebra la fiesta de disfraces que nos proponemos disfrutar esta noche, pienso en tus palabras el día de la partida de dados. Cuando nos quedamos solos me dijiste que una sumisa tiene que tener en cuenta algunas cosas, entre ellas no solo la sumisión, también la obediencia y la confianza en su amo. Prometiste que en nuestra próxima cita pondrías a prueba todas ellas.

Así de nerviosa reviso mi vestido. Tu has elegido como vestirnos, tu disfraz de Napoleón se completa con el mío de emperatriz Josefina.He cumplido todas tus órdenes, el amplio escote, todavía tapado con una ligera capa, deja ver parte de mis pechos y un poco de mis pezones que sin duda, junto con la sorpresa que te guardo, harán tus delicias. La falda, hasta los pies, modela mi cuerpo suavemente, debajo tan solo unas medias blancas de encaje que llegan hasta la parte superior de mis muslos, enmarcando mi sexo depilado y maquillado levemente para ti.

En el amplio salón, multitud de hombres y mujeres disfrazados de las más variadas cosas, hablan y bailan al son de una agradable música. Tus manos se posan en mis hombros para desprender la capa, te digo que cierres los ojos y me doy la vuelta. Ya puedes abrirlos, estoy frente a ti y te muestro orgullosa como en mi pecho izquierdo destaca una pequeña rosa negra tatuada sobre el fondo blanco de mi piel. Es tu marca, al tenerla grabada de nuevo te digo que eres mi amo, que te pertenezco; tus ojos brillan al mirarme y tus labios, cálidos y suaves se posan en la rosa dejando un pequeño beso que me hace estremecer de placer.

A mi oído susurras si he cumplido tus órdenes mientras tu mano recorre mi espalda bajando con una cadencia que me vuelve loca hasta mi culo para comprobar que no llevo ropa interior.

De pronto agarras mi cintura y nos ponemos a bailar, aprietas mi cuerpo al tuyo sintiendo como tu sexo me roza y hace que el mío comencé a , tus manos de amo recorren mi cuerpo mientras bailamos haciéndome saber que te pertenezco, que estoy ahí solo para tu placer.

En un descanso del baile, me mandas a por unas copas, a mi regreso te encuentro hablando con otro hombre, también como nosotros lleva un antifaz que cubre su cara, con un gesto me dices que no me aproximé, y me quedo ahí en medio de la sala esperando que regreses.

De pronto, la música cambia de tono, se convierte en un son que casi hipnotiza, a su vez la luz que ilumina el salón cambia de color, de intensidad convirtiendo en un momento el alegre baile en una bacanal, cuerpos por todos los lados que se desnudan y se tocan sin pudor alguno. Vuelvo a mirarte, y de nuevo tu gesto me dice que no me acerqué. Mientras a mi lado han ido llegando hombres, cuatro disfrazados de diversos personajes, uno de ellos tomando mi cintura me ha dicho que tenía el permiso de mi amo para saber si soy la mejor de las  sumisa como él presume. Sin poder evitarlo,  uno de ellos de un tirón libera mis pechos del vestido quedando al aire  sujetos por la tela del escote, así todavía más apetitosos, ha llegado hasta mis pezones pellizcándolos para hacerlos crecer. Desesperada busco tu mirada, desde lejos me dices que siga, que les deje hacer. Ya los cuatro han sacado sus penes mientras me ordenan que suba mi vestido por encima de mi cintura, dejando al descubierto mi sexo y mi culo. Uno de ellos ha traído un banco pequeño y sin decirme nada me ha hecho colocar de manera que apoyando mi vientre en el banco mis pechos cuelgan por un lado y por el otro disponen de una estupenda vista de mi coño y mi culo expuesto a sus miradas y sobre todo a sus manos. Se acercan a mi, siento como sus pollas rozan mi cara, su olor impregna el ambiente, todos  aprietan mis pechos y con unas pequeñas fustas azotan mi culo, uno de ellos introduce el

mango en mi coño bruscamente sacándolo muy mojado, lo mira y mientras lo acerca a mi boca para que lo limpié dice que sí es verdad lo que mi amo afirma que su zorrita siempre está húmeda y preparada para él. Es cierto, estoy muy excitada pero no por verme rodeada de pollas extrañas sino porqué sé que tú me estás mirando, que seguramente estarás gozando como tú sumisa se entrega por ti.

Unas manos me levantan, ahora me dicen te vendaremos los ojos y nos vas a ir mamando uno a uno y después todos te follaremos como nos apetezca. Desesperada vuelvo mis ojos hacía  a ti, de nuevo con un gesto me dices que obedezca. Así un pañuelo tapa mis ojos, la

suave tela pronto queda empapada con mis lágrimas, pero obediente me pongo de rodillas esperando el primer sexo que chupar. Siento como alguien se acerca, un suave roce de un pene acaricia la pequeña rosa de mi pecho y luego sube hasta mi boca. Mi primer impulso

es de rechazo, pero luego pienso en ti, en mi amo, no puedo hacerte quedar mal, y voy intentar hacer la mejor felación que haya hecho nunca. Comienzo a pasar mi lengua muy lentamente desde la punta hasta la base de la polla, lo hago una y otra vez marcando un

ritmo que me hace sentir como crece y empieza a mojarse, hasta que mis labios la recorren por completo y la meto toda en mi boca, apretando y soltando, acariciando y mamando, dejándola al borde del orgasmo. De pronto el pañuelo que tapa mis ojos desaparece, y

mirando hacía arriba mis ojos se encuentran con los tuyos, eras tú!!!!!, mis lágrimas ahora son de alegría, mientras siento como te corres en mi boca en un espléndido orgasmo que me hace sentir la sumisa más feliz del mundo.

Después de limpiarte, me levantas del suelo y besando mi cuello me dices al oído, has estado maravillosa y mereces un premio. Solo puedo decirte que el mejor de los regalos es estar a tu lado, ser tuya para tu placer infinito.....