Probando, probando... (Capítulo 15 - FINAL)

Andrea intentará reconducir todo hacia ese fin soñado, incluso teniendo engañado a su tío, pero de otra manera no lo conseguirá. ¿Convencerá también a su madre?

Probando, probando…

Capítulo 15

Aun no sé cómo me he metido en todo este lío, pero aunque mi hermana se empeñe en querer poner normalidad, el hecho de que Andrea quiera seguir con sus locos juegos, supera a cualquiera.

Tras la cena, con ciertas miradas cómplices con ella, nos sentamos para seguir charlando, contando chistes y anécdotas siempre relacionadas con el sexo, tomando una copa de champagne y celebrando nuestra última noche juntos, naturalmente los cuatro en pelotas y algo achispados por el alcohol.

-       ¿Qué os parece que hagamos otro juego como el de anoche? – propone de pronto mi sexy sobrina.

-       Hija, anoche fue muy fuerte, no sé… - responde su madre mirándome avergonzada como queriendo ver en mí ese apoyo a la moción de censura.

-       Pues a mí me apetece jugar a algo. – añado yo en papel cómplice con Andrea.

-       Pero hermanito, habíamos dicho… - mi hermana protesta sorprendida ante mi intervención.

-       Son solo juegos, Rosa. – agrego.

-       Por supuesto. Solo hasta donde queramos. – interviene su hija y me guiña un ojo disimuladamente.

En esta ocasión lo que propone Andrea es distinto al juego de la noche anterior, aunque más bien es la clara continuación. Estoy nervioso con saber de qué se trata. Al final lo explica:

-       ¿Habéis oído hablar de “La ruleta de las fotos sexys”?

-       Y, ¿cómo es eso? – pregunta intrigada su madre.

-       Pues hay una página web en donde la gente manda fotos y los demás usuarios las votan. Las fotos van a un ranking y al final de la noche dan un premio a la mejor imagen en cada categoría.

-       ¿Pero qué tipo de fotos? – pregunta confusa Rosa.

-       Pues de sexo, naturalmente. – apunta su hija con naturalidad.

Todos permanecemos callados, esperando la reacción de los demás, pero yo sigo con mi papel de ayuda y aporto mi granito:

-       ¿Cuántas categorías hay? – le pregunto a mi sobrina.

-       Hay varias. Podemos participar en las que queramos.

-       ¿Has jugado a eso ya? – cuestiona mi hermana.

-       No, nunca. Pero siempre he tenido ganas. Además hay premios muy buenos, como una cámara fotográfica o incluso un crucero para cuatro personas en la de categoría suprema.

Es increíble la habilidad de Andrea para idear un juego y ese de las fotos, es, cuando menos,  excitante y morboso.


Todos parecen alentados a participar, aunque noto a mamá más reticente que los demás, supongo que por miedo a todo lo que pueda suceder, pero la animo un poco más.

-       Tranquila mami que no se nos va a ver la cara.

-       Es que no sé… - responde ella con cierta preocupación, no sé si muy bien por mostrar su cuerpo en una web con miles de visitas o porque aquí se pueda desmadrar todo y yo espero francamente que sea así.

-       Vamos a hacer una prueba. Empezamos con una foto de tus tetas, mami, verás que bien. – le vuelvo a retar.

-       ¿De mis tetas? – pregunta sorprendida.

-       Claro, son preciosas. Comprobarás el resultado y fliparás.

Le ordeno a Jorge que saque la cámara porque además él sabe hacer muy buenas fotos y empezamos con varias tomas de las tetas de mamá. Una foto de frente, otra de costado, más cerca, más lejos y una más agachada, donde sus pechos quedan más caídos pero se ven muy apetitosos y sugerentes con sus pezoncitos de punta y al final todos estamos de acuerdo que esa es la mejor de todas. Naturalmente no se le ve la cara y el resultado de la foto, muy bien enfocada y encuadrada, parece encantarle.

-       Tienes unas tetas divinas, hermanita. – añade el tío muy animado.

-       Desde luego. Son perfectas – afirma Jorge efusivo y ella se siente muy complacida.

Paso la foto al portátil y tras el registro la subo a la web “La ruleta de las fotos sexys”. A los pocos segundos está aceptada por el sistema.

Todos permanecemos expectantes y a los pocos segundos, la foto empieza tener corazones que son votos de turno que van valorando la imagen en la página dentro de la categoría “tetas”. Al cabo de tres minutos tiene más de mil valoraciones, comentarios, y piropos de toda índole.

Nos miramos sonrientes, aplaudiendo ese éxito, al ver que la foto se está colocando en muy buena posición en el ranking. Mamá, mucho menos reticente con el juego, parece más bien encantada.

-       ¿Has visto mami?, ¡Estás la sexta en tetas!

-       Y no puedo creer que haya miles de votos. – añade ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-       Ahora vamos a subir una polla bonita. ¿Quién se anima?

Había planeado que fuera Jorge el que rompiera el hielo de los chicos, pero el tío en su afán por ayudarme incondicionalmente, levanta la mano adelantándose a mis planes.


No me puedo creer que me haya ofrecido voluntario para mostrar mi polla a miles de personas. Al menos, espero que no se me vea la cara. Todo sea por este juego morboso y ante todo por ayudar a mi sobrina a conseguir su objetivo.

Tras seguir las indicaciones de Jorge, me voy poniendo en diversas poses, con mi polla en ristre, pues está en total erección gracias a las chicas que acarician mi culo, me dan besitos en el cuello, pasan sus tetas por mi espalda y alguna que otra caricia de sus dedos por mis huevos. Al final seleccionamos una foto en la que sostengo mi verga con dos dedos en la base que se muestra con un capullo hinchado, brillante y retador.

Es increíble, pero en pocos minutos, las valoraciones van subiendo la foto hasta una buena posición.

-       Verás como Jorge querrá ganarte. Es muy competitivo, igual que mamá – me dice de pronto Andrea al oído.

Veo, tal como ella pronostica, que su novio está pajeándose hasta conseguir una erección monumental, que sin duda va a dejar desbancadas a unas cuantas vergas de la página.

-       Venga, ¿quién me hace una foto? – propone el chico con su enorme tranca en la mano.

Mi hermana, más animada aplaude al ver las fotos que su propia hija está sacando al formidable miembro de su novio que se ve pletórico en cada instantánea.

-       Esa es muy buena, está para comérsela – comenta mi hermana relamiéndose, señalando una imagen del miembro de Jorge en primer plano con su capullo brillante.

Efectivamente la foto en la que Jorge está medio tumbado en el sofá aguanta su polla sobre su vientre y casi le llega al ombligo. Lo que Rosa debe ignorar es que realmente no se la come nadie todavía. Espero que hoy se quite esas tonterías y Andrea la pueda probar por fin.

Tras retocar esa foto lo justo, la subimos a la página y en breves minutos se va colocando entre las primeras y curiosamente yo estoy justo detrás en el ranking, algo que me halaga, pues siendo menos grande en tamaño, parece que también tiene seguidores, aunque espero que sean más seguidoras.


Es increíble lo bien que está saliendo todo, de hecho estoy muy contenta y cachondísima con solo imaginar lo que pueda venir después.

-       Ahora podemos ver cuál de nuestros coñitos sube más en el ranking. – añado sonriente acariciando mi rajita frente a mamá.

Sé que a eso ella no puede resistirse, pues es altamente competitiva y tras el éxito de sus tetas quiere probar suerte con su conchita. Me adelanto a ella, porque de esa manera haciéndoselo desear, lo hará con más ganas. Creo que su reticencia inicial está desapareciendo del todo. Me coloco sobre la mesita con mis piernas abiertas, mostrando mi sexo en toda su plenitud, ante la atenta mirada del tío, mientras Jorge no deja de disparar con su cámara a poca distancia,  hasta que una de ellas se ve claramente la humedad de mi rajita y la subimos de inmediato a la página. Me resulta divertido y excitante ver un primer plano de mi conejito y las valoraciones de toda la gente que lo va votando… por no hablar de los innumerables comentarios obscenos, que lejos de molestarme, me excitan todavía más.

Luego es mamá la que insiste en querer subir su coño a la web y Jorge está empalmadísimo cuando le toca la labor de fotografiarla desde bien cerca ese tesoro tan deseado. Ella le mira excitada cada vez que su cámara se acerca y él, al mismo tiempo, parece relamerse con ese coño que sueña con follarse en algún momento. La foto elegida de mamá es una rajita húmeda bien abierta con sus dedos, mostrando sus largas uñas sujetando sus labios externos tensados, adornados con un vello fino y bien recortado alrededor con una sonrosadita hucha en el centro de la imagen.

El chochete de mamá va subiendo en el ranking, aunque sigue ganando el mío con una ligera ventaja.

-       ¡Quiero subir otra! – exclama envidiosa al ver que la voy superando.

-       Tendrá que ser en otra categoría – digo, pues el sistema solo deja subir dos fotos en cada sección por día y hemos subido ya nuestros dos coñitos.

-       ¿Y en qué categoría puede ser?

-       Pues hay una de consoladores. Si quieres probar esa.

-       ¡Claro! – dice sonriente y sale corriendo a su habitación.

Al cabo de unos segundos mamá regresa con su gran consolador rojo y tira de la mano de Jorge para que le haga una buena foto a su conchita con el consolador metido. Ella se pone medio tumbada en el sofá y tras chupar la punta de ese gigantesco dildo, se lo introduce en el coño para deleite del tío y de mi novio que la miran extasiados.

Mamá, totalmente caliente, se mete y se saca el gran consolador de su coño incesantemente, mientras mi novio sigue haciendo fotos sin parar.


A estas alturas de la noche, ya no puedo predecir cómo va a acabar todo, pero ver a mi hermana tumbada en el sofá metiéndose ese gran cilindro de goma, mientras jadea tan cachonda mientras Jorge la fotografía desde cerca, creo que de hoy no pasa que Andrea vaya a cumplir su sueño de ser follada por su chico sin ningún tipo protección. Estoy seguro de ello.

Al final Jorge elige la foto ganadora y cuando la veo me parece una imagen brutalmente cachonda, con ese coño totalmente abierto con el consolador dilatando los labios vaginales de mi hermana e impregnado con los jugos que emanan abundantemente.

-       Bueno, mamá yo también quiero subir una de esas. – añade Andrea y le arrebata el consolador para metérselo de golpe en su rajita, aprovechando su gran lubricación.

Andrea se apoya con los brazos en el sofá y deja el culo en el aire con el consolador medio metido. Todos estamos muy excitados.

-       A ver, tío, tú ayúdame a meterlo y así Jorge va sacando mejores fotos – añade ella con naturalidad pidiéndome apoyo.

Sobra decir que estoy como un animal,  con una empalmada máxima, pero es que además me tiemblan las manos cuando agarro ese cilindro y comienzo a meterlo y sacarlo del apretado coñito de mi sobrina, mientras ella me mira fijamente a los ojos gimiendo con fuerza.

A su novio no parece importarle que yo esté follando a su chica con este consolador ni su madre tampoco parece poner pegas, pues se nota que ha quedado bastante excitada con su sesión y ahora más viendo a su propia hija tan entregada. Mi mano sigue actuando y una de las veces consigo meter bastante adentro el juguete hasta que ella echa su cabeza atrás y lanza un gemido intenso. No ha podido entrar en éxtasis y dejarse llevar por un orgasmo que todos celebramos con aplausos. Esta noche está desmadrada.

-       Esa es buena, cariño – le dice Jorge cuando su coño tiembla mientras él ha seleccionado una toma que no ha sido nada fingida.

La foto, sin duda es de diez, como lo es el propio coño de Andrea. Con cierta pena voy sacando lentamente el cilindro de goma de ese coño y me quedo extasiado en la forma en el que la rajita de mi joven sobrina lo va soltando. ¡Dios, lo que tiene que ser con una polla de verdad!


Mi foto del consolador está teniendo mucho éxito y se ha colocado la tercera de su categoría. Estoy muy contenta, pero más que por el ranking por la buena marcha que lleva la velada.

-       Bueno, ahora los chicos, una en la categoría de masturbación – añado eufórica sabiendo que hay que aprovechar este continuo tirón.

Los chicos se empiezan a pajear, más que dispuestos a seguir con el concurso de fotos, pero yo les aclaro.

-       No, mejor es que la paja la haga una mano femenina, será mucho más sexy. Mamá empieza tú con Jorge. – añado y tomo la cámara para ser yo quien haga las fotos.

Veo que mi madre no se muestra nada evasiva, pues su calentura es máxima, tal y como yo quería. Sin decir nada, agarra el enorme falo de Jorge y comienza a pajearlo lentamente disfrutando de esa verga tan grande entre sus dedos.

Todos sabemos que esto no tiene freno, sin embargo nadie parece poner objeción ni impedimento a cómo se va sucediendo todo. Soy perversa, mentirosa y sibilina, lo sé, pero es necesario para que todo suceda como tengo  previsto.

Mi chico cierra los ojos ante la masturbación de mamá. Yo aprovecho para dilatar algo más ese momento sabiendo que ambos lo disfrutan al máximo y sigo sacando fotos sin cesar.

La foto elegida por todos es una de primer plano donde se ven los finos dedos de mamá con largas uñas rodeando ese tronco gordo y venoso de Jorge que está coronado con un capullo brillante y seductor. La foto, como era de esperar, comienza a tener muchas visitas y votos.

-       Ahora yo con el tío. – añado pasándole la cámara a Jorge.

Sin ningún impedimento por su parte, sostengo el duro falo del tío entre mis dedos. Él, evidentemente, está extasiado con la situación, como lo estamos todos. Entonces mi mano empieza a mecer ese miembro que noto endurecerse por momentos. Mi novio sigue disparando y de vez en cuando me guiña el ojo, sabiendo de esa complicidad que nos va a llevar a ambos a cumplir el sueño que tenemos en mente. Él, follarse a mamá y yo a hacerlo por fin con el tío. Mientras le masturbo con una mano, con la otra masajeo sus huevos.

-       Cariño, como sigas así me corro. – me avisa totalmente excitado.


Jorge ha conseguido hacer una buena foto y ahora que la veo en la pantalla grande, mi polla parece de mayor tamaño de lo que realmente es. Sin duda el chico es un buen fotógrafo, pero la mano de mi sobrina y su dulce paja han conseguido sacar de mí toda esa grandeza. Las fotos siguen subiendo en cada una de las categorías pero mi hermana nos sorprende a todos:

-       ¿No hay una de pajas cubanas? – lo dice sosteniendo las tetas con ambas manos. Se nota que está muy desbocada.

-       Sí, creo que sí. – apunta su hija con una sonrisa de oreja a oreja.

Me quedo flipado con el estilizado cuerpo de Rosa y sus tetas tan bien puestas imaginando lo que debe ser tener una polla entre ellas. En ese momento ella me señala para que me acerque a su cuerpo y Jorge se dispone a disparar. No puedo creer que sea yo el afortunado. Me tumbo en el sofá y Rosa arrodillada a mis pies, acerca sus preciosos pechos hasta acercarlos a mi tieso pene que queda rodeado por esas preciosas protuberancias. La calidez y suavidad de la piel de mi hermanita es una auténtica delicia y noto como se tensa mi polla cuando ella oprime sus tetas con sus manos, apresando aun más mi barra palpitante. Entonces comienza a subir y a bajar sus redondeces, haciéndome ver las estrellas, pero se detiene de pronto viéndome demasiado agitado.

-       Uy, hermanito estás muy encendido, como siga así te corres en mis tetas. – me dice dejando mi polla temblorosa y goteando.

En realidad me hubiera gustado hacerlo. Correrme en esas tetas es el sueño de cualquiera, pero ella ha preferido no continuar. Es entonces mi sobrina quien toma la cámara y propone que su chico ocupe mi lugar. Mi hermana me mira y me limito a sonreírle. Parece estar pidiéndome permiso pero yo ahora mismo no estoy para prohibir nada. El chico se tumba en el sofá y el cuerpo delicado de mi hermana sobre él. Las lindas tetas de Rosa rodean a duras penas ese gran cilindro de carne al tiempo que Andrea comienza a tomar fotos para luego seleccionar la mejor.  Rosa no parece estar atenta a las fotos y Jorge tampoco pues ambos parecen disfrutar de lo lindo, de hecho, mi sobrina ha dejado de hacer fotos y ellos siguen en plena faena como si nosotros no estuviésemos ahí. La escena es cada vez más impactante. Ver el capullo de Jorge tan cerca de la boca de mi hermana es algo que me da pie a comentar:

-       ¡Dale una chupada, hermanita!

Noto que Jorge me mira extrañado porque debe ser la primera vez que le van a chupar la polla en vivo, pero no  parece resistirse a los encantos de esa mujer que tiene encima.


No grito de alegría porque se me notaría demasiado la efusividad sabiendo que todo está saliendo muchísimo mejor de lo esperado y ahora, cuando el tío le ha pedido que mi madre le chupe la punta de la polla a Jorge, ha superado con creces todas mis expectativas.

Mi chico además, está haciendo su papel de actor a las mil maravillas, poniendo ciertas supuestas pegas, pero al final mamá sonríe, pues eso la estimula todavía más y muy envalentonada mete el capullo entre sus labios. Jorge echa su cabeza para atrás y disfruta de ese comienzo de mamada que va en aumento mientras las tetas de mami siguen abrazando su gran rabo.

-       ¡Dios qué maravilla! – grita Jorge.

Sigo disparando fotos con la cámara y de vez en cuando tengo que tocarme con los dedos el clítoris porque estoy ardiendo. Esto es tan loco como poderosamente atrapante. Mi madre ya no se limita a subir y a bajar sus tetas sobre el miembro de Jorge, sino que además, hace lo posible por bajar su cabeza y meterse cada vez más porción de carne dentro de su boca.

-       Vale, tengo la foto. – les anuncio y mamá pone el ceño fruncido porque le hubiera gustado seguir mamando ese gran pene que porta mi chico.

Subimos la imagen en “cubanas” y entre el miembro enorme de mi novio y las redondas tetas de mamá, la foto se coloca en primer lugar para algarabía de todos que nos abrazamos eufóricos. Lo hacemos con tanta naturalidad que ya no nos choca ni que estemos desnudos ni excitados.

-       Bueno, aun quedan dos fotos de mamadas. – afirma mamá muy animada a seguir con este loco juego en un nuevo apartado.

-       Es verdad, hemos agotado las cubanas pero nos quedan dos disponibles en esa sección, ¿cómo lo hacemos? – pregunto guiñándole un ojo al tío para que me eche un cable, aunque no sabe que todo esto es un cebo para él mismo.

-       Pues deberías chupársela tú a Jorge y tu madre a mí. – añade el tío con serenidad en esa complicidad que yo tenía más que calculada.

Me acerco a Jorge y tras sentarse en uno de los sillones me arrodillo entre sus piernas y le miro tiernamente a los ojos.

-       ¿Quién va a comerse este pollón? – le digo a mi novio que sonríe.

-       Sólo para la foto. – dice él con una timidez fingida.

Me meto por fin el capullo en la boca y es mi madre la que toma las fotos de mi mamada, que realizado cada vez con más tesón.


La imagen parece sacada de una película porno de calidad, primero por poder contemplar esa enorme polla entrando en la boquita de mi sobrina, por primera vez sin protección y para disfrute de su chico que sigue con sus ojos en blanco disfrutando de la habilidad de esos labios y esa lengua que le extraen todo el placer. Lo sé de buena mano, o mejor dicho de buena boca, cuando esa chiquilla me hizo mamadas inolvidables.

De pronto Rosa avisa de que tiene la foto y mi sobrina se levanta dejando a su chico a punto de caramelo.

-       ¡Genial, mami. Eres un crack! – felicita Andrea a su madre por una buena foto, abrazándose a ella.

Esa nueva subida pronto se coloca en el top 10, algo que nos anima a seguir preparando más cosas en este concurso loco.

-       Hermanita, creo que te toca. – digo señalando mi polla, deseosa de recibir nuevamente la habilidad de los labios de mi hermana.

Esta vez permanezco de pie y Rosa se arrodilla a mis pies. Jorge la indica cómo colocarse en mejor posición para la luz y tras agarrar mi falo por la base y sonreírme de forma lasciva, mi hermanita se traga mi polla hasta la campanilla.

-       ¡Oh, qué bueno! -  jadeo al sentir la caricia de esos labios.

La mamada de Rosa no se limita a poner poses con mi polla en su boca, sino que se olvida totalmente de la cámara y se entrega a chupármela con total dedicación, sacando y metiendo por entero toda mi largura de su boca de forma frenética acompañado por un sonido que indica que su garganta se lleva todos los impactos de mi inflamado glande.

-       Voy a echarte un cable. – dice Andrea a su madre.

Entonces mi sobrina, para ayudar a ganar calidad en la foto, según dice, se arrodilla junto a su madre y entre ambas comienzan a mamármela como dos auténticas actrices porno. Una devora mi sable mientras la otra se traga uno de mis huevos o los lame alternativamente. Luego, entre ambas, recorren sus labios por los costados mientras yo acaricio sus dos cabezas agradecido y tremendamente excitado.

-       Bueno, esta es genial – dice Jorge por una foto de las chicas con sus carrillos apretados atrapando mi glande. Por suerte no se les ven los ojos y no creo que nadie pudiera reconocerlas.


Animo a mamá para hacer un par de fotos de “chicas” en la sección de lesbianas, algo que no rechaza en absoluto, pues apenas un minuto después estamos besándonos frente a los chicos, jugando con nuestras lenguas, acariciando al mismo tiempo nuestros respectivos cuerpos y recibiendo los flashes de la cámara de Jorge.

Mamá y yo ya hemos hecho esto más veces y conocemos bien el punto débil de cada una y de esa manera vamos probando diferentes posturas, unas veces yo me subo sobre ella en el sofá, haciendo chocar nuestras tetas, en otra ocasión enlazamos nuestras piernas hasta hacer que nuestros sexos queden unidos, momento que mi chico aprovecha para hacer una buena toma. Los hombres están excitados y el solo hecho de ver esas pollas a nuestro alrededor, tanto mamá como yo nos encendemos como dos perras en celo en nuestro papel de juego de lesbianismo que ellos disfrutan a tope. Al final, acabamos besándonos  retozando por el suelo, sin saber muy bien si salen o no las fotos, pero estamos ambas tan cachondas que solo pensamos en dar y recibir más placer como si nada ni nadie estuviera alrededor.

De las tres mejores fotos que Jorge nos ha sacado, elegimos la de nuestros sexos unidos, pues desde tan cerca parece un beso de labios contra labios, siendo estos vaginales, naturalmente.

-       Esa es  muy buena, mamá, con nuestros coños unidos. – le digo.

-       Es verdad, nunca lo había visto en foto. Y aun nos falta emplear la boca.

-       ¿Quieres decir que nos comamos el coño mutuamente?

-       Sí, eso debe de quedar bien – añade mamá totalmente cachonda y cada vez menos retraída.

-       Creo que iría mejor la boca de un hombre en nuestro coño, ¿no crees?

No la dejo responder. La invito a sentarse en el sofá y dándole la mano a Jorge le coloco entre las piernas de mami.

-       Vamos cariño, hazle una buena comida de coño a mami. – ordeno.

Noto en las piernas de ella un temblor mezcla de nerviosismo y excitación, pero es que a estas alturas ¿qué no hay de excitante en todo esto?

Jorge me mira y tras indicarle con un movimiento de cabeza, que haga un buen trabajo entre las piernas de mami, me sonríe y se adentra en los pliegues del sexo de su futura suegra que empieza a gemir en cuanto nota el contacto de esa maravillosa lengua, que yo conozco tan bien. Mi chico aprovecha con sus manos libres para pellizcar sus pezones para sacarle a ella algún gemido más intenso aún.


Es realmente asombroso estar viendo esa escena de Jorge arrodillado entre las piernas de mi hermana haciéndola una comida de coño que parece estar volviéndola loca del todo. Y me parece más increíble que él lo haya hecho sin rechistar, pues hasta entonces no había hecho sexo oral a su chica y ahora lo está haciendo con la madre de esta como si fuera todo un experto. Además, no se limita a usar exclusivamente la lengua, sino que además con sus manos acaricia sus tetas sin que ella ponga ningún pero.

De pronto Rosa entra en trance y tras suspirar profundamente, su cuerpo se tambalea y se corre entre gemidos intensos acariciando la cabeza de ese joven que le está haciendo ver las estrellas. Solo queda su respiración entrecortada y sus piernas temblorosas.

-       Genial, nene – felicita efusivamente Andrea a su novio acariciando su cabeza.

La nueva foto obtiene muy buenos resultados también, pues nada más subirla se ha colocado entre las 20 primeras de su sección.

-       Ahora tú y yo, tío. – me dice Andrea tirando de mi mano, sentándose en el sofá con las piernas abiertas, en la misma pose que su madre tuviera minutos antes.

-       Pero… yo – exclamo asombrado mirando a Jorge.

-       Claro, hombre, mejor que se vea coño nuevo y boca nueva, así hay más oportunidades. – responde él tan campante dejándome aun más confundido.

Aquí estoy, entre las adorables piernas de mi sobrina y dispuesto a comerle su coño nuevamente. Esta vez, su novio está delante y no solo no pone objeción, sino que me da indicaciones para colocarme lo mejor posible para temas de iluminación.  Miro  a los ojos Andrea que brillan como nunca. Esta chiquilla es un ángel y no me acabo de creer que vaya a comerme una vez más esa preciosa conchita que sabe a gloria.

Al acercar mi nariz a ese coño, el aroma resulta embriagador y me meto de lleno en la faena de chupar, morder y lamer ese manjar mientras ella no deja de gemir. Llega un momento en el que no estoy atento a  las fotos porque mi lengua solo quiere seguir sorbiendo sus jugos sin cesar, sacando un nuevo gritito a mi sobrina preámbulo a lo que se desemboca ya: Ella cierra los ojos y lanza un largo gemido en una bestial corrida que disfruta a tope. Yo, naturalmente no dejo de chupar y de disfrutar cuando ella misma lo disfruta.


Mi tío ha conseguido llevarme a un fantástico orgasmo y aun sigo acariciando su cabeza, mientras él no deja de lamerme en mi chochito que noto caliente e inflamado, lo mismo que mis pezones. Desde luego mi chico chupa muy bien, pero me doy cuenta de que el tío no lo hace absolutamente nada mal.

Tras reponerme de esa calentura, me levanto para ver cómo Jorge va retocando las fotos y elige la mejor para subirla a la web.  Resulta curioso que estemos allí los cuatro desnudos, muy juntitos mirando el monitor como si tal cosa y disfrutando del avance de los votos de cada una de las fotos. La nueva imagen elegida con la boca de mi tío atrapando mis labios vaginales resulta más que excitante y muy seguida por el público de la página. El éxito está siendo total en esta noche.

-       La verdad es que esa foto impacta, hermanito – le dice mi madre al tío al tiempo que instintivamente su mano acaricia la verga de él que sigue tiesa, lógicamente.

Al ver a mamá tan lanzada siento la necesidad de ir más allá con el loco juego:

-       Bueno, habrá que mandar una de la siguiente sección. – propongo refiriéndome a la de “follar” mientras pincho en esa carpeta que muestra unos cuantos videos de otros usuarios dale que te pego.

La mano de mamá suelta la polla del tío como si le hubiera dado un calambre y es que la palabra “follar” en el titular de la página, resulta demasiado impactante para ella, sobre todo cuando empiezo a mostrar imágenes de gente follando en toda clase de posturas. Está claro que es un apartado de los más seguidos y en el que más votos se pueden sumar. Tras unos segundos, todos se giran mirándome expectantes.

-       Cariño, eso está prohibido, ya lo sabes – mi madre es la que habla muy seria, aunque creo que no en nombre de todos.

-       Podemos, al menos, simularlo – intento aportar una cierta lógica a esta desequilibrada situación.

-       No, hija, supondría forzar a que esto se convierta en una catástrofe. – añade ella de forma juiciosa.

Aunque su respuesta estaba incluida como posible en mis cálculos, no puedo evitar sentir una angustia interna pensando que todo se puede venir abajo en un segundo. Mi obsesión por ser penetrada por el tío no me deja pensar con total objetividad ni serenidad, aunque respiro profundamente y sigo con mi plan que es la de poner mi mejor cara de pena. El tío me mira y sabe que dejo en sus manos la labor de aportar ese granito de arena tan necesario para que mi madre claudique de una vez.


-       Bueno, pueden hacerlo ellos dos. – intervengo, echándole un capote a mi sobrina refiriéndome a ella y a su novio.

-       ¡Claro! – responde aplaudiendo nerviosa, Andrea como si fuera una ocurrencia mía, aunque lo teníamos bien hablado ella y yo.

Jorge me mira sorprendido, pues no parece que eso entrara en sus planes follar esta noche sin condón, pero está tan excitado y su novia tan decidida que parece obligado a acatar mi propuesta sin rechistar.

El chico se sienta en una silla en medio del salón, siguiendo las instrucciones de Andrea mientras ella, de espaldas a él, agarra el enorme falo para ubicarlo a la entrada de su coño. Mi hermana debe entender que entre ellos es lógico que haya sexo, aunque no sabe qué va a ser por primera vez en contacto íntimo total. Ella, arrodillada a sus pies, apunta con la cámara hacia los sexos de su hija y de su novio que están a punto de unirse. El momento es de máxima tensión para todos, principalmente mi sobrina que me sonríe mordiéndose el labio, agradeciéndome de alguna manera la consecución de su sueño.

-       Venga, cariño, baja ese culito. – le invita su madre sin dejar de fotografiar esos momentos de inicio a su primera vez en vivo.

De pronto, Andrea deja caer su peso sobre esa enorme porra de su chico y ambos emiten un gemido que envuelve la habitación. Parece mentira que semejante tronco haya podido entrar en ese chochito.  Mi sobrina abre los ojos, aspira aire, eleva su cuerpo ligeramente dejando solo la punta del pene metido en su rajita y tras sonreírme de nuevo,  vuelve a deslizarse sobre ese cilindro rígido. A partir de ahí no deja de subir y bajar mientras Jorge la sostiene por la cintura emitiendo gemidos sin parar. Está claro que ese tierno chochito le está dando un placer enorme.

-       ¡Qué gusto, nena!  - grita el chico al fin, emitiendo un largo suspiro.

En ese instante, ella se levanta ante la inminente corrida y nada más hacerlo el chico empieza a correrse llenando su espalda y su culo de unos cuantos chorros que van deslizándose por ella.

-       ¡Vaya foto más buena! – anuncia Rosa enseñándome justo el momento en el que el chico se corre sobre la espalda de su novia y varios goterones fluyen como un río por esa perfecta redondez de su culo.

Nos acercamos al monitor y vamos viendo, una a una, las fotos, a cada cual más explosiva. Si no fuera porque lo he visto en directo y se trata de personas de mi familia, diría que parece sacada de una peli porno profesional.

-       Son buenas, pero quizás le falte algo de luz. Para esa sección hay que hacer mejor enfoque – añade Jorge como experto en el tema y de hecho sabe de lo que habla.

-       Pues podéis volver a repetir – añade Rosa.


-       No, mejor hazlo tú con tu hermano y así os fotografío yo, mejor. ¿No crees? – dice de pronto mi novio siguiendo al pie de la letra mi guion y dejando a mamá totalmente desconcertada.

La cosa no puede estar más al límite y todo está funcionado, porque esa alternativa, está muy bien estudiada por Jorge y por mí, sabiendo que lo más seguro es que ambos se negarán rotundamente como primera alternativa.

-       De ninguna manera – protesta mi madre tal y como yo pensaba.

-       ¿Por qué no mami? – pregunto inocentemente, sabiendo su respuesta.

-       No, cariño, no voy a follar con tu tío. ¿Estás loca?

-       ¿Por qué no?

-       Hija, porque es mi hermano. ¡No puedo follar con él!

-       Es sólo una simulación, mamá. – añado con naturalidad.

-       De eso nada. Vosotros dos no habéis simulado precisamente.

El tío parece algo decepcionado pues por un momento me ha parecido verle feliz ante la propuesta de Jorge de falsear un polvo con su hermana, al fin y al cabo lleva mucho tiempo sin follar. Sin embargo es mi chico el que orienta todo al plan B, comentando:

-       Entonces que se ponga Andrea con el tío.

-       ¡Eso tampoco! – apunta mamá casi gritando imaginando la escena.

-       ¿Por qué no? – es ahora mi novio el que hace esa “inocente” pregunta.

-       Pues además de ser tu novia, son tío y sobrina. Es inadmisible, Jorge, parecer mentira...

Hay un momento de largo silencio, con el que yo contaba, así que doy unos segundos más de pausa para decir:

-       Puede ponerse Jorge con mamá, entonces. Ellos no tienen parentesco ninguno.

Vuelve a haber otro silencio y mi madre me mira a mí, luego a Jorge y por último al tío. Sin duda que esa idea es el sueño que tiene en su cabeza y por muy loco que parezca, esta vez no responde de inmediato, sino que se lo piensa hasta que dice:

-       Hija, ¿estás loca?

-       ¿Por qué mamá?

-       No creo que sea correcto tampoco. – dice, pero esta vez con mucha menos contundencia, pudiendo percibirse la excitación que le produce el solo hecho de que eso se materialice en realidad. Se perciben sus pezones erizados, imaginando seguramente que Jorge puede clavarle por fin esa polla en su conchita y eso no le deja cavilar con el criterio de madre sensata.

-       Por mi no hay problema – interviene mi novio acertadamente y de hecho es el sueño que le tiene atontado

-       Y por mí tampoco. – añado yo ahora - ¿Tú, tío?


Todos me miran atentos por saber mi respuesta. Supongo que en estos momentos tengo que ser políticamente correcto, como tutor legal de Andrea no debo permitir bajo ningún concepto que su novio acabe follando con su madre. Además de ilógico, es inmoral y una auténtica aberración. Sin embargo, mi mente no está para dilucidar lo que está bien o mal ahora mismo.

-       No hay problema por mi parte – respondo sin creer lo que sale de mi boca.

-       ¡Pero estamos hablando de follar! – añade Rosa con su cara enrojecida queriendo poner el orden del que yo no soy capaz.

-       Claro. ¿Y? – añade su hija

-       Pues que Jorge es tu novio, cariño. No entiendo que veas tan normal que tu chico folle conmigo.

-       Mami, relájate y verás como ganamos el primer premio. Ese pollón en tu precioso chochito va a tener muchos seguidores, ya lo verás – añade sorprendentemente mi sobrina con gran decisión.

El cuerpo de mi hermana tiembla cuando su propia hija la está incitando descaradamente a tener sexo con su novio. Yo no imaginaba que esto podría estar sucediendo, pero es que realmente está pasando y ante mis atónitos ojos. Mientras tanto, Andrea, una vez que ve a su madre rendida, le indica que apoye su pecho contra la mesa boca abajo y que ponga su culo en pompa para que Jorge la penetre desde atrás.

-       ¿Estás realmente segura, hija? – pregunta una vez más mi hermana queriendo ser procedente.

-       ¡Qué si, mami, verás que fotaza!

No sé lo que estará pasando por la cabeza de Rosa en este momento pero no parece querer negarse cuando su hija le ayuda a esa posición tan expuesta con su culo al borde la mesa y su cuerpo tumbado sobre la misma.

Mientras yo hago de iluminador de la escena con un pequeño foco, el chico se sitúa tras el redondo culo de Rosa, agarrando su enorme tranca para orientarla hacia el coño que espera ser profanado.

-       No te confundas de agujero. – dice ella nerviosa, totalmente expuesta ante el chico, provocando ciertas risas a todos.

Jorge aproxima el capullo a los labios vaginales de mi hermana y lo pasa repetidamente arriba y abajo por esa rajita húmeda para lubricar al máximo. En ese instante ella cierra los ojos mientras sus manos se agarran con más intensidad al borde de la mesa. Sus dedos se ponen blancos por el esfuerzo.


Me acerco a mi chico y tras darle un dulce besito en los labios, le susurro en el oído:

-       ¡Fóllate a mami!

Tras mirarme con sus ojos de deseo, vuelve al ataque sosteniendo con sus manos las caderas de mamá dejando el glande ligeramente metido en su conchita. Él cierra los ojos al sentir el abrazo de esa rajita ardiente. Ella, al mismo tiempo, jadea fuertemente y sigue boca abajo en esa mesa esperando ser penetrada totalmente por mi novio. Por fin va a tener la oportunidad que tantas veces ha soñado que no es otra que ser atravesada por ese pene enorme. A la vez, Jorge tendrá por fin la oportunidad de echar un polvo a mamá, tal y como siempre ha fantaseado y yo se lo he puesto en bandeja de plata.

La polla va entrando centímetro a centímetro hasta la mitad. En ese instante mi chico me mira en un último ruego a lo “inevitable”, pero simplemente le sonrío haciéndole ver que tiene mi total autorización. Echa su cuerpo hacia atrás dejando de nuevo solo la punta de su verga metida y tras un movimiento brusco de su pelvis hacia adelante la clava hasta adentro, moviendo incluso la mesa, con el brío con el que ha penetrado el coño de mamá, que abre la boca al sentir ese pollón tan adentro, poniendo  los ojos en blanco para a continuación soltar un gemido largo e intenso, apretando más fuerte sus manos contra el borde de la mesa. Yo sigo haciendo fotos, aunque eso, ahora mismo, es lo menos importante. Veo al mismo tiempo a mi tío al lado sosteniendo el foco y con un temblor claro en sus manos y una polla en total erección. Está poderosamente encendido y sé que le tengo en el bote.

-       Vale cariño, ahora empieza un lento mete y saca. – le ordeno a mi novio.

Jorge, sin soltar las caderas de mi madre saca su polla lentamente y la vuelve a meter con suavidad hasta volverla a clavar hasta el fondo. Los suspiros de ella envuelven la habitación, incluso se le escapa algún pequeño grito, cada vez que la pelvis de mi novio choca contra su culo.

-       ¡Bien, así, ahora más fuerte! – le animo sin dejar de disparar fotos.

-       ¡Qué gusto! – gime fuertemente mamá completamente entregada.

Ya no se trata de hacer un postureo, ni de que parezca una actitud para una foto: Jorge se está follando a mamá literalmente y ha pasado de un ritmo lento y cadencioso a bombeo cada vez más fuerte. Mientras su polla sigue clavándose una y otra vez en la huchita de mamá, yo acaricio su culo para animarle a seguir taladrándola con ese ímpetu y esas ganas.


Casi no soy capaz de sostener el foco que ilumina la escena, pero es que ahora mismo no me parece estar viendo a Jorge follándose a Rosa si no una peli porno en toda regla.

-       Resulta excitante, ¿verdad? – me pregunta Andrea viéndome extasiado en la escena.

-       Sí, es algo increíble.

A continuación ella deja la cámara sobre la mesa y comienza a pajearme suavemente mientras seguimos observando la increíble escena de su madre y su novio follando. Solo se escucha el sonido de sus sexos chocando y los gemidos de ambos.

-       La tienes durísima, tío – me susurra Andrea sin dejar de masturbarme y mirándome con esa ternura propia de ella.

-       Como para no. – respondo ante tanta lascivia al tiempo que acaricio su redondo culo.

-       Pues me gustaría tenerla dentro. – añade apretando con fuerza mi polla entre sus dedos.

No me puedo creer que Andrea esté diciendo eso, pero estoy tan desbocado que no atino a poder serenarme ni a ser lo sensato que debiera para negar semejante atrocidad.

-       Siéntate en la silla – me manda sin que pueda objetar nada.

Obedezco como un autómata y quedo sentado frente a ese juvenil cuerpo que se acerca de forma felina para sentarse sobre mi regazo y juntarse a mi propio cuerpo. Mis manos sostienen su estrecha cintura para acariciar a continuación su suave espalda y su culo. ¡Dios qué buenísima está!

-       Esto no puede ser – digo en un intento de frenarme a mí mismo.

-       Tiene que ser. – responde ella y me besa suavemente en los labios.

Después de acariciarnos mutuamente durante unos segundos con la música de fondo la otra pareja follando sin remisión sobre la mesa, Andrea incorpora su cuerpo tensando sus piernas, agarra mi falo, lo orienta a su rajita y se deja caer unos centímetros.

-       ¡Dios! – es lo que grito al sentir media polla metida en ese coño.

-       ¡Ahhh, por fin me estás follando tío! – gime ella entrecortadamente.

Se deja caer del todo y mi tiesa daga queda incrustada en ese chochito tan rico que abraza con un calor increíble mi miembro. Tras quedar con los ojos cerrados un momento, vuelvo a mirar hacia abajo para ver lo que casi no puedo creer. ¡Mi miembro está metido dentro de ese coño!


Por fin estoy viviendo este momento tan anhelado, ese imposible, que ahora es real. ¡Estoy follando con el tío! Han sido tantas veces las que he soñado con esto, que está pasando y me sigue pareciendo el sueño de siempre, sin embargo estoy botando sobre su verga, la siento adentro y es un gusto maravilloso ver como oprime las paredes internas de mi vagina que se adapta cada vez más a su grosor.

Sostengo sus mejillas y meto mi lengua en su boca sin dejar de cabalgar sobre mi hombre idolatrado. Él acaricia mis caderas y mi culo.

-       ¡Qué gusto tío!, ¡Te quiero! – gimo en un momento que nuestras bocas se separan por un segundo.

-       ¡Y yo, princesa mía! – añade él pellizcando uno de mis pezones.

Cada vez cabalgo con más fuerza sobre el cuerpo de ese hombre tan deseado, acompasada por el ritmo que lleva al mismo tiempo mi novio y mi madre. Siento esa daga entrar y salir de mi rajita, haciéndome sentir un gusto interno maravilloso. Mis manos aferradas a su cuello, mis pies de puntillas sobre el suelo e incesantemente dejándome caer sobre esa virilidad tan alucinante.

Mi tío sigue acariciando mis caderas, mi culo, mi cintura y de vez en cuando muerde ligeramente uno de mis pezones haciéndome estremecer de gusto.

-       ¡Ay, tío que pasada! – grito.

Al mirar a mi costado, veo que se han detenido mama y mi chico, alertados por el sonido de nuestros gemidos en el centro del salón.


Sigo sin creer que esté follándome a Andrea y es mucho mejor de lo soñado, de lo fantaseado, de lo imaginado… Su juvenil y delgado cuerpo es abrazado por mis manos, al tiempo que mi polla entra en esa cálida estrechez haciéndome gozar con cada embestida. Creo que de seguir así, me correré en breve, aunque intento alargarlo al máximo, pues estar hacer el amor a esta diosa, puede que sea mi última oportunidad y no quiero desaprovecharla.

De pronto veo a nuestro lado a mi hermana y a Jorge que nos miran alucinados.

-       Pero ¿Qué hacéis? – grita Rosa asombrada por nuestro acto prohibido.

Andrea, lejos de amilanarse, sigue cabalgando sobre mi polla como una gran amazona.

-       ¡Follando, como vosotros! – responde al fin entrecortadamente mi sobrina.

-       ¡Pero, hija, es tu tío! – añade mi hermana con los ojos como platos.

-       ¡Síiii! – responde su hija sonriendo y añadiendo velocidad a ese ritmo.

Por mucho que intente separar ese cuerpo de encima de mí va a resultar imposible por dos principales motivos. Primero porque ella no quiere hacerlo y segundo porque creo que yo tampoco.

-       ¡Qué buenas fotos! – dice de pronto Jorge disparando con su cámara alrededor nuestro como si no estuviera hablando de su novia a la que estoy penetrando sin descanso.

Es alucinante que ese chico haya dado un cambio tan radical, pero es que parece estar aplaudiendo lo que hace su novia con otro hombre, en este caso, conmigo. ¿No es flipante?

-       Tenéis que separaros ya – anuncia Rosa, queriendo poner juicio.

-       Mamá, no podemos. – responde su hija que sigue montando sobre mi verga, sin dejar de gemir.

-       ¡Hija, por Dios!

-       Déjanos disfrutar como lo has hecho tú, además el tío aún no se ha corrido.

-       ¿No pensarás dejar que lo haga dentro? – le pregunta Rosa asustada.

Mi sobrina guarda silencio sin dejar de subir y bajar sobre mi hinchado rabo. Tras mirar a su madre, dirige sus ojos a mí a continuación para decir:

-       Sí, quiero que te corras dentro, tío.


Acelero el ritmo sobre el tío, notando cada vez más intensamente su grosor dentro de mi coño. Creo que desde que ha oído que va a correrse dentro  le ha puesto aún más excitado y eso al mismo tiempo me está haciendo ver a mí las estrellas

Ya no escucho las palabras de mamá, que sigue repitiendo que es una locura, que soy su sobrina, que no haga semejante cosa, solo me limito a sentir más y más placer, hasta que estallo en un orgasmo aferrándome con más fuerza al cuello de ese hombre, para seguir notando como esa vergota me perfora sin cesar, arrancándome un gusto fuera de lo normal, llenando la estancia de gemidos y gritos de ambos.

Es entonces cuando el tío me avisa de su inminente corrida y hace ademán de empujarme para que saque su miembro de mi interior, pero no voy a dejarle, bajo ningún concepto, aun tengo un gusto mayúsculo y no voy a permitir que me deja así. Quiero seguir sintiéndole, justo ahora que está a punto de estallar.

-       ¡Nena, me corro! – avisa por última vez desesperadamente.

Me agarro a la silla para evitar que nos despeguemos y cuando noto que ya no puede más, aprieto los músculos de mi vagina y como era de esperar mi tío comienza a correrse dentro de mí entre convulsiones y fuertes jadeos.

-       ¡Qué gusto! – grita cerrando los ojos y soltando innumerables chorros en lo más profundo de mi matriz.

-       ¡Sí! – añado yo siguiendo con mi propio estremecimiento.

Tras unas cuantas embestidas más, me noto inundada pues el tío se ha descargado abundantemente dentro de mí. Pobrecito, no podía más y le he dejado seco.

-       Cariño, me he corrido dentro de ti – dice asustado.

-       Tranquilo, no me vas a dejar preñada. – respondo riendo aun con su pene dentro.

Le doy un beso tierno en los labios, que acaba convirtiéndose en todo un morreo.  Tras unos largos segundos en los que intentamos reponernos, me levanto y noto su semen deslizarse como un río por la cara interna de mis muslos y me encanta el hecho de que me haya llenado de esa manera.

-       Ha sido genial, ¿no? – le pregunto y él asiente sonriente.

-       Vaya foto. Seguro que ganáis – dice mi novio desde el portátil donde está retocando una imagen de mi tío y yo en una toma de lo más cachonda.

Me acerco a él y le digo en un susurro qué tal le ha ido.

-       ¿Qué tal con mami?

-       De maravilla, me corrí dentro también. No dijo que no. Gracias amor, ha sido genial.

-       Gracias a ti, también. – le digo y le planto un morreo igual al que acabo de darle al tío.


Aún estoy exhausto, pero a la vez arrepentido. Me acabo de follar a mi sobrina, delante de su madre y de su novio, como si tal cosa y para colmo he descargado toda la corrida dentro de su coño, sin embargo ella, no ha parecido importarle, ¿Estaré volviéndome loco?

Me levanto y me acerco a la mesa donde todos están viendo la famosa foto. Tienen razón en alabar la imagen, pues aparte de muy bien encuadrada, resulta de lo más ardiente, donde yo sostengo uno de los cachetes del culo de Andrea al tiempo que ella tiene su cabeza echada hacia atrás de forma muy sensual y la mitad de mi polla se ve clavada en ese coño que parece dilatado con el grosor de mi miembro.

En pocos minutos se ha puesto nuestra foto en primer lugar del ranking para regocijo de todos, aunque noto a mi hermana pensativa, supongo que no me va a perdonar nunca lo que acaba de suceder. Veo sin embargo que Jorge no parece importarle que haya llenado por primera vez el coño de su chica con mi semen y no lo haya hecho él mismo.

Sigo dándole vueltas buscando la mejor manera de explicar a Rosa que todo ha sido un tremendo error, que me ha superado, que no he podido frenarlo. Aprovecho que los jóvenes siguen centrados en los votos para acercarme a mi hermana.

-       Rosa, yo… - comienzo a intentar explicar lo inexplicable.

-       Ven aquí. – responde ella tirando de mi mano y sin dejar de acabar la frase.

En ese instante se tumba en la mesa con sus piernas abiertas y acariciándose la rajita me invita:

-       Vamos, hermanito, lléname como has hecho con mi hija.

-       ¿Cómo? – pregunto asustado.


Cuando me giro y  veo a mi madre tumbada sobre la mesa con sus piernas abiertas, no puedo creerlo. ¿Está invitando al tío a que se la folle?

Jorge coge la cámara y ambos nos ponemos a cada lado de la mesa.

-       ¡Vamos tío, fóllate a mamá! – le invito yo, pues él todavía está lleno de dudas. No parece creérselo.

-       ¡Eso, fóllate a tu hermana! – le incita ahora Jorge con su cámara preparada.

Eso parece animar al tío por completo y avanzando con su polla en ristre se acerca a la mesa quedando entre las piernas de mami. Ella se muerde el labio, presa de una gran excitación y parece haber abandonado todos los miedos y prejuicios de sopetón.

-       ¿Estás segura, Rosa? – pregunta el tío una vez más – hace un momento decías…

-       ¡Vamos, hermanito, cállate y dame esa vergota cabezona de una vez!

Mi tío sostiene su dura polla a la entrada de ese nuevo coño que se le ofrece por entero. Acerca su glande y al rozar la rajita de mamá, esta lanza un suspiro al tiempo que se pellizca los pezones. Su hermano avanza lentamente y de vez en cuando nos mira. Yo le sonrío moviendo mi cabeza para que se folle por fin a mamá.

La primera embestida es brutal, pues le ha metido con tanto ímpetu su mango que ha llegado a mover hasta la mesa. Mamá lanza un grito al sentir esa dureza gruesa en su coño. El tío saca lentamente su largura hasta volver a dejar solo la punta a la entrada de esa rajita empapada y de nuevo la embiste con fuerza, para después empezar un ritmo cada vez más frenético. Mamá abraza con sus piernas el culo de su hermano y está presa de un encantamiento pues sé lo bien que él lo hace, haciéndola sacar uno y mil grititos y jadeos de gusto.

Mi madre pone los ojos en blanco y cuando se quiere dar cuenta es presa de un nuevo orgasmo, apagado por el crujir de la mesa y los bufidos de su hermano que no deja de taladrar ese coño sin cesar. De pronto ella se agarra a su cuello y tira de él para besarle mientras de su boca siguen saliendo lamentos y gemidos entrecortados. La imagen no puede ser más erótica y excitante viendo a dos hermanos entregados de lleno en un sexo tan brutal.

Mi tío con ese movimiento y notando el aprisionamiento del coño de mami rodeando su polla, no puede más y se corre en su interior llenándola casi como hiciera conmigo minutos antes.


Permanezco con mi miembro metido en la conchita de Rosa y noto unas palpitaciones que no se si mías o de su propio cuerpo. Me encanta sentirme atrapado  por esa vagina cálida que abraza mi verga. Estoy dentro de mi hermana, sí, ¡acabo de follármela!

-       Bueno, que foto tan buena, la subo ya. – anuncia Jorge.

Es curioso, aunque me apetece levantarme para ver la foto, me apetece aun más quedarme metido en ese lugar tan acogedor que porta mi hermana entre sus piernas.

Ya no sé diferenciar cual ha sido lo mejor, seguro que todo por separado han sido de diez. Por un lado la fogosidad y bravura de Andrea, una joven preciosa que siempre soñé con follarme pero por otro, una madre experimentada y que está tan buena que cualquiera querría estar así, como estoy yo ahora, dentro de ella.

Al fin saco mi falo y noto como sale gran parte de mi semen ante la sonrisa y los ojos vidriosos de Rosa.

-       ¡Qué locura acabamos de cometer! – le digo a mi hermana en un momento de pequeña lucidez.

Ella permanece callada mirándome fijamente a los ojos y acariciando mi espalda.

-       ¡Una bendita locura!

-       ¿Cómo…?

-       Estoy muy cachonda, hermanito, has logrado hacerme ver las estrellas.

-       ¿En serio te ha gustado?

-       Ha sido tremendo. No quería llegar a esto, lo he negado mil veces a mi hija, pero ella tenía razón.

-       ¿No estás enfadada?

-       Al contrario, has conseguido que solo quiera seguir follando el resto de la noche, hermanito. – apunta ella.

Esa frase ha logrado impactarme del todo, pues no me lo esperaba e incluso también me sorprende ver mi verga preparada para seguir con la fiesta.

-       Oye mamí, no te pases, que ahora me toca a mí. – dice de pronto Andrea.

-       Veo que no has tenido bastante. – responde su madre ahora apoyada sobre sus codos encima de la mesa.

-       Igual que tú, he sacado esa vena guarra y cuando empiezo no tengo fin.

-       ¡Qué putilla eres! – le dice su madre

-       ¡Pues anda que tú! – responde la otra y ambas ríen a carcajadas.


Esto está resultando más loco y genial de lo que he imaginado hasta ahora y además el tío está preparado para otra buena sesión. ¿Quién dijo que los hombres maduros no aguantan? Ahora él tiene una erección de caballo y está dispuesto a seguir con la orgía.

Me tumbo junto a mamá en la mesa del comedor y pongo las piernas abiertas como ella.

-       ¡Ven, tíito, fóllate a tu sobrina de nuevo, y tú Jorge ponte con mamá! – ordeno a ambos.

Los chicos obedecen sin rechistar. Mi tío es mi nueva pareja de juegos y se coloca entre mis piernas. Me penetra sin dificultad cuando le aprieto el culo con mis manos invitándole a entrar más adentro. Su polla queda totalmente metida en mi coño y ambos jadeamos de placer.

Miro al lado y veo que Jorge ya está con su enorme verga clavada en el sexo de mamá. Acompasadamente ahí estamos los cuatro follando como locos sin que nada más nos importe.

-       ¡Cambio de pareja! – dice de pronto mi novio y saliendo del coño de mamá, invita al tío a ocupar su lugar

Es una maravilla ahora de nuevo la polla de Jorge está en mi coño y mi tío está follándose a mamá. Así estamos un buen rato, porque los chicos tras correrse están aguantando mucho más y entonces se me ocurre dar un paso más en este juego.

-        Ahora quiero cumplir el sueño que he tenido siempre. – le digo a mi novio que continua taladrándome y sobándome las tetas.

-       ¿Cuál es? – responde él.

-       ¡Follar con dos hombres a la vez! – añado mirando al tío que se detiene al oírme decir eso.

Le invito a Jorge a tumbarse en el sofá y yo me pongo sobre él. A pesar de ser tan grande, no me cuesta mucho clavarme su dura polla en mi coño, pues estoy empapada. El hecho de pensar en tener dos pollas dentro de mí, me tiene loca y es cierto que nunca lo he hecho. Sí que Jorge me ha follado por atrás muchas veces, pero nunca he tenido la oportunidad de hacerlo con dos hombres a la vez. Ahora voy a tener una verga en mi coño y otra en mi culito. Comienzo a cabalgar sobre Jorge y girando mi cabeza aviso al tío para que entre en acción.

-       ¡Tiito, rómpele el culo a tu sobrina! – le digo sin dejar de clavarme la verga de mi novio.


Esto no deja de sorprenderme cada vez más y es que ahora, mi sobrina quiere que la sodomice por primera vez.

-       Pero Andrea… yo nunca… - digo nerviosamente

-       Ven, yo te ayudo. – interviene mi hermana.

En ese momento Rosa saca un bote de lubricante de su bolso y me embadurna por entero la polla con sus manos dejándola totalmente brillante. Me da un besito en los labios y me susurra al oído.

-       ¡Vamos, fóllate el culo de tu princesita!

Estoy en shock con la escena y con las alentadoras palabras de mi madre para que penetre el esfínter de su hija. Me arrodillo en el sofá y con mi polla dura y totalmente aceitosa me aproximo a esa redondez que es el pandero de mi sobrina. Su pequeño orificio está muy cerrado y me cuesta creer que pueda penetrarlo.

-       ¡Venga tío , fóllale el culo a esta putita! – dice ahora Jorge desde allá abajo al tiempo que le mete el pulgar por completo en el esfínter a su chica. ¡Joder, esto es muy fuerte!

Andrea gime con más fuerza y cuando el dedo de su novio desaparece de su culo veo ese agujerito tan apetitoso, tan abierto, tan retador… que acerco mi glande y me alucina ver como entra la cabeza sin ninguna dificultad en ese lugar virgen para ella…

Estoy paralizado con la punta metida en el culo palpitante y estrecho de mi sobrina cuando noto a mi espalda las tetas de mi hermana que repite en mi oído.

-       ¡Pártela en dos!

Esa frase es demasiado y cuando quiero darme cuenta con el peso de mi hermana sobre mí, consigo clavar mi polla hasta que mis huevos chocan contra su perineo.

-       ¡Ah, tío, me matas! – grita Andrea debajo de mí.

Noto mi miembro aprisionado dentro de ese estrecho orificio y me convulsiono cuando lentamente la saco para volverla a clavar sin remisión. Nunca hubiera imaginado lo que es follarse un culito como este.


Dios, el gusto que siento es indescriptible. Hasta ahora lo había fantaseado de mil maneras, lo había visto en películas y sobre todo lo había leído en mil relatos, masturbándome con ello, pero no creía que fuera así, esto es muchísimo mejor. Ahora estoy empalada con dos pollas dentro de mí, una enorme, la de mi novio, que me llena el coño de forma increíble y otra gorda y cabezona se oprime en mi esfínter haciéndome ver las estrellas. Quiero estar así siempre, bien llenita con esas dos delicias que me estremecen, las de mis hombres adorados.

Apenas unos segundos después, ese cúmulo de sensaciones me lleva a tener un enésimo orgasmo entre fuertes temblores, gritos y gemidos.

-       ¡Guau, qué fuerte! – grito

No sé cuánto tiempo pasa, pero me ha parecido perder la noción de todo, pues he entrado en trance. Cuando vuelvo a recobrar la consciencia, noto como ambas vergas siguen martilleándome en mis dos agujeritos y el placer parece no tener fin.

-       ¡Me toca, guapa! – grita mi madre, sacándome del trance, pues tiene ganas de probar de esta deliciosa medicina doble que te cura todos los males.

A duras penas mi tío sale de mi culo y yo hago lo propio sacando el miembro de mi novio de mi coñito. Mamá se sienta entonces sobre esa dura verga de Jorge y comienza a cabalgar mientras él no deja de sobrarle las tetas. El tío, tras mirarme de arriba abajo parece que está diciéndome que no se cree lo que acaba de pasar ni que va a repetir con mamá. Le unto una buena cantidad de crema lubricante y se coloca de rodillas sobre el sofá, orientando su falo hacia el agujerito trasero de mamá. Esa polla cabezona entra en el esfínter de su hermana haciéndola gritar, mezcla de dolor y placer. Los bufidos de él van en aumento a medida que martillea el trasero de mami.

Cojo la cámara de fotos y me vuelvo loca disparando fotos a esa imagen tan impactante. Las tetas de mamá se bambolean cabalgado sobre la polla de Jorge y al tiempo el tío le está clavando por detrás hasta lo más profundo de su esfínter. El ritmo de los tres es cada vez más acompasado y sus gemidos, pura música que excita con solo oírlos.


Está amaneciendo… La luz que entra por las persianas me ha despertado y no, no ha sido un sueño.  Estoy aquí tumbado sobre la cama de Andrea, junto a ella, que duerme plácidamente, intentando recordar todo lo sucedido esta noche. Sigo sin creerme que todo haya pasado realmente, pero acariciando su hombro y su pelo en este momento, me doy cuenta de que ha ocurrido. Desde mi posición observo su cuerpo desnudo y disfruto una vez más con su belleza felicitándome por tener una sobrina tan especial y tan bonita. Acaricio ligeramente su pezón izquierdo.

-       ¡Buenos días tíito! – dice ella desperezándose al notar mis dedos jugando con sus pechos.

-       Hola princesa.

Tras sonreírme y darme un besito, se pone a horcajadas sobre mí. Percibo claramente sus labios vaginales abarcando la largura de mi tieso pene que se ubica entre ellos y recobra vida de inmediato.

-       Vaya nochecita, ¿no? – me dice esa diosa subida sobre mí,  pasando su cálida lengua por mis labios.

-       Ya lo creo. Aun no me lo creo, preciosa. – respondo acariciando sus caderas.

-       ¿Te gustó? – añade ella y mueve su pelvis haciéndome gemir con ese roce divino de sus labios mayores abrazando la largura de mi pene erecto.

-       Me gustó y me gusta – añado sin dejar de acariciar la suave piel de su trasero.

-       Y a mí. Pero tengo que confesarte algo.

En ese instante Andrea incorpora ligeramente su culo y con sus dedos orienta mi polla hasta que queda metida la punta en su acogedor chochito. Estoy a un paso de penetrarla una vez más.

-       ¡Dios, me matas nena! – grito acariciando la curva que forma sus  caderas con la estrecha cintura.

-       ¿Quieres que baje? – pregunta insinuante con mi polla a punto de clavarse en su coño.

-       ¡Sí, por Dios!

-       ¿Prometes no enfadarte?

Mi sobrina me reta, sabe que una vez más no puedo ceder ante sus caprichos, pero el mío es estar dentro de ella de nuevo.

-       Claro, mi niña.

-       Te mentí – confiesa, al tiempo que avanza lentamente haciendo que mi miembro se vaya colando milímetro a milímetro en su sexo.

-       ¿Cuándo?, ¿en qué? – pregunto tembloroso al sentir como mi polla se abre paso en su cavidad.

-       En todo, tío. Te confesé que no había hecho una mamada a Jorge y no es cierto. Lo he hecho muchas veces.

-       ¡Uff, vaya! – gimo cuando su pelvis se clava por entero y noto como mi polla está completamente abrazada por ese coño.

-       No solo eso, él también me lo come a mí a menudo y nos encanta a ambos.

-       ¿En serio? – pregunto entre temblores de gusto.

En ese momento no estoy para razonar mucho teniendo a mi espectacular sobrina encima pero empiezo a entender todo lo que ha ocurrido y por fin tiene sentido. Continúo hablando yo:

-       Entonces, supongo que también folláis sin condón.

-       Por supuesto. Tomo pastillas.

-       Menos mal, me quedé preocupado cuando te inundé este coño anoche. – añado al tiempo que hago yo un movimiento clavándome más en ella.

-       ¡Ay tío…!

-       Me imagino que tu culo tampoco era virgen esta noche.

-       No. Lo siento. – responde ella entre gemidos.

-       Tranquila, pero no entiendo muy bien...

-       ¿Me perdonarás? – añade al tiempo que vuelve a meterse toda mi largura en su vagina.

-       No tengo nada que perdonar, hija.

-       Gracias tíito, eres un cielo – vuelve a sentarse sobre mi estaca y me planta un beso tierno en los labios.

-       Tú eres todo un cielo, pero no entiendo que me hubieras mentido en todo eso.

-       Pues, de otra manera, ¿estaríamos ahora así? – añade y sigue subiendo y bajando sobre mí.

Es cierto. Si Andrea no se hubiera inventado esta historia de su falsa e incompleta vida sexual con Jorge, ¿estaría follándomela ahora?


Sabía que mi tío no podía enfadarse conmigo, pero creo que lo ha entendido perfectamente. Todo ha sido una locura pero es muy comprensivo, aunque también ayuda a que estemos follando en este mismo instante de forma suave y deliciosa, como dos amantes libres. Me encanta sentirme empalada con él, cabalgar sobre esa dura y gorda verga, tenerle para mí sola.

-       ¡Te quiero tío! – le digo al tiempo que le doy un morreo.

-       ¡Y yo, nena, te quiero! – responde él, haciéndome estremecer, pues aunque otras veces me lo ha dicho, nunca ha sido estando con su verga clavada en mí.

De pronto se abre la puerta de la habitación.

-       ¿Qué está pasando aquí? – grita mamá.

Giro la cabeza, sin despegarme del tío y me fijo en ella. No parece enfadada, aunque sí sorprendida de vernos follar de nuevo como si tal cosa. La observo ahí, desnuda y abrazada por Jorge y me siento feliz por lo bien que se ha dado todo, aunque ahora me lleve una bronca del siglo, ya no me importa. He cumplido mi sueño y sigo disfrutando de él.

-       Yo, Rosa… creo que bebimos mucho vino… - es mi tío el que habla debajo de mí, intentando excusarse, pero yo no dejo de montarle y apoyando mis manos en su pecho sigo metiéndome ese miembro que ensancha las paredes de mi vagina.

-       Pues ahora te veo repuesto – responde mi madre con sus brazos en cruz.

-       Lo siento. – aporta él.

Mamá se acerca a la cama, se sienta a nuestro lado y acaricia mi pelo y después la cara del tío.

-       Todo esto ha sido una barbaridad, ¿os dais cuenta? – dice ella.

-       Sí, Rosa a partir de hoy todo vuelve a ser como antes – responde él que sigue gimiendo cada vez que mi cuerpo baja sobre su daga.

-       ¡Nada volverá a ser como antes, hermanito! – dice con su rostro serio.

-       Pero…

Mamá se tumba junto a nosotros y tras pegarle un morreo al tío añade.

-       A partir de hoy estoy hay que repetirlo muchas veces. – sentencia mami.

Yo sonrío, pues es la mejor noticia que podría soñar. Para colmo mi chico está detrás de mí y me cuela su polla bien lubricada en mi culito y ahora soy aun más feliz, ensartada entre mis dos hombres y mamá jugando con mis tetas y con los huevos de ambos chicos.

-       Por cierto, tengo que comunicaros algo. ¡Hemos ganado el crucero en el concurso de fotos! – anuncia mamá.

-       ¿En serio? – pregunto tras un largo gemido sorprendida por esa buenísima noticia.

-       Sí, hemos sido los mejores en tres categorías.

Esto es genial. Ya estoy deseando vivir ese crucero para los cuatro y no solo eso, si no que voy a disfrutar del sexo con las personas que más quiero. Con mi novio adorable , con mi madre que es mi referente y lo mejor de mi vida y por supuesto de mi querido tío, que es más que un tío, más que un padre, es, como suponía, un excelente amante y ahora mismo no quiero que salga de mi interior.

FIN

Juliaki