Probando el sexo con su tia II.
Su tía hace de guía y padrina de un primer polvo.
Después de aquel primer encuentro, vinieron una serie de encuentros similares en las semanas posteriores.
Su tía, por alguna razón, decía que lo estaba entrenando, pues aguantaba muy poco. Así, se sucedieron una serie continua de encuentros, donde ella jugaba con aquella polla joven, lo torturaba y lo hacia sufrir retrasando sus orgasmos.
En ninguna de las ocasiones, le dejo hacer nada, ni tocarle, ni besarle. Siempre era ella, que o bien con la mano, o con la boca, le provocaba placer a él, de diferentes maneras. La rutina siempre era la misma, quedaban en casa, ella lo tiraba en el sofá o en la cama, le enseñaba algunas fotos pornográficas. Lo educaba sexualmente, le masturbaba con delicadeza, esperando que pudiera controlar su eyaculación, o se la comía para provocarle una descontrolada y que fuera familiarizándose con el sexo.
El al ganar confianza, quiso ir más lejos, quería follarse a su tía y se lo hizo saber en infinidad de ocasiones. Ella siempre respondía lo mismo.
- Mientras me lo pidas y tengas esa ansiedad, no haremos nada. Eso es señal de que no estas preparado.
No podía quejarse, aquello era toda una experiencia. Había semanas que se veían hasta tres veces, y ella no lo soltaba hasta que la polla no se le ponía dura de nuevo. Sin darse cuenta se dejo llevar y no volvió a pedirle nada. Entonces ocurrió.
Pero siendo su tía como era, no iba a ser algo normal y cotidiano. La sorpresa aun fue mayor que la primera vez.
Aquel día como siempre, llamó a la puerta de sus tíos, y la recibió su tía en bata elegante, primero tapada, que en seguida dejo que se abriera para ir con comodidad. Llevaba un elegante conjunto negro, sin encajes ni volantes, muy sencillo, pero muy sensual. Era la primera vez que la veía en ropa interior. Aquello le indicó que estaba en el siguiente nivel. Se le puso dura de inmediato.
- Pasa, pasa. - Le dijo dándole un beso en la mejilla.
Le pareció oír ruidos en el fondo, como si hubiera alguien en la cocina. ¿había alguien más?
- Disculpa la sorpresa, pero hoy tenemos compañía. Se que te será agradable.
Empezó a ponerse nervioso. Por nada del mundo esperaba que estuviera su tío allí. El hermano de su madre era un hombre agradable, con el que se llevaba muy bien, pero no podía enterarse de lo que hacia con su mujer. O mejor, lo que hacia su mujer con su sobrino. Se sentó en el sofá nervioso como un flan.
A los pocos minutos, que fueron eternos, emergió una figura femenina por el pasillo, detrás venia su tía. Casi le da un infarto al reconocer aquella figura alta y delgada. Se levantó de golpe del sofá.
- Cristina lleva algún tiempo ayudándome en casa, y como tú, esta aprendiendo algunas cosas. Esta al corriente de todo y ha aceptado este encuentro. - Su tía sonreía maliciosamente.
Los dos se miraron rojos, muertos de vergüenza. Se saludaron tímidamente con dos torpes besos.
Cristina también era una especie sobrina de su tía, pero de la otra parte de la familia. Realmente desconocía la relación, pero la conocía bien de haberla visto en fiestas y eventos familiares. Hasta que su tía lo asalto, era una frecuente en sus fantasías sexuales. Se la encontraba frecuentemente por el barrio o saliendo de casa de sus tíos, a si que sabia que iba a verlos, pero no sabia porque.
Era un año mayor que él, pero con exactitud no sabia cuanto. Era rubia, de piel rosada y de cuerpo casi escuálido, como si a una chica normal la hubieran estirado para hacer una mujer de un metro ochenta, pero sin ganar nada de masa corporal. Así que era una chica que apenas tenia forma, ni pecho, ni culo. La ropa parecía venirle toda grande, como dos tallas más.
Y a pesar de toda esa descripción, se sentía increíblemente atraido. Era una atracción sexual casi animal. Cuando estaba cerca había algo en su forma de actuar o su olor que lo volvía loco. Era tanta la atracción, que a pesar de su propia timidez, había intentado en varias ocasiones hablar con ella para establecer algun tipo de vinculo que le llevara a la amistad y posteriormente a la cama.
Para su desgracia, Cristina aun era mas tímida, y pese a la atracción que sentía por él, era completamente incapaz de hablarle, y solo le sonriera como única respuesta.
Todo esto lo sabía, la sabia de su tía, que poco a poco se había acercado a los dos, con oscuros propósitos. En realidad todos sabían que había una atracción entre los dos jóvenes, pero también era verdad que casi todos estaban convencidos de que Cristina era lesbiana. La realidad, era mas complicada que eso.
- A ver, vamos al grano. - Empezó su tía tan directa como siempre.- Estáis aquí para follar, para follar juntos. Lo estáis deseando los dos desde hace tiempo. Y aunque soys dos cachorrillos nerviosos y temblorosos como flanes, se que cuando estéis en situación se os va a pasar la tontería, porque fogosos sois un rato.
Los dejo a los dos que se hicieran a la idea, mirándose tímidamente. Pero aquella situación loca y complicada, era en realidad fácil de solucionar. Con Cristina había creado un vinculo muy fuerte, y había tenido unas grandes experiencias lesbicas con ella. Era un juego divertido, que ella tenia que cortar, pues sabia que la joven chorreaba por su otro sobrino, y, o ponía ella el mecanismo para que follaran o no lo harían nunca. Y siendo vírgenes los dos, ser padrina de ese primer encuentro, era toda una fantasía que pensaba cumplir.
- Los dos habéis estado a solas conmigo, y os he enseñado todo lo que he podido. Se que estáis deseando follar juntos, y creo que lo mejor es que vuestro primer encuentro sea guiado. Porque sinceramente valla par de tontitos estáis hechos. Así que nos vamos a tomar esto con calma, y vais hacer todo lo que diga, y todos lo vamos a pasar muy bien.
Cogió a su sobrino de la mano y lo guió por el pasillo hasta la habitación. Su sobrina la siguió con solo hacerle un leve gesto de cabeza. Dejó al chico de pie, y con autentica profesionalidad, le quito la camisa y los pantalones, dejándolo solo en ropa interior.
- Creo que ha llegado la hora de que os toquéis. - Los cogió a los dos, y casi los obligo a besarse.- Anda, daos un buen beso, quiero ver bailar las lenguas.
Le sorprendió la poca insistencia que necesitó. Se engancharon de inmediato. Ella los dejó hacer, pero iba guiando las manos del chico, que parecían no querer ir a tocar nada delicado. Fue ella quien le descubrió al chico que bajo esa ropa deportiva dos tallas mas grande, había un culo duro y terso, que necesitaba ser explorado con intensidad. Lo guió también para que le quitara la ropa a la chica, y que los dos se quedaran en ropa interior. Hizo agacharse al chico y que fuera él quien le quitara los ligeros pantalones a la chica, con una clara intención de crear una situación aun mas excitante, al dejarlo a la altura de unas braguitas ajustadas, que marcaban un sexo abultado que resaltaba contra un vientre plano y blanco. Hizo que se mantuviera allí unos segundos, muy cerca de la chica, para que sintiera deseos de saltar a comerse aquel coño, pero antes de que pudiera hacer nada, lo levanto cogiéndolo de una mano y le indicó que se tumbara.
- Vamos a jugar un poco.- dijo quitándose la bata dejándola caer.- El chico es un autentico semental, como podrás descubrir, pero falta aun que lo domen un poco, yo no lo he conseguido. Así que vamos a calentar antes de ir a por faena, porque si no, no nos durará la diversión.
Se recostó a su lado, y le indicó a cristina que hiciera los mismo. Instintivamente los chicos se besaron. Ella notó que sobraba, pero era su fantasía, y no quería perdérsela. Tomo la mano de la chica, y la coloco sobre una polla dura como un bate de béisbol. La chica ella sola, sin indicación, metió la mano bajo los bóxer y comenzó a acariciar torpemente aquel juguete enorme. Era evidente que habían conectado.
- Baja por su cuerpo y quitale lo que le queda de ropa. Hasta hora has aprendido a comer con pollas de plástico, creo que puedes pasar a probar una autentica, si te apetece.
La chica obedeció, y besando el pecho del chico, bajó hasta la altura de la polla, primero la descubrió y luego, esperando la aprobación de su tía, la beso un par de veces, para luego quitar por completo los boxer. Parecía que no hacia casi nada por propia iniciativa. Descubrió que cada pocos instantes miraba a su tía como esperando instrucciones. Estaba nerviosa y confundida. Para él aquello no era nuevo, ya se la había comido muchas veces su tía, pero para Cristina, era la primera vez, y se la veía nerviosa y torpe.
Fue besando el tronco acercandose a la punta, que beso sin miedo. Hacia un torpe intento de masturbarle con la aquellas manos blancas, delgadas, finas y alargadas. Esperó la aprobación de su tía y entonces se metió toda la polla en la boca. Aquel momento fue como si fuera al cielo. Ni con su experta tía había sentido algo igual.
- Pero que bruta, no hace falta metersela entera de una vez. Lo sensible lo tienen arriba. Poco a poco.
Después de un ataque torpe, en el que casi se atraganta la muchacha, el resto fue una autentica gozada. Su tía le mordía y jugaba con su pezón izquierdo mientras acariciaba su muslo o le tocaba los testículos. Cristina jugaba con la polla en la boca, torpemente, pero con autentica pasión. El había aprendido mucho, y después de aquella primera corrida sorpresa con el oral de su tía, ahora era capaz de saber cuando le estaba llegando el orgasmo, igual que si se masturbara el mismo. Pero era difícil controlarse con aquella situación tan excitante, y aquella joven boca a la que deseaba tanto, chupando con devoción su polla. Aguantó todo lo que pudo.
- Para, para, para!!!! - Le medio gritó su tía.
La chica se apartó obediente confundida, con aquellos ojos vivos y suplicantes.
- No te he dicho que este chico, es un autentico semental, que tiene la mala costumbre de correrse sin avisar, pero es que ni siquiera el se da cuenta. Baja el ritmo, que no quiero que todo se fastidie cuando te encuentres con un chorrazo de los suyos atravesándote la garganta. Poco a poco, hay tiempo para experimentarlo todo.
El chico, liberado de la tensón de no cagarla al correrse dentro de aquella boca nueva, al sentir que le besaba el tronco mientras lo miraba sonriendo y lo masturbaba, se sintió desvanecer y llegar un tremendo orgasmo, en su cabeza se hizo la imagen de Cristina con el rosto surcado de chorros de semen, lo que hizo que aquella corrida fuera incontrolable.
Inexplicablemente, la joven se apartó con unos reflejos felinos, justo cuando saltó el primer chorro, y con casi malicia, continuando masturbando, inclinó aquella manguera en un acto reflejo para apuntar en cualquier dirección que no fuera la suya. El segundo chorro, el más fuerte, cruzo el aire toda la longitud del cuerpo del chico, manchando todo su vientre y pecho, estrellándose una gota contra su barbilla. Su tía, que aun estaba dedicada a morder sus pezones, se libro de un chorro solo por escasos centímetros.
En cuanto recuperó la lucidez de aquel fuerte orgasmo, pudo ver la excitante imagen que tenia ante el. Su tía, jugaba con las gotas que tenia esparcidas por el pecho, y Cristina, lejos de estar asqueada, parecía curiosa y divertida, entretenida con aquella masa viscosa en las manos, que tocaba y removía como un gato inspecciona algo. Contuvo la respiración el chico al ver que se acercaba aquella mano mojada a la cara. Solo quería oler. No, no había rastro de asco en su expresión, era curiosidad, mucha curiosidad. No se limpio la mano, al contrario, la llevo de nuevo a la dura polla y volvió a jugar con ella removiendo el semen de un lado a otro, llevándolo a la punta, sacando las gotas que aun quedaban. Su tía entre tanto, se había puesto a lamer las gotas del pecho y de la barbilla del chico, las cuales, previamente había impedido que él mismo se limpiara.
- ¿Si quieres probar?- Dijo su tía sonriendo mientras alargaba la lengua y recogía una.- A mi me excita muchísimo, y te aseguro que es de los mejores que he probado.
La chica se acercó un poco, y mirando a su tía busco una especie de consentimiento, su cara era un "¿de verdad que puedo?" Se acercó mucho más, casi podía tocar con la lengua la punta de la polla. Con la mano continuaba subiendo y bajando el semen, jugando con el. El chico podía sentir el aire caliente de su boca sobre su zona púbica.
- Coge un poco con la punta si no te atreves. En realidad....
No pudo continuar la frase, la sorpresa de lo que hizo la chica los pillo a los dos completamente desprevenidos. El gesto de su tía al llevarse las manos a la cara, en gesto de, "oh dios!!" no se le olvidaría fácilmente. La chica, en un único gesto, había movido todo el semen que le quedaba en la mano, llevándolo de nuevo a la punta, y acto seguido metiéndolo todo dentro de la boca, semen y polla. El chico sintió como chupaba unas cuantas veces y luego se apartaba llevándose la mano a la boca, como intentando analizar aquello.
Lo tuyo, lo tuyo... - Su tía no sabía que decirle.- No era necesario que te lo tragaras todo!!
No me precia que fuera nada del otro mundo, y pensé que podía gustarle.- Era la primera vez que hacia una frase completa.
¿Que podía gustarle? Pero si apoco le explota la polla de la sorpresa. Si no se ha corrido de nuevo no se ni como. - Dijo riendo y rieron los tres.
Se levanto, le paso una toalla a su sobrina, para que se limpiara ella y al chico, y sacó algunos objetos.
- Bueno, vamos a por faena seria, que tengo ya el coño que me arde. Que tela lo cachonda que me estáis poniendo con vuestras tonterías.