Probando cosas nuevas...Parte I

Llegamos al hotel,  un edificio lujoso, con una impactante entrada  de mármol con grandes columnas jónicas a los lados y una gran recepción… observo… es ideal, parece que no es el típico hotel familiar en el que no  te encuentra mas que familias sumergidas en la rutina que creen escapar de ellas a miles de kilómetros  de distancia con toda su prole a cuesta.

Cogemos el ascensor y contemplo a Andrés a través del espejo…. Sigue pareciéndome tan atractivo como el primer día, esos ojos, ese torso que se insinúa bajo la camiseta, su cuello  perfecto, percata mi mirada deleitándome con su cuerpo y me regala una sonrisa cómplice.

El turno de cena comienza y no tenemos tiempo más que para  cambiarnos de ropa y bajar al salón comedor. Quiero estar guapa esta noche, estoy relajada, no quiero pensar en nada más que no sea disfrutar con él esta velada.

Me visto con un traje de gasa negro, con un escote que me hace aparentar mas pecho del que tengo, me calzo mis tacones y me recojo el pelo. Salgo del baño  y  lo observo de  nuevo, lleva puesto los pantalones   y  sin abrochar todavía su camisa dejando ver su torso desnudo e imponente, y me vuelvo a deleitar,

-          ¿estas lista?, me pregunta-.

-          Si, cuando quieras…

Llegamos al salón y en al puerta nos recibe un camarero con una bandeja de copas de champán, nos ofrece una a cada uno y nos dirige a nuestra mesa.  Después de esa primera copa y las que vinieron posteriormente . Empiezo a tener calor,

-Te has puesto muy guapa esta noche, esperas a alguien? , me pregunta esbozando una sonrisa…

• A ti solamente, le digo.

-

-          ¿Estas segura?- insiste él  mientras desliza su mano  por debajo del vestido llegando hasta mi ropa interior me acaricia por encima consiguiendo que me estremezca.

-          ¿Vas a dejar que te sorprenda esta noche?, me espeta mientras rueda mis bragas para adentrarse con uno de sus grandes dedos en mi sexo….

La verdad es que hoy haría todo lo que me pidiera…

-          Si, ¡claro!, le digo,  y él aparta enseguida su mano  mientras sonríe,  dejándome con las ganas de un poco mas de incursión entre mis piernas.

Terminamos de cenar y cogemos el mismo ascensor de antes, la verdad es que, ahí dentro,  me gustaría que retomara lo que  dejó a medias durante la  cena pero me sorprende sacándose de uno de los bolsillos de su americana uno pañuelo, ¿ para que lo querrá? .

Salimos del ascensor y llegamos a la puerta de la habitación,

-          Gírate me dice, me quedo de espaldas y el me rodea me tapa los ojos con  el pañuelo que portaba en su americana… estoy nerviosa  pero a la vez impaciente por descubrir su sorpresa.

-          Este pañuelo no te lo puedes quitar hasta que yo te deje, me dice mientras besa mis labios lentamente.

-

-          De acuerdo le digo.

Abre la puerta y me guía hasta un punto concreto de la habitación.

Me coloca sobre alguna mesita o algo parecido me sube el vestido y me dice:

-          tócate,

No lo dudo, deslizo mi mano por dentro de mis bragas y empiezo a tocarme, me gustaría verlo  pero me lo imagino mientras acelero mis movimientos consiguiendo irme con facilidad.

-          Levántate, me ordena,

Me coloca contra la pared y me sube los brazos apoyándolos sobre la fría pared, sube igualmente de nuevo el vestido,  se pone de rodillas detrás de mi y empieza a recorrer con su lengua  mis piernas hasta llegar a mis glúteos alcanzando  de nuevo mi sexo, mete su lengua, la noto caliente y me excito aun más. Intento agarrarle la cabeza pero me vuelve a colocar de nuevo la mano en la pared, no tarda en girarme y me  estrecha contra él besándome enérgicamente sintiendo el sabor de mi sexo en su lengua, para de nuevo recoger mi vestido  el vestido mientras me agarra fuertemente de mis caderas y, de repente, empiezo a notar como otra lengua empieza a recorrer igualmente mis piernas.

Estoy descolocada pero soy incapaz de articular ni una sola palabra.

• Tranquila, me dice el desconocido mientras Andrés me da un beso en la boca y me susurra , - No era

-

Mi desconcierto me duró lo que tardó el desconocido en alcanzar con su lengua  mi sexo, y me dejo llevar,  no se quién es ni como se urdió toda esta puesta en escena pero reconozco que  me gusta

Andrés me quita las bragas mientras el otro aprovecha para recorrer mis muslos por el interior e introducir sus dedos en mi, me retuerzo mientras gimo y a partir de aquí ya no se quien hace que cosa….. uno de los dos me quita el vestido y empieza a jugar con mis pechos mientras el otro hace que me corra con los movimientos de su lengua.

Me sientan y uno coloca su miembro en mi boca, seguro que es el de Andrés, lo reconozco  y mientra agarro el otro  con mis manos … ahora no estoy tan segura. los dos  son igualmente imponentes.

El pensamiento de ser follada por mi pareja y ese desconocido me va excitando cada vez más,  necesito tenerlas dentro.

Me ponen a cuatro patas encima de la cama y uno de los dos me enviste por detrás, me  muero de placer, su sexo colma por completo el mío y a cada movimiento me estremezco mientras el otro se coloca por delante y la introduce en mi boca. La llevo casi hasta el fondo de mi garganta y empiezo a lamérsela impacientemente, ambos no paran de gemir  y me complazco con ser yo la causante de esos gemidos. Toco el pecho del que se encuentre en frente de mi, bajo mi mano recorriendo su cuerpo hasta lo que me permiten las envestidas y me muero por quitarme el pañuelo,  este tiene  que ser Andrés.

El que me follaba por detrás se coloca ahora delante y el otro la introduce en  mi estoy completamente mojada y me folla con intensidad agarrándome fuertemente por las caderas, el de delante introduce su miembro en mi boca  e igualmente aprovecho para acariciar su cuerpo  y conseguir pistas de quien  es quien. No consigo distinguirlos y me rindo ante ellos,  mis gemidos deben retumbar en todo el edificio y sin esperarlo el esperma de uno de ellos invade mi garganta. El de detrás me inclina dejándome  de rodillas en la misma posición y me sigue follando sin parar. El de delante me quita el pañuelo, y extasiada, compruebo que es Andrés, que al mismo tiempo me ordena que no me  de la vuelta preservando  así el anonimato de su compañero de juegos, le obedezco y me dejo llevar  bajo su mirada  de satisfacción  hasta que  me  voy  de nuevo  llegando a la misma vez que yo  el  enigmático desconocido que, jadeando,  se acerca a mi oído y me susurra con su ultimo aliento,

-          Me conoces….

Se retira, y me quedo allí de rodillas, sin girarme, hasta que abandona la habitación.

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