Probando a otros. Parte 2

No le dije nada. Me agaché, le bajé su pantalón y su ropa interior. Saltó una verga un poco más grande que la de Víctor y Rafa. La tomé con la mano y lo masturbé. Soltó un grito.

Desperté el sábado. Agarré mi celular y vi que tenía un mensaje. Mi corazón latió de prisa y se me hizo un nudo en el estómago.

Recordé lo que había pasado el día anterior; ahí estaba, besando los labios de Víctor, mamándole su verga, cogiendo con él. Vi la hora en mi teléfono, eran las 10am. Fantaseé:

“¿Sera que Víctor me quiere decir cuando coger de nuevo? Y ¿Si quiere hoy? ¿Cómo le haré para ir? Le tendré que hablar a Marcos…” . Pensé en su verga clavándome. Me calenté rápido. Abrí el mensaje con miedo, excitada, con deseo:

“Y ¿Cómo te fue en la fiesta amor? ¿Se divirtieron?”

El mensaje era de Rafa, me lo había enviado ayer en la noche. De repente me sentí muy mal por coger con otra persona. Pero por otro lado, había disfrutado mucho y quería repetirlo. “Eres bien puta” , recordé las palabras de Víctor.

Me llegaron muchos sentimientos y de todo tipo: amaba a Rafa y me sentía mal por ser infiel, y quería coger de nuevo con Víctor, lo deseaba.

Tenía casi tres semanas sin coger con Rafa. Hoy lo iba a ver y sin duda cogeríamos. Pero luego de lo que pasó, ya no estaba segura si quería verlo. Escribí un mensaje:

“Lo siento, anoche llegué muy cansada y me quedé dormida. Estuvo medio aburrida la fiesta, pero nos despejamos un rato. Quiero verte. ¿Puedes venir ahorita?

Me levanté y me vestí. A la media hora llegó Rafa a mi casa. Almorzamos juntos. Le dije que me sentía mal y que no quería salir en la noche. Mi novio aceptó sin preguntar. Estuvimos un rato en mi casa viendo películas con mis hermanas. A las 5pm se fue.

Alrededor de las 8pm pensé en Rafa y me odié por haberlo dejado solo. No sé porque pero se me vino a la mente Andrea. “Que tonta de mí. Rafa ya se ha de estar cogiendo a su prima. Si él puede, ¿porque yo no?” . Escribí un mensaje a Víctor:

“¿Qué harás el 14 de febrero?”

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14 DE FEBRERO 2007

11am

“Estoy lista, ven por mí.”

Me salí de la escuela y fui directo a la plaza. Estaba ansiosa esperándolo. Tardaba mucho, o eso creía yo. La realidad es que solo habían pasado un par de minutos. No me pude concentrar ni un minuto en la escuela, solo pensaba en el sexo que iba a tener.

Lo vi venir a lo lejos. Traía una flor en su mano. Me gustó su gesto. Mi corazón se tranquilizó un poco. Por fin había llegado. Miré el reloj: 11:20am.

Se acercó, lo tomé de la cintura y nos besamos. Fue un beso de un minuto.

-Vámonos. Solo tenemos media hora. –Me dijo.

-¿A dónde vamos a ir? –Pregunté.

-A mi casa. Ahí vamos a estar solos. –Nos volvimos a besar.

-Y ¿Marcela? No fue a la escuela.

-No te preocupes por ella. Está en su casa. Está enferma. No nos vamos a ver hasta la noche. –Me dijo Victor.

-Está bien, Víctor. Vámonos. –Le ordené con seguridad.

Me dio la flor y nos fuimos a su auto. Nos subimos y arrancó. Llegamos a su casa. Su casa era de dos pisos, subimos las escaleras. Se detuvo en una puerta:

-Este es mi cuarto, vamos.

Entramos. Su cuarto era amplio. Tenía una cama matrimonial. En las paredes estaban pegados carteles y fotos de él y su novia. Y muchas cosas también con motivo del día del amor y la amistad. Me acerqué a ver las fotos. Se veían felices, eran felices. Y yo… quería sexo.

-Ahorita vengo. Ponte cómoda. –Me dijo.

Volteé y salió. Andaba vestida con ropa de la escuela. Traía falda, no íbamos a tener problemas para desvestirme.

Luego de unos 5 minutos regresó. Yo estaba acostada. Se aventó a la cama y se puso a un lado. Una de sus manos se situó en mi cintura mientras nos besamos. Mis manos estaban en su rostro. Me besó el cuello, yo gemía. Bajó a mis pechos, los tocó y los besó por encima de mi playera. Levantó mi falda y me quitó la ropa interior. De nuevos nos besamos, pero ahora con sus dedos en mi panochita. Los metía y sacaba rápido, y a los 10 segundos, tuve un orgasmo.

“¿Qué estoy haciendo? Hoy es día del amor y la amistad, debería estar con mi novio, con Rafa. Amándolo.” , lo pensé mientras disfrutaba del orgasmo que tenia.

Sentí que Víctor se levantaba y se quitó su pantalón y luego su ropa interior. Vi su verga, ya erecta y no tenia pelo alguno.

-Mámamela. –Me dijo.

“Rafa, que puta soy”

Me puse en 4 sobre la cama y me metí la verga a mi boca. Empecé con un mete y saca, rápido. A los 30 segundos, el novio de mi amiga sacó un condón.

-Acuéstate. –Me ordenó.

Vi como se puso el condón. Se acomodó sobre mí. “¿No me va a meter su lengua?” , me pregunté y mi respuesta llegó de inmediato, me abrió las piernas y me clavó su verga. Grité fuerte. Víctor dejó caer su cuerpo sobre el mío, puso su cabeza a lado de la mía y empezó a moverse; empujaba y la sacaba, lento.

Mi dolor fue desapareciendo y se transformó en placer. 30 segundos bombeando, aceleró su ritmo. Yo gemía.

-Qué rica estás. –Me dijo.

Le agarré la cabeza, lo volteé hacia mí y lo besé. Al minuto me llegó un orgasmo, gemí fuerte. Siguió empujando y casi al instante sonó el timbre de la casa. Se detuvo y volteó a ver a la puerta. Se hizo el silencio.

-¿Qué pasa? –Le pregunté con tono coqueto.

-Levántate y vístete. Es Marcela. –Dijo Victor.

Reaccione rápido, de un brinco me levanté de la cama. Me entró un miedo enorme. “Nos va a descubrir. Me va a ver que estaba con Víctor” , pensé.

-¿Qué vamos a hacer? –Le pregunté.

Víctor se ponía la ropa interior y su pantalón rápido.

-Ven. –Me tomó de la mano y me jaló fuera de su cuarto. Me llevó al de enseguida.

-Entra y ahí quédate hasta que se vaya. –Me ordenó. Me tomó de la cintura y me dio un beso que no respondí. Estaba aterrada. –Esto lo vamos a terminar después.

Salió.

Me sentí mal por lo que estaba pasando. Por mi calentura. Estaba engañando a Rafa y por poco mi amiga y compañera de la escuela, me descubría cogiendo con su novio. Escuché pasos y se abrió la puerta del cuarto donde estaba. Me asusté mucho. Vi a Eduardo, el primo de Víctor.

-Hola. –Me saludó.

Me sentí peor. Si Eduardo estaba ahí, es que sabía perfectamente que estaba cogiendo con Víctor. “Ahora si todos pensaran que soy una puta.”

-Hola, Lalo. –Saludé con la cabeza agachada. Estaba muerta de la pena.

-Lo bueno es que había venido antes Marce, sino los hubiera encontrado y la que se hubiera armado. –Me dijo.

No respondí.

Escuchamos las voces de Víctor y Marcela, entraron al cuarto y cerraron la puerta. Por un largo rato no hubo más que silencio. Luego escuchamos el golpe de la cama con la pared. “Ya están cogiendo” , pensé. Volteé a ver a Lalo y se rió a modo de complicidad. Le devolví una débil sonrisa.

-Siempre los escuchó desde aquí cuando están haciéndolo. –Me dijo.

Por la forma en que se expresó, me di cuenta que Lalo no tenía mucha experiencia en el sexo.

-¡Hay! –Saltó.

-¿Qué pasa? –Le pregunté, asustada.

-Siempre me caliento escuchándolos.

Vi que ya tenía un bulto en su entrepierna. “No me dejó mamársela como me gusta, ni me metió su lengua, ni me cogió mucho. Me dejó con muchas ganas Víctor.”, pensé. Me calenté por las escena: Víctor y Marcela por un lado y el bulto de Lalo por el otro lado. Volteé con Lalo y le pregunté:

-¿Lo has hecho?

-¿Qué? –Respondió asombrado.

-Si me llevas a mi casa antes de que salgan, lo hacemos ahorita. –Le dije.

Caminé hacia él, le di un beso mientras le agarraba su bulto.

-Le dije a Víctor que eras bien puta. –Dijo Lalo.

No le dije nada. Me agaché, le bajé su pantalón y su ropa interior. Saltó una verga un poco más grande que la de Víctor y Rafa. La tomé con la mano y lo masturbé. Soltó un grito.

-Guarda silencio. No querrás que nos escuchen. –Le sugerí.

-Sí.

Me metí la verga a la boca. Atrás, adelante, lento.

-Que rico. –Dijo con desesperación.

A los 10 segundos sentí como se puso duro.

-Me vengo. –Susurró.

Me la saqué de la boca y lo masturbé. Me hice a un lado y salió el semen. Cayó en el piso del cuarto.

-Que rico. Gracias. Nunca me la habían mamado. –Me agradeció. –Bueno, vámonos.

“¿Eso fue todo?” , me pregunté.

Se puso el pantalón. Fue por una servilleta, limpió y nos fuimos. Mi amiga y su novio no se dieron cuenta.

No hablamos en el camino. Pensaba en que todo había salido muy mal. Deseaba tanto ver a Rafa para que me quitara las ganas.

Llegamos a la casa. Me bajé, despidiéndome con un simple beso en la mejilla. Entré a la casa. Caminé a la sala y me encontré a mi hermana y a un amigo de ella que yo no conocía, estaban derechitos, con las mejillas rojas y un poco agitados.

-Vino a hacer tarea. –Dijo rápido mi hermana.

-Está bien. –Respondí.

-Vamos a la mesa. –Le dijo mi hermana al chavo.

De reojo noté que el chavo traía una erección. Yo seguía caliente. Me mojé…