Probando a Harry Potter 2
A Hermione le ha salido mal su plan. Había tomado poción multijugos para follar con Harry, lo hizo, pero antes de que se fuese volvió a adoptar su forma original. ¿Que haces cuando estás en la cama de tu mejor amigo y su lefa está saliendo a chorros de tu cuerpo?
Primera parte: http://www.todorelatos.com/relato/127864/
No recuerdo cómo, pero el caso es que cuando quise darme cuenta ya me había levantado de la cama y había llegado a mi cuarto. Me encontraba desnuda y sentada en el borde de mi cama temblando como una hoja.
¿Qué me había pasado? Joder, como me he corrido. Esa no era yo, estaba fuera de mí. Aun puedo volver a por un segundo asalto. ¿Cómo podía haberles hecho eso a mis mejores amigos?
Me miro, cubierta de sudor y oliendo a Harry. No puedo evitar ponerme cachonda. Sobre todo cuando miro mi entrepierna y veo que aún está expulsando mis fluidos mezclados con la corrida de Harry. Este chico, siempre tiene que hacerlo todo a lo grande. Pienso mientras me llevo la mano a mi sexo y toco la mancha que se está formando debajo de mí. Agarro mi barita y la apunto a la mancha. Con un hechizo la mancha ha desaparecido. Una pena.
Oigo la puerta abriéndose y cerrándose. Ginny ha vuelto de correr. El corazón se me acelera. ¿Qué pasará ahora? Me gustaría desaparecer e irme muy lejos, pero no puedo concentrarme. Empiezo a sentir que el tiempo pasa muy despacio. Como si se hubiese detenido. Cada paso parece durar un siglo. Estoy tan en silencio que puedo escuchar la puerta del cuarto de Harry abriéndose y cerrándose. Puedo oír su conversación a través de la pared.
-Menudo desorden de cama. Harry, estás sudando.-añadió Ginny con tono preocupado.
-He tenido una pesadilla.
-Bueno, eso lo puedo arreglar yo.
Silencio.
-Ahora no me apetece Ginny.
-¿Ni siquiera una ducha juntos?
-Dúchate tú primero, ya me iré más tarde.
-Qué raro estás.
Oigo la puerta abrirse, pasos y el ruido del agua al correr. No quiero volver a salir nunca de mi cuarto. Será mejor que espere a que termine Ginny para ir a lavarme. Joder, no sé qué voy a hacer. Ve y fóllate otra vez a Harry mientras se ducha o mejor cuélate en el baño y móntatelo con Ginny. ¡No! nada de eso sería una buena idea.
Necesito descansar, dormir un poco.
Me vuelvo a despertar y me asomo por la ventana, el sol ya está bastante alto. Parece que es medio día. Escucho con atención y no oigo nada. Creo que es el mejor momento para colarme en el baño sin cruzarme con nadie en el pasillo. Dicho y hecho, me ducho y vuelvo a mi cuarto. Ahora sólo tengo que encontrar un lugar donde esconderme hasta que vuelva a empezar el curso. ¿Y entonces qué? Cuando vuelva estaré otra vez con Ginny y estaremos las dos encerradas en un castillo a kilómetros de Ron, de Harry… No sé lo que voy a hacer, desde luego no me encuentro con ganas de quedarme dentro de la casa.
El señor Weasley tenía una especie de garaje lleno de objetos muggle. De repente me doy cuenta de lo interesante que me parece estar sola en ese lugar tan aburrido en el que no entrará nadie durante las próximas horas.
El garaje del señor Weasley es como un pequeño museo, está lleno de estanterías y de objetos muggle que ha ido acumulando durante años. Entre todos los objetos destaca el nuevo coche que sustituyó al Ford Anglia que se perdió hace años. Al fondo de la habitación, veo unas estanterías y entre ellas, escondida, encuentro una butaca.
Puede que uno de estos libros me ayude a pasar el rato. Me siento en la butaca, la estantería me deja oculta a la vista así que cualquiera que entré tendrá que fijarse mucho para encontrarme ahí.
Estoy absorta leyendo Los cuentos de Beedle el Bardo, tanto que apenas escucho la puerta al abrirse. Miro el reloj, seguro que es el señor Weasley. Sigo leyendo. Se cierra la puerta, oigo una risita. Empiezo a pensar que no es el señor Weasley. Me asomo por entre los libros, y veo a Ginny sentada sobre el capó del coche con Harry entre sus piernas. Aun llevan puesta la ropa mientras se enrollan. Veo como Harry manosea las tetas de Ginny mientras se besan y ella lleva una de sus manos al paquete de Harry y empieza a acariciarlo encima del pantalón. Incluso desde mi posición puedo notar como se abulta su entrepierna donde Ginny le está tocando.
-¿Y a los muggles les gusta hacerlo así, Harry?- pregunta mordiéndose el labio inferior.
-Tanto, que creo que muchos fueron hechos dentro de un coche.
-jajaja – ríe Ginny- seguro que esto no lo enseñan en estudios muggle.-Añadió Ginny mientras abría la puerta y se introducía dentro, me doy cuenta de que entra gateando, de tal forma que su culo queda bien a la vista de Harry. No sabe ni nada esta Ginny. Harry la sigue para entrar también en el asiento trasero.
Mierda, este es el último sitio en el que querría estar. Pero al mismo tiempo me doy cuenta de que tengo los pezones duros. Debe ser porque me los estoy tocando con una mano que parece que ha subido sola.
Por un momento no veo nada, solo el coche moviéndose y alguna prenda de ropa salir volando. Desde donde estoy sólo puedo ver la luna trasera. Sin embargo no dejo de mirar. Entonces veo la cabeza de Harry levantarse y asomar por la luna trasera. Inocentemente pienso que se va a levantar para irse cuando veo dos pies que se levantan y se pone cada una a un lado de la cabeza de Harry. Sin duda va follársela. Veo como Harry empuja y los pies tiemblan por el placer de la primera embestida. Oigo el primer gemido de Ginny, yo también gemiría es mi parte favorita. Casi puedo sentir como se abre para que entre su amante.
Harry empieza a entrar y salir de mi cuñada. Yo no puedo dejar de mirar. En un instante Harry levanta la vista y para durante unos segundos. Me está mirando directamente a los ojos. Siento que el corazón me va a estallar. A la mano de las tetas le ha seguido la otra que se ha metido por debajo de la falda y empiezo a tocarme por encima de las ya mojadas bragas.
Veo como sonríe mientras me sigue mirando a los ojos, y sigue follándose a Ginny como si nada, no deja de mirarme, como sí mis ojos fueran lo único digno de mirar. Este chico me vuelve loca. Pienso mientras me meto la mano por debajo de las bragas y me toco directamente el coño. Puedo sentir el ruidito que hacen mis dedos al frotarse con mis fluidos que salen a chorros de mi interior.
Harry empieza a acelerar, los gemidos de los tres se confunden, los míos muy ahogados comparados con los gritos de Ginny. Aceleran el ritmo justo cuando se me empiezan a tensar los muslos. Siento que se están corriendo al mismo tiempo que un orgasmo sacude mi espalda y me tengo que apoyar en la estantería para no caerme.
Me vuelvo a esconder. Pasado un rato les veo vestirse y salir cogidos de la mano del garaje. No vuelvo a salir hasta que se ha hecho de noche.
Cenamos todos juntos en el jardín, yo no puedo mirar ni a Harry ni a Ginny. Siento como se me pone la cara roja cada vez que les oigo, cada vez que paso rápidamente la vista por ellos. Una parte de mi echa de menos a Ron, otra se alegra de que esté pasando una temporada en el Caldero Chorreante. Aun así me alegra poder estar ahí con la familia Weasley y por supuesto con Harry.
2
Me despierto con el sonido de la puerta de la casa cerrándose. Ginny ha vuelto a irse a correr. Yo necesito una ducha, una muy fría. Salgo medio dormida del dormitorio y me dirijo directa al cuarto de baño. Me quito la ropa y me miro en el espejo. Veo mis tetas sin sujetador que redonditas desafían a la gravedad. Acaricio la tira de pelo que me dejo encima del coño. No puedo evitar recordar el coño depilado de Ginny.
Me meto en la ducha. Oigo que alguien intenta abrir, pero el pestillo está cerrado.
-¡Ocupado!- grito desde la ducha y sigo duchándome como si nada, sintiendo el placer del agua al recorrer mi cuerpo desnudo.
Me quedo con los ojos como platos cuando escucho que el pestillo se abre mágicamente. La cortina de la ducha no me deja ver quién es, pero mi coño ya está deseando que sea él. En ese momento entra Harry completamente desnudo. Sus músculos están marcados y su barba de dos días le da un aspecto muy masculino.
-¡Harry, no!-protesto mientras me tapo con las manos.
Harry me ignora, me abraza y me besa. Yo no me resisto. Abro la boca para dejar entrar su lengua. Entra y me da vueltas alrededor de la lengua. Me devora, me vuelve loca. Mis manos caen dejandome a la vista en todo mi esplendor.
-Cómeme las tetas- me oigo decir. Estoy ardiendo- Cómeme los pezones.
Me los come y me pone a mil.
-Esto no está bien.- Digo mientras me giro para darle la espalda. Apoyo las manos en la pared y levanto mi culo dirigiendo mi coño hacia la polla de Harry que ya apunta al techo. - Ginny es tu novia.
Harry me agarra de la cintura. Yo no puedo dejar de temblar mientras el agua nos salpica y recorre. Solo imaginarnos hace que me tense por dentro.
-Fóllame Harry, necesito tenerte dentro.
De un golpe Harry me penetra.
-Quiero oírte gemir. –Me ordena Harry.
Yo empiezo a respirar cada vez más fuerte, al final se convierte en un gemido. Mi mejor amigo me está follando como nunca me habían follado. Y me está follando sabiendo que soy yo, nada de poción polijugos. El agua lava el sudor de nuestros cuerpos, respiramos al mismo tiempo y mis gemidos van al mismo ritmo que las caderas de Harry. Cada empujón suyo crea una descarga que me recorre entera.
Necesito que acelere el ritmo, le doy un azote en el culo para que me de más caña. El lo comprende y acelera el ritmo. Oh dios que bueno es esto. Empiezo a correrme, noto mis músculos contraerse alrededor de su pene. Se contraen y se relajan a gran velocidad. Siento que me faltan las fuerzas y que doblo la espalda como un potro al que están domando.
De repente Harry sale de mí. Me giro y me pongo de rodillas, se está pajeando a pocos centímetros de mi cara. Levanto mis tetas y meto la polla dentro, mis tetas son más grandes que las de Ginny y saber eso me pone más cachonda. Noto como se empiezan a encoger los huevos de Harry y como empieza a respirar más deprisa. Ya viene. El primer chorro no tarda en salir y caer directamente sobre mi mejilla, el segundo cae sobre mis tetas. Consigo atraparla con la boca y me trago todo lo que suelta. Joder, que cachonda estoy.
El pene de Harry sale de mi boca, deshinchado, pero todavía de un tamaño considerable. Veo como coge una toalla y se marcha sin mirar atrás. Las piernas no me sujetan, aun me tiemblan por la corrida. Me quedo sentada como una niña que se ha caído. Desnuda y con el coño chorreando sobre el suelo de la ducha.
Me parece que esto se complica cada vez más.