Prisionera de Guerra (II)
En esta parte del relato, la teniente Baker es sometida a una brutal violación.
Hola amigos de "Todorelatos", antes que nada, les aclaro que yo no soy el autor de esta historia, originalmente es un relato escrito en inglés, no sé quién es el autor original, así que si alguien sabe quien es, háganmelo saber por favor. Respecto al texto, es una historia ficticia ambientada en la guerra del Golfo, en ella se describen violaciones orales, vaginales, y anales, tortura y humillación. Si te disgustan estos temas, no continúes leyendo.
Diana estuvo colgada unas 2 horas. Sus brazos ardían mientras lentamente se desencajaban por su peso. El dolor de las pinzas clavándose en sus pezones empeoro cuando interrumpieron el flujo de sangre hacia las sensibles puntas de sus pechos. Pero afortunadamente el dolor comenzó a convertirse en una sorda palpitación cuando sus pezones se entumecieron.
Lo peor y empeoraba a cada minuto eran los calambres de sus intestinos ocasionados por el laxante. Se sentía como si fuese a explotar. La presión en sus intestinos era indescriptible. Pero no importaba cuanto se esforzara Diana, la cinta adhesiva impedía que pudiera aliviarse. Solo podía estar allí colgando en agonía cubierta de sudor frío y esperar.
Cuando Yazeed volvió a entrar con una multitud de guardias, al menos 10 para consternación de Diana, en diversos estados de desnudez. Cuando la rodearon golpeando su musculoso cuerpo, ella intentó comunicar al capitán Yazeed que le diría cualquier cosa que quisiera solo con que la soltara. Le daría la mejor follada de toda su vida solo con que echara a esos animales. Sin embargo todo lo que salió de su amordazada boca fue una serie de ininteligibles gruñidos. Pero el capitán no estaba interesado en negociar por la información. El deseaba "romperla".
Primero ordenó a los hombres que le quitaran las pinzas de sus inflamados pezones. Cuando las retiraron Diana por un momento no pudo sentir nada, entonces la sangre y la sensibilidad volvieron a sus pezones enviándole una oleada de dolor. Diana nunca había sentido nada que se pareciera remotamente a esto. Mientras ella sufría con la vuelta a la sensibilidad de sus pechos, uno de los guardias puso un cubo de lata bajo su culo, otro arrancó la cinta de su taponado ano permitiendo que un chorro de mierda saliera disparado de ella. Diana nunca había tenido tal sensación de alivio; por un momento olvidó la ardiente sensación de sus pezones y la inminente violación cuando la presión cedió en sus intestinos. El intenso olor a mierda no pareció molestar a los hombres que la rodeaban, usaron una pequeña manguera para limpiar las salpicaduras de mierda de su culo y piernas. Empujaron la boquilla en su dilatado esfínter para limpiar los restos que pudiesen quedar. Diana quedo conmocionada cuando el agua fría la lleno y brotó de sus entrañas cayendo al desagüe bajo ella.
El primer hombre sustituyó la manguera por su polla tan rápidamente que Diana no tuvo la oportunidad de cerrar su esfínter. Ella noto su polla penetrando en sus entrañas, enviando dolor y calambres a su vientre. Parecía como si la estuviese forzando con su puño en vez de con su polla. Diana luchó salvajemente, gruñendo y retorciendo su torso intentando escapar de la polla que invadía su culo. El guardia la rodeó con sus fuertes brazos y la acercó a él. Su polla clavada hasta la mitad desapareció completamente dentro de ella cuando dió otro potente empujón, levantándola con la fuerza de la embestida. El guardia permaneció inmóvil por un momento saboreando la cálida estrechez de su culo virgen. Entonces comenzó a follarla. Mientras perforaba su culo la sujetaba con un abrazo de oso, con el sudor manando de ambos cuerpos.
Diana luchó con él, sus músculos se contraían en un inútil esfuerzo por escapar del ardiente dolor de su violado culo. El dolor aumentaba con cada embestida hasta que Diana pensó que moriría, que el había desgarrado totalmente sus intestinos.
Pero ella no murió. El primer hombre solo duró unos minutos en su culo antes de correrse. Ahora su culo estaba lubricado con su semen y más dilatado. El siguiente hombre le reemplazó tan pronto como retiró su polla aún goteante de su culo, se hundió totalmente en su ano con la primera embestida. Montó brutalmente a la colgada piloto sin darle la oportunidad de ajustarse a la nueva polla. Diana gemía en su mordaza con cada embestida. Su cara estaba surcada por lágrimas, mocos y sudor. Ella se retorcía y giraba su cuerpo intentando escapar de la presa de su violador, pero sus esfuerzos solo lograron que el hombre la violara con embestidas aun mas brutales. Un tercer hombre reemplazó al segundo sin un momento de respiro. El dolor en su culo disminuyó un poco mientras era penetrado por las pollas invasoras, era como un adormecimiento. Diana todavía luchaba contra cada embestida de sus violadores, sus musculosos brazos y torso se contraían inútilmente. Pero con cada nuevo atacante sus esfuerzos se debilitaban. Con el séptimo hombre Diana colgaba exhausta de las esposas mientras los guardias perforaban su culo. Su cuerpo brillaba por el sudor. Sus muslos estaban cubiertos por una gruesa capa de semen que se deslizaba hacia abajo para secarse en una blanca espuma sobre su piel. La cabeza de Diana reposaba sobre su pecho y su cuerpo se balanceaba arriba y abajo como una marioneta con las embestidas de los guardias. A una orden de Yazeed el guardia que la sodomizaba comenzó a retorcer y tirar de sus doloridos pezones obligándola a resistirse. El dolor de sus maltratados pezones hizo que Diana luchara débilmente ordeñando involuntariamente su polla mientras su cuerpo se esforzaba débilmente por escapar.
Mientras los guardia sodomizaban a Diana, el capitán Yazeed estaba sentado en una silla a pocos pasos frente a ella, donde gozaba de una vista sin obstáculos. Era magnifico ver como la violaban, pensó admirando su musculoso cuerpo. Había encontrado su resistencia increíblemente excitante. La vista de la musculosa mujer rendida siendo sodomizada le había dejado una dolorosa erección contra la cremallera, le hubiera gustado unirse a sus hombres en la violación, pero hubiera afectado a su dignidad compartirla con sus hombres. Podía esperar. De momento saboreo la agonía en sus ojos. Los ojos eran siempre tan expresivos en las mujeres pensó. Advirtió las contraídas manos, un hilillo de sangre mostraba donde sus uñas se habían clavado en sus palmas. Sus pezones habían sido maltratados hasta que tuvieron un intenso color rojo y estaban hinchados. A juzgar por sus débiles gritos los continuos abusos habían sido extremadamente dolorosos para Diana, pero principalmente saboreo su expresión de evidente derrota en su rostro.
Ella había aprendido una gran lección en las últimas dos horas. El tenia planeado enseñarle mucho más.
Diana en esos momentos apenas estaba consciente. Sólo sentía una ardiente sensación que inundaba su culo que combinada con el dolor de sus brazos y sus torturados pezones había alejado los pensamientos conscientes de su mente. No podía pensar, sólo podía sentir el dolor y la humillación consumiéndola. Cuando el primer hombre la había sodomizado su mente no podía aceptar que esto le estuviera sucediendo a ella. Había luchado como un animal en una trampa, resistiéndose salvajemente aunque sabia que no había esperanza de escapar. Ahora no le quedaban fuerzas para luchar. Solo podía permanecer allí colgada e indefensa mientras ellos abusaban de ella y la humillaban.
De momento los 10 hombres habían dejado su semen en su culo. Yazeed jugó con la idea de permitirles un segundo turno con ella. Quería ver a esta mujer humillada hasta que sólo fuera una sombra de lo que había sido. Por su pasada experiencia estaba seguro de que la violación masiva había destrozado su armadura psicológica y la había dejado extremadamente vulnerable. Y por tanto razonó mas complaciente a sus peticiones. Ordenó a los guardias que se alejaran de ella. Yazeed caminó detrás de Diana y contemplo fijamente el resultado de la violación de los guardias. Su esfínter continuaba abierto, sus bordes sobresalían hacia fuera. Un chorro de blanco semen literalmente brotaba de su culo hacia sus muslos. El semen se secaba en una gruesa capa que iba de la mitad de sus muslos hasta las rodillas. Diana gemía suavemente en su mordaza, su cabeza reposaba sobre su pecho. Su respiración era pesada, como si hubiera corrido una gran distancia, su musculoso cuerpo estaba empapado de sudor, suyo y de los guardias. Yazeed se movió frente a ella y miró fijamente el expuesto coño de la piloto. Movió una mano sobre sus piernas hacia los labios de su coño, la depilada piel alrededor de su coño le permitía una clara visión de sus delicados labios internos que sobresalían claramente. Paso sus dedos sobre estos y los metió en su coño. Bien, pensó, esta seca. Había temido que ella hubiera podido excitarse con la violación anal. Esto era mucho mas satisfactorio. Ordeno a los guardias que desataran sus pies y volviesen a atarlos frente a ella, preparando la violación de su intacto coño. Ataron las piernas de Diana a los pilares de la habitación abriéndolas obscenamente y dejándola literalmente sentada en el aire. Como ella solo estaba medio consciente ordenó a otro hombre que rompiera dos ampollas de amoniaco bajo su nariz. El la quería despierta. Cuando Diana comenzó a agitarse el primer guardia se colocó entre sus piernas y empujo su polla cubierta de mierda en el seco túnel de su coño. Las secas paredes de su vagina rozaban su polla proporcionándole a él un incomodo roce y a ella un agudo dolor.
El hombre empujo hasta que su polla estuvo totalmente hundida, hasta el vello púbico. Entonces la dejó allí saboreando el calor del estrecho coño de la arrogante oficial. Yazeed quería que la americana viera la cara de su violador. Acercó su cigarrillo a su pezón izquierdo hasta que el ascua casi tocaba su inflamado extremo. Cuando sus ojos se abrieron y le miró directamente a los ojos Yazeed señaló al guardia que comenzaba a follarla. El la folló brutalmente hiriendo las secas paredes de su coño mientras ponía toda su fuerza en cada embestida. El sacaba su polla hasta que solo la cabeza estaba dentro y embestía de nuevo con la fuerza de un toro. A ella le parecía que estaba golpeando su matriz con cada embestida. Ella penso que debía estar sangrando por el dolor de las resecas paredes de su coño. Pero no había nada que pudiera hacer excepto colgar allí y asumir su violación. El guardia la sujetó por sus musculosas nalgas mientras la follaba brutalmente, él estaba sobre ella con su cara a unos centímetros de la suya, el podía ver las lágrimas rodando por sus mejillas mientras la violaba. Esas lágrimas de humillación corriendo por la cara de esta musculosa pero muy femenina mujer le excitaban más que el estrecho roce de su coño contra su polla.
Un débil gemido salía de su amordazada boca, esto le puso al límite, se corrió llenando su reseco coño con su ardiente semen. Saciado se vistió y dejó que el próximo hombre la tomara. El siguiente hombre la usó como un bruto, en un instante la estaba montando como un toro en celo. Diana estaba asqueada por la vista de su sonriente cara, pero cuando cerraba sus ojos Yazeed usaba su cigarrillo de nuevo en su pezón. A pesar de los abusos el dolor la superaba. Con Yazeed sujetando su cabeza fue obligada a contemplar las caras de hombre tras hombre, mientras los sonrientes soldados usaban su coño como habían usado su culo, como recipiente para su asqueroso semen. Aunque no tan doloroso como el asalto a su culo, la forma en que era obligada a contemplar a los regocijados violadores aún la hacia más humillante. Se sintió como una puta. Diana estaba dominada por la repulsión. Intentó escapar, no fue una buena idea, sus esfuerzos sólo lograron que los hombres fueran aún mas brutales. Al menos no hubo de soportar la humillación de comprender sus obscenos comentarios cuando confundían sus esfuerzos con pasión. Mientras un hombre tras otro la violaba, los esfuerzos de Diana eran más y mas débiles hasta que su cuerpo empapado de sudor colgó flácido de las cuerdas y las esposas que pendían del techo. Su culo todavía goteaba semen de su dilatado esfínter, ahora su coño también estaba cubierto de blanco. El semen cayo en gruesos grumos de su dolorida vagina al suelo cuando el último hombre acabó con ella.
El capitán Yazeed ordeno a los exhaustos guardas que salieran de la habitación dejándole a él y al traductor a solas con Diana. Se sitúo entre las piernas de Diana y disfrutó de la vista de su coño cubierto de semen. Se agacho entre sus piernas para poder mirar los entreabiertos labios de su coño de los que fluía el semen. Fascinado Yazeed separó los labios con sus dedos para tener una vista mejor. La mezcla de olores de su coño y el semen le excitó. Empujo dos dedos de su mano derecha entre los inflamados labios de su coño. Los dedos fueron absorbidos cuando los empujó dentro de Diana. Añadió otro dedo, y luego otro, entonces apretó el pulgar contra la palma de su mano y empujó su mano en el coño de la americana. Con un segundo empujón toda la mano desapareció en el coño de la americana. Se movió dentro y fuera, produciendo un sonido de chapoteo cuando su puño se movió dentro del coño saturado de semen. Gradualmente Yazeed bombeo su brazo con mas y mas dureza has que estuvo follándola con su puño con toda su fuerza.
La insensibilidad de Diana a lo que la rodeaba cambio repentinamente cuando su puño la penetró. Ahora sentía una nueva agonía mientras el puño dilataba su dolorida vagina a dos o tres veces su tamaño normal. La sensación era mucho mas dolorosa que la producida por las pollas de los guardias. Diana gimió en la mordaza. Pensó que el puño que la invadía la partía en dos. Supo que esto podía matarla. De nuevo encontró la fuerza para luchar contra sus ataduras mientras que el puño profundizaba en ella. Pero las fuerzas pronto le fallaron. Colgó pasivamente mientras el continuaba follándola brutalmente con su puño. El traductor observo a Diana, ahora podía ver como el puño del capitán se movía bajo la piel de su plano vientre. Los movimientos estaban acompañados de sonidos que eran como los de un desatascador en un retrete obstruido.
Mientras la follaba con el puño, Yazeed con la otra mano comenzó a menear su polla masturbándose al tiempo que empujaba dentro del coño de Diana. Una y otra vez usó a Diana como un saco de boxeo, el objetivo era su útero. Finalmente sacó su puño del coño enviando una nueva oleada de dolor a la saturada mente de Diana. El continuó masturbándose frenéticamente hasta que disparó un chorro de semen sobre su estómago y pechos. Diana demasiado exhausta para reaccionar a pesar de la agonía padecida por su puño abriéndose paso en ella, colgaba casi inconsciente atenta solo a la sensación de vacío ahora que su puño había desaparecido.
Yazeed también estaba exhausto, no pudo hacer otra cosa que dejarse caer en la silla y mirar como colgaba Diana. Pidió al traductor que la soltara y la dejara tumbada sobre el frío suelo. Supo que la había roto psicológicamente, pero deseaba su rendición formal. Tenia que decirle su unidad, base y misión.
La dejó tumbada en el suelo durante 15 o 20 minutos mientras ambos se recobraban. Pidió al traductor que le quitara la mordaza y la pusiera de rodillas. Sus brazos colgaban inútiles a causa del modo en que había estado colgada. Suavemente le hizo las tres preguntas. El traductor preguntó con tono agradable. ¿cuál es tu unidad, tu base y tu misión?.
Diana no pensó en mentir esta vez. Dijo: "4º escuadrón táctico, ala 308, Mindhat, tenia que bombardear un sitio sospechoso de ser una fábrica de armas químicas al norte de Irak.
El traductor habló a Yazeed escuchando sus respuestas y entonces dijo a Diana : "ves que fácil es, si cooperas con nosotros no sufrirás otra violación. Pero debes hacer todo lo que el capitán te diga. Debes hacer una cosa más, después podrás descansar. El capitán dice que tienes que chupársela, hazlo y descansarás. Diana no se resistió cuando el capitán se puso en pie frente a ella, bajo sus pantalones y puso su polla erecta frente a su cara. La agarró del pelo y guió su cara. Ella simplemente abrió la boca y dejo que se polla penetrara entre sus labios. Cuidadosamente cerró los labios alrededor de ella y comenzó a chupar lamiendo la parte inferior con su lengua. Se concentró en complacer a este hombre con todo su ser, usando su lengua y labios expertamente. El suave sonido de succión que venia de su boca era tremendamente humillante para ella; pero Diana tenia demasiado miedo de este hombre para lamentarse. Fue la visión de Diana esclavizada chupando su polla más que la sensación de su lengua trabajando su pene lo que llevó al capitán al punto de no retorno. Cerró sus dedos sobre su pelo y uso su cara como si fuese un coño. Sus embestidas se aceleraron mientras Diana comenzó a tener arcadas, indefensa bajo él. Se estaba ahogando, incapaz de dar una bocanada de aire cuando le llegó el clímax. Diana tragó la ardiente descarga sin protestar, pudo sentir el ardiente semen en su camino al estómago. Se sentía feliz de que su penosa situación hubiera terminado, al menos de momento.
Yazeed sacó su polla de su boca y sonrió. Recorrió con sus dedos los labios de la mujer y el hilillo de semen que caía de ellos. Cogió una gota de semen con la punta del dedo y lo empujó en la boca de la mujer arrodillada y lo limpio sobre la superficie de su lengua mientras ella lo miraba sumisamente demasiado asustada para protestar. El estaba complacido, había tenido un buen comienzo. Mañana podría comenzar a trabajar con la piloto en el guión que el ministro de exteriores le había dado. La tendría en la CNN pidiendo que cesara el criminal bombardeo en 3 o 4 días como máximo. Tendría tiempo para la fiesta de cumpleaños de su hijo después de todo.
Continuará...