Pringao III
Veo mi ropa del sábado desparramada por el comedor, pero hay algo que no es mío. Unos calzoncillos de marca. Los cojo y, sin saber muy bien porqué, me los acerco a la cara y los huelo. Empiezo a recordar la noche del sábado.
Joder, llego tarde al curro, me van a matar. Seguro que el pringao ya está esperándome. Entro corriendo en comisaría, y una sensación extraña me envuelve. Como en esas pesadillas en que vas a hacer un examen y cuando llegas a clase te das cuenta que vas sin pantalones. Empiezo a escuchar risitas a mi alrededor. Hay mucha gente en la comisaría, parece que hoy nadie quiere trabajar...
—¡Ya era hora, oficial Ramírez!— me grita el subinspector Sanchez —Que pasa, ¿se te han pegado las sabanas, o es que tenias que ponerte cremita en el culo, mariconazo?—
Me giro a mirarlo, sorprendido. Hay agentes que les gustan ese tipo de bromas, pero no es el caso del subinspector, y menos en público.
Los demás estallan en risas. Me rodean y me insultan. No puede ser real. ¿Cómo se han enterado? ¿Y por qué se comportan así? !La nuestra siempre ha sido una comisaría tolerante!
Del fondo de a comisaría me llegan unos suspiros entrecortados. Alguien llora. Una mujer. Mis compañeros van abriendo paso y los sollozos se acercan a mí. ¿Mamá? ¿Que hace mi madre aquí?
—¿Como has podido? -me dice, sin mirarme a los ojos.— ¿Que dirán mis amigas? Que dirán en la asociación de amas de casa? ¿Y tus abuelos? ¿Por qué nos haces pasar esta vergüenza—Y me cruza la cara de una ostia.
Negro. Todo está negro. Oigo una respiración muy cerca de mí, y siento un cuerpo cálido muy pegado. Huele a sudor ... y a sexo. Abro los ojos. El pringao duerme sobre mí. Me levanto con cuidado y voy a la ducha. Necesito despejar mi cabeza, ordenar mis ideas, asimilar que tenía al pringao durmiendo sobre mí, asimilar que puede que hayamos traspasado una línea que quizá nunca debiésemos haber cruzado.
Abro los ojos. La luz que entra por los ventanales me ciega unos segundos. ¿Donde estoy? Que dolor de cabeza, empiezo a recordar, ayer salimos Jorge y yo, y ahora empiezo a pagar las consecuencias de beber. Es verdad, ayer pillamos una buena y acabé viniéndome a dormir a su casa. Que gracioso estaba Jorge, borrachín. Si me dijo hasta que mirásemos porn... ¡Madre mía! Los recuerdos empiezan a invadir mi mente como un vendaval. ¿Pero como la he podido cagar así? ¿Como le voy a mirar otra vez a la cara? Si es que tiene razón, pringao, soy un pringao, y además imbécil. Se oye la ducha, Jorge está allí y no tardará en salir. Me he de calmar, estoy empezando a hiperventilar. ¿Y mi ropa? A ver, pantalones, camisa... ¿Y los calzoncillos? Ha cerrado el grifo. Me pongo los calcetines, los pantalones sin calzoncillos y, metiendo un brazo por la camisa, abro la puerta y me largo de allí.
Menuda resaca. Necesito tomarme algo. Por ahora dejo que el agua recorra mi cuerpo, como si pudiese llevarse este puto dolor de cabeza que me está matando. No sé si tomarme una pastilla o seguir bebiendo. No se me quita de la cabeza lo que pasó anoche. Los recuerdos me vuelven en imágenes, imágenes que me rallan. Veo la polla del pringao, recuerdo sentirla en mi boca. Veo sus ojos mirándome, con mi polla en su boca. Me producen sentimientos encontrados. Por una parte me producen ansiedad, por otra hacen que mi polla reaccione y se me ponga en todo su esplendor. Tengo ganas de pajearme, pero al mismo tiempo siento que no puedo. Coño, soy hetero, ¿como me voy a pajear pensando en mi compañero? Pero, si soy hetero, como es que me pone pensar en repetir, en volver a disfrutar de sus caricias, de su boca, de su polla. He de salir de la ducha, no tardará en despertar, y tendremos que hablar de todo esto. Cierro el grifo, abro la mampara de la ducha y comienzo a secarme. He de hacer que esto baje, no puedo salir así. oigo que se cierra la puerta de mi casa. No puede ser, me enrollo la toalla alrededor de la cintura y salgo lo más deprisa que puedo. El sofá está vacío. Llamo al pringao, corriendo hacia la puerta. La abro, y saco medio cuerpo al pasillo, esto ya se está bajando, pero si me viese algún vecino aún podría apreciar mi excitación. El pasillo está desierto. Entro en casa, voy a la nevera y cojo una birra. Me siento en el sofá y empiezo a beber.
Son las dos de la madrugada, y aún no puedo dormir. Y mañana curro. Y con Jorge. Y por lo que parece por los whatsapps que me ha estado enviando toda la tarde, esta borracho. Y no he sido capaz de contestarle a ninguno. Que quiere hablar. ¿De qué? ¿De como hemos destrozado nuestra amistad? ¿De como la noche en que ocurre una de las cosas que más deseaba se pone mi vida patas arriba? Si es que no tenia que haber ido. Pero no se decir no, no se decirle no... ¿Mañana como se supone que lo mire a la cara? Al final voy a tener que pedir el cambio de compañero, o de comisaría...
Seis de la mañana, segundo día de resaca. Bueno más que resaca, todavía voy borracho. Y he vuelto a dormirme en el sofá. Miro el móvil. No ha contestado, pero el doble check me dice que ha leído mis whatsapps. Joder, ¿que cojones le pasa? No hay quien le entienda. Veo mi ropa del sábado desparramada por el comedor, pero hay algo que no es mío. Unos calzoncillos de marca. Los cojo y, sin saber muy bien porqué, me los acerco a la cara y los huelo. Empiezo a recordar la noche del sábado. Mi polla en su boca, su polla en mi boca... Su boca en mi boca. Sus manos, su cuerpo. Mi polla comienza reaccionar. Ya no huelo los calzoncillos, los aspiro, el olor de mi pringao llena mis fosas nasales, el olor de su polla, sus huevos. Mi polla ya está a tope, la agarro y empiezo a pajearme furiosamente, mi primera paja pensando en otro tío, en mi compañero de patrullas, en mi pringao. Me corro sobre mi pecho con los calzoncillos de mi pringao en la cara. Ducha, café bien cargado y a currar.
No me he atrevido a hablar con el comisario. De todas formas hoy me hubiese tocado currar con él sí o sí. Y no me hago a la idea de perderle. Por más que ahora mismo no sepa para donde tirar, por más que sepa que esto no va a ninguna parte, no puedo ni pensar en no verlo más.
Ahora lo espero, yo he llegado bastante pronto a trabajar, y según parece el va a retrasarse un poco. Acaba de entrar. Se va directo a la oficina del comisario. Seguro que va a pedir él el cambio. Quizás sea lo mejor.
Ha tardado un poco, pero al fin ha salido, y se acerca a mi.
—Buenos días.—
—Buenas,— le contesto y subimos al coche patrulla.
La situación es muy incómoda, la tensión se nota entre nosotros, yo creo que el quiere hablar y arreglar las cosas, pero no estoy seguro, y yo no pienso sacar el tema.
—Hoy nos toca ronda lunes, ¿no?— le digo, tratando de destensar el ambiente. Él dice que sí con la cabeza y sigue conduciendo mirando al frente.
—¿Por qué no has respondido a mis whatsapp?— me suelta de repente a bocajarro.
—No... En realidad no lo sé Jorge, todo esto me ha pillado desprevenido...—
—¿Y te crees que a mi no? Pero creo que lo mínimo que hay que hacer es hablarlo, ¿de que te ha servido huir?—
—No he sabido como reaccionar, y tampoco creo que tú seas quién para reclamarme nada, tú lo empezaste todo...—
—Claro, y tú no tuviste nada que ver... Ahora me dirás que no querías, si al final va a resultar que lo de anoche, que para mi fué increíble, para ti fué violación... no te jode...—
—¿Entonces... no... no estás arrepentido?—
—¿Por qué lo habría de estar? Somos dos adultos, lo estábamos pasando bien, y decidimos pasarlo mejor. No sé donde ves tu que nos tengamos que comer la cabeza.—
—Supongo... supongo que tienes razón. Creo que no he sabido encajarlo,— le digo bajando la cabeza.
—Bueno, no te preocupes. A ver, volvamos a empezar. Ayer lo vamos a borrar. Nos acabamos de ver después del sábado, vale? —yo no contesto. Por una parte me sigue asombrando el tipo de persona que es, pero eso hace que lo quiera más aún, y se que acabaré sufriendo.— Venga, empiezo yo. Buenos días, Pringao! ¿Ayer lo pasamos bien, eh?—
No quiero contestar, pero la sonrisita que pone siempre acaba tirando abajo todos los muros que levanto.
—Bueno... La verdad es que sí. Me lo pasé muy bien.—
—Perfecto, yo también, ¿cuando repetimos? —Siento como me sube la sangre a la cara, y me debo de estar poniendo como un tomate. —Tranquilo, digo de ir de fiesta... lo de después ya lo iríamos hablando.— añade, con una carcajada.
—Eres un cabrón. —le digo, medio riendo.
—Pero la mamo bien...— me suelta con todo su morro. Me parece increíble estar hablando así con él. — O serás capaz de decirme que es mentira...—
—No, no puedo decir lo contrario.— De hecho, se me está poniendo dura. y por lo que veo en su entrepierna, a él también.
—Vaya, parece que ya te has animado, que cuando he llegado tenia una cara...— mierda, él también se ha dado cuenta. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?— La pena es que estamos de servicio, no nos podemos desahogar... Bueno, ya habrá algún momento— Es que soy imbécil, pringao e imbécil, mi fantasía más recurrente en mis pajas, los dos empalmados en el coche patrulla, se hace realidad, y no soy capaz de dejar de rallarme un momento y disfrutarla.
—¿Eso quiere decir... que quieres repetir?—
—Pues no estaría mal, me lo pasé muy bien, y me puso muy burro lo que hicimos, de hecho esta mañana ha caído un buen pajote...— ¿Que se ha pajeado pensando en mí? No puede ser.— Seguro que sabes hacer alguna cosa más y me enseñas... O alomejor te enseño yo a tí...— Alarga su mano y me toca la polla dura por encima del pantalón del uniforme. Menos mal que vamos por un polígono y no hay mucha gente por la calle.— Podríamos quedar luego para tomar unas birras, ¿quieres?—
Gracias a todos por vuestros comentarios. En principio se va a alargar un poco más la serie, si os sigue gustando, aunque no todos los relatos tendrán una gran carga sexual, ya que tampoco me gusta hacerlos muy largos. Espero que os guste esta nueva entrega.
Otwoer* y Mitch333* gracias por vuestros comentarios, mi forma de escribir es como que cuento una historia que existe, no que decido yo, es decir, cada personaje tiene una personalidad, y es difícil que haga cosas que no van con ellos. Aun así, los personajes pueden tener una evolución o un momento de locura y salirse de lo que harian habitualmente, así que no descarto que lo sugerís pueda pasar.
Lefoten , gràcies pels teus comentaris, comentar-te que no sé com fer més gran la lletra, espere que no tinguis gaire problemes per llegir-lo. :)