Pringao II

-Venga, la última, vamos a brindar por nosotros,- le digo. -Venga va. No, si al final me acabaré de emborrachar...- -No pasa nada, luego paja y a dormir. Mira, tengo porno... Tu miras al tío y yo a la tía. ¡Y arreglao!- Le digo y me parto, él se vuelve a poner rojo pero se ríe. -Venga ponla,- me dice. -Nos reiremos un rato.

-¡Hola pringao! ¿Preparado?- Me dice cuando subo al coche. Le digo que sí mientras me pongo el cinturón y él acelera. La verdad es que no tengo muchas ganas de marcha, pero no sé decirle que no. Aunque me esté utilizando me sirve porque puedo estar un rato más con él y fuera de horas de curro. Él conduce y habla sin parar, como siempre. Se ha puesto muy guapo. La verdad es que pocas veces lo veo sin uniforme, y aunque le queda genial, una camiseta ajustada y unos vaqueros tampoco están nada mal, y para mí que no estoy acostumbrado a verlo de paisano, me da un morbo...

-Mira, esa es hetero,. me dice señalando disimuladamente a una tia cuando entramos en el local.

-¿Esa? En tus sueños...-

-¿Cómo que no? Mírala, su vestidito, su pelo ondulado, esos labios carnosos pintados de rojo pasión...

-La lengua de su novia jugando con su campanilla...- Digo yo, al tiempo que una chica con el pelo corto se acerca a ella y comienzan a liarse. El escupe su bebida, no se si por el corte, la risa o todo junto. La verdad es que lo estoy pasando muy bien, y se lo hago saber.

-Gracias por traerme, en realidad no queria venir, si te soy sincero, la verdad es que hacía tiempo que no salía, y lo estoy disfrutando.

-Ah, yo creía que venías siempre que podías,- me dice como sorprendido. -Entonces, ¿has venido solo por mí, para ayudarme a ligar?-

-Bueno,- le respondo. -Supongo que en el fondo sabía que lo pasaría bién. Y ya veo que tu  también te lo estás pasando bién, te estas bebiendo medio Chueca, no, si... al final me tocará conducir a mi para volver...-

-De eso nada... Volveremos en taxi- me dice ya con la lengua medio trabada, y me da su copa. -Toma, acábatela, voy a por dos más.


Coño, la verdad es que voy un poco achispao... Se suponia que tenía que emborracharlo, no emborracharme... Pero es que yo también lo estoy pasando muy bién con el... Hasta me da igual que me toquen el culo mientras bailo... Bueno, de todas formas, esta copa tiene que durar.

-¡Dos gin-tonics!- Le grito al camarero y le pago.

Joder, ¿el camarero este es gay? Si tiene más músculos que media comisaría.

Se ve que sí que es gay... al pillar la pasta me ha acariciado la mano mientras me miraba a los ojos. ¿Y yo porqué no he apartado la mano? A ver si voy a ser gay...

Vale, ahora sí... Ha de reducir la velocidad de ingesta de alcohol, se me está yendo la cabeza... Cojo las copas y vuelvo con mi pringao.

-Toma pringao,- al darle la copa sus dedos rozan los míos y, esta vez sí, sieto una especie de descarga eléctrica de mi mano a mi cerebro y de este a mi polla, que empieza a tomar cuerpo. No sé que cara pongo pero alguna debo poner porque mi pringao me mira serio y me dice: -¿Estás bién?-

Me concentro, tengo una misión y la he de cumplir, esto es solo fruto del alcohol. Además,  si fuese gay, ¿qué?

-Sí, estoy muy bién, lo estoy pasando genial contigo. Tu bebe, y no te reocupes de nada, que estás conmigo.-

-Claro. y cuando te vayas con tu tía hetero aquí me quedo yo con todo el colocón, ¿no?- me dice.

-¿Sabes qué?- Le respondo. -No se lo digas a nadie... Pero esto es un garito gay... Y creo que no hay ninguna tía hetero...-

-Ja ja, que gracioso. Venga, seguro que alguna habrá. Vamos a buscarla. Demos una putivuelta hetero.-

-¿Una qué?-

-Tú sigueme.

Me ha cogido la mano... ¿Me ha cogido la mano? Bueno, ¿que más da? Es mi amigo, y el culo me lo han tocado ya más de setenta desconocidos, creo que puedo dejar que me coja la mano...

-Pues nada,- me dice cuando le hemos dado la vuelta al local. -Has tenido mala suerte, parece que hoy no hay tías hetero.-

-Bueno, no pasa nada, me lo estoy pasando bién contigo, luego paja y ya está.-

Madre mía que pedal llevo. Y esto ya va a cerrar...

-Vengaaaa pringaooo, vamos a otro sitio, a un after o algo,- le digo, con signos ya evidentes de embriaguez.

-Yo ya me quiero ir.-

-Bueeenoo, vale, pero te vienes a mi casa, que no se si sabré subir en el ascensor. Y allí ya tomamos la última.

-Venga, vamos a por un taxi.

Menudo cebollón, en el taxi casi poto, menosmal que ya estamos en mi casa.

-Venga, la última, vamos a brindar por nosotros,- le digo.

-Venga va. No, si al final me acabaré de emborrachar...-

-No pasa nada, luego paja y a dormir. Mira, tengo porno... Tu miras al tío y yo a la tía. ¡Y arreglao!- Le digo y me parto, él se vuelve a poner rojo pero se ríe.

-Venga ponla,- me dice. -Nos reiremos un rato.

Enciendo la tele y pongo el dvd. En la pantalla aparece un tio trajeado sentado a un escritorio. Llama a la secretaria y esta aparece, una rubia con minifalda y camisa a punto de reventar. Se acerca a la mesa, le deja unos papeles encima, y se mete debajo del escritorio, le saca la polla y comienza chupar.

-Olee, así sin más...- dice mi pringao, riéndose, pero veo que sus pantalones, como los míos, se empiezan a hinchar.

En la pantalla ella se levanta y se quita la camisa.

-Menudas tetas,- me dice.

-Y él menudo pollón, eh... No me digas que no te comerías uno así,- le respondo riendo, pero entonces me doy cuenta que me ha mirado de reojo al paquete.

Debo estar loco, pero se me cruza una idea por la cabeza, al fin y al cabo, he de seguir con mí plan...

-O que un tío te la coma a tí...- Le digo y me levanto, acercandome a él.

-A ver el amiguito de mi pringao...- Digo acercando mis manos a su abultado paquete.

-¿Pero qué haces?- Dice tratando de pararme. -Vas borracho.-

-Sí,- le contesto. mirándole a los ojos. -Pero no lo suficiente como para no saber lo que hago. Déjame. si lo estás deseando.-

Le desabrocho el pantalón, y le bajo la bragueta, sintiendo calor a través de la tela. Le bajo los pantalones hasta los tobillos. Lleva unos bóxer de marca muy guapos. Dentro, intuyo algo grande que palpita y se mueve. Y aquí estoy, el momento de la verdad. Una parte de mí me grita que estoy loco, mientras que la otra lo desea.

Lo desea.

Lo deseo.

Miro hacia arriba y mis ojos se encuentran con los suyos. Y entonces mi mano tira de la goma de sus bóxer y su polla sale disparada hacia mi cara, y allí se queda, apuntándome. Poco a poco acerco mi cara a la polla de mi compañero, su olor llena mis fosas nasales inundándome de aroma masculino, cargado de feromonas. Le doy un beso en la punta, siento como su cuerpo se pone tenso un momento, suelta un suspiro y su polla da un respingo. Retiro mi cara, saco la lengua y mirándole a los ojos le doy un lametón a su glande. Sabe salado, se nota que está limpio, aunque me deja un regusto a pis y sudor, pero no es desagradable. Así que le doy otro lametón. Y abro la boca, le cojo la polla con la mano, y poco a poco me voy introduciendo ese pedazo de carne hasta que casi me toca la campanilla, y entonces empiezo a subir y bajar, mientras con la mano pajeo el trozo del tronco que no me llego a meter. Cierro los ojos, lo estoy disfrutando, no lo puedo creer. En estos momentos solo siento su polla en mi boca, solo oigo sus gemidos y soplidos. Finalmente noto su mano en mi cabeza, sus dedos corren entre mi cabello, y entonces empieza a follarme la boca, pero sabe donde parar para no producirme arcadas.


Madre mía, se ha vuelto loco. !Me está comiendo la polla! Sé que debería pararle, sé que mañana nos arrepentiremos de todo esto, pero llevo tanto tiempo deseándolo que dejo que el alcohol y el deseo se apoderen de mi voluntad y empiezo a follarle la boca. Joder, para ser la primera vez lo hace bastante bién, aunque me ha rozado un par de veces con los dientes, pero parece que ya lo tiene dominado, y sobretodo parece que le gusta...

Ya no aguanto más, quiero probarle yo ahora. Le doy un par de embestidas más, un poco más profundo, le saco la polla de la boca y lo hago que se levante. Me mira entre asustado y excitado.

-¿Que pasa? ¿Lo he hecho mal?-

_No, al contrario.- Con la mirada me dice que no lo entiende. -Ahora me toca a mi,- le explico.

Sonríe, me muero de ganas de comerle la boca, pero no se si querrá y paso de preguntarle y que se rompa la magia. Lo pongo de pié ante mí, le desabrocho el cinturón y los vaqueros dejando que caigan hasta sus pies. Lleva unos slips blancos de Y que no están nada a la moda, pero que me ponen to burro. Claro que a estas alturas la Y está bastante deformada y mojada de precum, dando a entender que le ha gustado comérmela bastante más incluso de lo que parecía. Empiezo a morder con suavidad y a lamer ese trozo de tela que me separa de mi objeto de deseo de estos últimos tres años. De la polla que tantas veces me he comido en mi imaginación, la que en más de una vez ha sido el motivo de mis más tórridos sueños húmedos. Y finalmente bajo esos slips mojados ahora también por mi saliva y su pollón salta hacia mi cara golpeándome en la mejilla, manchándola con sus jugos. La cojo con una mano, dirijo mi mirada a sus ojos, y pajeándole lentamente el tronco me empiezo a comer su capullo, dejándolo limpio de precum sin dejar de mirarle a los ojos hasta que los cierra y con un gemido echa la cabeza hacia atrás. Entonces me la meto casi de un golpe en la boca, todo lo que puedo, controlando las arcadas, y haciendo el vacío con mis labios empiezo a mamársela.

-¡La puta!- Oigo que dice. -¿Pero tú donde has aprendido eso? ¡Joder! ¡Joder! ¡JODEEEER!-

Me la saco entera de la boca y lo miro, él baja la cabeza y me sonríe,

-Si llego a saber que la mamas así de bién no hubiese tardado tres años en hacer esto...- Me dice y se ríe,

Yo no le doy tregua y sigo mamando. Alterno la boca con las manos y de cuando en cuando se la levanto un poco y le como los huevos.

-Joder pringao. menuda boca tienes, si sigues así no tardaré en correrme,- eso me pone un montón y empiezo a comérsela a tope, el por fin me coge de la cabeza y empieza a darme una follada de boca como pocas veces me han dado.

Y de repente para.

-Me voy a correr,- avisa.

Yo reanudo la mamada sin tan siquiera sacármela de la boca hasta que noto los trallazos de su lefa dando en mi garganta. Me llena la boca, se me sale la lefa por las comisuras, pero sigo mamando. Me la saco de la boca, aún medio dura y le voy dando lametones para dejársela bien limpia, lo que a él le produce descargas de placer y cosquillas que hacen que dé como saltitos, gemidos y se ría a la vez.

Entonces hace lo que menos me podía esperar de él, sí, entonces.

Se acerca a mí, y junta sus labios con los míos, besándome. Primero poco a poco y luego de forma apasionada, hasta que tengo su lengua recorriendo el interior de mi boca, como intentando juntar todos los restos de su lefa para saborearlos juntos.

-Guau,- me dice cuando sale de mi boca. -Ha sido brutal. Gracias.

Yo le sonrío creyendo que ya ha terminado todo, pero me levanta, se sienta en mi lugar y me mira, divertido y excitado.

-Ahora te toca follarme la boca a tí... Y darme tu lefa.-

Solo con oirle decir eso casi me corro, Y sin darme tiempo a decir nada más siento cómo me coge la polla y se la mete en la boca. Noto que lo hace diferente, como tratando de copiar lo que yo le hacía a él. Uff ha hecho el vacío... Si sigue así no duraré mucho más...


Madre mía menuda mamada me ha hecho el cabrón. Ni siquiera sabía que se pudiese mamar así una polla, ahora veo que la mayoría de tías no tienen ni idea...

Joder, tengo que esforzarme para hacerselo al menos la mitad de bién que me lo ha hecho él a mí, si no, no querrá repetir. ¿Pero es que quiero repetir? Ay la puta... Bueno, no pienses en eso ahora, tu come polla y hazle un buen trabajo, mañana será otro día.

A ver si me sale lo del vacío que me hacía él... Parece que sí, ha cerrado los ojos.

Voy a comerle los huevos, a ver que tal. Uff... Parece que esto le pone...

Vuelvo a metérmela en la boca y le empujo del culo para que me folle él la boca. Joder menudo culo tiene ahora que se lo toco, suavecito, redondito y durito...

Vale, hay que repetir, eso está claro...

-Me voy a correr,- me dice, dándome golpecitos suaves al lado de la cabeza, como diciendo sácatela... Puede que me arrepienta de esto, pero en lugar de sacármela empiezo a comersela más y más deprisa hasta que entre gemidos y pequeños temblorcillos en su culo me inunda toda la boca con su corrida. Trago un montón, pero no puedo con todo... Se ha corrido mucho más que yo, unos siete trallazos de leche calentita que tengo por mi boca, cuello y pecho. Entonces se agacha y me come la boca. Lo abrazo y lo echo sobre mí, acostándonos en el sofá. Nos comemos la boca, nos acariciamos y vamos quedándonos dormidos. Cuando ya lo estamos casi, me acerco a su oído y le susurro: -Gracias, mi pringao.