Primero un compañero, luego un amigo y despues ..

Nos dieron una habitación que la cama era de matrimonio.

Esta historia transcurrió en los años 1971 / 1972, por esa época contaba con 18 años y trabaja en un despacho como administrativo.

En esta empresa éramos en total 9 personas, de las cuales a parte de yo había un par de chavales jóvenes. Estaba Juan que tenía 25 años y ya se encontraba casado y Manolo que contaba con 20 años.

La verdad es que el ambiente y la relación con mis compañeros era muy buena y estuve 7 años trabajando en esta empresa, que tuve que dejar por motivos de traslado a una zona donde me era muy difícil desplazarme.

Entre Manolo y yo empezó una amistad muy buena, él era bastante bohemio, le gustaba pintar cuadros, vestir muy informal, y viajar a base de mochilla, todo lo contrario que a mí, yo era de discoteca, vestir en las mejores tiendas de Barcelona, y si íbamos de vacaciones de Hotel y restaurante.

Fue pasando el tiempo y la verdad que solo lo miraba como un amigo, pues en aquella época ninguno de los dos teníamos novia, pero si ganas de pasarlo bien y si era posible echar un polvo, mejor que mejor.

En el despacho siempre que coincidíamos en los lavabos mientras yo me estaba lavando las manos el se acercaba por detrás y en plan de broma me apretaba el pecho y acariciaba mis pezones por encima de la ropa, restregándome su paquete por mi culo, y diciéndome que bueno estas, aunque después de esa frase siempre iba acompañada de una carcajada.

Yo nunca lo interprete con el aspecto de que me quisiera seducir, sino todo lo contrario de compañeros y amigos de trabajo de mucha confianza.

Pero poco a poco ese acercamiento, esos roces, esas apretadas, me empezaron a mosquear y empecé a ver a Manolo con otros ojos. Él era más bien bajo, cabello negro, ojos oscuros, un bigote bastante pronunciado, y un culo bien apretado, que al usar vaqueros ajustados le hacia ver esa zona redondeada y muy apetecible, marcando al mismo tiempo un buen paquete.

Se acercaba un fin de semana de tres días de fiesta y planeamos pasarlos en la playa. Total que cogimos nuestras bolsas y nos dirigimos hacia el tren que nos llevo a Blanes, un pueblo de la Costa Brava, donde había mucho ambiente. Una vez allí empezamos a buscar lugar para pasar las dos noches, después de ir a varias pensiones, y indicándonos en todas que era época alta y seria muy difícil encontrar alojamiento, por fin en un Hotel de 2 estrellas tenia una habitación libre, aunque el problema era que la cama era de matrimonio, Manolo y yo nos miramos, y nos echamos a reír, ningún problema somos amigos y estamos un poco cansados de tanto andar y nos parece bien esa habitación.

La verdad es que la estancia era ideal, la cama era inmensa, tenía el cuarto de baño incorporado a la habitación, y una pequeña terraza que daba al paseo, donde se divisaba el mar.

Aunque Manolo decía que dormir en el Hotel se le escapaba de su presupuesto y que mejor era haber ido a un Camping y dormir en el suelo en una tienda.

Bueno yo estaba dispuesto a tener un buen fin de semana, y para alegrarlo, me invente que mis padres me habían obsequiado con dinero y que yo pagaba la estancia en el Hotel y así celebrábamos mi Santo que estaba cercano.

Lo convencí y decidimos salir a dar una vuelta para cenar un poco y luego más tarde ir a bailar.

Después de comer un bocadillo, y tomar varias cervezas, entramos en una disco, aunque Manolo no quería, pero yo siempre he sido muy bailón, y a base de insistir lo conseguir animar. Nos metimos y después de pedir un cubata, salí a la pista, el solo se sentó y miraba. Al poco rato sonó la sesión de los lentos, y claro tocaba sacar a bailar a una chica, yo vi a una extranjera que me miraba, y me acerque y la saque a bailar. Estuvimos bailando algunas canciones, y solo hacia que apretarme la cintura para conseguir que con el roce se me levantase la polla. Pero no hubo manera, no sé si es porque había bebido mucho pero esto estaba más muerto que vivo. Me puse tan nervioso que decidí dejar de bailar y retirarme.

Le comente de Manolo de regresar al Hotel, pues estaba cansado y quería acostarme, el como el baile no es lo suyo, no opuso resistencia y nos marchamos.

Ya en la habitación, y debido al calor, le dije que me iba a dar una ducha para refrescarme, que si él quería acostarse.

Ningún problema Jaume yo me tumbo mientras tu te aseas.

En la ducha debajo el agua, empecé a relajarme y mis pensamientos empezaron a ver a Manolo como algo más que un buen amigo, aunque en mi interior luchaba para no tener esos pensamientos de amor y sexo.

Transcurrido un buen rato, me seque y salí del baño con la toalla atada a la cintura. La habitación estaba oscura y solo se podía distinguir la luz que entraba del exterior por la terraza. Manolo se había quedado dormido encima de la cama, solo llevaba puesto un slip blanco que le resaltaba en la oscuridad, haciéndolo más atractivo para mis ojos. Me puse mi pantalón corto de pijama, y me acosté a su lado, sacando él cubre cama de debajo de su cuerpo con cuidado para no despertarlo, como estaba muy cansado no tarde en dormirme.

La verdad no sé cuantas horas transcurrieron pero si sé que me desperté y estaba abrazado a Manolo, sus piernas y las mías se encontraban encogidas y encajadas como si fuese un puzzle, yo tenia una erección potente que apretaba con dulzura hacia el culo de mi amigo. Era tal la calentura, que no pensaba con las consecuencias que podría tener esos achuchones.

Sin pensarlo empecé a saborear ese cuerpo. Como estábamos pegados, fui restregando con insistencia mi polla, mientras mis manos empezaron acariciando su pecho, deteniéndome en sus pezones y pellizcando suavemente para conseguir una dureza dulce. Él seguía durmiendo, o eso pensaba yo por su respiración, y eso me animó a continuar con mi aventura.

Después de un rato de entretenerme con su pecho, continué bajando hasta llegar a notar la goma de su slip, que suavemente introduje mi mano tocando ese vello espeso y arrizado hasta lograr alcanzar la meta que deseaba . Por fin encuentro su polla en plena erección, y con suavidad cojo con la palma de mi mano, para empezar ese juego de movimiento de dados.

Como la goma del slip no me dejaba tener la libertad deseada, la baje como pude hasta conseguir sacar por encima su polla y los huevos. Mientras yo por la pierna del pantalón del pijama, me saque mi estaca y la arrime al máximo entre los glúteos de mi compañero, continuando la faena con mi mano de hacerle una paja en plan lento para no despertar a mi partenier, y poder deleitarme al máximo con ese gran juguete.

Como Manolo continuaba dormido, fui acelerando el ritmo de la masturbación a la vez que yo me iba separando y restregando cada vez con más poderío e insistencia pues notaba que la polla que sostenía estaba a punto de estallar.

Aunque Manolo no se movía, note su polla como se hinchaba al tiempo que fui acelerando mis movimientos para conseguir que el castillo de fuegos fuera lo más espectacular posible, y allí fue note una sacudida, dos, tres, cuatro, y la gran escapada de leche sobre las sabanas y mi mano, yo proseguí acariciando su polla a la vez que me separe de el para no mancharlo y poder terminar ese estallido de placer que es el sumo de cualquier relación. Y mordiéndome el labio para no hacer ruido, con la mano que me quedaba libre empecé a masturbarme para conseguir la explosión de placer, fui acelerando mis sacudidas hasta notar un calambre por mis piernas que circulaban por mi columna hasta llegar a mi cuello, estremeciéndome y teniendo varios espasmos de placer que me dejaron cao durante unos instantes.

Después de un rato me recupere y limpie como pude con un pañuelo las sabanas, y puse el slip de Manolo en su sitio, teniendo la esperanza que al día siguiente no recordase nada.

Por la mañana cuando me desperté salía Manolo de la ducha con la toalla atada en la cintura, y me dice. Buenos días Jaume, he tenido un sueño erótico, que me ha dejado cao, luego te lo cuento.

Besos