Primero mi yerno, después el pastor

Me encantaba mi yerno y me lo tire, después fui a un templo y me cogí al pastor.

Soy ama de casa tengo actualmente 47 años, morena, culona pero de esas nalgas grandes no chingaderitas, unas tetotas de esas chulas con los peones grandes y negros, mido 1.70 m. Cabello negro rizado, de ojos grandes y negros, piel manchada por la edad creo que es normal o eso espero. De joven siempre fui sexos, buena mujer, buena amante, Solía comprarme mis baby dolls, mis conjuntos, vestirme de zorrita, de caperucita, tenía un conjunto de esos de novia con velos y todo, me encantaba hacer feliz a mi marido, pero el poco a poco fue perdiendo el interés en mi, yo en el, mi livido fue bajando, la chispa se fue apagando, hasta que mi hija se caso, el joven alto, apuesto, de 1.80 m, grandota, fornido era policía del pueblo Juan era su nombre, y a diferencia de mi esposo Luis, el si andaba lujurioso todos los días, Talvez fuese la edad no lo se, después de la boda, yo me quedaba en casa y el llegaba de trabajar al medio día, le ofrecía algo de comer y después se queda a dormido, pasó el tiempo y un día normal estaba intentando bajar un trasto de la parte superior de mi cocina integral, llegó el por detrás y alcanzó el trato pero al mismo tiempo me embarro un bulto, grande, carnoso, venudo, casi podía saborearlo, supongo que lo hizo sin intención y creo que supongo bien, después de eso sentí que algo se encendió en mi, mi ropa interior de encaje que exalta a mis atributos volví a usarla, seguía usando mi ropa de señora con mis jeans y mis blusas serias, no podía ser tan obvia, pero comencé a ser más simpática con el, más amable y atenta, mi hija volvia a las 7, y yo tenía a mi yerno 7 horas antes de que ella volviera, pasó el tiempo y mi hija tuvo un aborto espontáneo, solo así agarrando a mi yerno triste pude hecharle mano, lo abracé, le di el pésame, ya pasado una semana el llegó y yo andaba en short de esos cortito estilo cachetero por la casa, y en un top, se le fueron los ojos a Juan, llego temprano y ese fue el pretexto del porque estaba vestida asi, me acerque a su puerta, pues vivíamos en la misma casa literalmente, no en el mismo terreno, en la misma casa. Toque a su puerta.

Mariana — ¿te traigo algo caliente, puedo pasar?

Juan —pasele suegrita, esta abierto

Lo encontré con el pantalón de policía y una playera blanca se estaba cambiando de ropa, yo me senté en su cama mientras el se bajaba el pantalón de espaldas a mi y se ponía su pijama

Juan —Que me trae de caliente madam (en tono de broma)

Mariana —ay pa que te cuento, miralo por ti mismo (en tono pícaro y juguetón)

Se giro tomó la taza de té y se sentó a mí lado.

Juan —su hija no quiere tener intimidad conmigo desde el aborto (dijo serio mientras me ponía la mano en la pierna)

Mariana —pues que tonta mija, porque un hombre como tu, no se desperdicia, también Luis hace años que no me toca y tu sabes hace falta y mucha, una tiene necesidad de mantenimiento en sus tuberias (risas)

Juan —ayúdeme y la ayudo (me dijo mientras me recorría la pierna)

Me gire para besar y su mano subió hasta mi entre pierna, la pura emoción ya me tenía húmeda me recostó en la cama y me hizo suya.

Comenzó pues una especie de juego entre el y yo, mis trajes de zorrita, baby doll me los ponía para el, el era mi macho y yo su hembra.

Cada día me hacía el amor de maneras diferentes y mi hija no sospechaba nada, me llevó a desayunar a lugares alejados como novios.

Se enamoró mi muchachito, me ponía en cuatro, me apretaba las chiches, me nalgeaba hasta dejarme rojas las nalgas, me encantaría decirles que tenia el gran miembro, pero la realidad es que no, después de algún tiempo empezó a tener problemas con mi hija, el ya no tenía sexo con ella, ella comenzó a sospechar que tenía un amante, el me hacía el amor, con pasión pero enamorado.

Juan —¿Amor y si nos escapamos?

Mariana —Claro que no, mi hija me va a odiar

Esa discusión duró muchos días, llegó el día en que me amenazó de decirle a mi familia sobre lo nuestro, estaba en medio de un dilema. Así que le dije que sí huiriamos, pero que me diera tiempo, yo necesitaba tiempo pero para idear algo, mi marido no me llenaba, pero esto era otro nivel. Así que un día en mi desesperación estaba llorando y llegó mi hermana me preguntó que me pasaba, no supe que hacer y dije que Juan me había volado, me obligaba a tener sexo con el, paso el tiempo y la mentira se hizo más grande, se entero mi esposo, se divorcio mi hija y se entero aunque años después, ahora me odia.

El tiempo transcurrió y en medio de mi locura me adheri a una iglesia protestante, ya han pasado algunos años y ahora mi esposo me fue infiel, llorando fui a ver al pastor y su esposa, un día llegué a su casa y solo estaba el pastor, comencé a contarle detalles que me exitaban, aprovechando que no estaba su esposa me avalance sobre el y le apretuje mis pechos, el me abrazo con ternura, el pastor es joven, atlético, guapo, de unos 30 años.

Pasado el tiempo me cito en su oficina y yo fui en pantalones pescadores blancos de tela, una blusa rosa, me maquille, me puse un saquito que me cubría las nalgas porque mi conjunto era rojo, una pantaleta de encaje rojo, y su brasier rojo con transparencias, llegue me senté y empecé a hablar con el, me cerciore de que su esposa no estaba, y de un momento a otro el se levantó y me comenzó a hacer un masaje en los hombros, me puso su pene en la espalda y este si era enorme, yo sabía que iba a ser recompensadaun día, me gire en y lo abrace poniendo mi cara en su pene, ¡no llevaba ropa interior! Con mi boca le mordí suavemente el pene, era enormemente grueso, podía alcanzar a mirarlo porque tenía abajo el cierre de su pantalón de vestir, en mi lujuria metí mi lengua y se lo probé, el me acariciaba las mejillas y el lóbulo de la oreja, con la mano comencé a tocarle el bulto y entonces note que el muy Maldito no llevaba cinturón con los dedos se desabotono el pantalón y cayó al suelo, ahí estaba una gran verga güera rojisa venda brillos a esperando por mi le comencé a mamar la verga como una zorra, me puse de rodillas y se la mamaba y acariciaba, me tomo de la nuca y me sumió toda la verga en la boca,yo voltee a mirarlo y el sonreía como un loco, me tomo de la mano, me levante y me agarro de la cintura y me desabotono el pantalón, me lo quito mientras yo me recargaba en el escritorio de madera, me dejó las zapatilla, me quito la blusa, y me quito el brasier me mamo las tetas, no podía creerlo, le acaricie la cabeza mientras el se amamantaba, entonces le quite la camisa, el se sacó el pantalón y los zapatos, me sentó sobre el escritorio me abrió de piernas y me dijo necesita una dosis de este pequeño amigo, ¿que opina?

Mariana —Metemelo, si

Pero el no obedeció, se inclino y me lo lamio, me volvía loca, le agarraba de los cabellos, me hizo venirme una primera vez, agarro con sus manos

Su miembro y me preguntó ¿ya la quieres? Si, por favor le implore.

Román —no, no me convences, (dijo con un tono soberbio y comenzó a buscar su pantalón)

Mariana —te lo ruego, (dije de rodillas) lo necesito, me lo pide mi cuca,

Román —¿te lo mereces?

Mariana —si, no, no me lo merezco, pero hazlo or mi cuquita ella no tiene la culpa de que no me lo merezca

Román —extiende los brazos (me dijo muy serio, me ato con una corbata) volteate la cuca no se lo ha ganado, solo te la puedo dar por el culo

Mariana —ay papi, pero me da miedo por ahí

Román —pues es eso o nada

Mariana —si quiero, (le dije con pucheros) como pude me gire y me empine

Comenzó una lamedera de cuño y unos besos negros que me hicieron venirme se me dilato el culo que si me hubiera metido el brazo me hubiera entrado. Entonces le grite ¡metemela ya! Te lo ruego la necesito adentro, se empezó a reir

Román —¡con que muy altanera e! (Sacó una vara de la corrección o al menos eso dijo) la levantó en el aire y escuché como Sono antes de tocar mi piel, ¡ahhhh! No podía creerlo me estaba golpeando y eso me exitaba, me pego una y otra vez, ahhh, gemia, ¡pídeme perdón! Exclamó con voz firme.

Mariana —¡Perdoname! Papi me porte mal

Román —te perdonó

Me tomo de los cabellos y llevo mi cara al piso, eso me exitaba tanto, me golpeó la cara, y cuando iba a reaccionar sentí tremendo muñón entrando en mis entrañas, ¡ahhh! Metió sus dedos en mi boca y me jalaba hacia el, yo movía el culto como loca, en círculos perfectos, me movía deseando más y más, volvió a jalarme el cabello, y me nalgeaba, me moje, a pura presión expulse un líquido por mis piernas pensé que me estaba orinando, pero sentía un orgasmo tal que me temblaban las piernas, me sacó la verga del ano y me la sacudió en la cara, me metió el pene al fondo de mi boca, una y otra vez, comenzó a sonar su alarma, se sacudió la verga en mi cara y se vino en mis pechos. Me dio otra cachetadita, me dijo vístete, vas a ir a ver a tu esposo, le vas a demostrar que lo amas, lo respetaras y le trataras como si fuera yo, esto me decía mientras se subía el pantalón y se vestía, si te gusto vas a hacer lo que te dije y en dos meses si te portas bien y tu esposo empieza a ir al templo, puede que te agende otra cita para darte... Seguimiento, anda levántate, allí an fondo hay un baño con todo lo necesario, tienes 10 minutos porque tengo que ir a una reunión. Me beso, me abrió la boca y luego me escupió, ¡Ay Maldito perro¡ me sentía exitada a pesar de que era tratada como una cualquiera. Me bañe, el muy desgraciado tenia incluso la capucha para el cabello para que no fuese notable que acababa de bañarme, salí, el ya estaba vestido con una camisa blanca, se estaba poniendo sus mancuernillas, me acerque, me abrazo, me giro, me dio una nalgada y me dijo ve y haz lo que te dije, me beso en el cuello y me susurro, portate bien ya faltan 60 días para darte por la cuca.