Primeriza (2)
Estaban las luces apagadas, solo se veía el fulgor del fuego de la chimenea y de las velas que habíamos colocado. El me estaba esperando.
Desempaquetamos toda la ropa, encendimos la chimenea, me encanta oír el crujir de la madera mientras se quema, y nos pusimos manos a la obra, es decir a preparar la cena, esta noche sería una velada totalmente romántica.
Ya sabíamos lo que íbamos a preparar, unos tallarines con queso, nata y champiñones, toda una delicia, y después unas pechugas de pollo con salsa de tomate y cebolla y pimientos, bueno una cena rica, todo ello regado con un vinito suave, la verdad es que el vino así solo tampoco es que nos guste demasiado. Lo pasamos muy bien preparando la cena, y el ambiente se fue caldeando, todo hay que decirlo, mientras el preparaba ya la carne yo me dispuse a poner la mesa, el mantel, las servilletas, bueno todo lo necesario, y saqué dos candelabros que había guardado en mi maleta, a el le hizo mucha gracia la idea, si esque hay que estar en todo me dijo, a lo cual también saque una rosa, y la puse en un vasito en medio de la mesa y en medio de los pequeños candelabros.
Estaba todo perfecto, sería una cena romántica en toda regla, mientras el servía la cena me cambié, me puse un liguero precioso que había comprado para la ocasión, con un conjuntito que se ataba a los lados, y que sería muy fácil quitarlo cuando hiciese falta, me puse unos pantalones negros y una blusa transparente que el me había regalado en mi último cumpleaños, me pinté un poco, me puse el perfume que mas le gusta y salí dispuesta a que la noche fuera especial.
Estaban las luces apagadas, solo se veía el fulgor del fuego de la chimenea y de las velas que habíamos colocado. El me estaba esperando ya sentado, se levantó, me cogió de la mano y me dijo que estaba preciosa, un pequeño rubor inundó mis mejillas, soy muy tímida y vergonzosa, todo hay que decirlo, jeje.
Me apartó la silla gentilmente, para que me sentara, y la cena discurrió animadamente, mientras cenábamos, hablábamos y bebíamos, y llegó la hora del postre, cual fue mi sorpresa cuando sacó dos sorbetes de cava, una botella de cava, un plato de fresas y un cuenco con nata, oooooo, esto iba a dar mucho de si.