Primera visita
Aventura erótica con una dentista
PRIMERA VISITA
Yo estaba allí, tumbado, medio dormido, casi con mi cabeza entre sus pechos. Sentí como empezaba a excitarme y el bulto crecía bajo de la toalla. Me pareció que tenía posibilidades y hablé:
- No sé si será por la posición, por la anestesia o por tu contacto pero me estoy poniendo muy
caliente.
Mira.
-- Vaya hombre, es la primera vez que me pasa, pero según veo como te crece noto como me
humedezco.
- Tu sigue mirándome los dientes que voy a comprobarlo.
Mi mano derecha subió por sus pantorillas, por debajo de la bata, hasta alcanzar sus bragas.
Y mis dedos se abrieron paso hasta alcanzar su coño que ya estaba húmedo.
-- Que tal?
- Estupendo. Me encanta llegar a un coño y encontrarlo fresquito y mojado.
Ademas tienes un clítoris fantástico, grande y largo. Noto perfectamente su cabecita.
-- Tocándome así me estas poniendo a mil. Ya no puedo seguir mirándote los dientes.
- Pues tenemos dos posibilidades. O subes el sillón y me la chupas mientras sigo meneándote el
clítoris o lo bajas y me pones todo tu coño en mi cara.
-- Necesito mamártela ya. Quiero que llene mi boca, chuparla, lamerla hasta que no puedas más.
Pero no pares de moverme la punta del clítoris con tus dos dedos así. Me estás volviendo loca.
Subió el sillon hasta la altura adecuada, sacó mi polla tiesa y palpitante y empezó a mamármela.
Yo ya le había subido la bata y veía mis dedos frotando su clítoris y acariciando la punta.
- Pues cuando estés loca te voy a meter además dos dedos por el coño y una vez bien mojados te
voy a trabajar el culo como nunca te lo han hecho.
-- Ten cuidado porque nunca me lo han tocado, de verdad.
Mis dedos cumplieron la promesa.
Recorrieron el interior de su coño hasta estar chorreando y depués entraron poco a poco en su culo.
- No me digas. Pues ahora vas a ver lo que es sentir mis dedos explorarte y acariciarte por dentro
mientras le estoy haciendo una paja a esa pequeña y delicada pollita. Pero no pares de mamármela
así, con las dos manos sujetándola y tus labios que destapan cada vez el capullo.
No hables, dime solo si quieres mas.
-- Si, por favor. Méteme otro dedo y muévelos por dentro y sigue con el clítoris, que estoy a
punto de correrme.
Un dedo más se unió a la exploración de su culo mientras mi otra mano seguía agitando su clítoris.
- Eso córrete ya, que el siguiente va a ser con mi lengua del clítoris al culo y del culo al clítoris.
-- Ya estoy, cómemelo, chúpame ya.
- Ven aquí, baja el sillón y súbete. Así.
Bajó el sillón a tope, se sentó en mi cara y se tumbó para seguir mamándomela.
-- Que gusto. Que lengua, como me entra por delante y por detrás.
- No hables. No pares de chupármela. Ahora voy a ayudar con los dedos, al mismo tiempo coño y
culo. Y todo sin parar de mamarte la cabecita, la puntita del clítoris.
Tenía delante de mis ojos su coño y su culo. Su clítoris que casi colgaba y mis dedos entrando y saliendo frenéticamente.
-- Sigue, sigue que me estoy corriendo. Ahora, ahora me corro. Que gusto, Dios que gusto.
Por dentro y por fuera, por delante y por detrás. Ya no sé de donde me viene pero me llena, me
recorre toda. Y tu no te corres? Que quieres que haga? Como me pongo?
- Siéntate encima de mi, dándome la espalda. Así veo mi polla entrar y salir cuando tu saltas.
Y puedo seguir tocándote el culo para prepararlo mas, si es que hace falta, y poder meterte toda mi
polla. Saca tus tetas y tócalas. Apriétalas, retuerce tus pezones que deben estar grandes y tiesos.
Y sigue tocándote el clítoris, sigue meneándotelo y córrete otra vez.
Apoyándose en los brazos del sillón, se deslizó por todo mi cuerpo hasta poner su coño justo delante de mi polla que inmediatamente la penetró hasta el fondo.
-- Me viene, me viene otra vez. Ahora es diferente. Muévete tu también, salta conmigo. Como
saltan mis tetas! Me falta una mano para poderme apretar los dos pezones a la vez!
Métemela toda, toda entera. Notas como estoy restregando tus huevos contra eso que tu
llamas mi pilila? Los veo moverse y me parece que son mios.
Ella saltaba enloquecida y mi polla entraba, salía completamente y volvía a entrar.
Mis dedos, mojados de saliva y de su jugo recorrían su ojete y entraban suavemente en su culo.
- Me voy a correr. Ya estoy preparado y me voy a correr en tu culo.
Mira como te entra. Te duele? Te da gusto?
-- Si, claro que me da gusto. Ahora tengo tres dedos mios en mi coño, dentro y noto tu polla
como entra y sale, la toco.
Ahora era su culo el que rodeaba y apretaba mi polla que suavemente pero con firmeza la penetraba hasta el fondo. Mi pellejo estaba bajado a tope y mi capullo rozaba por todas partes.
- Y yo siento tus dedos. Siento como me acarician por dentro. Y veo mi polla entrar y salir de tu culo.
Salta, salta un poco más que me corro!
-- Y yo! Y yo también! Por tercera vez!
Entonces exploté. Mi nabo se dilataba y se contraía y las ráfagas de leche venían de lo mas profundo de mi hasta inundarla.
- Ahora, ahora me estoy corriendo. Mi leche te está llenando el culo. Como se agita mi nabo!
-- Lo noto, siento los movimientos de la polla y los chorros de leche. Me corro, ahora me corro!
Me corro por todas partes! Ya no puede haber mas gusto! Es la hostia!
La agitación se fue calmando. Se tumbó encime de mi y todavía disfrute de sus besos y de sus preciosas tetas que todavía no había visto. Otro día tendría que dedicarles más atención y aprovechar todos los placeres que sin duda podían dar y recibir.
- Guau! Vaya visita al dentista!
Si lo crees necesario vendré todos los miércoles para completar el tratamiento.
-- Me parece imprescindible para la salud de tu boca. Y de la mía. Y de más cosas
- Bien, hasta el miércoles que viene. Ah! Y necesitaré una factura. Para desgravar.