Primera vez por tu culito, Ingrid
Este es el correo que me envió un amante, Luis, en donde me recuerda cómo fue la primera vez que me cogió por atrás.
La primera vez que cogimos fue delicioso, por fin pude tocarte, acariciar tus perfectas tetas y pezones, tus deliciosas nalgas; pude desnudarte, besarte, pude sentir tus cachondos besos, tus manos explorando mi cuerpo, buscando mi verga mientras te desvestía. Pude saborear tu exquisita panochita rasurada y sus jugos, pude penetrarte mientras me esperabas con las piernas abiertas y tu panochita empapada.
Te hice gemir y venir varias veces; pude echar mi semen en tus tetas y después te cogí en la madrugada de cucharita, fue delicioso cogerte sintiendo tus nalgas en mi pelvis y más rico fue venirme adentro de ti, mientras gemías como puta y me decías “cógeme, Luis, métemela…lléname de tu semen”.
Te gustó mi verga, te gustó cómo te calenté, cómo te comí la panochita, cómo te di dedo, cómo hice que te vinieras varias veces, te gustó mamármela, te gustó que me vaciara en tus tetas perfectas y que te embarrara mi semen en tus tetas con mi verga. Eres una golosa insaciable, A*, eres una puta deliciosa.
Pero aunque cogimos delicioso me quedé con ganas de más o justamente porque cogimos rico quería cogerte más, mucho más; y tú te quedaste con ganas también, me confesaste que hacía tiempo no te cogían tan rico, me dijiste “cógeme mucho, Luis, cógeme siempre”. En la mañana me despertaste mamándomela, querías más verga, A*.
Unas semanas después regresé a Toluca, moría por verte, por besarte, por sentirte, por cogerte como te gusta, como puta cogelona. Y después de cómo cachondeamos por mensaje, desde que te vi se me paró, sólo de recordar lo traviesa que te portaste en esos mensajes; dejaste salir toda tu calentura, toda tu cachondez, toda tu putería, A*.
Te arreglaste muy provocativa, lo recuerdas? Llevabas un vestido blanco delgadito y se te veía tu ropa interior, el escote dejaba ver una buena parte de tus tetas perfectas; te veías muy sexy con los botones desabrochados, invitabas a que te comieran las tetas, puta y tus calzoncito sólo hacía ver tus nalgas más suculentas, aparte las movías bien rico, cabrona; enseguida supe que querías una buena verguiza, A*.
Todo el tiempo estuve pensando en cogerte, en qué posiciones de pondría, quería verte desnuda, comerte las tetas, ponerte de perrito y ver ese culote ofreciéndose a mi verga. En el antro un chingo de cabrones te cogían con la mirada, seguro más de uno te metió mano o te arrimó el camarón, para sentir esas nalgotas, putona. No mames, qué ganas de cogerte en el baño, como la puta ofrecida cogelona que eres, A*.
Te estuve manoseando toda la noche y me la pasé con la verga bien dura; además cuando bailamos muchas veces me embarrabas tus nalgas en mi verga, yo te agarraba las tetas; tus pezones estaban duros y seguro tu panochita estaba babeando, culona.
Me fascina que seas tan putísima, tan cogelona, tan sexual, tan insaciable, tan descarada, tan abierta, tan mamadora, tan sexy, tan liberal, tan rica y tan cogible... Eres maravillosa y muy, pero muy puta, A*...
De regreso a tu casa, enseguida me sacaste el pito y empezaste a mamármela, yo te manosee las nalgas, después metí la mano debajo de tu vestido y de tu calzón y empecé a dedearte; estabas bien pinche mojada, aproveché para dedearte el culito y empezaste a gemir, puta.
Me la mamaste delicioso, cabrona, y me vine en tu boquita de puta mamavergas insaciable y cogelona, A*. Me vine un chingo, estaba súper caliente, y te tragaste todito mi semen; me la seguiste mamando hasta que llegamos a tu casa.
En cuanto entramos a tu casa empezamos a besarnos, como la primera vez, te tomé de la cintura y te pegué a mi, seguro sentiste mi verga dura, yo te acaricié la espalda y luego bajé mis manos a tus nalgas; me encantan tus deliciosas nalgas, A*; estás buenísima, putita y además eres muy sexy y cogelona.
“Me quieres coger, Luis? Me la quieres meter?”, me prende que me digas esas cosas, que me demuestres lo puta insaciable que eres, que me demuestres todo lo que te gusta la verga, puta cabrona, como cuando te cogí y no dejabas de gemir y de decirme “cógeme más, métemela”. Después fuimos al sillón para fajar rico y me dijiste “Dime cómo me quieres coger, en qué posiciones quieres metérmela?”. Te lo dije y te fuiste calentando más y más.
Te bajé el vestido y el bra, me dijiste que te comiera las tetas deliciosas que tienes, tus pezones estaban bien duros; enseguida las devoré y tú buscabas mi verga, me la sacaste y me la jalaste. Te quité tus calzoncitos, estaban empapados, los olí y su aroma a tu panocha pidiendo verga me calentó un chingo; después te comí la panochita hasta que te veniste un par de veces en mi boca.
Estabas tan mojada con tus jugos y mi saliva, que después de dedearte la panochita, te lubriqué el culito y te lo dedee al mismo tiempo que tu conchita tragavergas; gemiste como puta insaciable, A*. Ahí supe que tu culo iba a ser mío esa noche.
“Ya cógeme, por favor, Luis, CÓGEME; te necesito adentro, métemela”, me la puso durísima y babosa escucharte decirme eso, A*; me encanta que seas tan putona, tan cogelona, tan lujuriosa, tan cachonda!! Abriste más las piernas y te masturbaste unos segundos mostrándome tus ganas de verga. Eres una PUTA.
Te estuve bombeando así, de misionero, y en seguida empezaste a gemir; mi pecho rozaba tus tetas, tus duros pezones color caramelo. Entre gemidos me decías “Qué rico me coges, Luis, me encanta tu vergota…cógeme, métemela…soy tu puta, Luis, soy tu puta…dame verga, por favor, Ay, CABRÓN, ASÍ, ASÍ”.
Después de un rato de estarte bombeando te puse de costado, me hinqué entre tus piernas y empecé a cogerte así; es muy rico porque te puedo agarrar las tetas, darte nalgadas y dedearte el culo; eso hice. Ya me imaginaba cómo se sentiría metértela en el culito, A*; mi pulgar resbalaba delicioso en tu culo. Cogiéndote así, te veniste de nuevo.
“QUIERO TU CULO, A*, SE ME ANTOJA MUCHO METÉRTELA EN EL CULO”, te resististe un poco, pero estabas muy caliente y accediste; me pasaste un lubricante que tenías en tu buró; obvio, te gusta por el culo, sólo te hacías la difícil, Ingrid puta. Te acomodaste en la misma posición, tu de lado, yo hincado justo para darte por el culito. Mientras te ponía lubricante, te seguía cogiendo por tu pucha, luego me puse lubricante y empecé a metértela en el culito.
“AY, LUIS, CON CUIDADO”, gemías, “LA TIENES BIEN GRANDE…AY, CABRÓN”, fue riquísimo cómo te iba entrando mi verga en tu culo, A* “Me vas a partir, Luis, ay, no mames…qué rico, qué rico mmmmmmmm”. Así estuviste gimiendo y diciendo cosas como esa. Era delicioso y muy caliente cómo entraba y salía mi verga de tu delicioso y golosa culo. Ahora habías sido mía por todos lados. Todo lo que decían que sí en la oficina, era cierto, y no dejaré de emputecerte, Ingrid cogelona.
“SABÍA QUE TE IBA A GUSTAR, A*, ERES MUY PUTA, MUY COGELONA, UNA VIEJA INSATISFECHA QUE NO TIENE LLENADERA, SE TE VE EN LA CARA LO PUTOTA”; te calentó un chingo que te dijera eso, hasta apretaste más el culo. Empecé a pegarte en las tetas y escupírtelas, te pellizcaba los pezones y me veías con cara de dolor y de placer. “Te gusta, puta?”, “Me encanta cómo me coges, Luis”, “Te gusta por el culo, verdad A***?, verdad, puta?”, “Sí, Luis, me encanta cómo me coges por el culito…es tuyo”.
No pude más y me vine en tu culo, putita, te llené de mi lechita caliente, de mis mecos en tu culo, abriste los ojos como platos y gemías, como la puta cogelona insaciable que eres. Estábamos empapados de sudor y oliendo a sexo, pero así nos dormimos y en la mañana aunque estabas un poco adolorida, cogimos en tu regadera.
Fue maravillosa esa primera vez por tu culo, A*.
Eres mi PUTA TETONA, MI PUTA CULONA, MI PUTA MAMADORA DE VERGAS, MI PUTA INSATISFECHA, MI PUTA INSACIABLE, MI PUTA SENSUAL, MI PUTA INIGUALABLE... PUTA MÍA... PUTA CABRONA Y COGELONA...