Primera vez… Parte III (La segunda venida…)

Aquí la continuación de nuestra historia... Resumen de cómo nuestros dos mejores amigos, mi esposo y yo nos iniciamos en el mundo del intercambio de parejas.

Primera vez… Parte III (La segunda venida…)

Acostados en la cama, todos compartimos un sentimiento de complicidad, de haber hecho algo nuevo y único.

Sin reservas, conversamos sobre la deliciosa sensación de novedad y lo genial que era ver (y sentir) las pequeñas diferencias entre un amante y otro. Y, especialmente, comentamos lo mucho que a todos nos había gustado ver a nuestras parejas jugar con otros.

Los chicos nos dieron muy buenos cumplidos. A mi marido le encantaba todo el cuerpo de Joann, pero hizo especial énfasis en sus hermosos y perfectos senos. A Víctor también le gustó todo de mí, y destacó lo mucho que había disfrutado ver lo que afirmaba era un trasero perfecto (dijo esto mientras continuaba en cucharilla detrás de mí con su paquete semi-erecto apuntando a mi cola, así que estaba segura de que le gustaba). Las chicas también los admiramos de la cabeza a los pies. Y especialmente les encantó cuando elogiamos sus muy satisfactorias pollas.

Todos confirmamos lo mucho que nos habíamos divertido. Mi esposo y yo confesamos que llevábamos un buen tiempo pensando en hacer intercambio de parejas, especialmente con ellos. Pero, temíamos que no nos aceptaran o que una vez hubiésemos hecho algo, nuestra amistad cambiara y comenzáramos a sentirnos incómodos con ellos. No fue extraño cuando nuestros amigos nos confesaron que ellos también habían tenido cientos de fantasías sobre nosotros y sus miedos eran idénticos a los nuestros… Y, la verdad es, que teníamos razón en las preocupaciones que nos invadían. Sería imposible volver a ser “solo amigos”.

En principio, conversar sobre el cambio en nuestra amistad fue difícil de exponer con palabras. No teníamos como una base para expresarnos. Me explico: cuando comencé a salir con mi esposo era relativamente sencillo para ambos decirnos “Te quiero”, “Me gustas mucho”, entre otras miles de expresiones que luego evolucionaron en “Te Amo”.

Infinidad de ejemplos existen a nuestro alrededor que nos ayudan a que cuando nuestro cuerpo nos hace sentir esas sensaciones podamos expresarnos con relativa claridad… Y, aun así, al principio de mi relación con mi esposo, no fui muy elocuente que digamos. Me cuestan las palabras espontaneas, siento que no trasmiten lo que siento a menos que reflexione largamente antes de expresarme. Incluso decir “Te Amo” muchas veces me parece insuficiente para expresar mi amor (En esos casos, creo que mi cuerpo se expresa muchísimo mejor que mis palabras y mi alma gemela sabe perfectamente como descifrar ese lenguaje;)) … Sin embargo, esa noche con nuestros amigos nos encontrábamos en terrenos desconocidos.

Definitivamente todos sentíamos una mutua atracción física. También, o especialmente, sentíamos era una profunda relación de amistad. Sin embargo, era incomodo expresar emociones más allá de alabar el placer físico. Sentimientos profundos, aun los más elementales como un “Te Quiero”, “Me Gustas”, etc., eran casi imposibles de decir en voz alta. De alguna manera sentíamos que estábamos traicionando u ofendiendo a nuestras respectivas parejas si verbalizábamos lo que sentíamos.

La costumbre que las relaciones son solo de dos personas estaban simplemente demasiado arraigadas en nuestro interior, aun con todas nuestras discusiones y fantasías previas sobre intercambios.

Filosofamos durante un buen rato y lo que nos ayudó a que la conversación se desarrollara fue sincerar todo lo que pensábamos (Cosa que no fue muy fácil porque esa no es ni remotamente la forma tradicional de expresarnos en sociedad).

Reconocimos que teníamos un cierto miedo que si continuábamos haciendo nuestras “nuevas costumbres” nuestros sentimientos podrían desarrollarse en algo más que solo una profunda amistad…

Después de hablar por lo que parecieron horas, aquí fue donde hicimos un importante salto en el entendimiento de nuestra relación… Nos dimos cuenta que no tenía nada da malo que diéramos rienda suelta al desarrollo de sentimientos profundos…

Puede que a muchos les parezca que estábamos buscado meternos en un buen lio, y gran parte de nuestra conversación giro en torno a eso. Celos que podrían aparecer, pensar que tu pareja se sienta tentada en estar con la pareja del otro, sentirse incomodo si tu pareja recibe un mensaje o llamada de una persona con la que se está acostando, inseguridades si en vez de salir los cuatro por alguna razón un día se encuentran solo tres o dos personas, y otros ejemplos trágicos pasaron por nuestras cabezas. Pero esos escenarios apocalípticos solo lo pensamos porque eso es lo que tradicionalmente se espera que ocurra si tu pareja se empieza a acostar con otra persona… Después de echar por la borda nuestras ideas novelescas preconcebidas, nos dimos cuenta que no teníamos nada que temer porque tenemos completa confianza en nuestras parejas y en nuestra amistad.

Incluso si mi esposo y Joann pasaran una semana de sexo desenfrenado y por alguna improbable razón ni Víctor y ni yo pudiésemos participar de dicho desenfreno, no teníamos ninguna duda que estaríamos completamente extasiados de que nuestras parejas estuviesen disfrutando de lo lindo (Lo mismo seria para el caso que yo pasara una semana alocada con Víctor). Los celos y molestias que sentiríamos más bien serían por no ser nosotros mismos los que estuviésemos en esa situación.

Simplemente tendríamos que seguir tratándonos como siempre (con el aditivo que ahora el sexo seria parte de nuestros juegos típicos).

Todos estábamos completamente claros que ni remotamente queríamos interponernos en la relación de los otros, más bien todo lo contrario. Queríamos fortalecer, nutrir y ver crecer su/nuestra relación, y si compartir nuestros cuerpos ayudaba a que eso se cumpliera mejor todavía.

Y por supuesto, todos confirmamos que, sin ninguna duda, queríamos continuar lo que habíamos hecho... No solo esa misma noche, sino en cualquier momento que quisiéramos.

Ese día nuestra amistad había dado un giro, pero no para algo negativo. Nuestra amistad había evolucionado hacia algo más profundo, algo en lo que podíamos ser totalmente honestos con nuestros deseos y sentimientos. Y el amor y confianza que tenemos entre nosotros y nuestros amigos son los que han hecho que todo sea posible.

...

La verdad no entiendo como fuimos capaces de hablar tanto después de lo que habíamos vivido. A pesar de lo importante de la conversación, para mí fue un poco difícil concentrarme en temas tan profundos con tantos cuerpos desnudos a mi alrededor y especialmente con lo excitada que me había dejado la polla de Víctor (No quiere decir que no preste atención a lo que hablamos, solo que tuve que hacer un esfuerzo bastante grande para que mi mente no se desviara a… pensamientos más instintivos).

Indudablemente, todos los demás estaban al tanto de que yo aun no estaba completamente satisfecha y querían ser recíprocos conmigo (e ir a por su siguiente ronda). Pero decidimos tomarnos un tiempo para arreglar un poco el desastre que habíamos hecho. Citando a Arjona, ahora nuestro sofá “parecía tener más huellas que una playa en pleno verano”.

En pares tomamos un baño (Yo con mi esposo y luego Joann con el suyo). Puede que para este punto parezca una tontería, pero aun así me sentí muy atrevida cuando deje la puerta medio abierta mientras nos bañábamos. También aprovechamos ese tiempo para tener alguna que otra conversación privada y reconectar espiritualmente con nuestras parejas (o más bien comernos a besos y nuevamente decirnos cuanto nos había gustado todo lo que habíamos hecho).

Descansamos un poco para reponer energías, tomamos agua, encendimos las luces, limpiamos, y pusimos unas sabanas en nuestro sofá cama. Todo esto mientras caminábamos completamente desnudos por nuestra casa como si eso fuera lo más normal del mundo.

Una conversación muy interesante surgió mientras recogíamos nuestras “huellas” del sofá. De alguna manera nuestra limpieza desvió la conversación hacia métodos anticonceptivos. Víctor y Joann nos preguntaron si había estado bien que Víctor terminara adentro de mí… La pregunta de mi marido a Joann, justo cuando estaba a punto de llegar, no había pasado desapercibida. Víctor estaba un poco preocupado por no haber hecho lo mismo, y se preguntaban si había estado bien haber terminado dentro de mi sin consultar. Trastabillamos un poco al hablar, pero finalmente, mi esposo y yo fuimos sinceros y les dijimos que no era algo que hiciéramos todo el tiempo por temor a que fallara la píldora, pero que habíamos disfrutado mucho cuando lo hizo y sabíamos que éramos exageradamente cuidadosos con los métodos anticonceptivos. Les dijimos que no tenían que preocuparse por eso y que Víctor tenía todo nuestro permiso de depositar su esperma en donde y tantas veces como quisiera (La polla de Víctor dio un brinco al escuchar eso).

Ellos explicaron que nunca habían cuestionado la efectividad de la píldora y que casi nunca terminaban afuera. Ellos simplemente eran muy cuidadosos en tomar la píldora correctamente (siempre a la misma hora, sin faltas, usando condón si Joann sufrían algún problema estomacal, etc.). Les dijimos que sabíamos que éramos un poco inseguros con eso, y que muchas veces nuestra inseguridad se volvía bastante incómoda para nosotros. La sensación de libertad de saber que tu pareja puede correrse donde quiera es genial. Las pocas veces que nos relajábamos y dejábamos de pensar en la pastilla, era delicioso. Les aseguramos que intentaríamos no dudar sobre la eficacia de la píldora.

Siempre habíamos tenido mucho cuidado de tomarla correctamente, por lo que su pequeño empujón fue lo único que necesitábamos para confiar totalmente en el método.

Al darse cuenta de que estábamos abiertos a sus costumbres, Joann quiso provocarnos un poco, así que dijo con coquetería que le había encantado sentir el semen de mi esposo adentro y que deberíamos continuar comprobando la eficacia de la píldora muy pronto (Ese día, confirmamos su efectividad muchas… muchas… muchas veces). Esta vez fue la polla de mi marido la que dio un brinco al aire.

Joann describió cómo sentir cuando le llegan adentro es una de las cosas que más disfruta del sexo. Le gusta mucho cómo justo antes del final, las embestidas se vuelven casi incontrolables y adora como cuando el hombre finalmente libera su semen se vuelve inmediatamente muy resbaladizo, junto a una tibia sensación de lubricación interna.

También dijo que por lo general intenta ralentizar el paso y apretar el pene con sus músculos vaginales internos justo cuando siente que el hombre está por venirse. De esa forma, ella siente mejor la excitación y los espasmos del pene. Por supuesto, a Víctor le encanta cuando ella lo aprieta y esto lo hace correrse de forma aún más fuerte. Mi marido, que ahora conocía un poco sus estrategias de cama, explico que la sensación era como tener una húmeda y fuerte masajeadora apretando la cabeza de su polla (Dijo esto sin muchos miramientos. Es costumbre para nosotros admirar los atributos o habilidades de otros sin ningún tapujo).

Fue un poco molesto para mí saber que nos estábamos perdiendo de tanto por ser tan inseguros con la píldora. Obviamente, disfrutaba mucho cuando mi esposo eyaculaba en mi interior (ahora lo disfruto incluso más), pero muchas de las sensaciones que estaba describiendo Joann me eludían. Asimismo, pensé que claro que mi vagina también se contrae cuando está por llegar al orgasmo, pero no era algo que buscará hacer conscientemente en momentos específicos del sexo, mucho menos apretar activamente con fuerza la cabeza del pene. Les dije que tendría que practicar para poder sentir las mismas cosas… Por suerte, en frente de mi tenía dos pollas dispuestas a mi disposición, por lo que no paso mucho para que pudiese sentir las mismas sensaciones.

No es como que ahora puedo sentir el semen de los chicos, tal vez algunas mujeres lo hacen, pero yo no soy una de ellas (ni siquiera Joann puede sentir esto). Lo que puedo sentir ahora es cómo la lubricación y la intensidad de los empujones cambian instantáneamente, e incluso puedo sentir una deliciosa sensación cálida. Por supuesto, esto es algo que había notado levemente aún desde antes de esa noche, pero cuando realmente estás tratando de ser consciente de ello, puedes notar incluso más sensaciones. El equivalente con la audición sería algo así como pasar de la audición normal a la audición de un ciego, pero con tu vagina en vez de tus oídos.

...

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Cuando por fin nos volvimos a acostar en el sofá-cama, la película, a la que no le prestamos ninguna atención, ya había terminado. Así que pusimos música de fondo para relajar el ambiente.

Aunque ya habíamos hecho muchas cosas, se seguía sintiendo extraño acostarnos en la cama para hacer con nuestros amigos lo que íbamos a hacer.

Restándole importancia a los moribundos nervios. Cada pareja comenzó con su propia pareja. Nos besamos y nos tocamos, luego mi esposo rápidamente llevó su boca a mi entrepierna. Él sabe exactamente qué hacer para que llegue rápidamente a mi punto máximo. Dos minutos después, estaba completamente lista. Joann y Víctor, por su parte, también se habían entretenido haciendo sexo oral. Mi amor me indico que me colocara a lo perrito (una de mis posiciones favoritas) mientras comenzaba a besarme la espalda y la nuca, y el pene de mi amado crecía justo en la entrada de mi coño.

Cuando estuvo listo, empujó hacia adelante, y mi coño lo succiono como una aspiradora.

Fue la primera vez que lo tuve esa noche. Necesitábamos reconectar con urgencia. Podríamos tener sexo con otros, pero la conexión espiritual y los sentimientos de amor de hacerlo con mi alma gemela no tiene comparación con nada. Más que sexo, lo que hicimos fue sentir nuestra unión física y espiritual, acariciarnos, besar nuestros cuerpos, y de vez en cuando mirar a la pareja que nos acompañaba.

Joann y Víctor estaban haciendo lo mismo que nosotros, usándonos como porno en vivo. Mientras Joann estaba con las piernas abiertas acostada con su espalda sobre la cama, recibiendo en su interior la vara de su marido.

Desde mi cuadrúpedo punto de vista, podía observar principalmente el rostro rebotante de Joann. Con cada dulce empujón de nuestros amantes, Joann y yo nos miramos entre jadeos de placer, riéndonos del sentimiento de complicidad y picardía de la locura que estábamos haciendo.

Después de unos minutos, mi esposo afincó su pecho contra mi espalda y me dio suaves mordisquitos en el lóbulo de mi oreja mientras apretaba uno de mis senos con dulzura. Luego miró al par a nuestro lado y les preguntó si estaría bien cambiar de pareja. Mas que gustosos e inmediatamente los amantes se desacoplaron entre risas...

Ambas chicas gemimos de placer al dar la bienvenida a nuestros nuevos amantes, que se adentraron en nuestras húmedas entrañas de un solo golpe. Los dueños de las nuevas pollas que nos poseían nos tocaron donde podían, apretando mis nalgas o acariciando nuestros senos y/o el clítoris de Joann…

Después de bombearnos por menos de un minuto, los chicos se intercambiaron de nuevo ... luego otra… y otra… y otra… y otra vez….

Esta era una de las mayores fantasías de mi esposo (y posiblemente para casi todos los hombres del mundo), hacer el amor con dos mujeres al mismo tiempo. Por supuesto, para mí, también se estaba cumpliendo la fantasía de experimentar con dos hombres casi a la vez (Una fantasía que seguramente también tienen casi todas las mujeres del mundo, si su sexualidad no se ha visto afectada por alguna creencia cultural antinatura impuesta por la sociedad).

Las sensaciones eran muy intensas. El rápido cambio entre parejas hace que sea muy fácil sentir las diferencias entre los chicos y a ellos sentir las diferencias entre las chicas. Mi esposo me explicó cómo era demasiado evidente el contraste en las texturas internas de cada mujer, la diferencia en la presión, los diferentes sonidos que hacemos al ser penetradas, el olor de nuestros cuerpos, incluso la lubricación de cada chica se siente diferente. Para mí, me encantó sentir la diferencia en el ritmo de cada chico; además de como cada detalle en la forma de sus miembros puede compararse perfectamente, con cada pene estimulando diferentes secciones de mi vagina con diferentes intensidades.

Después de no más de diez intercambios, me acosté de espaldas en la cama para poder ver a mis amantes a la cara. Una vez entró el siguiente (imposible recordar cuál de los dos fue), una de las cosas que me llamó la atención fue la diferencia en el fluido de las chicas… Como dije antes, mi flujo es abundante, transparente, muy fino y apenas se nota cuando los chicos van con sus herramientas de una a otra… Por otro lado, el flujo de Joann es menos abundante, de un color ligeramente blanco y mucho más viscoso, lo que hace que su flujo se note perfectamente cuando los chicos intercambian sus miembros de ella para mí. La sensación de sentir el líquido de otra mujer como parte de tu propia lubricación agrega otro gigantesco estimulo adicional a la ya de por sí más que excitante situación. Eso sí, después de un par de penetraciones, todo el líquido ajeno desaparece al unirse con el tuyo propio.

Y mientras la científica en mi analizaba nuestros flujos, y los chicos no paraban de intercambiarse entre nosotras, nuevamente Joann comenzó a venirse justo cuando estaba con mi marido…

Joann empezó a hacer ruidos melódicos de placer que se convertirían en muy conocidos para nosotros en el futuro.

Mi esposo también estaba a punto, y me di cuenta que estaba haciendo todos sus esfuerzos para evitar su clímax lo más posible sin afectar su ritmo.

Finalmente, después de un largo grito de placer, Joann alcanzó su orgasmo…

El clímax de mi amiga fue sumamente contagioso, haciendo que mi esposo también casi termina de nuevo. Incluso el dueño del largo champiñón negro que me penetraba tuvo que morderse el labio para resistir la tentación de venirse… Pero los chicos aguantaron… a duras penas.

Por otro lado, yo, a pesar de todas las continuas estimulaciones, estaba muy lejos de llegar a mi orgasmo. La sensación de dos amantes es extremadamente excitante, pero yo necesito un movimiento constante durante un período prolongado para alcanzar el clímax, y con tantos intercambios, era un poco difícil.

Joann por su parte puede tener muchos orgasmos fácilmente (demasiado fácilmente) incluso uno tras del otro casi que sin descanso. Pero mis orgasmos requieren mucha más estimulación, y después de tener uno, me quedo un poco desmayada por un buen rato.

Esa vez Joann no necesitó ni un segundo para seguir jugando.

Ella le agradeció a mi esposo con un beso sexy en la boca. Lo hizo con mucha naturalidad, como si él la hubiese ayudado con alguna tarea cotidiana, como pasarle un vaso de agua o algo así. Todos nos sentíamos mucho más cómodos y relajados expresando nuestros sentimientos.

Entonces Joann propuso que cumpliéramos un par de fantasías eróticas de su marido. Por supuesto, nosotros estábamos de acuerdo incluso antes de escuchar la fantasía.

La fantasía consistía en acostar a uno de los chicos de espalda mientras le hacia el amor a una de las chicas. Al mismo tiempo la otra mujer se sentaría en su rostro y el otro chico recibiría una doble mamada por parte de las dos mujeres…

Pude sentir a la polla de Víctor brincar dentro de mi cuando su esposa explicó eso.

Primero, follaríamos y nos sentaríamos sobre mi marido. La doble mamada la recibiría Víctor, luego cambiaríamos.

Con una sonrisa de par en par, mi esposo se acostó en la cama y Joann se ensartó su pene en su recién satisfecha vagina. Yo me desconecté de Víctor y fui a sentarme en la cara de mi marido como si quisiera matarlo de asfixia con mi coño (Y él no se veía demasiado preocupado por eso;)).

Mi amor comenzó a lamer todo, especialmente el húmedo agujero que estaba completamente expuesto a su experta lengua.

De nuevo pude ver la penetración de Joann de realmente cerca. Ella estaba balanceándose lentamente hacia adelante y hacia atrás con sus labios externos abiertos abrazando la rígida barra de mi esposo. Observé impresionada como nuestra amiga tensaban de forma sutil sus músculos abdominales en cada movimiento de vaivén, y cada vez que el cuerpo de mi amiga se echaba para atrás, podía ver la base de la gran polla que entraba en ella. Me di cuenta, por experiencia propia, que ella se estaba concentrando en frotar su clítoris contra la base del pene de mi marido, permitiendo que la suave fricción la excitara.

Víctor nos vio embelesado un rato. Ver a dos chicas desnudas jugando con su amigo y con sus bocas listas para engullir su propio miembro era una imagen que le tomo su buen tiempo procesar… Cuando finalmente reacciono acercó su pene a nuestras bocas…

Si días antes alguien me hubiese dicho que mi amigo me pondría el pene en la cara para que yo (y su esposa) lo chupara, nunca lo hubiese creído. Pero allí estaba su pene erecto y brillante por mi lubricación que aún lo cubría, listo para ser chupado por ambas chicas.

Joann empezó a lamerlo. A ella no le molestó en lo más mínimo el sabor a mí que aún estaba impregnando en la virilidad de Víctor. Más bien parecía estar inspirada por el sabor diferente que estaba cubriendo a su esposo.

Tomándose todo el tiempo del mundo, con movimientos muy sensuales y principalmente como si quisiera lucir todas sus habilidades ante el público de una que estaba frente a ella, lamió la punta, luego el tronco, después concentró la punta de su lengua en el pliegue de piel que une la parte posterior del glande con el prepucio (el frenillo prepucial) donde seguramente mi sabor sería más intenso. Finalmente, se lo tragó en su boca un par de veces antes de retroceder para darme espacio…

Atontada por el espectáculo que mi amiga me había ofrecido, yo también tarde unos instantes en reaccionar (algunas de las cosas que estábamos haciendo eran tan impactante y fuera de nuestras previas costumbres que nuestros cerebros parecían una computadora muy vieja tratando de realizar cálculos cuánticos).

Finalmente salí de mi atontamiento y lamí la virilidad que se me ofrecía. Acaricié con la punta de mi lengua el orificio de su pene, succioné su glande, y lo engullí en mi boca. Luego Joann se unió a mis lamidas. Entre las dos jugamos con cada detalle del pene de Víctor, siempre con cuidado de no cruzar nuestras bocas.

Lo masturbamos, lo lamimos, lo chupamos, besamos sus testículos. Víctor estaba en el cielo… Bueno, todos lo estábamos, con mi marido haciendo un excelente trabajo con su lengua en mi vagina y con su pene ocupándose de la de Joann.

Después de un buen rato sin cambiar de posición, unos suaves gemidos de placer provenientes del cuerpo que trataba de asfixiar llamaron la atención de todos. Mi amado estaba arqueando la espalda y empujaba su pelvis hacia arriba para llegar a lo más profundo de su amiga. De nuevo mi esposo estaba por correrse…

Me aparté de la cara de mi esposo para que se sintiera libre de moverse, y Joann dejó la polla de Víctor para concentrarse en hacer que mi marido tuviera un espléndido orgasmo. Ella comenzó a moverse muy rápidamente sobre su miembro como si fuese una jineta sobre su caballo a punto de ganar una carrera.

En un par de minutos los amantes estaban sudando por la rápida actividad física. Joann, con sus senos perlados por gotitas de sudor rebotando igual que protagonista de anime, tenía una mueca de placer que revelaba que le faltaba poco para alcanzar otro clímax… Mi marido, a su vez, le apretaba las nalgas con firmeza atrayéndola hacia si como si quisiera partirla con su gruesa herramienta.

Finalmente, mi esposo empujó fuertemente su pelvis hacia arriba una última vez, y Joann sabiendo muy bien lo que se avecinaba, ralentizo sus movimientos hasta casi detenerse. Al instante mi amor grito de placer, mientras la chica indudablemente lo apretaba con sus músculos vaginales… Justo en ese instante mi alma gemela liberó toda su semilla dentro del vientre de nuestra amiga, y ella gimió eróticamente mientras su cara se contorsionaba en una inconfundible cara de éxtasis, y lujuria…. Por segunda vez esa noche, ambos se vinieron al mismo tiempo.

...

Joann siguió cabalgando ahora con movimientos muy pausados y profundos hasta que el orgasmo de ambos se apaciguó por completo. Luego la chica cayó con sus senos sobre el pecho de mi marido como una roca. Los dos amantes estaban completamente satisfechos, sudorosos y agotados.

Era el segundo orgasmo de mi marido en ese nuevo coño y el tercero de Joann con ese pene.

Fue un verdadero placer verlos así………. Pero…. estaba empezando a sentir un poco de celos (no porque Joann le había hecho el amor al amor de mi vida, eso puede hacerlo tantas veces como quiera) sino porque yo aún no había sentido la misma intensidad de sensaciones.

Como ahora era el turno de Víctor de cumplir la otra parte de su fantasía, le di un ligero tirón en la mano para indicarle que se acostara en la cama. No esperamos a la chica de orgasmos fáciles. Ella podría unirse a nosotros más tarde.

Víctor no había terminado de acostarse cuando ya yo me había empalado con su gran pene.

Él no apoyó su espalda contra la cama, sino que se sentó en la cama para poder besarme. Primero besó mi boca, luego, después de inclinarme hacia atrás un poco, se concentró en lamer mis pechos. Las sensaciones en todo mi cuerpo fueron exquisitas.

Jugamos en esa posición durante algún tiempo, y nuestras parejas, que aún no se habían movido, parecían encantadas con el espectáculo.

Cabalgue al esposo de mi amiga con calma concentrándome en las sensaciones de mi cuerpo…

Días después (o tal vez solo minutos (el tiempo parecía correr de forma anormal)) escuché moverse a Joann…

Ella se estaba desacoplando del pene todavía semi-erecto de mi esposo. Justo antes de sacárselo, se puso una mano en el coño para no perder el líquido que se había depositado en su interior. A continuación, preguntó si podíamos movernos para darle espacio…

¡¡¡Le di una mirada como para matarla!!!

¡No había forma en el mundo de que le devolviera a su marido en ese momento, no importaba lo que me dijera!

Afortunadamente, ella no me vio a la cara, ya que estaba mirando a su esposo. y él la entendió perfectamente… Sin salirse de mí, nuestro amigo se apartó de mis pechos y apoyó la espalda en la cama.

Advierto que para leer lo siguiente hay que tener la mente abierta a ideas “atípicas” y saber que cada quien tiene su propio grupo de fantasías un tanto “extrañas”… … ... Joann pasó una pierna sobre Víctor, para terminar con una pierna a cada lado de su cara. Luego se bajó lentamente hasta que la entrada de su sexo estuvo en contacto con la boca de su esposo, y, finalmente……… Joann quitó la mano que la cubría!

Evidentemente todo el líquido que se acumulaba en sus entrañas comenzó a fluir hacia la boca de su marido.

Había pensado que para ese punto de la noche ya no había nada que pudiera sorprenderme, pero me equivocaba. Aparentemente lo que estaban haciendo es una fantasía relativamente común para muchas personas, para otras (como mi esposo y yo en ese momento) eso era algo completamente nuevo y nuestras mandíbulas casi caen al suelo por la sorpresa. Mi esposo incluso tuvo que sentarse para observar de cerca lo que estaban haciendo.

Su vagina debe de haber sido un lío de líquidos por el semen de mi esposo. Desde mi punto de vista, solo podía ver pequeñas gotas de semen saliendo del coño de Joann y escurriendo por la barbilla de su esposo, pero era evidente que la boca de Víctor estaba recibiendo incluso más de lo que podía ver.

El sonido que hacía Víctor al lamer a su esposa no era muy elegante que digamos. Era más bien como si estuviese lamiendo, y en parte incluso chupando un vaso lleno agua. Por lo visto la corrida de mi esposo había sido enorme porque Víctor lamio y chupo a su esposa por un buen rato y el esperma que brotaba de ella no parecía acabarse nunca. Hacerlo con alguien nuevo sin duda había emocionado mucho al amor de mi vida porque la cantidad que salía de Joann era mucho más de lo que normalmente libera.

Como añadidura a la situación Joann metió un dedo en su propio cuerpo y luego de sacarlo se lo acercó a su boca para saborear la semilla de mi esposo. Hizo un sonido como si estuviese comiendo la mejor comida del mundo cuando lo saboreo.

Mi esposo y yo nos mirábamos con los ojos como platos, diciéndonos telepáticamente algo como “¿estás viendo lo que están haciendo?!!!”. Casi que a ambos se nos escapa una carcajada nerviosa por el extraño acto que estábamos presenciando. Pero aguantamos para no dañarles su fantasía.

Finalmente, mi esposo y yo nos encogimos de hombros y nos dijimos telepáticamente que, si eso les gusta a nuestros amigos, nos alegrábamos por ellos.

Después de mirarlos atontada por un rato me di cuenta que no estaba haciendo un buen trabajo con la vara negra empalada en mi intimidad. El espectáculo me había dejado prácticamente inmóvil por varios minutos.

Reaccionando finalmente, comencé a moverme algo mecánicamente aún sorprendida por la pareja frente a mí. El pene de Víctor estaba más duro que nunca, y su satisfacción al sentir mi movimiento se notó inmediatamente con un agradable gemido de placer que escapo de su garganta.

Mi esposo también salió de su estupor y se paró sobre la cama para recibir el mismo trato que minutos antes había recibido Víctor con las bocas de las chicas. El pene de mi amado no estaba del todo erecto. Joann lo acababa de dejar totalmente satisfecho, pero el erotismo de la situación hacía imposible permanecer impávido por mucho tiempo. Acerco su pene morcillón a nuestras bocas. No le importaba en lo más mínimo no estar completamente erguido.

El “inocente” de mi esposo primero acerco su pene a mi boca. El muy tonto trato de mirarme con cara del que no quiere la cosa, pero su malicia se notaba a leguas…

Solo digamos que al principio de nuestra relación yo sí era bastante… “inocente”. Aún recuerdo como las primeras veces que hacíamos el amor yo no era capaz de chupar el pene de mi amor si antes lo había introducido en mi vagina. Me daba como cierta aversión el saborear mis propios líquidos sobre su miembro. Incluso el semen de mi esposo, en las primeras 3 o 5 mamadas que le hice, me daba algo de asco y tenía que escupir todo en un trapo después de recibir su semilla en mi boca. Pero pronto le agarre el gusto… aún recuerdo el enorme placer que le di la primera vez que me trague su esencia. Después de eso me convertí en una adicta de su semilla y ahora siempre que le hago sexo oral no dejo caer ni una gota de sus fluidos… Pero saborearme a mí misma me llevo aún más tiempo. Fue más o menos cuando empezamos a hacer el amor dejando que las eyaculaciones se depositaran en mi interior que comencé a probarme a mí misma (antes de eso siempre terminábamos afuera o usábamos condón). Como después de terminar su pene se relaja completamente, a mí me encanta chuparlo cuando esta pequeño, ya que así es el único momento que puedo introducírmelo entero en la boca y no morir en el intento. Era incomodo esperar a que mi esposo se lavara para poder chuparlo, así que comencé a lamerlo y succionarlo justo después de que se corriera en mi interior. Me di cuenta de lo tonta que había sido. En realidad, me encanta mi sabor (más aun cuando esta combinado con el sabor de mi amor). Luego de eso prácticamente deje de tener barreras para hacer sexo oral. Me encanta chupar el miembro de mi esposo antes, durante, y después de hacer el amor, sin importar cuan lleno de nuestros líquidos se encuentre.

Pues el muy tonto estaba dándome un nuevo reto con su pene totalmente barnizado, no solo de su semen, sino también de los líquidos de una vagina que no era la mía.

Sin dejar de deslizar mis caderas adelante y atrás sobre la vara en mi interior, mire a mi esposo a los ojos con una mirada burlesca y retadora. Ya no era la niña delicada que se ruborizaba como una princesa Disney, ahora, sin falsas modestias, me considero una reina experimentada… una reina del sexo.

Sin ningún cuidado y mirándolo directamente a los ojos introduje su muy lubricado glande en mi boca. El sabor a su semen y un nuevo líquido que estaba conociendo eran sumamente intensos. Por un instante deje al tonto un tanto estupefacto. Su miembro dio un brinco en mi boca y con muy notorias palpitaciones comenzó a erectarse más y más… Lo introduje completamente hasta que choco con mi garganta. El nuevo sabor me invadió toda y me di cuenta que me gustaba tanto como mi propio sabor. Chupándolo como un espagueti moví mi boca desde la base de su miembro hasta la punta limpiando todos los líquidos que lo cubrían. Finalmente, puse mis labios nuevamente sobre la punta de su pene y lo chupé como si se tratase de una pajilla. Los últimos remanentes de fluidos que estaban dentro de su miembro pasaron a mi boca.

De golpe trague todos los líquidos que se me habían ofrecido sin dejar de chupar y sin separar la vista de los ojos de mi amor.

Me encantó la super cara de tonto que tenía mi marido en ese momento, su boca estaba abierta de par en par por mi actuación…

Orgullosa del casi instantáneo efecto que había causado, traté de volver a introducirme su miembro entero en mi boca. Pero ya su tamaño era más de lo que entraba, así que me metí lo que pude, para luego pasar a lamerlo como una chupeta.

Al ver la sonrisa pícara de Joann, me di cuenta que me había olvidado completamente de nuestra amiga. Inmediatamente le di un espacio para que se uniera a mis lamidas.

Como si quisiéramos presumir de nuestras habilidades haciendo sexo oral, ambas chicas usamos todo nuestro repertorio para satisfacer a mi marido. No había pasado ni un minuto cuando su pene ya estaba como una piedra, una piedra palpitante y cubierta de la saliva de dos mujeres excitadas y deseosas de su dueño. Entre ambas repetimos exactamente lo mismo que habíamos hecho con su esposo. Tomamos turnos para masturbarlo con nuestras manos, lamimos y succionamos su miembro por todas partes, besamos sus testículos, su glande, su tronco.

Todos estábamos disfrutamos muchísimo de la maravillosa experiencia…

Así pasamos un largo rato… yo con placenteros movimientos de vaivén sobre la dura polla de Víctor y él con sus manos en mis caderas, agarrando y apretando mis nalgas de vez en cuando. Joann siendo lamida por su esposo. Y mi amor siendo lamido y masturbado por ambas chicas al mismo tiempo.

Otra pequeña eternidad después, finalmente pude sentir como diminutas contracciones involuntarias en mi intimidad apretaban levemente el pene de Víctor, haciéndolo gemir debajo de su esposa… Claramente mi orgasmo comenzaba a acercarse cada vez más… Todavía estaba lejos, pero mucho más cerca que antes. Toda la situación, junto a tener un pene en mi vagina y otro en mi boca estaban preparando lentamente mi cuerpo para lo que parecía ser un gigantesco sol de sensaciones.

Joann intentó preguntarme algo, pero francamente mi atención no daba para mucho en ese momento.

Repitiéndose, Joann me dijo con voz bastante baja, casi como un susurro y con una extraña timidez para ella “¿Puedo tocarte un poco?”… Sin pensarlo ni un segundo le dije “Por supuesto que si…” Aunque… fue una respuesta automática, sin pensar mucho en las implicaciones de mi aprobación.

Cuando la hermosa mujer desnuda frente a mi empezó a estirar una de sus manos para alcanzar mi sexo, fue que comencé a comprender el impacto de lo que había aceptado.

Sin darme tiempo de pensar, mi amiga alcanzó mi clítoris con su dedo medio. Terminando mi virginidad, por tercera vez y abriendo un nuevo universo de posibilidades.

Una sensación de felicidad desconocida recorrió todo mi cuerpo, comenzando desde mi clítoris. No solo por la sensación física que era maravillosa, sino especialmente por la increíble sorpresa de hacer algo tan nuevo para mí y enterarme de que otra persona tan importante y cercana para nosotros me deseaba de esa forma.

Que la persona que me estaba tocando fuese una mujer, no me molestaba en los más mínimo, más bien agregaba un nuevo nivel de morbo que no sabía que existía. La verdad es que antes de ese día no había tenido ninguna curiosidad bisexual… Más allá de alguna que otra broma picara con mi esposo. Prácticamente todas mis fantasías siempre habían girado en torno a hacerlo con hombres (o que mi esposo lo hiciera conmigo y otras mujeres). Y especialmente no era algo que había considerado hacer con mi amiga "heterosexual".

Pero mis amantes no me dieron tiempo de reflexionar demasiado sobre la nueva situación en la que me encontraba… Mi esposo, reconociendo mi inminente orgasmo, saco su pene de mi boca y se arrodillo junto mí, para luego apretar uno de mis senos con su mano y a la vez besarme con dulzura y pasión. Lamió mis labios levemente como si fuese mi sexo para luego abrirse camino con su lengua al interior de mi boca. Mi amor sabe que darme esos besos profundos justo cuando estoy a punto de llegar incrementa al infinito las sensaciones de mi cuerpo, pero ahora en vez de su miembro, sería el pene de otro hombre (más la mano de una mujer) los que se ocuparían de mi vagina.

Para más colmo, Joann extendió su otra mano para tocar mi otro seno. Imitando a mi esposo casi como un espejo, su delicada y pequeña mano apretó mi erecto pezón con tres dedos, mientras el resto de su mano aplicaba la presión perfecta sobre mi pecho.

Los toques de mi amiga en mi vagina tuvieron poca confianza y fueron muy suaves al principio… Para que pudiese tocarme más fácilmente, y, utilizando mis ultimo vestigios de conciencia, reduje los movimientos de mi cuerpo sobre su marido. Comencé a empujar a Víctor con movimientos cortos, lentos, pero fuertes en la parte más profunda de mi canal, para que su enorme cabeza de hongo chocara con relativa delicadeza contra la entrada de mi útero. Eso es perfecto para mí porque cuando estoy cerca de un orgasmo, ese es uno de los movimientos que prefiero…

En segundos, Joann ganó confianza y sus toques se hicieron más seguros. Ella paso de uno a tres dedos masajeando con movimientos rítmicos la superficie de mi clítoris y los labios vaginales que envolvían la larga virilidad de su esposo. El toqueteo de la chica era demasiado delicioso y empujo mi inminente orgasmo de un 90% al 99%.

Tenía a tres personas haciéndome el amor, estimulando cada uno de los principales puntos erógenos de mi cuerpo. Me sentí como una diosa.

“Te Amo” dijo mi amor al soltar mis labios, dándome el último empujón para que el sol de sensaciones explotara dentro de mí. El placer me llenó toda. Tuve que cerrar los ojos apuntando mi rostro al cielo, mientras auténticos gemidos de placer incontrolables escapaban de mi boca. Finalmente, estaba alcanzando un celestial orgasmo, el orgasmo más grande que había sentido para ese momento de mi vida.

Y como si de pronto otro enorme sol en rumbo de colisión chocara contra mi sol de sensaciones; el gigante champiñón incrustado en mis entrañas empezó a latir como un corazón a toda marcha; a la vez que su dueño lo empujaba fuerte y repetidamente contra las profundidades de mi coño. Otra estrella de sensaciones estaba explotando en el cuerpo de mi amigo; y mi cuerpo, siguiendo sus instintos más básicos, se convulsiono con contracciones apretando y succionando su miembro para recibir su inminente descarga. Los músculos abdominales de Víctor se contrajeron intensamente cuando liberó, con un alarido de goce, toda su semilla directamente en la entrada de mi útero, metiendo su esperma nuevamente en el vientre que hasta hace nada solo había recibido el semen de mi alma gemela. Como dos soles chocando y fundiéndose para crear una estrella aun mayor ambos alcanzamos nuestros clímax al mismo tiempo.

El gigantesco astro irradio sus sensaciones infinitas a los cuatro amigos presentes colmándonos de satisfacción y dicha.

Finalmente habíamos llegado a las puertas del Valhala…

Y como las gotas de una cálida lluvia de verano que empiezan a sonar hasta convertirse en una melódica y hermosa llovizna, empezamos todos a reírnos. Reímos, reímos felices disfrutando de un sincero momento de alegría colectiva.

Finalmente, satisfecha, agotada, y repleta de sublimes experiencias, me derrumbé en la cama junto a mi esposo y nuestros amigos.

Los cuatro amigos nos miramos a los ojos sintiendo nuestras almas, sabiendo que la noche aún era joven... y aun teníamos que conocer lo que esos nuevos reinos celestiales habían preparado para recibirnos…

P.S. Muchísimas gracias a todos los que han leído la historia, a los que han dado su valoración y a los que han hecho comentarios. En especial queríamos agradecer a Arucard69, Esesisoyyo, PML, unomas, FEDEGUER, capricornio, anchot, pope y CaroySanty. Sus comentarios han sido muy inspiradores y nos han sacado más de una sonrisa.

Nota Personal: Esta historia la empecé a escribir a finales del 2020 cuando tuvimos que mudamos a un país nuevo y me vi obligada a aprender un idioma nuevo desde 0. Un curso de idiomas que hice me exigía hacer textos aburridos sobre mis pasatiempos, mi país de origen, etc. Así que como práctica adicional empecé a escribir nuestra historia. Mi esposo y nuestros amigos estuvieron más que encantados de incluirse en la recapitulación de nuestros recuerdos y junto hicimos 6 partes en el lenguaje más sencillo y elemental que se nos ocurrió. Ahora estamos es traduciéndolo todo a nuestra lengua materna, y claro, así es infinitamente más fácil ser mucho más detallista. Desafortunadamente, solo traducir, más soplarle vida a la historia en nuestros tiempos libres toma muchísimo tiempo. Por eso disculpen la demora en las publicaciones.