Primera Vez: Estrenando mi chochito

Nos escapanos el fin de semana los dos fuera de la ciudad para poder amarnos con locura mi hermano piero y yo ...

Primera Vez – Estrenando mi Rajita

Después del primer encuentro con mi hermano Piero, había olvidado por completo que tenía un enamorado y que pronto vendría. Su viaje era solo por una semana y debería estar de vuelta en estos días.

Durante toda la semana prácticamente me escabullí para no cursar palabra alguna y menos dar pie a que se repitiera la escena con mi hermano, aunque muchas veces estuve tentada a ir a su habitación, ya que la forma en que el me enseño a gozar fue como flotar en el aire, y se que él también estuvo con las mismas intenciones, en mi caso por el temor a que mis padres me cogieran en esas andanzas y cierto remordimiento opte por huir.

En cambio mi hermano, en la pequeña oportunidad que tuvo para que estemos unos minutos a solas me dijo que esta semana estaría en exámenes, así que te voy a extrañar pequeñita sobre todo ese calorcito de tu cuerpo desnudo, mientras besaba mis labios, y rozaba mi rajita por debajo de la falta con sus dedos. Solo sonreí tímidamente y escape de sus manos para ir donde mamá en la cocina.

Estuve casi encerrada en mi habitación ya sea en Internet o la televisión y sin salir, era Jueves y Piero me dijo que no fuera tan obvia con mi actitud, se notaba que algo pasaba, que debería salir como siempre son mis amigas y mas si estaba en vacaciones. La verdad no quería poner un pie fuera de la casa, para no encontrarme con Fabián, pero esa misma tarde fui directo a casa de mi mejor amiga y en el camino me cruce con Fabián, estaba decidido a terminar lo que inicio y me propuso ir el fin de semana a la playa, le puse cien excusas y casi huí de él, no podía tocarme, después de la forma en que había conocido el placer con mi hermano.

Todo lo que me pasaba no tenía a quien contarlo, y muchas veces solo quería llorar, ya el viernes en la tarde mi hermano no tuvo que ir a la universidad también había salido de vacaciones y mamá fue al supermercado, nos dio tiempo para conversar un momento.

Hablar por mi parte, porque Piero no dejaba de tocarme y recorrer mi cuerpo con sus manos, le dije como me sentía, que no estaba bien todo lo que hacíamos, Piero en cambio no dejaba de besarme, de pasar su lengua por mis piernas queriendo sacar mi tanga, trataba que me prestará atención, y lo detuve. Me hizo sentar en el sofá, y fue bien claro que lo nuestro era un secreto, que podíamos amarnos pero solo en la oscuridad de nuestros pensamientos y no quiso llevarse mi virginidad, por que debía entregarla a Fabián como eran mis planes antes de que empezará este amor prohibido.

Pero que durante era semana no había podido concentrarse en nada que no fuera en tenerme de nuevo en su cama. Poder hacerme suya ahora si por completo, y amarme y poseerme. Que incluso entre sus pensamiento se cruzó la idea que estuvieras con otro y no lo podía permitir. Lo último que dijo fue:

  • no puedo permitir que nadie mas disfrute de ti pequeña, eres solo mía. Este fin de semana serás enteramente mía.

Recogiendo mi falda hasta terminar enrollada en la cintura hizo a un lado mi tanga y su lengua acaricio mi rajita haciendo que temblará, ademas que pasaba por mi cabeza todo lo que sus labios, sus manos y todo su cuerpo me hizo sentir y con la respiración agitada incline ligeramente mi cuerpo hacia atrás deseando que siguiera en su juego en mi rajita.

En el poco tiempo que tenía, con un dedo en mi clítoris rozaba suavemente mientras su lengua recorría mi rajita hundiéndose en mi hoyito mis gemidos eran cada vez mas sonoros, y mi cuerpo deseaba mas de ese rico placer que sabía darme con sus labios y sus dedos, en pocos minutos sentía que iba a explotar en un orgasmo fuerte, mis piernas endurecidas, y mis pezones duros que se marcaban en mi ropa, un momento dejo de lamerme para acariciar por encima de la ropa mis senos, guío mis propias manos a mis pechos enseñándome como tocar suavemente y disfrutar de su dureza, ya que no podía percibir su suavidad por la ropa que tenía puesta.

Dejándome con las manos en mis senos que ya seguían solas las instrucciones como guío Piero, y aumentadas con el calor por las caricias que continuaba haciendo en mi vagina con su lengua y sus dedos. Lograba que me estremeciera todo mi cuerpo deseaba con fuerza sus caricias y que siguiera succionando esa pepita que me hacia arquear mi cintura para entregar con mas fuerzas mi vagina a sus besos, ya involuntariamente baje una de mis manos a su cabeza para que acelerara sus movimientos y me vine en un orgasmo delicioso mis gemidos, mi respiración pesada y mis latidos que parecían que arrancaba mi corazón de su lugar, todo esto eran tan fuerte por la idea en que en cualquier momento podía entrar mamá a casa de retorno de supermercado y ahí si que tendríamos problemas.

Recuperaba el aliento, Piero se levanto haciéndome un guiño y acariciando mi cabello, besaba mis labios jugaba en mi cabello, decía palabras cariñosas y como acurrucándome en sus brazos, decía vez que te gusta mucho mis caricias, vez que solita pides mas… pero el fin de semana aprenderás mas pequeña, ya se me ocurrirá algo para librarme de mis padres. En eso sentimos un ruido y ambos algo asustados giramos era Sabina la empleada por momentos ambos temblamos por temor a lo que hubiera visto, pero acababa de ingresar de la cocina, y se dirigió a mi hermano. Indicándole que había sentido ruidos y pensó que yo estaba llorando, pero tenía cosas en el fuego y por eso no salio.

Mi hermano, ya con el alma en el cuerpo le dijo que solo jugábamos los dos, que me hacia cosquillas, dirigiéndose a mi para que afirmará lo mismo.

Ella entro de nuevo a la cocina, al poco rato estuvo mamá de regreso, le ayudamos con las bolsas aunque por el susto había olvidado de secar mi rajita, y era como si me hubiera orinado. Fui a mi cuarto a cambiarme y Piero alcanzo a decirme al oído que ya se le había ocurrido una idea para divertirnos todo el fin de semana. Solo sonreí y seguí en mis cosas.

Ese mismo día Piero en la cena les dijo a mis padres que iría a la playa el fin de semana con algunos amigos y que se iría en su auto, en ese momento recordé sus palabras y supe que ese era su plan, de inmediato como adivinando lo que él quería, solicite a mamá que si iba a ir en el auto que me llevará a mi también que mis amigas irían a la playa y nos encontraríamos ahí, termine diciendo que no molestaría en nada a mi hermano.

Mis padres en silencio esperaban la respuesta de mi hermano, que permanecía en silencio como dudando, para evitar que mis padres no sospecharan su planes reales. Al final estaba a punto de romper el largo silencio, cuando papá le ofreció que si me llevaba podía llevar su camioneta, Piero casi salto de alegría con semejante oferta papá no deja que nadie maneje cu camioneta y menos para ir de diversión.

Piero acepto, no sin antes oír de papá mil advertencias que no fumar en la camioneta, mucho menos bebidas y que no se le ocurra manejar si se iba de juerga y que me dejará al cuidado de algunas de las tías que estaban en las playas del sur, si salía en la noche con sus amigos.

Piero acepto de buen modo todo lo que papá dijo y sin esperar mas empezó a preparar lo que llevaría y de igual forma lo hice yo y con algo de duda por que no querían que viajáramos en la noche mis padres nos despidieron.

Fue un viaje rápido, no quedaba muy lejos y menos con la velocidad que tenía esa camioneta, llegamos y la casa de playa no estaba en las mejores condiciones de limpieza así que yo me dedique a una habitación, utilizaríamos la de mis padres, dos de sus amigos una y dos chicas otra. A nadie le parecía raro que durmiéramos juntos porque pensaban que era su novia, al menos así me presento en la universidad.

Ya con un poco de orden en la casa y exhaustos por el viaje, esa noche nos bañamos juntos con algunas caricias y nos quedamos dormimos desnudos sintiendo el calor de nuestros cuerpos, solo cubierto por una sabana delgada, por el calor que hacia además en el lugar.

Todos estuvimos despiertos muy temprano y con ganas de ir directo al mar, desayunamos y con nuestros trajes de baño nos dirigismo a buscar el mejor lugar decían ellos en medio de muchos grupos de muchachos y chicas, yo era las de menor edad pero Piero ya me había dicho exactamente que es lo que tenía que decir, y lo único que esperábamos era encontrar nadie que supiera que éramos hermanos.

A media mañana tuvimos el primer susto con unas amigas de la escuela nos vieron tan juntos, que se pensaron que era raro, sabían que siempre nos llevábamos mal, pero con algunas excusas me libre de ellas. Ya que Piero que quería perderme ni un minuto de vista.

Fue un día de mucha diversión y salimos en la noche a bailar y disfrutar de ese fin de semana, casi como a las 2 de la madrugada, nunca había permanecido despierta hasta tan tarde, me sentía cansada, Piero lo noto y deseando estar a solas conmigo sin sus amigos cerca, me llevo casa.

Ese era el día y el momento en que perdería esa telita que me separaba de ser por completo la mujer de mi hermano. Yo lo esperaba pero tenía mucho miedo también, por eso que dicen que es doloroso.

En casa desde que cerro la puerta no dejo de besarme y llevarme por el pasillo hasta nuestra habitación con besos apasionados, con caricias llenas de deseo, pero a su vez con amor sus caricias no eran solo deseo, era mucho mas que eso, no solo deseaba mi cuerpo amaba estar conmigo al menos me sentía amada con cada beso con cada caricia, quería perderme entre sus brazos y su cuerpo ser solo suya, por siempre, aunque eso era solo una ilusión de mis mente adolescente que no veía la realidad en esos momentos.

En nuestro cuarto con solo lámparas encendidas, a media luz nuestras figuras se unían en caricias y beso intensos llenos de deseo y de ganas de amar al otro. Poco a poco con más dulzura que deseo sus manos iban sacando cada prenda, y por primera vez con temblor aun en las manos y con menos torpeza desabroche su camisa uno a uno los botones mientras nos besábamos. Con menos ansiedad que la primera vez que nos amamos en su habitación, esta vez me detuve para apreciar su físico.

Los rizos de sus cabellos se enredaban en mis manos, acariciaba su rostro, sus hombros mientras deslizaba su camisa, hasta apretar su cuerpo al mío, ya desnudo debido a las pocas prendas que llevaba, un pequeño vestidito que con soltar las tiras en los hombros estuvo en el piso y no llevaba sujetador, y aún permanecía con mi tanga. Ambos nos veíamos con mas detenimiento y con todo el calor en las venas. Cuando me disponía a sacar su correa para desabrochar sus pantalones, que se me hacia difícil, la ropa de mujer es mas fácil de sacar o es que la falta de experiencia no me ayuda. Pero sobresalte al sentir el sonido del celular en su pantalón, como que rompió un poco la magia del momento.

Era papá llamaba para saber donde estaba, que había llamado toda el día y no le respondimos, Piero sobresaltado le dijo que estábamos en casa descansando que recién en la noche se percato que estaba en vibrador el celular, no se había percatado que sonó y que había llamadas perdidas, me paso el teléfono y al cerciorase que estábamos en casa se quedo mas tranquilo.

Regresamos a nuestras caricias, algo enfriadas por el susto de la llamada pero seguíamos con muchas ansias y nos deseábamos mucho como para que esa llamada evitara que nos amáramos. No hay nada mas fuerte que dos jóvenes apasionados, y aunque por nuestras venas corría las misma sangre hijos de los mismo padres, en ambos hervía en nuestras venas.

De nuevo pegados en largos besos, deseando ser amados, como si en cada beso se fuera la vida, entregándonos sin miedo sin temor a esta prohibida pasión, ante los ojos ajenos pero de amor puro casi indescriptible para ambos.

Con sus manos desde mi cuello se deslizaban por mi espalda, marcando con estremecimiento en cada movimiento como si contara las vértebras de mi espalda, suave mientras sus labios por ratos mordisqueaban los míos, su lengua como si buscará devorar la mía ambas enroscadas en besos calientes esos que aceleran a cada instante los latidos del corazón, también deslizaba por mi cuello sus besos, sus mordiscos que suavemente me hacen gemir entre palabras escuche decir ronronea mi gatita, y como una orden escuchara grrrrr salía de mis labios y al instantes mi colita involuntariamente se elevaba como para recibir sus manos calientes que se iban posando en ella como si amasará las apretada suave me intenso, de vez en cuando una palmadita que hacia estremecer mi cuerpo, el seguía aún con el pantalón puesto, mas atrevida y con mayor habilidad logre soltar el botos y bajar la cremallera, mientras besaba su pecho, no sabia bien que hacer pero jugaba con sus tetillas y eran de su gusto sentía su estremecimiento como cuando el besa mis senos.

Empecé a deslizar su pantalón, cayo al suelo rápidamente cuando llego a sus muslos, el término de sacarlos estaba sin zapatos, fue lo primero que saco al llegar a casa igual que yo. Había empezado un recorrido y debía seguirlo no había marcha atrás, mis manos acariciaban su espalda mientras mis labios se deslizaban por su barriguita ahora y llegando a su ombligo metí mi lengua, no lo hice muy bien le causo mas cosquillas, pero continué en mi camino. Por el contorno de sus calzoncillo pasaba mi lengua, ya era mas que mi aprendizaje mi propia iniciativa siempre lleva uno muy dentro su propio calor y con una mano levante ligeramente de un costado y rozando suavemente sus testículos se dejo ir, termine sacando la prenda.

Ya en el suelo mis caricias se hicieron mas osadas, quería devolverle los besos que aún debía del día anterior en el sofá de la casa. Mi lengua traviesa jugaba con sus bolitas así les llamaba en son de de juego, no podía estar mas parado el estremecimiento lo haría perder el equilibrio, retrocedió en busca de la cama logro sentarse y casi en un instante estuvo echado hacia atrás busque almohadas para acomodar su posición y que ambos disfrutáramos mas del placer brindado, piso una almohada en mis rodillas para disponerme a saborear todo su pene, pero me levanto y coloco encima suyo, haciendo el famoso 69 aunque en esos momentos no sabia que es lo que haría, pero con mi chochito aun con la tanga puesta estaba frente a su cara, mi frente a la mía estaba su pene ya saludando bamboleando de un lado a otro, como pidiendo ser atendido.

Mis labios iniciaron un suave recorrido desde la base hasta llegar a la puntita que ya estaba totalmente húmeda por sus juguitos, con mi lengua como lo hace una niña con un helado abrí suavemente introduciendo solo la cabecita y succionando suavemente, cada vez ingresaba un poco mas así un momento, hasta llegar al limite de mi garganta sin que me provocará una arcada. Hacia mas presión con mis labios sobre todo en el tronco en eso pliegues del prepucio, sentía que sus gemidos aceleraban, por ratos decía algunas frases como: - nena sigue, así me gusta mas fuerte presiona mas, daba ciertas indicaciones algunas las entendía otras a media palabras se entrecortan por gemidos de placer.

Paraba por ratos ya que sus labios en mi vagina también estaban entretenidos saboreando lamiendo y hurgando mi agujerito aun virgen que esta noche dejaría de serlo con un dedo en mi clítoris me impulsos me hacían acercarme a su boca como queriendo que me comiera entera esa es un termino que a mi me parece que describe exactamente lo que hacia.

Deje de jugar en su pene con mi boca por un momento para dedicarle atención a sus bolitas le gustaba que las metiera en mi boca mientras con una mano recorría todo el largo de su pene, en Internet en la semana después de nuestro primer encuentro leí sobre que debería lamer también esa parte entre el ano y sus testículos, mientras mas cerca de sus testículos le gustaba pero si retrocedía se alejaba.

Pero seguía, jugando lamiendo también la base de su pene, luego empecé a succionarlo de nuevo, quería volverlo loquito de placer, que se derrita en mis labios textualmente pasaba por mi mente. Estuve largo rato experimentando diferentes formas de comerme ese delicioso pedazo de carne que es su pene, por momentos se acercaba a venirse y en una me detuvo, todavía no nena. Quiero gozar de ti primero, aunque en ningún momento dejo de hacerme gozar solo que con lo entretenida que estaba en tratar de hacerlo llegar, mi éxtasis había mantenido un nivel sin subir a explotar.

Suavemente me giro para estar frente a frente, aún permanecía encima suyo y entre largos besos apasionados, giramos terminando encima mío sintiendo en mi cuerpo el calor del suyo sus besos, sus manos que recorrían cada centímetro de mi cuerpo, bajando desde mis labios manteniendo esa dirección por pecho, jugando en mi ombligo y con su barbilla jugueteaba en mi botoncito, con sus dedos en el hoyito de mi vagina como cerciorándose que estaba lo suficiente húmeda para introducir su pene.

De rodillas sobre la cama puso mis piernas a los costados de su cuerpo suavemente con sus manos levanto mis caderas sobre una almohada como para poner a su disposición mi chochito que iba a ser penetrado por ese delicioso pedazo de carne, tenía cierto temor de que me causara mucho dolor, aunque tenía la muy buena experiencia que cuando penetro mi colita fue tan delicado y suave que termino por encantarme lo que hacía Piero mi hermano mayor.

En esos momentos por primera vez pensaba en que en esos momentos perdería mi virginidad en manos de mi hermano, que le entregaría a él ese preciado tesorito como decía mamá, le ofrecería mi mejor regalo, pero con todo el amor y placer que había sentido y que estaba sintiendo, se merecía esa entrega todo mi cuerpo era suyo además, el me enseño amar, me enseño a disfrutar de sus caricias y de su sexo. Fueron segundos que mi mente divago para concentrarme en sus besos, su calor. Cuando sentía que el invasor jugaba en toda mi rajita recorriéndola de un lado a otro, hasta quedar en la entrada de mi vagina, inicio el avance suave, hasta esos momentos era grata la sensación, era caliente, suave y duro a la vez. Me mantenía tomada de la cintura mientras iba ingresando, no había nada de dolor estaba súper excitada y mi vagina acepto de buen grado al invasor, hasta que choco con el himen claramente se sentía como la iba estirando la retiro hacia atrás levemente hasta que de un solo empujón estuvo toda dentro sus testículos rozaban mis nalgas y un pequeño gritito de dolor, unas lagrimas en mi ojos que secaba con su lengua, sonriendo me dijo:

  • mi nena ahora eres todita, mía solo mía, acabo de llevarme a mi niña para entregarte ahora a toda una mujer.

Sin moverse por un momento, esperando que pasara la sensación inicial de dolor, luego suavemente retomo sus movimientos suaves solo sacándola hasta la mitad y volviendo a entrar suavemente continuaba sus movimientos a cada movimiento iba aumentando el ritmo y también la retiraba hacia fuera, las sensaciones invadían mi cuerpo, todo era nuevo me hacia delirar de placer.

Sus manos acariciaban mi cuerpo amasaban mis senos dulcemente, mis ojos desorbitados por el estremecimiento que recibía mi cuerpo, iba explotar en un orgasmo indescriptible de placer, de gozo, mi vagina recibía tiernamente al visitante que se había apropiado de ella, como si tuviera dientes interiores lo mordisqueaba, lo apretaba en su interior, los movimientos cada vez se aceleraban mas, sentía como chocaban mis nalgas contra su cuerpo.

Mi cuerpo ya involuntariamente empezó arquearse, rodeando con mi piernas su cuerpo como ayudando a que ingrese hasta chocan con el fondo de mi vagina, un largo regocijo de placeres que aumentaban cada vez una explosión en mi interior las paredes de mi vagina se contraían, palpitando como queriendo mas de ese gozo, mi hermano gozaba sentía sus gemidos que aparentaba ser un toro bravo, mis gemidos de gozo se oían en toda la habitación, y al unísono los dos en una explosión de gozo dejo salir una potente descarga en mi interior, ambos moríamos de gozo. Es el placer mas deseado, creo que lo prohibido lo hacia tan intenso.

Exhaustos por todo el placer que sentimos cayo rendido entre mis brazos, besándome, todo nuestro cuerpo estaba húmeda, mientras me besaba repetía palabras dulces, cariñosas.

  • mi dulce nena, ahora eres mía por siempre, te voy hacer la mujer mas dichosa del mundo la mas amada, nos fundimos en un ultimo ardiente beso.

Quedándonos dormidos desnudos, nos cubrimos con la sabana y cuando nos despertamos era de día y recién llegaron los amigos de mi hermano.

Decían cosas por la puerta, felicitaciones Piero que buena fiestesita que has tenido aquí seguro, no interrumpimos el desayuno en la cama, y se reían a carcajadas estaban súper borrachos, hasta palabras que no lograba entender y muchas groserías, que mi hermano ignoraba y solo me apretaba mas a su cuerpo y besaba mi orejita mordisqueando con sus dientes.

Repetimos nuestras caricias un par de veces en el día, una antes de levantarnos y la otra antes de regresar a casa. Me sentía su mujer completamente, solo me entristecía mucho la idea de que llegando a casa nuevamente cada quien viviría su mundo con pequeñas escabullidas en el poco tiempo que teníamos para los dos, nada como ese fin de semana delicioso que pasamos juntos.

Besos para todos mis lectores y una vez mas espero que sea de su agrado este nuevo relato, es todo por ahora cualquier comentario bueno, malo o de curiosidad o lo que quieran ya saben a mi correo mujer_mar226@hotmail.com, escriban mails no me conecten al msn son muy pocas las veces que ingreso bye.