Primera vez en local SW parte1
Silvia descubre algunos de los placeres que proporcionan los locales liberales
Primera vez en local SW parte1
Esta es la continuación a los dos relatos anteriores https://todorelatos.com/relato/157292/ y https://todorelatos.com/relato/157292/
Continuamos con las aventuras de ésta pareja en la cual el chico es un morboso sin solución y ella es toda una loba con ganas de redimirse de tantos años de tabús y vergüenzas.
Dani, como ya hemos comentado en anteriores relatos, era un chico con experiencia en ambientes liberales desde hacía años y Silvia recién estaba empezando a explorar esos caminos que tanto morbo le estaban dando a medida que aprendía aunque no se acababa de liberar del todo, mas por miedo y desconocimiento que porque no le gustasen.
Hacía ya varias semanas de la última aventura en la que salieron a cenar y ella acabó degustando una polla desconocida en medio del campo al amparo de la luna. Desde que pasó, no dejó de pensar en ello, y eso la mantenía muy caliente. Se excitaba recordando como acabaron follando en el coche, como adolescentes y eso les proporcionaba unos polvos íntimos descomunales.
S - Hoy me siento muy caliente cielo, tengo ganas de aprender, quiero que me enseñes cosas nuevas.
D - Ya sabes que me gusta enseñarte y que disfrutes con ello. Que te apetece?
S - Tú decides. Sorpréndeme. Tú mandas.
D - Bien, pues esta noche ponte bien sexi, ya sabes cómo me gusta. Saldremos a cenar y a tomar algo luego. Te parece?
S - Claro, lo que tú digas.
D - Antes ven, acércate, ponte de rodillas. Ya sabes lo que tienes que hacer.
Y así fue. Ella se acercó al que esa noche sería su amo, demostrando estar dispuesta y entregada. Lentamente le acarició la entrepierna y le fue bajando el pantalón. Seguidamente el bóxer. Sin usar las manos sacó la lengua y la acercó a esa polla que ya empezaba a coger volumen, siempre sin dejar de mirar a la cara a Dani. Sabía que eso a él le ponía muchísimo. Le encantaba ver esa cara de felina. Se la fue lamiendo poco a poco, todo el tronco, llegando a los huevos y volvía a subir hasta la punta, jugando con su lengua en el glande y el frenillo. Muy lentamente, disfrutando del momento, así durante eternos minutos, hasta abrir la boca y engullirla entera hasta donde le daba su capacidad bucal. La dejó quieta y tan solo usó la succión alrededor del capullo un ratito más. Volvió a chupar, cada vez con más esmero. Hasta que Dani, cogiéndola de la cabeza y llevando él mismo su propio ritmo, se corrió en su boca sin ningún aviso, cosa que a ella la cogió por sorpresa pero que para nada le disgustó. Más bien al contrario. No dejó caer ni una gota y siguió chupando hasta dejársela bien limpia a su amo.
D - Buena chica, veo que hoy tienes ganas de ser obediente. Ahora vete a la ducha y vístete
Esa noche Silvia se vistió rompedora, con una minifalda muy corta, roja, ajustada, moldeando ese perfecto culazo que calzaba, un top ajustado negro y zapatos de tacón. Siguiendo las instrucciones de su amo no llevaba ropa interior, lo que hacía que sus pezones duros se marcasen como si no llevase ropa. Todo ello acompañado de un leve maquillaje, discreto, pero que la hacía más que apetitosa a todas las miradas masculinas y alguna femenina también.
A su chico nada más verla se le iluminó la cara y le bajó la sangre a la entrepierna. Sabía que de una manera u otra, sería una noche memorable. Se notaba en la cara de Silvia que estaba dispuesta a todo, que se iba a entregar y todo eso prometía.
Estuvieron cenando en su restaurante favorito. Algo ligero, pero regado con una buena dosis del vino blanco dulce que tanto le gustaba a ella, lo que hacía que cada vez estuviese más y más distendida y receptiva.
Acabaron de cenar.
D - Vamos a tomar una copa.
S - Donde?
D - Eso ya lo verás en su momento.
No hizo falta coger el coche, cosa que agradecieron ambos, puesto que el vino ya hacía sus efectos. Caminaron unos 10 minutos, cogidos por la cintura, pegando sus cuerpos. La mano de Dani no soltaba su culito favorito ni un momento. La tensión se masticaba en el aire. Ambos sabían que algo iba a suceder.
Llegaron a la puerta de un local. Un portal bastante oscuro, con una luz encima de la puerta que tan solo iluminaba un pequeño interfono.
S - Donde estamos?
D - En un local swinger.
S - En serio? Nunca he estado en ninguno, no sé que hay que hacer ni cómo actuar.
D - Tú tranquila, tan solo déjate llevar. Ya sabes que conozco bien estos sitios y no te va a pasar nada. Haz lo que yo te diga y no te alejes mucho de mí.
Entre el vino y los nervios, la chica estaba alucinando. No sabía si salir corriendo o dejarse llevar y descubrir un mundo nuevo para ella. Fue lo segundo. No quiso pensar más y le entregó las llaves de la noche a Dani, quién con una sonrisa maliciosa, se acercó al botón de llamada y pulsó.
En unos segundos la puerta se abrió. Tiraron de la puerta y apareció un chico de unos 35 años, guapete, con ropa ajustada, marcando unos buenos pectorales, lo que no pasó desapercibido para Silvia, que se quedó con la boca abierta.
D - Despierta putita, que aun no hemos ni entrado jajajaja
S - Si, si, voy, perdona
Entraron por un pasillo oscuro, al final del cual había una cortina. El chico iba detrás, mostrando su buena educación. Dichas cortinas les llevaron a una barra de bar. En ella había dos parejas tomándose una copa y charlando amistosamente y 3 chicos solos, quienes a pesar de que hacían un gran esfuerzo por ser parte de la decoración, se les notaba la cara de cazadores nocturnos en busca de presa sin importar tamaños, edades ni físicos.
Entonces el anfitrión, de manera cortés y discreta, les preguntó si conocían ese tipo de locales y el suyo en particular.
D - No conocemos éste en particular pero si cómo funciona el ambiente, no te preocupes. De todas maneras nos gustaría ir descubriendo el local poco a poco, nos gustan las sorpresas jajaja
RRPP - Entiendo perfectamente. Espero que disfrutéis y si necesitáis algo podéis llamarme sin problemas. Sólo que tengáis en cuenta que en esta sala el ambiente es mixto, chicos, chicas y parejas, mientras que en la parte de dentro es solo de parejas o chicos invitados.
S - Ok, muchas gracias, seguro que lo pasaremos bien.
Se sentaron en la misma barra y pidieron un par de copas, haciendo tiempo mientras observaban el lugar. Era un sitio bastante oscuro pero muy agradable, con figuras talladas a tamaño natural de cuerpos masculinos y femeninos desnudos. Había dos sillones en la pared opuesta a la larga barra que ocupada casi de punta a punta lo largo de la sala. Entre ambos sillones aparecían unas cortinas de prometían mucho morbo al descorrerlas.
Estuvieron unos 15 o 20 minutos tomando las copas e inspeccionando con la mirada cada rincón a la vez que al resto de personas que había por allí. A veces salía alguna otra pareja de las cortinas, pedían una copa y volvían a entrar. Había todo tipo de personas, jóvenes, mayores, altos, bajo, delgados, gorditos, guapos, feos, etc…
D - Vamos dentro, tengo ganas de ver lo que se cuece.
S - jajaja me apetece mucho, me da mucho morbo, pero no te niego que estoy supernerviosa.
D - No te preocupes, te entiendo. Cógeme la mano y vamos a ver, seguro que no se comen a nadie, que no quiera, claro jajaja
Se levantaron, cogieron sus copas y con paso decidido abrieron las cortinas y entraron.
Era aun más oscuro si cabe, había bastantes sofás. Muy cálido todo. En algunos de ellos habían varias parejas, unas comiéndose a besos y metiéndose mano sin ningún disimulo y otras simplemente charlando.
D - Vamos a terminarnos las copas ahí sentados, no es cómodo pasear por el local vaso en mano jeje
Se sentaron. Silvia no dejaba de mirar hacia todos sitios, sobre todo a las parejas enfrascadas en el fragor de la batalla. Incluso había chicas de rodillas comiéndoles las pollas a sus chicos a la vista de todos. La mezcla entre nerviosismo, novedad y ganas por descubrir eran un cocktail explosivo en su entrepierna, que estaba ya más que empapada
A los 10 minutos de estar viendo como las parejas disfrutaban, Dani se levantó y cogió de la mano a su chica.
D - Vamos a inspeccionar – guiñándole un ojo.
A unos metros de donde estaban había una cortina. Por su experiencia, él sabía que se trataba de un cuarto oscuro. Había visto entrar y salir parejas. Algunas incluso acomodándose la ropa al salir. No se lo pensó dos veces y hacía allí se dirigieron. Abrió las cortinas y tirando de ella del brazo entraron ambos, sin soltarse, ya que por la oscuridad total que había sabía que si perdía contacto con ella no conseguiría volver a encontrarla hasta saber cuándo.
Guiándose por un brazo semi extendido llegaron a lo que él consideró sería una esquina. Pensó que sería más fácil controlar la situación. La rodeó con sus brazos y empezaron a darse lengua, de manera muy húmeda y profunda. Parecía una batalla de músculos donde no había vencedor ni vencido. Todo ello sin dejar de escuchar gemidos por distintos rincones de la sala. Sin conocer emisores ni destinatarios. Tan solo gemidos al aire, provocando un clima capaz de excitar a cualquiera. En unos instantes las manos de Dani ya estaban en el culo de Silvia pasando a su caliente coñito. Ella se dejaba hacer disfrutando la caricia. De repente esa exploradora mano coincidió con otra desconocida que luchaba por entrar en esa ardiente cueva. El chico no se lo pensó y puso alfombra roja para que ese desconocido le diese un nuevo placer a Silvia.
D - Hemos venido a jugar, pues juguemos, disfruta, pero al salir quiero todos los detalles – le dijo él al oído.
Él sabía que era un punto de no retorno para ella. En ese momento estaba entregada al placer y ya le daba igual la manera que fuese.
Y así fue, estuvieron metiendo mano a la chica durante un buen rato, Dani y el invitado, mientras ella gemía y disfrutaba, cogiéndole la polla a su amo de vez en cuando, quien ya la tenía dura y fuera del pantalón.
A los 15 o 20 minutos Silvia acercó sus labios al oído de su chico.
S - Vámonos fuera un rato, luego si quieres volvemos.
D - Ok, pedimos una copa y me cuentas todo todo.
S - Si cielo, sin olvidar ningún detalle, viciosillo, jeje.
Pidieron dos copas y se sentaron en los sillones.
S - Pues verás, al entrar y mientras íbamos hacía la esquina ya me tocaron el culo varias veces sin ningún tabú. Entre lo caliente que iba y eso, estaba que me salía. Luego cuando me empezaste a masturbar y sentir otra mano a la vez dudé un poco, la verdad, tenía miedo por no saber quién era, pero justo en ese instante de duda esa mano dio en el punto clave y ya no pude pensar, me masturbó de una manera increíble, me metió hasta tres dedos, ahí me corrí por primera vez mojándole la mano. Pero es que aun no me había recuperado que sentí otra mano que se unía y entre los dos me follaron con sus dedos, me acariciaron mi botoncito, me sobaban el culo, me lo estrujaban, los pechos, pezones, estaba en la gloria. En ese momento me hubiese dejado hacer lo que quisieran. Me corrí dos veces más seguidas. No podía parar. Me temblaban las piernas. Casi me caigo. Lo habrás notado que me he sujetado a ti. He estado tan caliente ahí dentro que incluso he masturbado una polla que me han puesto en la mano, no sé de quién, hasta que se ha corrido. Estás decepcionado conmigo? – dijo ella con cara avergonzada.
D - No cielo, me encanta que seas tan puta y que disfrutes del sexo sin pensar en nada más. Quiero seguir enseñándote cosas nuevas a medida que me vayas pidiendo, ya sabes que no tengo problemas en que estés con otras personas, siempre delante de mí, por supuesto. Nunca te dejaría a solas con nadie.
S - Gracias cari, nunca he sentido lo de ahí dentro. Notar manos desconocidas en mis partes más íntimas y dándome placer me ha hecho perder los papeles.
D - De eso se trata, que no pienses en nada más que en el placer. Quiero que disfrutes. Qué te parece si acabamos la copa y seguimos inspeccionando el local?
Si os ha gustado el relato y queréis seguir leyendo lo que pasó esa noche, por favor dejad vuestros comentarios. Así nos animáis a seguir con la segunda parte.
Saludos y buenas pajas a todos