Primera vez cornudo y sumiso

La primera vez que mi novia me hizo cornudo y además sumiso.

Ya son 6 años los que llevamos juntos mi y yo, y como es lógico es mucha la confianza que tenemos en temas de sexo.

Un día estado yo trabajando de camarero en una fiesta, en uno de esos ratos muertos que no tienes que atender a nadie, me puse a hablar por whatsapp con ella, hablando la dije que estaba con un compañero y que había traído a un amigo a trabajar con él. Ella lo conocía de otro día que coincidimos en otro evento y se fijó en él porque es joven y está como dicen ellas "to bueno", el caso es que me dijo que vaya puta no haber podido ir la fiesta aunque solo hubiese sido a ver al chaval este para alegrarse la vista, (que lo vamos a llamar Carlos aunque ese no sea su nombre real) que está pa mojar pan y que no la importaría estar un rato con él a solas para alegrarse el cuerpo, en resumen, una de estas "bromas" de mal gusto que hacen las novias y que haces que no te molestan pero que dan mucho por saco.

Entonces la dije que vaya por dios, con la de veces que la dije que viniera a la fiesta y no quiso porque yo iba a estar trabajando y ahora que sabe que había venido Carlos que si que hubiese venido, y que entonces la próxima vez que quisiese que viniera a una fiesta la tendría que decir que venía Carlos para que ella viniera.

La cosa se quedó así, hasta el día siguiente que la conté como fue la noche y entonces ella ni corta ni perezosa me preguntó que si Carlos se había liado con alguna, la dije que no, y entonces me dijo que si hubiese estado ella entonces eso no hubiese pasado, yo me reí y la seguí la corriente.

Me contó que se estuvo tocando por la noche pensando en Carlos y en las cosas que hubiese hecho con él a mis espaldas si ella hubiese estado aquella noche, yo flipaba con lo que me decía, pero a la vez me estaba poniendo un montón. No se volvió a repetir nada de esto, aunque cada vez era más frecuente que saliera el tema de los cuernos consentidos y acabamos hablando de quedar un día con un tío para que se la follara estando yo en la misma habitación mirando, y viceversa, quedar con una tía para que me la follara y ella mirar, aunque esto último no la convencía mucho.

A los meses volví a coincidir en una fiesta con mi amigo el camarero que por casualidad volvió a traer a Carlos a las fiesta para trabajar, he de decir que Carlos no era camarero, es DJ y no trabaja lo mismo que nosotros, y cuando tiene un rato se va a tomar algo con la gente a la pista o a liarse con alguna tía que luego nos trae a la barra para que la veamos.

Este finde semana mi novia si que vino a la fiesta, aunque ella no sabía que estaba Carlos por allí.

Estaba yo en la barra trabajando, y ella por fuera de la barra tomándose una copa sola hablando conmigo porque no había nadie que conociera ya que la fiesta era en otro pueblo, ya estaba un poco contenta debido al alcohol y empezaba a salirse de tono la conversación con comentarios del tipo, si me meto dentro de la barra, me voy a poner de rodillas y te voy a chupar la polla hasta dejarte seco.

A última hora de la noche, cuando la fiesta de estaba acabando y la gente se estaba yendo, aparece Carlos por la barra a tomarse un pelotazo, me dijo que había puesto una lista de reproducción para tomarse una copa porque ya no quedaba casi nadie y así descansaba un rato.

Mi novia que es bastante extrovertida, se mete en la conversación y le dice:

  • Hola Carlos, yo soy Lucía (tampoco se llama así mi novia jeje), la novia de Felipe, (no hace falta que especifique n? Jajajajajaja) que tal? Felipe me ha hablado mucho de ti!

  • Encantado Lucía, miedo me da lo que te cuente este de mi jaja

  • Tranquilo, sólo me ha dicho que estás más tiempo ligoteando con chicas que pinchando en las fiestas jajaja

  • Es un exagerado tu novio, la verdad es que no se me da mal, pero tan poco es para tanto.

  • Bueno Carlos, con ese cuerpazo es normal que no se te dé mal.

  • Gracias Lucía, pero he de decir lo mismo de ti, -me mira, la vuelve a mirar a ella y dice entre risas- para cuerpazo el tuyo, que lo que no entiendo es que haces con el tirillas este jaja -refiriéndose a mí-.

Ella le mira y lejos de parar, me mira y dice

  • Porque no le dejamos a Felipe aquí recogiendo y nos vamos a echarnos unos bailes, que llevo toda la noche bebiendo y sin moverme de aquí y estoy bastante aburrida.

  • Es un honor Lucía.

Entonces les digo riéndome - eeh! Que pasa, ligáis en mi casa y ahora os vais los dos por ahí, pero esto que es!

  • Tranquilo cariño - viene ella me da un beso y se va, sin antes decirme entre risas- si no volvemos en media hora, ven a buscarnos a la habitación de Carlos al hostal.

Yo me quedé un poco mosqueado, pero no mucho porque tenía bastante confianza con los dos como para pensar nada raro.

Aguanto unos 20 minutos más, hasta que veo que ya no quedan nada más que 4 gatos en la fiesta y me pongo a recoger mi barra y a recargar la cámara, entonces me doy cuenta de que quitan la música, y pienso que en un momento aparecerán por allí Lucía y Carlos a tomarse la última antes de irnos a casa.

La cuestión es que por allí no aparece nadie en más de 35 minutos desde que deja de sonar la musica, y ya me empiezo a mosquear. Pienso en lo que me dijo Lucía de que si en media hora no estaban en la barra que los buscase en la habitación de Carlos. Empiezo a cabrearme un poco, aunque por otro lado me excitaba la idea.

Escribo dos o tres whatsapp a Lucía con un intervalo de 3 o 4 minutos más o menos, ni los lee ni contesta, entonces decido llamarla pero no lo coge.

Cierro la barra donde estaba trabajando, me despido del resto de compañeros y me voy directo al hostal. Me paro en la puerta a fumarme un cigarro y tranquilizarme un poco. Me doy cuenta de que me vibra el móvil. Veo que es Lucía.

  • Cariño donde estás? Te hemos estado esperando más de media hora a la salida de la fiesta y no venías, ya ni había gente ni música ni nada, que haces? - me tranquilice un poco al pensar que estuvieron casi todo el tiempo en la salida de la fiesta.-

-  He tenido que recoger y recargar las cámaras nena, donde estáis ahora?

  • Pues donde te dije, en la habitación de Carlos, o es que ya no te acuerdas? Venga date prisa y ven ya que te voy a enseñar una cosa perro!

Se me pusieron los pelos de punta con lo de que me tenía que enseñar algo... Pero con lo de "perro" me descolocó. Había veces que en la cama jugábamos un poco a ser el dominante y la esclava y viceversa, y lo de perro me recordó a eso porque sólo me lo llamaba en la cama.

Subí las escaleras del hostal mientras hablaba con ella, pensaba que estaba bastante perjudicada por el alcohol porque se la trababa la lengua.

  • Que puerta es? - la pregunté.

  • Lha ffinco.

  • Pues ir abriendo que estoy llegando.

  • Pafa eftah abiedta.

Joder cariño que pedo llevas que no te entiendo, la dije, entonces colgó.

Abro la puerta de la habitación, cierro a mi paso, y encamino el pequeño pasillo que llevaba al espacio donde estaba la cama y sorpresa!!

Carlos tumbado boca arriba desnudo en la cama, Lucía con un picardías sin sujetador sólo con los aros, liguero, medias y tanga, todo negro y de encaje a juego, a cuatro patas con el culo en pompa orientado al pasillo chupándole la polla a Carlos, con las tetas colgando sobre él y con el teléfono en la oreja.

En ese momento se me pasaron mil cosas por la cabeza, no sabía si montarles el número, salir corriendo, animarme y darla por detrás o quedarme allí pasmado.

Me di cuenta que no iba borracha, no la entendía cuando hablaba por teléfono porque tenía la polla de Carlos en la boca.

No se movieron ni para mirarme, todo parecía tan normal y a la vez tan surrealista.

Lucía se saca toda la polla de la boca, yo no sabía ni que le había cabido toda esa pedazo de polla que me pareció enorme hasta a mí, se gira, me mira relamiéndose y me dice.

  • Que bien, ya ha llegado mi perrito, venga acércate, compórtate como un buen perro y ven a olisquearle el culo a tu ama.

No daba crédito de lo que veía, pero lo que oía me quedaba más atónito aún.

  • Vamos perrito vas a hacer que se enfade tu ama y no te va a gustar que te castigue, venga huélela el culo como hacen los buenos perros con sus amos. - mientras le la mía la polla a Carlos como si de un helado se tratase.

  • Dale un poco de tiempo, se ve que no está bien domesticado tu perro. -dijo Carlos como si fuera lo más normal del mundo.

  • Pues voy a empezar a domesticarle ahora mismo.

Lucía se levantó, vino directamente a donde yo estaba y me pegó un tortazo como hace años no me daban. Se puso de cuclillas frente a mí mientras me miraba a los ojos, como cuando estábamos un tiempo sin vernos por mi trabajo y volvía a casa, que nada más abrir la puerta se lanzaba a comerme la polla como si se fuera a acabar el mundo.

Pero no, lo que hizo fue quitarme los pantalones y los boxes, me colocó en los huevos dando muchas vueltas un coletero que llevaba en la muñeca, sentí como me apretaba el asunto y como colgaban como un péndulo, cogió los cordones de mis zapatos, los empalmó y ató un extremo al coletero que me puso en los huevos, - esta va a ser la correa perrito- me dijo.

Entonces se levantó y me hizo ponerme de cuclillas empujándome de los hombros y quedando mi cara a la altura de su coño, el cual me acerqué con intención de lamer, pero me lo impidió el tremendo tirón que me dio de los huevos con la "correa" que me había atado.

  • Bien perro, empezamos bien, yo te tiro de los huevos y tu te paras, la verdad es que tenía que haber empezado a usar esto antes para corregirte las manías que tienes y para que seas más obediente.

Se fue otra vez a la cama y comenzó a lamerle aquella enorme polla a Carlos. Tiró despacio de la cuerda y me dijo.

  • Ven perrito ven, ven a cuatro patas a olerle el culito a tu ama.

Yo me quedé parado porque todavía no asimilaba todo aquello que estaba pasando, hasta que otro tirón de los huevos con la correa me hizo poner los pies en la tierra. Comencé a andar, humillado pero a la vez cachondo, directo al culo de Lucía que estaba abierto y en pompa preparado para meterla la polla hasta los huevos.

No me quedó más remedio que resignarme y comportarme como un perro, así que empecé a seguir sus instrucciones y comencé a olisquearle el culo como si de un perro se tratara. Ella mientras le comía la polla y los huevos a Carlos, se restregaba contra mi cara, llenándome toda la cara de su flujo y empujando su culo contra mí cuando tenía mi nariz en su ano, también tiraba de la correa que me tenía puesta en los huevos cuando quería que la metiera la nariz en el culo.

Después de un tiempo haciendo esto, me dijo, - vamos perro, túmbate transversalmente en la cama boca arriba que vamos a seguir jugando.

Me tumbé como ella me dijo. Se sentó sobre mi cara, poniendo su coño en mi boca, como si fuésemos a hacer un 69, pero en vez de comerme la polla a mi, se la empezó a comer a Carlos.

Cuando empecé a lamerle el clítoris, comenzó a gemir mientras tenía la polla de Carlos en la boca. Cuando paré para poder respirar, me pegó un guantazo en los huevos a la vez que me decía que no parara.

  • Toma perro - me dijo cuando me dio- esto es lo que pasa cuando desobedeces, vamos sigue lamiéndome el coño perro!.

Seguí obedeciendo hasta que paró de comerle la polla a Carlos, y la oí decir,

  • Vamos fóllame el coño.

Yo pensaba que lo decía por mi. Y cuando me intenté incorporar ZAS otro manotazo en los huevos, pero esta vez más fuerte que el anterior. A continuación tiró de la correa de mis huevos y la mantuvo tensa durante unos minutos mientras presionaba mi cara con su coño y me decía que cerrara los ojos, yo no sabía por qué lo hacía, hasta que la sentí gemir muy fuerte.

Carlos la había metido la polla en el coño mientras yo la estaba comiendo el clítoris, la muy zorra me había hecho cerrar los ojos para que no me quitara. Menos mal que no me rozó en ningún momento ni la polla ni los huevos de Carlos. Yo me intenté quitar de ahí abajo, pero ella me bloqueaba con sus caderas ya que estaba encima de mi, al ver que me quitaba me pegó parias veces en los huevos mientras tiraba fuerte de la correa hacia abajo para que no me pudiera mover.

Carlos la decía que le ponía follarla con su novio delante, pero que más le ponía con su novio de esclavo.

Ella gemía con todo lo que la decía Carlos, parecía que la ponía más caliente lo que oía que la propia polla de Carlos entrando y saliendo el de ella y mi lengua lamiéndome su clítoris.

Llegó el momento de cambiar de postura. Carlos se quitó de detrás, Lucía de encima mía.

  • Vamos perro, levanta de la cama y siéntate en la silla. -me dijo Lucía en un tono autoritario a la vez que tiraba de la correa.

Me senté en la silla que había en la habitación junto al escritorio y que Lucía había orientado hacia la cama. Se acercó a mí, se puso de cuclillas y mientras me miraba me empezó a comer la polla.

  • Esto más que un pene es una pena -me dijo poniendo cara triste- lo de Carlos si es una buena polla, tan gorda y tan larga que no me entra en el coño, y la tuya mira  me la meto entera hasta el fondo en la boca y todavía no llega hasta atrás -y se metió mi polla en la boca- ves que pollita tienes perrito.

Siguió comiéndome la polla hasta que estaba casi a punto de correrme, entonces tiró de la correa y fue el detonante de mi corrida. La llené toda la boca, ella se apartó rápidamente y me escupió la corrida en la cara.

  • Pero que haces perro, acaso te he dicho que te corras en mi boca? Ponte de cuclillas vamos!

Tiró de la correa y me puse de cuclillas, entonces empezó a darme patadas en los huevos que colgaban a media cuarta del suelo. Me hizo sentarme de nuevo en la silla, ató la correa a una de las patas de la silla, y ató mis manos a los posabrazos,

  • Vamos Lucía pasa de tu perro y ven un poco aquí, - dijo Carlos tumbado en la cama.

  • Te vas a enterar perrito, me voy a follar a Carlos como nunca te he follado a ti, me voy a correr tantas veces como no has visto correrme jamás.

Se fue a la cama y se sentó en la pos de Carlos como si de una amazona se tratase, empezó a mover las caderas de alante a atrás. Parecía que se le iba a desencajar la polla a Carlos con tanto movimiento de Lucía. Nunca la había visto mover así las caderas. Es cierto que tampoco se sube así encima mía porque con ese movimiento no aguanto más de 5 minutos sin correrme.

Solo de verla me estaban dando ganas de correrme, pero no me podía tocar.

Carlos la agarraba de las tetas, y Lucía se recogía el pelo, miraba al techo y gemía como una puta. Estaba desbocada.

Pasados unos minutos y tres orgasmos sobre su polla, se bajó de encima suya y empezó a comerle la polla otra vez, le lamía los huevos, y mientras se metía los dedos en el coño y se los metía a Carlos en la boca para que saboreara su rico coño, como cuando lo hacíamos nosotros en casa, pero ahora lo estaba haciendo con otro y delante de mi, mientras yo estaba atado a una silla.

Lucía se acercó a mí, me besó, la boca le sabía a polla, me dio muchísimo asco, pero no quise decir nada por no llevarme otra ostia en los huevos. Bajó a mi polla y la empezó a lamer lentamente.

Subió otra vez a mi boca, se abrió de piernas y se metió mi polla en el coño a la vez que se sentó sobre mi.

  • Te gusta cariño?- me dijo a la vez que gemía muy suavemente.

Asentí con la cabeza.

  • Le voy a dar un premio a mi perrito por lo bien que se a portado.

Entonces metió una de sus enormes tetas en mi boca y me dijo - mámamela cariño, mámamela bien fuerte, que eso es lo único que no me hace nadie mejor que tú, mámamela y sácame toda la  leche mi amor.

Entonces se giró y le dijo a Carlos

  • Fóllame Carlos, fóllame el culo, que todavía no has sentido lo apretadito que lo tengo y quiero sentir tu enorme polla en mi culo.

Me sorprendió que hiciera eso porque a mi nunca me ha dejado que la folle el culo.

Mi polla seguía dentro de su coño mientras la mamaba una teta, ella se abría el culo mientras Carlos se acercaba con su enorme polla por detrás a cumplir con lo que le había pedido Lucía.

De repente un temblor recorrió todo su cuerpo, era evidente, Carlos la había metido su gran polla en el coño. Ella empezó a mover lentamente la cintura, la estábamos follando los dos a la vez! Se había hecho real lo que tantas veces me había pedido, y por las malas ella misma lo había conseguido!

Siguió así unos minutos hasta que ya no pudo más, puso los ojos en blanco y comenzó a gemir como nunca antes lo había oído, estaba teniendo el orgasmo que sentir dos pollas que siempre había querido. Todo su cuerpo temblaba como un flan, sus pechos vibraban, y su cadera espasmódica temblaba haciendo que a Carlos le entraran ganas de correrse.

  • Joder Lucía me corro. Me voy a correr en tu culo!

Entonces ella se levantó sacándose las pollas de dentro, se metió la mía en el culo y le comió la polla a Carlos.

  • Correte aquí cabrón, quiero saborear tu leche, vamos dámela toda Carlos, lléname la boca de leche.

Carlos haciendo caso se corrió en su boca, haciéndola que rebosara su leche por las comisuras de la boca.

Acto seguido, Lucía saco mi polla de su coño, se arrodilló frente a mí con toda la leche de Carlos aún en la boca y me chupó la polla bien bien fuerte.

  • Vamos perrito, córrete en mi boca, dame toda tu leche igual que yo te he dado toda la mía antes, vamos perro córrete, venga, dámela toda, quiero sentir toda tu leche calentita en mi garganta perrito mío.

No se que me ponía más, si el hecho que que me comiera la polla o todo lo que me decía. Llegado al punto solté toda mi corrida en su boca.

  • Uuuum que rica perrito mío, gracias por portarte tan bien y darme toda tu leche para mi. Tan rica como recordaba.

Carlos estaba en la ducha. Lucía fue al baño y se duchó con él.

Cuando salieron, vino ella a desatarme.

Cuando lo hizo me vestí y salí de la habitación, la dije que me llamara cuando se despidiera de él, que yo me iba porque tenía que tomar aire.