Primera vez con los estudiantes de intercambio
Algo cambió en mi y en mi vida con la llegada de aquel estudiante checo que me haría explorar mi sexualidad y que junto su mejor amigo, un islandés que también llegó a estudiar a mi colegio, serían parte de mis primeras experiencias gay. La historia de mi año con ellos y cogidas que jamás olvidaré.
Hola todos, mi nombre es Seba tengo 28 años, médico, mido 1.94m, cabello castaño, ojos verdes, piel blanca.
La última historia que les compartí trataba sobre la llegada de un chico de intercambio a mi casa cuando estaba en el colegio y como con él viví mis primeras experiencias incluida la noche en que con otro estudiante también extranjero acabamos en pajas y mamadas. Sinceramente una experiencia increíble y que aún, recuerdo luego de más de una década.
Aclaro que esta no es una segunda parte del relato anterior, pero si contiene referencias. Para evitarles tener que leerlo, les dejé las descripciones y mis vivencias bien resumidas.
Si quieren conocerlas en detalle y hacerse una idea completa de que fue ese maravilloso año viviendo con Janis, les recomiendo leer la publicación anterior [https://www.todorelatos.com/relato/159681]
Por convenios de interculturalidad, mi colegio recibió a 11 estudiantes de intercambio, los cuales fueron repartidos entre familias anfitrionas quienes los “adoptaban” durante el tiempo que estudiaran en el país. Así recibí como compañero de cuarto a Janis, un chico un año mayor proveniente de República Checa de piel clara y algo bronceada, cabello rubio oscuro, ojos miel, 1.86m y un cuerpo no de modelo, pero trabajado con anchos brazos, pectorales muy marcados por las pesas y fuertes piernas por el running. Lo único que le faltaba eran abdominales, pero amaba la comida. Una pequeña barriga que realmente no le sentaba mal. Generalmente andaba siempre rasurado en torso, axilas y polla, pero que, siguiendo la costumbre local, acabó con vellos bastante cortos, pero siempre con sus bolas depilados.
Al ser ambos hijos únicos, esta experiencia más cercana a un hermano facilitó que nuestra relación fuese excelente desde el primer momento, manteníamos todas nuestras conversaciones en inglés y producto de lo desinhibido de Janis, compartíamos ropa, objetos, todo y andábamos desnudos muchísimo. Realmente no había privacidad en el cuarto ni en el baño de este porque no hacía falta.
Desde aquel inocente masaje que le di y que se transformó en la primera vez que le hacía una paja a otro y también en la que alguien me veía mientras me masturbaba, hizo que cada vez que alguno necesitara desahogarse solo o en compañía, lo hiciéramos sin tapujos, pero cada uno con lo suyo.
Competíamos por quien aguantaba más o largaba la mayor corrida, incluso comparando las manchas en nuestros FAP shorts que eran simples y ligeros shorts de algodón que usábamos para dormir en los que eyaculábamos, cosa que adopté de él. A veces cuando andaba muy cachondo, le usaba los suyos dejándole mi lefa. Jamás me dijo algo, pero desconozco si finalmente se enteró.
En el colegio, Janis se hizo muy amigo con Lukas, proveniente de Islandia de su misma edad, el más blanco y alto de todos 1.96m, cabello rubio muy claro, ojos celeste cielo y un cuerpo delgado, pero de esos muy marcados, era seleccionado de hockey y en sus tiempos libres practicaba atletismo. Con él formábamos un grupito que hacía todo juntos y con quienes una noche de fiesta se transformó en una de experimentación.
En último momento el organizador canceló y montamos nuestra propia jarana en el cuarto, fuimos bajando las botellas con el juego que Lukas inventó con sus amigos. Usando una baraja se conseguía un ganador que dictaba un castigo al perdedor.
El juego evolucionó de simples y divertidas penitencias, a agarrones e interacción más íntima entre los tres, a esa altura, ya algo ebrios y cachondos porque la situación sí que nos puso a tope.
La noche acabó con Lukas mamando nuestras pollas y yo devolviéndole el favor, mientras Janis básicamente se dedicó a dejarse querer aportando en muy pocas ocasiones una mano para pajear a alguno o escuetos chupetones, su tiempo lo dedicó a disfrutar y comandar mi cabeza mientras intentaba tragar el pollón de Lukas y la corrida que me obsequió.
La primera vez que me adentraba en el sexo oral y los juegos previos que sentarían la base de lo que ocurriría poco tiempo después y que marcó un cambio en la dinámica con Janis que ambos disfrutamos.
Al día siguiente de ocurrido todo, despertamos desnudos tal como nos fuimos a dormir hace unas horas antes, las dos camas unidas para más espacio, Janis por su parte y yo más al centro con Lukas arrimado en mí. Decidimos que sería nuestro secretillo y que como estuvo tan bien, ya veríamos cuando repetir.
Una vez Lukas se fue a su casa, nos volvimos a dormir y tras preparar algo de comer con nuestros padres, Janis sacó nuevamente el tema.
Comenzó diciendo que disfrutó cada momento, pero que para el esto era nuevo y no sabía realmente como procesarlo porque si bien el hacernos pajas con compañía o incluso la que yo le di, para él no cambiaba en nada las cosas, pues en República Checa también había tenido experiencias típicas de adolescentes como pajas entre colegas, en círculo y comparaciones, nada como lo de la noche anterior.
Le respondí que para mí todo era un mundo nuevo igual, que la bisexualidad de Lukas tampoco la esperaba. Ante lo cual me preguntó directamente si yo lo era y en verdad en ese momento no conseguí darle una respuesta.
Había tenido una suerte de relación con chicas antes, nunca nada muy sexual, pero mi atracción por los tíos era innegable, con el tiempo era claro que estos me ponían muchísimo más y las sensaciones que experimenté aquella noche me confirmaban que hetero no era.
Conflictuado como estaba, le expliqué lo que sentía e incluso creo que le dejé ver que él también me atraía, que la forma en que convivíamos me ayudó a descifrarlo. Recuerdo mencionarle que no sabía si era gay, pero que la tendencia era clara hacía ese extremo y que me dedicaría a descubrirlo en el camino porque era (aún lo soy) una persona que cree que en la vida hay que probar de todo, pues es la única forma de saber cuándo algo nos gusta o no.
Él, algo descolocado por mí confusa respuesta, me dijo que todo estaba bien, que realmente el seguía siendo hetero sin importar nada, que las mujeres siempre serían su atracción y que no por eso se privaría de oportunidades de pasarlo bien con quien sea. Para Janis, placer era placer y ya está (espero aún piense así).
El tema se cerró y cada uno siguió en lo suyo, móvil, laptop, tele, como un día cualquiera hasta que se hizo muy tarde.
Ya recostados, al parecer Janis seguía cachondo porque comenzó a correrse una paja, nada nuevo para nuestra dinámica. Él estaba concentrado en lo suyo y yo en sus manos, ya empalmado.
Nuevamente despertó ese deseo de la noche anterior y con algo de nervios, pero decidido me acerqué a Janis y pidiéndole autorización con la mirada, tomé su polla y la empecé a menear. El retiro su mano izquierda a su pecho y la derecha a mi cabeza.
Buscaba repetir lo que Lukas me hizo, así que de inmediato me introduje su glande para lubricarlo bien, glande que ya tenía preseminal en la punta para luego lamer el tronco por cada lado.
Creo que lo que más le gustó fue cuando tras jugar con sus bolas y metérmelas en la boca, mi lengua bien húmeda fue subiendo por estas, pasando por la cara inferior de su polla y frenillo para llegar su glande.
Así estuve dedicado a él para hacerlo acabar con un jugueteo entre mis manos y lengua mientras Janis jadeaba un poco, se vino en mi cara y cabello.
Tras limpiarme con sus sábanas, le pregunté qué tal estuve. Me dijo muy bien, que me faltaba para hacerlo como Lukas, pero que iba muy bien causando risa a ambos. También me dijo que me fuera acostumbrando porque si pasaba mucho sin coger, se quitaría las ganas con mi boca.
Para mí no era ningún problema, por el contrario, feliz de sacarle leche, le dije que él se acostumbrara porque aprovecharía cada vez que anduviese cachondo. Luego de bromas, nos dormimos.
Así pasaron las semanas con Janis aprovechándose de mis habilidades y yo de su polla que nunca decepcionó.
Cuando ligaba con alguna chica, podían pasar días sin nada de acción conmigo, pero en tiempos sin suerte, me pedía que se la mamara incluso más de una vez por día, otras ni siquiera me preguntaba simplemente se acercaba a mí y me la ponía en la boca.
La verdad a mí no me importaba. A veces era yo quien sin decir nada se acercaba a mamársela, incluso comencé a despertarlo con las caricias de mi lengua, algo que amó y que pidió que hiciera las veces que quisiera.
Al principio toda la acción la daba yo, pero con trabajo constante logré que también me regalara un cariño. La verdad fue difícil porque se encapsuló en el “no soy gay” y que una paja era su límite, mas me aferré a su “placer es placer” y que yo tampoco tenía claridad de lo que era, pero que no valía la pena perdernos de experiencias. Así aflojó con una mano para masturbarme o en los mejores casos, unos chupetones a mi polla.
A veces nos venían las ganas en salidas o actividades familiares y ahí era cuando el hablar en inglés nos permitía ponernos de acuerdo sin que nos entendieran y nos escapábamos a alguna habitación o baño para no ser descubiertos.
Lukas también participaba ocasionalmente cuando nos visitaba, nunca planeado, pero siempre haciéndolo muchísimo más entretenido. De hecho, con el tiempo fui adquiriendo más habilidades y a Janis logré, con algo de dificultad eso sí, mamarle por completo, pero jamás conseguí lo mismo con el islandés.
Recuerdo que iban quedando alrededor de 6 semanas para que el intercambio de los chicos finalizara cuando nos organizamos para que Lukas pasara la noche del viernes siguiente con nosotros.
Aquel día teníamos clases solo mediodía, así que luego de ir al gimnasio por la tarde, nos fuimos los tres a nuestra casa para ducharnos. Las horas fueron pasando entre la laptop, videojuegos y música para que llegada medianoche cuando mis padres de seguro ya dormían, comenzar con lo acordado y que me tenía caliente todo el día.
Por supuesto el primero en dar el paso fue Lukas quien nos invitó a juntar las camas y a quitarnos la ropa. Se me acercó y con un beso fue desprendiéndome la camisa que llevaba mientras yo le desabrochaba el pantalón.
Una vez Lukas estaba solo en unos bóxers bien coloridos con la polla ya morcillona y yo con otros negros, pero palote, nos acercamos a Janis para también desvestirlo. Me fui a besarlo en su cuello y pectorales, mientras Lukas bajaba su única prenda, un pantalón de chándal.
Fue el primero en quedar desnudo, pues iba comando. Su polla se encontraba flácida con las bolas depiladas y una capa de vellos muy recortadas, al igual que yo, pero se había dejado esos pelitos en el abdomen que tanto me gustaban.
Lukas se lanzó rápidamente a la acción y consiguió una perfecta erección de Janis sin mucha dificultad. Yo por mi parte centré mi atención en Lukas a quien primero molesté lamiéndole su bulto sobre el bóxer para luego quitarlo y dedicarme a besarle la cara interna de sus muslos mientras me hacía paso por sus bolas, tronco y glande.
Como siempre, Lukas iba con su delgado, pero muy marcado cuerpo, completamente depilado lo que hacía resaltar su tan pálida piel. Yo aprovechaba cada oportunidad recorrerlo con mis manos e intercalar algún beso entre mis caricias.
Mientras le daba una mamada, su polla iba creciendo dentro de mi boca hasta alcanzar los 20.4 cm que habíamos medido aquella noche en que todo comenzó. A Janis le medía 17.8 y a mi 17 cm.
Como nadie se dedicaba a mí, cambiamos a una posición, esta vez Janis y yo recostados uno al lado del otro para que Lukas nos mamara a ambos y yo pajeara al checo cuando el islandés se dedicaba a mí.
Estábamos en eso cuando Lukas se me monta encima de mis muslos para menear nuestras pollas al mismo tiempo con sus manos que apretaban con fuerza y que a veces se resbalaban por la saliva de la mamada previa. Jugaba con nuestros capullos y frotaba los glandes, cosa que me ponía muy cerdo.
Después relevé a Lukas, alternando mamadas y pajas para ellos disfrutaran. El islandés pasaba sus manos por su cuerpo y el de Janis, mientras este se dejaba con sus manos detrás de la nuca y ojos cerrados. Solo en ocasiones intervenía para moverme la cabeza, ya sea guiando mi ritmo o quien usaba mi boca.
Estaba dándole sexo oral a Lukas cuando este se empezó a masturbar, dejándome sus testículos libres para jugar con ellos. Así fue que, sin descuidar a Janis, dirigí mi lengua al lugar indicado, lamiendo y chupando sus testículos juntos o por separado. Subía desde ellos a su glande y volvía a bajar casi hasta su ano.
Fue en uno de estos descensos en que Lukas levantó un poco sus piernas y diciendo “sigue” me hizo dar mi primer beso negro.
Instintivamente lo primero que hice fue dejárselo bien ensalivado moviendo mucho mi lengua para después intentar introducirla lo más que pudiera acompañado de unos lengüetazos rápidos. Entre gemidos Lukas soltó un “por favor no pares” muy despacio y levantó más sus piernas permitiéndome separar sus nalgas para hundir mi cara en ese hermoso culo.
Paré un momento para tomar aire y descansar mi lengua fatigada, situación que Lukas aprovechó para ubicarse arrodillado en la polla Janis que estaba apoyado en el respaldo de su cama observando lo que sucedía, dejando su culo bien respingado en mi dirección.
Continué comiéndole ese ojete que contraía y relajaba con el pasar de mi lengua, notando como cada vez iba entrando un poco más, así decidí chuparme un dedo que luego usé para masajearle el ano antes de introducirlo.
Supongo que como acto reflejo apretó al sentir mi dedo presionando por lo que me detuve, cuando aflojó, seguí hasta pasar su esfínter interno y hundir mi índice por completo. El respondió con quejido ahogado por la polla de Janis que comía como un loco.
Luego intenté con un segundo dedo y se sintió muy apretado, pero poco a poco fue dilatando. Alternaba entre penetración e inmovilidad, siempre con mucha saliva que facilitaba volver a introducirlos.
En un momento Lukas se volteó hacia mí con una cara que jamás olvidaré, me dijo quería que le follase. Siendo honesto, la idea se me pasó por la mente todo el tiempo que estuve en su culo, pero no me esperaba que me lo pidiese. Le pregunté si estaba seguro y tras responder que sí, se levantó para buscar de su bolso deportivo una botella de lubricante.
Janis bromeó diciendo que venía preparado, a lo que Lukas respondió que lo estaba deseando hace mucho y que se preparara porque también le montaría esa polla. Los tres reímos, pero se notaba que mi “hermano” estaba algo dudoso. Lukas se untó bien el ano y me entregó el lubricante antes de volver a la posición anterior.
Estaba por tener mi primera vez con un tío que me ponía y que me lo pedía.
Me lubriqué bien el rabo y lo dedeé hasta que me dijo que ya lo metiera. Algo tembloroso fui rozando mi glande en su ano y creo que Lukas sintió mi nerviosismo porque me agarró la polla para posicionarla bien y comenzar a empujar su culo hacia mi lentamente mientras yo también presionaba. Cuando entró la punta, dejé de empujar porque noté que se quejó, realmente sentía como su culo me estrangulaba.
Cuando me indicó que siguiera, fui adentrándome más y más para dar inicio al movimiento sujetando sus caderas cuando me quedaban unos cinco centímetros de polla aún por meter.
Lukas ya solo gemía con su cabeza apoyada en el abdomen de Janis y usaba sus manos para frenarme cuando me entusiasmaba mucho con las embestidas, pues aún quedaba polla fuera.
Una vez acostumbrado, disminuí el ritmo para sacarla casi por completo y volver a introducirla de un golpe hasta donde el aguantaba, pero ya luego de varias repeticiones, el comenzó a empujar su culo hacía a mi hasta que en un momento coincidieron nuestros movimientos y acabó ensartado por completo.
Mis bolas pegadas a su culo y mi polla bien dentro de él, me causaba muchísimo placer, sentía como contraía su ojete aprisionando más mi cipote y al parecer el igual estaba a gusto porque tras eso, solito se la clavaba toda una y otra vez.
Nos movimos hacia la esquina de la cama para poder follarle más cómodamente, momento que Janis aprovechó para nuevamente usarle la boca a Lukas, así acabó en cuatro patas recibiendo por delante y por detrás.
Al poco rato Janis se acerca y me arrebató el lugar para follárselo él. La increíble mamada que le dio Lukas fue el lubricante perfecto y al parecer yo ya lo tenía suficientemente dilatado porque se la dejó ir con todo y el islandés aguantó bien.
La paja que me hacía viéndolos coger fue interrumpida por Lukas que me habló para mamármela recostado mientras lo bombeaban con ganas.
Así estuvimos un rato hasta que Janis agotado se tiró en la cama a descansar mientras el islandés seguía en mí. Su lengua cada vez bajaba más y con lo cachondo que estaba, le dejé actuar incluso cuando comenzó con mi primera comida de culo y vaya sensación más increíble, no mentiré diciendo que no me sentí un poco incómodo al principio, pero me dejé fluir con el momento y al final ya disfrutaba plenamente
Sin que me lo pidiera abría mis piernas para darle mejor acceso sintiendo como su lengua jugueteaba con mi entrada y daba movimientos circulares con sus dedos. Antes de meter el primero, me voltio diciendo que confiara en él y me relajara.
Mi culo virgen hasta el momento sintió dolor con ese dedo, pero no quise parar. Me tomó algo de tiempo acostumbrarme, después siendo capaz de meter otro con la atenta mirada de Janis que estaba a un lado.
Cada minuto que pasaba yo estaba más cachondo que el anterior al punto que cuando Lukas me dijo que quería follarme, no le puse obstáculo, pero Janis lo paró en seco diciendo que, que él sería el primero. La verdad no sé muy bien que pasó por su mente, pero para mí fue una extraña sensación de ternura y calentura entremezcladas.
Me untó mucho lubricante en el culo y también en su rabo, metió dedos y antes de penetrarme, me giro pues dijo que quería verme mientras lo hacía.
Con mis piernas en sus hombros, Janis comenzó a introducirlo con una delicadeza que realmente agradezco porque he tenido otras experiencias como pasivo muy desagradables.
Cada vez que me dolía, el me daba tiempo para reponerme. Creo que lo más difícil fue que entrara su glande, la parte más ancha de su polla, muy ligeramente más gruesa que el tronco, pero en ningún caso para denominarla una forma de seta.
Tomo mucho tiempo que yo fuera capaz de aguantar el mete y saca de ese chico, pero que ahogara mis quejidos con besos y la paciencia, tuvo resultados porque después pudo cogerme bien y el dolor, poco a poco se fue. El morbo de estar siendo follando por un hombre y tener a Janis sudado respirando agitadamente en mi cuello me hacían estar a tope.
Lukas al principio solo se limitaba a mirar, pero cuando vio que yo ya estaba a gusto, se colocó a mi lado para hiciera como el previamente. Le mamé un rato mientras Janis me follaba hasta que se pusieron de acuerdo para intercambiar lugares. Cuando mi culo quedó libre, pasé mis manos por mi ano y pude evidenciar que estaba más abierto.
Lukas se colocó tras de mí de costado y luego de una aplicada de lubricante, me penetró también. Su polla al ser más delgada me provocaba menos molestias, pero su 20.4 cm eran demasiado, sentía cuando intentaba clavarme más, pues inmediatamente aparecía el dolor, por suerte esa postura le dificultaba el acceso. También aprovechaba de besarlo de vez en cuando y de tomar turnos para comerle la polla al checo.
Janis quería correrse en alguno de nosotros, pero para mí ya había sido cogida suficiente, me había comenzado a arder un poco y conocía como se pone Janis.
Lukas aceptó sin problemas y le montó dándole la espalda. Vaya que tenía aguante este chico, porque saltaba sobre esa polla y si se le escapaba, el mismo se la volvía meter hasta el fondo de un golpe.
El islandés seguía palote y yo sin acción, así que cuando era Janis quien sujetándole el culo le follaba, me ponía a comerle la polla a Lukas. Justo yo había dejado de participar cuando llegó el momento en que el checo no aguantó más y con respiraciones entrecortadas mientras presionaba el culo del chico contra su pelvis, se vació por completo.
Antes de que se separaban, le dije que quería hacer lo mismo para correrme. Él en un movimiento rápido se sentó en mi polla, solo que esta vez dándome la cara.
Se sentía exquisito, su ojete estaba completamente húmedo y tibio, Janis le había dejado una buena cantidad de lefa que agradecía porque hizo mucho más fácil penetrarle. Hoy pienso que ese fue el inicio de mi fijación por usar una corrida como lubricante.
Al principio era yo quien lo embestía, pero luego el comenzó a mover sus caderas hacia adelante y atrás mientras se masturbaba, lo que le hizo acabar sobre mi torso pocos minutos antes que yo. Cuando me estaba por correr, le avisé y él aumentó sus movimientos haciéndome que también le preñara, chorreando un poco al sacarse mi polla para meterse rápido a la ducha.
Exhausto y completamente complacido por haber perdido mi virginidad (y doble jajaj) me metí a duchar con él.
Tras limpiarme el sudor y lubricante y que Lukas lo que quedaba de nosotros en su culo, volvimos al cuarto donde Janis ya dormía. Le tapé con la sábana y nos metimos a la cama, salvo que esta vez le abracé por atrás quedando en cucharita hasta dormirnos.
Pasaron los días y lo ocurrido le hizo saber a Janis que podía apropiarse no solo de mi boca, sino que también de mi culo y sus insinuaciones no tardaron en llegar, agarrones cuando me cambiaba de ropa, roces de su bulto en mi trasero y lo típico, puntearme, a veces sujetando mis caderas, cuando nos cepillábamos los dientes y yo me agachaba para enjuagarme.
Esto paso durante una semana, por lo que hable con Lukas para orientación y fue el quien me regalo el lubricante de la otra noche y me dio todos los pasos para prepararme para hacer de pasivo.
Así fue como esas poco más de 4 semanas se nos pasaron con Janis pidiendo follarme o que le diera una mamada y sin nunca recibir un no de mi parte.
La noche previa a su vuelo, cuando estábamos oscuros listos a dormir, Janis me dijo que tenía un regalo para mí por lo excelente que me había comportado con él durante todo este tiempo.
Yo contesté agradeciendo y explicándole que no tenía por qué molestarse, que era mi labor como hermano anfitrión. Janis replicó diciendo que el sexo y lo demás no era parte de mi labor y por eso también me daba las gracias.
Dicho esto, se metió en mi cama donde me regaló un apasionado beso con mucha más lengua y cariño que los anteriores. Luego me quitó mis fap shorts y sin intercambiar palabra alguna, me obsequió la única mamada verdadera de nuestra historia juntos.
Se esforzó muchísimo por hacerlo bien, incluso me dejó afirmarle la cabeza mientras le follaba la boca, así eyaculé dentro y él sorpresivamente tragó todo. Luego de esto, me besó, dijo buenas noches y se fue a su cama.
A la mañana siguiente, salimos temprano al aeropuerto. Ese día partían 7 de los 11 estudiantes de intercambio, cuatro chicas, Janis, Lukas y el ruso.
Con lágrimas y promesas de reencuentros, las familias anfitrionas fuimos despidiéndonos. Yo esperé hasta el último momento para decirle adiós a los chicos con un fuerte abrazo dándoles las gracias por tantas experiencias en ese año.
Lukas se despidió con un beso en mi mejilla y Janis con otro abrazo durante el cual me dijo al llegar a casa buscara bajo su cama, pues allí dejó la otra parte de mi regalo.
Al volver, fui de inmediato al cuarto y en el lugar indicado, había una caja de zapatos con mi nombre escrito. En su interior había una carta enrollada como pergamino, el móvil local, condones checos que le sobraron con una nota que decía que fuera responsable y los usara en su nombre (solo conmigo follaba a pelo), la libreta en que anotaba palabras y su traducción, junto a un diccionario de bolsillo, sus hand grips, su bufanda favorita y en el fondo, lo que más aprecié, sus fap shorts negros sin lavar, los cuales conservé por muchos años y con el mismo uso.
Hoy ya no mantengo tanta conexión con ellos, nuestras mayores interacciones son uno que otro like en Instagram y por sus historias sé que están bien.
Lukas hizo voluntariados por el mundo antes de la Universidad por lo que está próximo a graduarse y actualmente está soltero tras una larga relación con un chico, por otro lado, Janis terminó el 2019 un MBA en Suiza y en agosto pasado se comprometió con una chica con quien lo he visto muy feliz pasando la cuarentena.
A pesar de que la distancia que nos separa ahora es menor, nunca nos reunimos ni volvimos a hablar de nuestro año juntos.
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Nuevamente agradecerles por sus comentarios y por leer mis vivencias. Esta vez demoré más de lo que tenía planeado porque he estado muy corto de tiempo y pienso que mi próxima historia tardará en llegar a pesar de que sé qué quiero compartirles a continuación.
Dedo que me lo han preguntado mucho, les dejo algunas explicaciones de inmediato. Si, mis relatos son reales y corresponden a experiencias que he ido recopilando durante mis 28 años de vida. Sobre mi “rol”, soy versátil, pero habitualmente hago de activo. En cuanto a mi profesión y vida amorosa, soy cirujano y estoy muy soltero jajaja
Leo todos y cada uno de sus comentarios/correos y lamento si a veces la respuesta tarda en llegar. Sus opiniones me ayudan a mejorar en este mundo nuevo que es transmitir vivencias tan personales y me dan la confianza que me falta para seguir haciéndolo.
Un fuerte abrazo,
Seba