Primera vez como cornudo simiso ii un cambio inesp
Mi mujer folla delante de mi y luego me follan. Infidelidad, gay
PRIMERA VEZ COMO CORNUDO SIMISO (II) UN CAMBIO INESPERADO
En el relato anterior, os conté como Ana me estuvo entrenando durante toda la semana, sometiendo mi culo a los placeres de ser follado cuando estaba en casa y a llevar un plug anal cuando salía de ella. También tragué litros de jugos de su coño, ya que desde el inicio de mi entrenamiento, sus corridas eran bestiales y tenía que ponerme con la boca abierta, debajo de ella cuando lo hacía, para después lamerle el coño y dejarlo completamente limpio.
Ana comenzó a mirar páginas y relatos en internet, dedicados a la sumisión masculina, su obsesión por verme mamando polla y follado creció al mismo ritmo que mi culo se tragaba el consolador.
Todas las tardes, cuando llegaba del trabajo, me esperaba desnuda, sentada en el sillón y con el pc en sus rodillas. La visita de mi corneador sería el próximo sábado, pero el viernes.
Ana: hola perrito, ya estás en casa
Yo: si
Ana: anda, desnúdate, ponte el collar y ven aquí
La obedecía sin rechistar, me quite todo menos el plug y el cinturón.
Ana: ven, túmbate en el suelo
Me tumbe y se sentó a horcajadas encima de mi cara, poniendo su coño, ya mojado, directamente en mi boca. Comenzó un vaivén, rozando su coño por mi cara, como si me estuviese follando
Ana: saca la lengua y métela dentro. Mmmmm asiiii
Seguía moviéndose, masturbándose con mi cara, mientras miraba vídeos o leía algún relato
Ana: siii perrito, dame tu lengua, métela más dentro
Intentaba meterla lo máximo posible, pero no era suficiente para Ana. Agarrándome del pelo, tiró fuerte de mi cabeza y me apretó contra su coño
Ana: asi, asi, siiiii, mmmmmmm, me voy a correr, siiiiiiiiiii
De esta manera, Ana se corrío en mi boca y no dejó de apretar hasta que salió la última gota
Ana: te gusta perrito, te gusta tragar mi corrida
Yo: si, me encanta, le decía con la cara empapada de sus jugos
Ana: buen perrito, ven siéntate a mi lado
Me levante y me senté, aún con la cara empapada, no dejaba que me limpiara. Debía permanecer así hasta la ducha del día siguiente ya que en muchas ocasiones, volvía a calentarse y repetíamos la operación. Por mi parte, la calentura me volvía loco, pero el cinturón me impedía masturbarme, la polla y los huevos me dolían horrores.
Ana: mira, he estado leyendo una historia y resulta que una mujer tiene un perrito como tu y se lo presta a su amiga de vez en cuando
Me quedé helado, ¿haría ella lo mismo?, ¿sería capaz de contar a su amiga Raquel lo que hacíamos?
Deciros que Raquel junto a su marido Manolo, son nuestros vecinos y amigos desde hace años. Juntos hemos salido de cena, a bailar, tomar copas, incluso de vacaciones. Entre nuestros matrimonios hay complicidad y amistad. Tienen nuestra misma edad, rondan los 52 y sus cuerpos son normalitos. Nunca nos hemos visto desnudos, al menos que yo sepa.
Ana: te gustaría que te prestase?
Permanecí callado. No conteste, me quedé callado
Ana: no se porque te pregunto, si quien decide soy yo. Hablaré con Raquel un día de estos.
Entonces fue cuando salté
Yo: no por favor, no lo hagas. Vale que sea con un desconocido, pero con ellos no, me moriría de vergüenza
Ana, gritando me contesto
Ana: Vergüenza, vergüenza es lo que tienes entre las piernas. No me digas nunca lo que tengo que hacer. Lo has hecho durante años y se acabó. De ahora en adelante se hará lo que yo diga, como yo diga y con quien yo diga, entendido
Agaché mi cabeza y le hice gestos afirmativos
Ana: así me gusta. Prepara la cena.
Esa noche, no ocurrió nada más, cenamos y fuimos a la cama, a dormir
Por fín llegó el sábado, el día que nos encontraríamos con Carlos, que así se llama. Nos levantamos y tras desayunar, Ana me ordenó preparar la casa. Tras hacerlo, Ana me dijo que tenía que ir a comprar la cena, un poco de marisco, carne, unas botellas de vino y cava. Todas estas tareas, las hice con el plug anal y el cinturón puestos, Ana no me dejaba quitármelos bajo ningún concepto, a no ser que fuese para follarme con el consolador.
Carlos vendría sobre las nueve, mientras Ana se daba un baño, encendí unas velas, preparé la mesa y puse música relajante. Lo tenía todo listo
Ana: perrito ya he terminado, ayúdame a vestirme
Fuimos a la habitación. Ana se quitó el albornoz y apareció ante mi, su coño totalmente depilado, sus pechos grandes y con los pezones duros. Nunca la había visto tan bella.
Ana: a que esperas para vestirme, ponme guapa para Carlos
Cogí el conjunto de encaje, negro transparente, del armario. Le puse el tanga, su coño se dejaba ver completamente, luego unas medías del mismo color y unos tacones altos, después el sujetador, que dejaba a la vista sus pezones duros, grandes y negros, terminé con un salto de cama a juego. Se veía preciosa, como una diosa salida del cuadro.
Ana: bueno perrito, como estoy
Yo: estás estupenda, preciosa
Ana: crees que le gustaré a Carlos
Yo: si no le gustas es que es maricón
Ana: jaja, nooo contigo me vale, jaja. Venga, prepárate que estará al caer
La verdad es que yo tenía poco que ponerme, salvo la mordaza, la cadena y las esposas, aunque estas solo sujetarían una mano, de momento, porque tendría que servir a los dos. Una vez preparados, Ana se sentó en el sofá, yo permanecía a su lado, sentado en mis piernas, en el suelo. Ana mantenía la cadena sujeta con sus manos. Los dos estábamos nerviosos por lo que se avecinaba.
Sobre las nueve llamaron a la puerta, el sonido del timbre nos sobresaltó a ambos.
Ana: vamos perro. Espero que sepas comportarte y no me defraudes.
Ana se puso en pié y yo la seguí a cuatro patas. Cogió el pomo de la puerta y la abrió. Tras ella apareció Carlos, me pareció imponente desde mi altura.
Carlos: hola, dijo entrando a la casa
Ana: hola, bienvenido
Carlos cogió a Ana por la cintura y la besó, un beso lascivo, metiendo su lengua dentro de la boca de Ana, mientras que una mano la masajeaba el culo.
Carlos: mmmm, veo que estás muy buena y que te has preparado para la ocasión
Ana: si, será la primera vez y quería dar buena impresión
Todo esto lo decían mientras yo permanecía a su lado, mirándolos, con la mordaza y sujeto por la correa .
Carlos: veo que tienes al perrito bien adiestrado
Ana: si, seguí tus instrucciones y además leí en internet como hacerlo, no quería que te defraudara
Pasamos al salón, se sentaron en el sofá uno junto al otro y Ana me ordeno servirles una copa de vino, tras ponérsela, me quedé quieto al lado de Ana
Carlos: por lo que vi en las fotos, el entrenamiento ha sido bueno, creo que podré fallármelo sin problemas, aunque tampoco me hubiese importado desvirgarlo de nuevo
Ana: tranquilo, he hecho un buen trabajo, seguro que no te costará metérsela
Carlos: perro, ven aquí
Me acerque a el
Carlos: saca mi polla y mámala, quiero saber cómo lo haces
A cuatro patas, me dirigí hacia Carlos, le desabroché el cinturón del pantalón y la bragueta, metí mi mano debajo de sus slips y, por primera vez en más de cuarenta años, toqué otra polla que no era la mía. Me entretuve un poco tocándola, sintiendo su calor
Carlos: que la saques y la mames, maricón
Ana: a qué coño esperas para hacerlo
Rápidamente, saqué la polla y comencé a lamerla, pasaba la lengua por el tronco, por los huevos y metí el capullo en mi boca. Estaba deliciosa, un sabor que hacía mucho tiempo que no degustaba. Notaba como poco a poco se ponía dura. Con una mano le acariciaba los huevos y con la otra sujetaba la base de la polla. Poco a poco mi boca empezó a engullir toda su longitud, mientras ellos se besaban y Carlos frotaba las tetas y coño de Ana.
Ana: pónsela bien dura, para que me folle
Carlos había sacado las tetas de Ana fuera del sujetador, las amasaba y pellizcaba sus pezones, que ya estaban como piedras, los lamia y llenaba se saliva, los mordía suavemente
Ana: mmmm, sigueeee, eso me encanta, decía completamente despatarrada
Carlos pasó de sus tetas a su coño, separó la fina tela que lo cubría, lo acarició de arriba abajo y comenzó a rozar su clítoris
Ana: ohhhhhhh, siiiiiiiiii
Yo mientras tanto, seguía comiéndome su polla, cada vez mas dura y gruesa. La metía lo más dentro posible de mi garganta, haciendo un movimiento de sube y baja con mi cabeza, fallándome la boca
Ana: maricón, dime si la tiene ya bien dura
Yo: si, ya está lista
Ana: quita, quiero mamarla un poco, me dijo apartándome bruscamente
Me aparté y fue ella la que tomó mi lugar. La engulló entera, de una sola vez. Nunca la había visto de esa manera, nunca me la había mamado así. Estaba completamente desatada. Tras unos minutos mamando, intervino Carlos
Carlos: ven, quiero follarte
Ana: si, métemela, lo estoy deseando. Perrito, coge su polla
Cogí la polla de Calos, Ana se tumbó en el sofá, con las piernas abiertas
Ana: ahora veras como me follan, eso que tanto querías, serás cornudo por primera vez. Mete su polla en mi coño
Carlos se acercaba a ella y yo, con su polla en mi mano, la apunté a su coño
Ana: siiiiiiii, follame. Perrito, vete a tu sitio y mira cómo se folla de verdad, igual aprendes algo
Carlos metió su polla, de un solo golpe, en el coño empapado de Ana
Ana: uffffffff, siiiiiiiii, métela entera, follame bien follada
Carlos empezó con los movimientos de vaivén
Ana: más fuerte, reviéntame el coño como nunca lo han hecho. Mira maricón, esto es follar. MMMMMM. De ahora en adelante me follaran más veces, pollas de verdad
Ana no dejaba de gemir, de suspirar. Calos, por su parte, no paraba de follarsela, metía su polla hasta el final, dando grandes embestidas.
Ana: ohhhh, siiiiii, follame fuerte, rómpeme el coño, siiiiiiiii
Yo no apartaba la vista del coño de Ana, veía como entraba y salía la polla de Carlos, como la follaba sin piedad. Tenía un tremendo dolor de polla y huevos, el cinturón me apretaba enormemente y mi excitación llegaba a su límite
Ana: ves maricón, ves como se folla, mira que polla me están metiendo, te gustaría que te follara verdad
No podía contestar, tenía la mordaza puesta, pero asentí con la cabeza
Ana: ohhhhh, me corrroooooooooo
Carlos: vamos zorra, correte que yo también lo haré y dentro de ti
Ana: siiiiii, hazlo dentro, quiero sentir una verdadera corrida dentro de mi coño
Tras grandes espasmos, los dos se corrieron. Carlos depositó grandes cantidades de semen dentro del coño de Ana y esta dejó empapados la polla y huevos de Carlos, así como su coño. Los dos quedaron rendidos, tirados en el sofá. Carlos descabalgo a Ana y entonces ví como un reguero de semen, mezclado son sus jugos, salía de su coño.
Ana: perrito, quítate la mordaza y limpia mi coño
Me quité la mordaza y me dispuse a lamer el coño de Ana, pasé mi lengua por fuera, relamiendo toda su humedad, la metí dentro, para sacar lo que pudiese quedar. Lo dejé bien limpio y tragué todo.
Ana: mmmm, como te gusta lamer mis jugos y si llevan leche, más aun
Carlos: límpiame la polla
Agarré la polla de Carlos y comencé a limpiarla, lamí desde los huevos hasta el capullo, para luego meterla en mi boca
Carlos: mmmm, sigue así que me voy a empalmar otra vez y te voy a follar el culo
Seguí mamando la p olla de Carlos, me encantaba sentirla dentro de mi boca, su sabor me excitaba. Conseguí ponérsela dura de nuevo
Ana: ves, esto es una polla. Ahora te toca a ti maricón. Ponte en posición
Me tumbé sobre la mesa, ofreciendo mi culo abierto a Carlos, me pusieron las esposas, con los brazos a la espalda. Sacaron el plug de mi ano y carlos se encargó de meter su polla. Lo hizo sin piedad, sin pensar en si me dolería o no y, la verdad, es que no me dolió nada, Ana había hecho un buen trabajo de entrenamiento
Ana: perrito, la tienes toda dentro, hasta los huevos. Te voy a quitar la mordaza, quiero que me digas lo que sientes
Sin la mordaza, pude expresar lo que sentía
Yo: uffff, es maravilloso, no lo recordaba, pero es sensacional
Ana: te gusta ser follado, verdad, te gusta más que follar
Yo: si, me encanta que me follen
Carlos no dejaba de meter y sacar su polla, Ana al lado, no perdía la vista de mi culo taladrado y yo no paraba de gemir
Yo: Si, follame fuerte, dame más, hasta el fondo
Ana: vamos maricón, disfruta de una buena polla. Te van a follar muchos de ahora en adelante
Yo: si, por favor, quiero que me follen muchos, quiero tragar muchas pollas
Con mi calentura, las palabras de Ana y la polla de Carlos entrando y saliendo de mi culo, me corrí aún con el cinturón puesto. Ana vio la corrida
Ana: que puta eres, te has corrido, jajaja
Carlos, dio unas ultimas sacudidas y se corrió muy dentro de mi culo
Carlos: mmmmmmm, me corrrooooooo, toma maricónnnnnnnn toda mi leche
Yo: siiiiiiiiiii, dámela todaaaaaaaaaaaa
Quedamos los dos extasiados, Carlos llevaba dos corridas seguidas y yo estaba reventado, mi culo quedó completamente abierto, Ana se acercó y lo miró
Ana: joder, como te lo ha dejado, que abierto está. Metió los dedos dentro y los sacó llenos de leche. Me los acercó a la boca
Ana: toma, límpialo, dijo metiéndolos completamente
Lamí sus dedos, llenos de leche, no me dío asco que fuese de mi culo, al contrario, me gustó que Ana hiciese eso. Luego limpié la polla de Carlos, llena de semen.
Ana: mira que maricón, hasta del culo se toma la leche, jaja
Los tres estábamos cansados, rendidos de la follada. Carlos se vistió y se marcho, con un hasta la próxima. Ana y yo seguimos recostados en el sofá.
Ana: sabes, me ha encantado ver como mamas polla y como te follan, he disfrutado más que follando yo, creo que de ahora en adelante vamos a cambiar mucho. Vas a mamar y follar como nunca lo has hecho
Yo permanecía callado, pensando en lo que Ana me decía, pensando en las pollas que me tragaría, por la boca y por el culo
Ana: yo no necesito follar, después de hoy, no me hace falta. Necesitaba un buen polvo y lo he tenido. De ahora en adelante, tu follarás para mi y yo veré como lo heces.
Continuara
Agradecería comentarios
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