Primera vez - Capítulo 6
Culminación y cierre
LA PRIMERA VEZ
Capítulo 6 - Alex
-La próxima semana tienes que ir a Chicago- me dijo mi jefe.
-¿A Chicago. Qué voy a hacer allá?-
-Hay una compañía americana que está anunciando un software similar al que nosotros estamos desarrollando y queremos que vayas a ver qué están haciendo ellos y si eso nos pone en conflicto, si tenemos que cambiar la dirección de nuestro producto-
-¿Y ellos nos van a ser tan amables de decirnos qué es lo que están haciendo?-
-No. Pero por eso es que vas tú. Hay una conferencia en Chicago y los tipos van a hacer una ponencia sobre el tema que nos interesa. Tú eres lo suficientemente inteligente y capaz de pescar más de lo que dicen. Leer entre líneas, ver los gráficos y deducir qué está detrás. En fin, averiguar si estamos fritos o si llevamos la ventaja y cuánto-
-Pues no se diga más, vamos a Chicago-
-Luisa te hará todas las reservaciones necesarias. ¿Vas a llevar a tu esposa?-
-Tengo que preguntarle, pero no creo que se pierda ese boche-
-Muy bien. Pónganse en eso. Mañana te mando todo lo que tenemos sobre la compañía gringa… ¿o es china?-
-Hola mi amor- le dije a Mary cuando llegué a la casa -¿Quieres ir a Chicago la semana que viene?-
-¿Y qué vamos a hacer a Chicago?- preguntó con una sonrisa en la boca. Al utilizar el plural “vamos” ya indicaba que estaba montada en el avión.
-Bueno. Yo no sé que vas a hacer tú, pero yo voy de espía-
-¿De espía? ¡Por Dios! Yo pensé que eras un experto en computación, no que trabajabas para la CIA. ¿Será que tienes un trabajo secreto que no conozco?- dijo acercándose a besarme riendo.
-No. El espionaje no es pala la CIA. Es para nuestra compañía. Una compañía china/americana parece que está haciendo un software similar al proyecto que nosotros estamos desarrollando y yo tengo que averiguar cuán avanzado están, si se parece al nuestro, si es otra cosa. En fin, dónde estamos parados-
-Pues me parece muy bien. ¿Cuánto tiempo vamos a estar, tengo que ver cómo hago con mi trabajo-
-¿No tienes vacaciones?-
-No. Eso no es problema. Pero ya conoces la ley de Murphy. Siempre hay que entregar un proyecto el día que te vas de vacaciones. Pero ya me arreglaré. ¿Cuando es la fecha?-
-Es una conferencia. Empieza el Lunes 3 de mayo y dura hasta el miércoles-
-¡Ah! Son sólo tres días. Mas uno de ida y otro de regreso…-
-Más o menos. Chicago el lejos-
-¿Y no podemos pasar por New York?-
-¿Por New York? ¿A hacer qué a New York?-
-Bueno. Alicia está allá. Hace seis meses que no la veo-
-Pero si hablas todas las semanas con ella en Facetime. ¡Además se mandan mensajes todos los días!-
De pronto recordé que yo me escribía mensajes con Alicia también. No todos los días, pero de vez en cuando teníamos algunas conversaciones muy hot-
-¡Pero me encantaría verla!-
-Bueno. Podemos pasar por New York al regreso. No debe ser ningún problema-
-Pues no se diga más- dijo Mary.
-No. Espera, estoy pensando que mejor es si pasamos a la ida. Pienso que después de la conferencia debo regresar lo más pronto posible para tomar las decisiones correspondientes en la oficina-
-Ya le estoy mandando un mensaje a ver si podemos ir para allá... ¿el viernes?-
-No. Dile mejor que el jueves en la noche. Así podríamos llegar al hotel y desayunar con ella el viernes. Pasaríamos viernes y sábado completos y el domingo en la noche nos vamos a Chicago-
No habían pasado 30 segundos de mandado el mensaje cuando le repicó el teléfono a Mariela. Era, por supuesto Alícia-
Por los siguientes 15 minutos se entretuvieron conversando entretenidamente de todo lo que iban a hacer juntas en NY. A mi ni me consultaron. La lista de tiendas era impresionante, ¡tendríamos que viajar con 10 maletas!
Por divertirme, mientras hablaban le mandé un sms erótico a Alícia.
-¿Te puedo dar un beso en el cuello mientras hablas con mi esposa?-
Por unos momentos no pasó nada, pero de pronto sonó “Ping”.
-Mas abajo, pero solo si ella no se entera-
-¿En las rodillas?-
-Mas arriba-
-Ya está listo- Me informó mi esposa - No vamos a llegar a ningún hotel. Ella insiste que lleguemos a su apartamento, que es pequeño, pero que podemos arreglarnos por las dos noches que vamos a pasar. Que igual el día lo pasaremos en la calle-
-Muy bien. No se diga más. Yo me encargo de los pasajes y tú de las maletas- respondí pensando en continuar luego el chat con Alícia, pero entre una cosa y otra, se me pasó el tiempo.
Pensábamos llegar a las 9 de la noche al apartamento de Alicia, pero uno cree que sabe a qué hora llegará el avión y otra es cosa es lo que deciden las líneas aéreas, el tiempo, los retrasos, etc. El caso es que el taxi nos dejó en la puerta a la 1:30 am.
Estábamos cansados y de mal humor. Nada como toda una serie de inconvenientes para empezar a pelear por tonterías. Pero apenas entramos al apartamento y abrazamos a Alicia, se nos pasó todo.
-Hooolaaaa- gritamos todos al mismo tiempo, jajaja.
De allí en adelante no pasaron 5 segundos sin que alguno de los tres estuviera diciendo alguna tontería y abrazando y besando al otro.
Cuando por fin nos tranquilízanos y empezamos a pensar de nuevo, decidimos que dada la hora, el cansancio y que Alicia tenía que trabajar al día siguiente, lo mejor sería que nos acostáramos a dormir inmediatamente.
-¿Cómo nos vamos a acomodar?- pregunté viendo que sólo había una cama. Muy grande, si pero sólo una, y un sofá.
-Uds. van a dormir en la cama y yo en sofá- respondió Alicia.
-Pero no es justo- dijo Mary.
-No, no. No voy a discutir eso. Uds. se acuestan allí y yo aquí-
Así pues, sacamos la ropa que íbamos a usar en NY y las pijamas y yo fui al baño a cambiarme. Regresé con mis shorts y mi franela nuevos (Mary insistió en comprarme unas nuevas porque Alicia no podía verme en esas franelas viejas que solía usar para dormir) y me acosté en la cama, del lado del baño, como siempre. Alicia y Mary estaban sentadas en el sofá tomándose una copa de vino y no parecía que fueran a acostarse muy pronto. Yo las ignoré, puse la cabeza en la almohada y me dormí en seguida.
Me desperté con el ruido de la regadera en el baño. Miré el reloj, eran las 7:30 de la mañana. Claro, es la hora de Alicia de irse a la oficina.
Cerré los ojos unos minutos más y volví a abrirlos cuando oí que la puerta del baño se abría. Entonces, para mi total sorpresa, Alicia salió del baño ¡completamente desnuda!
Yo mantuve los ojos entrecerrados, por si volteaba a verme. O peor, si Mary me veía viendo a Alicia. Ésta sacó la ropa de una gaveta del mueble que estaba a la derecha del cuarto y la colocó encima. Parecían ser la ropa interior: un sostén y unas pantaletas negras. Luego sacó una falda y una blusa del closet y también los colocó sobre el mueble. Noté te que tenía la piel un poco más pálida, claro tenía meses que no iba a la playa. Ya casi no se le notaba el contraste entre la piel más clara de los senos y el resto del cuerpo. Igual con las nalgas. Cuando me dio la espalda, pude ver sus bellas y redondas nalgas muy blancas. Apenas un poco más que las piernas. Al voltearse hacia mi, el contraste de su oscuro vello púbico contra el resto de la piel hacía el efecto de llamar más la atención ¡mírame aquí! parece decir.
Por supuesto que yo tenía el güevo parado y tenía la esperanza de que no se notara ningún movimiento de la sábana que me cubría.
Luego volvió al baño por un rato, creo que a maquillarse pues al salir le noté la cara más arreglada, los labios rojos y los ojos pintados, aunque no podía fijarme en los detalles por mantener los ojos entrecerrados.
Antes de maquillarse había dejado la cafetera haciendo café y ahora empezó a tomarse una taza mientras se vestía lentamente. Parecía un strip-tease al revés. Primero se puso las pantaletas, el tanga más bien, porque por detrás no era sino un hilo y por delante un triángulo mínimo que apenas lograba cubrir sus vellos. Probablemente el tamaño del tanga y el del triángulo de vellos estaba cuidadosamente ajustado. Entonces sorbió un poco de café.
Pensé en si lo estaba haciendo a propósito, vestirse delante de nosotros, despacio. Tentándome…
Luego se puso el brassier. Definitivamente un push-up de encajes que empujó sus tetas hacia adentro y hacia arriba produciendo un busto aun más hermoso. El encaje era tan ligero que se podían ver claramente los pezones. Pausa, café.
Seguidamente se puso la falda y la blusa. Una blusa muy trasparente, me di cuenta. ¿Ella va así al trabajo? pensé. Pero luego me di cuenta que sobre la blusa llevaba una chaqueta que la cubría y le daba un aspecto muy ejecutivo. Entró de nuevo al baño e indudablemente se puso perfume, pues el olor de éste se confundió con el del café.
Finalmente se paró frente a la cama y nos lanzó un beso.
-Hasta la noche, mis amores- dijo muy despacito, como para no despertarnos y salió por la puerta.
Apenas se cerró la puerta, Mariela se movió hacia mí y con un rápido giro del cuerpo, se acostó sobre mi. Yo me alarmé, porque seguramente iba a notar que estaba excitado y tenía el güevo duro. Mientras pensaba en qué iba decirle yo, ella se me quedó mirando a la cara y dijo:
-¿Disfrutaste del espectáculo?-
-Yo… yo…- balbuceé.
-Vamos no tienes que mentirme. Primero que nada, tengo aquí la prueba. Jajaja- dijo girando sus caderas deliciosamente contra mi güevo.
-Pero para tu tranquilidad, debo decirte que no me importa que la hayas visto desnuda. Yo también lo disfruté-
-¿Cómo es eso que tu también…?- no pude terminar la frase porque Mary comenzó a besarme profundamente. Su lengua buscó la mía y por unos momentos no pude pensar en nada más que en el placer del beso… y de sus caderas que seguían restregándose contra mi güevo, más duro que nunca.
Finalmente, nos quedamos sin aliento y ella separó su cara.
-Me desperté con el ruido del baño, probablemente igual que tu y me sorprendí cuando salió del baño desnuda, pero inmediatamente me di cuenta que no me molestaba. Al contrario, empecé a detallar su cuerpo y sentí que me excitaba-
Mientras hablaba, Mary metió su mano por entre nuestros dos cuerpos y empezó a pescar mi güevo por entre mis shorts y sus pantaletas y en cuanto lo logró, se empaló metiéndoselo en un solo empujón hasta el fondo.
-Mmmmm- gimió retorciéndose un poco para sentir como le revolvía el vientre por dentro.
-Entonces- siguió contándome -me di cuenta que tu también estabas despierto y que la mirabas con los ojos entrecerrados. Pensé que tendría celos, pero no. Era como si compartiéramos un secreto. Como si estuviese por comerme un dulce y pudiera compartirlo contigo. Estuve a punto de decirte algo, pero no quise que Alicia se diera cuenta de que estábamos despiertos-
Mientras hablaba, había comenzado a cogerme seriamente. Se apoyaba en las manos y los brazos para mantener su cara a pocos centímetros de la mía mientras hablábamos, pero el resto de su cuerpo estaba apretado contra mí y sus caderas subían y bajaban a un ritmo acelerado, haciendo que mi güevo entrara y saliera placenteramente de su vientre.
-Entonces miré tu cuerpo y pude ver la sábana levantada con tu güevo. Por cierto, estoy segura de que Alicia también se dio cuenta-
-¿Tu crees?-
-Ah. Yo estoy segura de que todo fue un show especialmente para nosotros. Retrasó todo lo que pudo el ponerse la ropa. Luego se la fue poniendo despacio, caminando a buscar el café, luego de regreso. No, estoy segura de que ella se dio cuenta de que estabas o que ambos estábamos despiertos y se dedicó a provocarnos-
-Mmmm- gemí. Tanto por el placer que me estaba dando Mary, como por la sospecha de que Alicia estaba haciendo eso a propósito.
Entonces Mary, se incorporó, quedando sentada sobre mi, mientras el güevo le llegaba hasta las más intimas profundidades de su cuerpo.
-Aayyy queee ricooo- gimió, mientras se sacaba la camisa de la pijama, dándome acceso a sus tetas, de las que me apoderé inmediatamente.
Mientras se las acariciaba, le empecé a pellizcar los pezones. Primero despacio y luego cada vez más duro, haciéndola gemir de dolor y placer.
-Siiii…assiiii… aaaahhh-
Mary empezó entonces literalmente a brincar sobre mí, cayendo con tanta fuerza contra mi güevo que sentía claramente como el cuello uterino se doblaba hacia adentro pues ya no había más espacio allá abajo.
-Vamooos… vamoos… métemelooo durooo maaasss aaahhh aaaAAAHH AAAHHHH-
Nunca había visto a Mary acabar tan pronto y tan duro. Su cuerpo se estremeció y empezó a temblar. Un chorro de jugos salió disparado de su vientre mojándome todo, así como la cama y las sábanas y un profundo grito salió de su garganta:
-AAAAAHHHHHHHHHH-
Yo también acabé inmediatamente, sumando mi semen al caudal de líquidos que nos bañaba. Con cada chorro que expulsaba, Mary se estremecía de nuevo, como si le provocara un nuevo orgasmo.
-Aaaaaahhhhh-
-Aaaaahhh-
Mas tarde, después de haber limpiado la cama y haber metido las sábanas en la lavadora, nos sentamos desnudos a tomarnos un café. No sé porqué estábamos desnudos, estábamos en una casa desconocida, pero no pareció que era de lo más normal.
-Vuelve a explicarme lo de esta mañana- le dije a Mary.
-¿Lo de la cogida?-
-Jajaja. No, esa parte la entendí muy bien. La otra-
-¿Cual otra?-
-No te hagas la pendeja-
-Jajaja. Te estoy jodiendo cariño. Te entendí muy bien-
-¿Entonces? ¿Cómo es eso que te gusta Alicia?-
-Para mi es una sorpresa también. Sabes que la conozco desde hace años y nunca había tenido un pensamiento sensual hacia ella, ni hacia ninguna mujer-
-¿Nunca?-
-No. Nunca. ¿Cuantas veces hemos visto películas porno juntos? Y si, me parecía que había mujeres muy lindas y otras no tanto, pero nada especial. Siempre me atraía el tipo.. y tu claro… y éste, especialmente- dijo agarrándome cariñosamente el güevo que estaba naturalmente, en reposo-
-Pero esta mañana, por alguna razón. Sentí una atracción especial por Alicia. Sentí que despedía una especie de sex appeal que no había sentido nunca-
-Si. Yo también me di cuenta. No se si era su olor o sus movimientos, pero era extremadamente sensual- dije.
-Exacto. Pero lo más extraño era que aparte de los deseos que me despertó de tocarla, de acariciarla. Eran los deseos de compartirla contigo. ¿Me explico?-
-Creo que si-
-Como te dije esta mañana. En vez de sentir celos, lo que quería era que nos la cogiéramos entre los dos-
No respondí nada, pero el güevo se me empezó a poner duro y Mary se dio cuenta.
-Ahora que te lo digo me da un poco de vergüenza. Me siento un poco… puta. ¿Me entiendes?-
-No, no tienes que sentirte mal- respondí.
-Pero dime qué piensas tú-
-Bueno. Es una cosa absolutamente nueva para mi, pero supongo que yo no tendría ningún problema en compartir con Alicia-
-No lo dudo. Ya cierto tercio había respondido- dijo agarrándome el güevo y acariciándolo un poco.
-¿Y a ti no te da celos?- le pregunté.
-Eso es lo que más me admira. Sabes que no soy nada celosa, pero no me gustaría que tuvieras otras mujeres. Y si me enterara de que has andado tonteando por ahí te mandaría para el carajo inmediatamente. Pero ahora resulta que soy yo la que te está proponiendo una cosa-
-¿Y qué es lo que me estás proponiendo exactamente?-
-Aaah. Exactamente no sé, pero… Pero me gustaría que hiciéramos el amor los dos juntos con Alicia-
-¿Al mismo tiempo?-
-Bueno. No sé. No los detalles, pero que nos metamos a la cama los tres desnudos, que nos besemos, que tu nos cojas a las dos mientras ella y yo…-
-¿Mientras ella y tu que?- le pregunté mientras le metía la mano entre las piernas y le tocaba la vulva que estaba completamente mojada.
-Ay, no sé. No me preguntes. No quiero pensar en eso. O sí. Quiero pensarlo, pero…-
-Esta bien- le dije, mientras que metía los dedos índice y el medio y con el pulgar le acariciaba el clítoris.
-¿Y qué crees que haga Alicia?-
-No seee- gimiendo un poco con mis caricias, mientras su manos subía y bajaba por mi güevo masturbándome.
-Tendríamos que preguntarle, ¿no te parece?-
-Claaro- respondió Mary agitada por mis caricias.
-Déjamelo a miii. Yo haablooo con ellaaa hoooy-
-Oookeeey- respondí.
-¿Quieeeres acaaabar asiií?- me preguntó, mientras me masturbaba más y mas rápido.
-Siii- respondí -como cuando estábaaaamos pelando sólo lo podíamos hacer en el carrooo-
Por un corto tiempo seguimos masturbándonos mutuamente, pero pronto empecé a sentir como me iba acercando al orgasmo.
-Yaaa estoooy cercaaa, mi amooor-
-Espera, no quiero tener que lavar las sábanas de Alicia- me dijo e inclinándose sobre mi, me metió la cabeza del güevo en la boca. Apenas sentí el calor y la humedad de su boca, una oleada de placer explotó en mi vientre y empecé a eyacular. Mary, como siempre, empezó a tragarse mis jugos tan pronto llegaban a su boca. No fueron muchos porque un rato antes ya había acabado dentro de ella.
-Mmmmm. Qué desayuno tan rico-
Cuando recobré mi respiración, comencé a mover mis dedos dentro de ella otra vez, pero ella me detuvo.
-Déjalo, mi amor. Prefiero esperar a la noche-
-¿Prefieres esperar a la noche a que… otros dedos te acaricien aquí?- le pregunté sonriendo, pero sin sacar los dedos del todo.
-No sé. Quién sabe. Veremos qué nos depara la noche. A lo mejor no son unos dedos… a lo mejor es una lengua que se agita mientras se la cogen por detrás…-
Nada más oir sus palabras, sentí un nuevo espasmo en mi vientre. El güevo, que ya estaba casi desinflado, hizo un intento de volver…
-Primero que nada tengo que hablar con ella- continuó diciéndome Mary mientras se levantaba -ya veremos. Pero por ahora será mejor que nos levantemos a desayunar-
-Pensé que ya habías desayunado. Jajaja-
-Jajaja. Bueno, es un inicio. Jajaja-
Pasamos el día recorriendo NY. Visitamos el nuevo edificio del World Trade Center. Habíamos conocido el anterior y nos dio un poco de pena por las personas que perdieron la vida en aquel pavoroso acontecimiento.
Luego recorrimos la zona de Wall Street, donde almorzamos algo ligero (habíamos desayunado cerca del apartamento de Alicia) y luego nos fuimos al Parque Central.
Por ahí nos distraimos viendo tiendas y gente. Yo quería ir al Museo de Historia Natural, que me encanta, pero Mary se negó:
-¿Otra vez?- me dijo -Cada vez que venimos a NY venimos a ver ese museo ¡y siempre miras las mismas cosas!-
-Da gracias a Dios que siempre me gustan las mismas cosas- le respondí rozándole disimuladamente la entrepierna.
-Hay cosas a las que no se pe pierde nunca el gusto- dijo ella devolviéndome el roce -pero otros que… por favor!-
Finalmente no hicimos nada importante (ver tiendas, que es obviamente nada importante), hasta que fue la hora de encontrarnos con Alicia. El punto de encuentro acordado era un bar de moda, el Trooker Alley a las 6 pm.
Cuando entramos, estaba lleno de gente como era de esperar un viernes en la tarde. Alicia, sin embargo había llegado antes que nosotros y nos saludó desde la barra, donde nos hizo espacio para acomodarnos los tres.
Tenía el mismo traje sastre de esta mañana, sólo que ahora la chaqueta la llevaba abierta y a través del espacio se veía su blusa trasparente y el sostén. No llegaba a verse mucho porque la chaqueta se abría sólo con ciertos movimientos, pero así era todavía mas sexy.
-¿Cómo estuvo el día?- preguntó abrazando y besando a Mary.
-Muy bien- respondí. Entonces Alicia se volteó hacia a mi y también me abrazó y me besó. ¿Ambos abrazos y besos más largos de lo normal? No podría decirlo, pero eso me pareció.
-Nos despertamos temprano- dijo Mary -justo cuando tu te fuiste-
-¡Oh! Espero no haberlos despertado-
-No, en absoluto- dijo Mary -¿Cómo va a despertarnos alguien que se viste a lado de la cama donde uno está durmiendo?-
-¡No me digas que los me vieron!-
-Oh, no. Sólo un pedacito, como desde el talón hasta las orejas, jajaja. Por cierto, me gustó el corte de tus vellos púbicos. Jajajaja-
-¡Oooohhh, qué pena!- dijo Alicia riendo.
-Si- Ripostó Mary -Estoy segura de que no fue a propósito-
-Nooooo. ¿Cómo vas a creer eso de mi?-
-Noooo…. jajaja-
Yo me mantuve en silencio por toda la conversación. En esos casos es preferible no meterse. Luego, sin embargo, la cosa pasó a otros temas y pude integrarme a la charla, mientras nos tomábamos varios cocteles de moda.
-Vámonos ahora a comer a Catch. Un restaurante que está de última-
-¿Y es muy caro?- preguntó Mary.
-Van a estar sólo un par de días. Déjame consentirlos un poco. Al fin y al cabo no están pagando hotel-
-Es cierto, mi amor- le dije.
Tomamos un taxi y nos fuimos a restaurant. Por supuesto que estaba lleno también, pero Alicia había reservado y nos llevaron a nuestra mesa. Allí pedimos primero una botella de Chardonnay, para refrescarnos las gargantas mientras nos traían la carta.
Una vez que hicimos el pedido, tal como había acordado con Mary, me levanté de la mesa para ir al baño y dejarlas que conversaran sobre lo que habíamos hablado ella y yo en la mañana.
Me dilaté lo mas qué pude y me acerqué despacio a la mesa. Ellas seguían conversando alegremente, pero Mary me hizo un gesto afirmativo con la cabeza para luego sonrojarse y bajar la mirada a la mesa. Obviamente la respuesta de Alicia había sido positiva y mi güevo se alegró tanto que inmediatamente empezó a crecer en mi pantalón.
Ninguna de las dos mencionó nada en la cena y comimos normalmente. Quizás lo único extraordinario era que parecía que ninguno de los tres parecía tener mucha hambre. De entrada pedimos un plato para compartir, no recuerdo qué era, pero se que tenía unos pedacitos de paté deliciosos. Después pedimos un plato de carne para dos personas, acompañados de ensalada y puré de papas. Como no teníamos hambre, ni siquiera nos comimos toda la carne. Ni que decir de las papas y la ensalada. Finalmente pedimos café y a eso de las 9 de la noche estábamos listos para regresarnos a la casa. Según se acercaba la hora de irnos parecíamos un poco más nerviosos e impacientes. Todos sabíamos lo que iba a pasar en un rato y queríamos apurarnos.
Salimos a tomar un taxi y mientras esperábamos nos tomamos de las manos. Alicia en el medio, Mary a su mano izquierdo y yo a su mano derecha. Estábamos muy juntos, tanto que nuestros cuerpos se rozaban y lo hacía más de la cuenta. Era obvio que tratábamos de acarícianos mutuamente sin que se viera demasiado.
Cuando tomamos el taxi nos sentamos los tres atrás. Alicia otra vez en el medio, Mary a su izquierda y yo a su derecha. En la oscuridad del taxi, las manos empezaron a moverse poco a poco, la mía fue a buscar la entrepierna de Alicia, mientras que la de ésta se fue a buscar los muslos de Mary.
Poco a poco empecé a subir la falda de Alicia y a acariciarle la parte interna de los muslos. Igual hacían ellas, sólo que Mary tenía unos bluejeans que no podían subirse. Pero igual oí a Mary gemir un poco y pude ver que ¡se estaban besando en la boca!
No fue un beso largo, pues inmediatamente Alicia se volteó hacia mi y buscando mi boca me besó también.
Yo seguía subiendo mi mano por la pierna de Alicia pero la falda no permitía que la se subiera más, entonces ella se levantó un poco del asiento, liberando la falda y mi mano pudo llegar así a su vulva. La pantaleta estaba completamente mojada y comencé a acariciarla por encima de ella, sintiendo los pliegues de su vulva a través de la suave tela.
Alicia dejó mi boca y se volteó hacia Mary, que ansiosamente volvió a besarla. Al mismo tiempo, su mano izquierda se había metido debajo de la chaqueta de Alicia y por el movimiento de ésta, era obvio que le estaba acariciando las tetas.
El chofer del taxi, realmente la choferesa, porque era una mujer de unos 40 años, nos veía por el espejo retrovisor. Yo diría que con envidia.
Finalmente llegamos al edificio y rápidamente nos arreglamos para bajarnos decentemente. A la taxista le di una buena propina y ella me sonrió deseándome una buena noche con una sonrisa pícara.
Parados en la puerta del ascensor, apenas nos podíamos contener, pero cuando se cerró la puerta, nos lanzamos uno sobre los otros. Primero le tocó a Alicia besar a Mary.
Era una sensación extraña ver a mi esposa besándose en la boca con otra mujer. Y no sólo besándose, se abrazaban con fuerza, las cabezas ladeadas para que las bocas se unieran más íntimamente. Yo las abracé a las dos como pude, besándoles la cara en donde me alcanzaba. A último momento, ellas rompieron el beso, pero cuando Alicia se disponía a besarme y abrazarme a mi, se abrió la puerta del ascensor y tuvimos que suspender el beso.
Apenas entramos al cuarto, pudimos entonces besarnos nosotros. Al igual que ellas dos antes, ladeamos nuestras cabezas y nuestras bocas se unieron en un profundo beso, en el que nuestras lenguas exploraron cada lugar posible.
Mientras nosotros nos besábamos, era Mary la que nos abrazaba como podía, acariciándonos por el cuello, la espalda y el culo. Para comenzar entonces a desvestirnos. No tenía mucho de dónde agarrar, pero lo que encontraba lo abría: un cierre, unos botones, un cinturón.
Poco a poco fuimos moviéndonos hacia la cama pero nos tropezábamos mucho, así que hicimos una pequeña pausa para terminar de desvestirnos. Cada uno su propia ropa.
Cuando me iba a sentar desnudo en la cama, Mary me detuvo, mujer al fin:
-¡Quita primero la colcha!- mientras ella se terminaba de quitar las pantaletas.
Apenas halé la colcha para un lado, Alicia se acostó boca arriba con las piernas muy abiertas. Yo me lancé sobre ella de tal forma que mi cara quedó a la altura de sus tetas, las que empecé a chupar inmediatamente.
Mary se acostó boca abajo en diagonal, de forma de que su cara quedó sobre la de Alicia y empezaron a besarse en la boca de nuevo.
Yo me divertía de lo lindo con las tetas de Alicia. Los pezones estaban a reventar y yo cambiaba la boca de uno al otro, mientras que la teta que estaba libre la apretaba y acariciaba con la mano.
Alicia gemía mientras se besaba con Mary y sus caderas se movían contra las mías buscando que le acariciara la vulva.
Así pues, empecé a bajarme poco a poco para comérmela allá abajo, pero cuando iba por el borde de su pubis y ya olía el intoxicante aroma de su vulva, oí que me decía:
-Nooo…. métemelo de una vez… no quiero esperar…- para seguir besando a Mary, que ahora se había apoderado de sus tetas y las acariciaba con las manos.
Así pues, no dudé ni un momento, me acomodé entre las piernas de Alicia y le agarré las piernas por detrás, a la altura de las rodillas y se las levanté doblándola en dos, con lo que su vulva quedó abierta y expectante frente a mi.
La miré. Estaba mojada y muy abierta. Se había hinchado con la excitación y el clítoris brillaba sobresaliendo entre los labios. Mi güevo estaba frente a la entrada de la vagina, pero un poco demasiado alto y mis manos estaban ocupadas sujetándole las piernas.
-Mary, mi amor, ayúdame aquí-
No dejaba de ser un poco extraño que le pidiera a mi esposa que me sujetase el güevo para metérselo a otra mujer, pero así estaban las cosas. Ella estaba besando apasionadamente a esa misma mujer.
Mary se volteó a verme y sonriendo soltó una de las tetas de Alicia para agarrarme el güevo y apuntarlo un poco hacia abajo.
Yo me moví un poco hacia adelante y la cabeza del güevo se apoyó en la entrada de la vagina de Alicia.
-Espera. No se lo metas todavía- me dijo y movió el güevo de arriba a abajo a la largo de la vulva y acariciando especialmente el clítoris, lo que hizo que Alice gimiera:
-Aaahhhh… qué ricooo-
Mary repitió varias veces el movimiento, que además de darle placer a Alicia, hacía que yo me estremeciera de placer también.
-Y ahora cógetela mi amor. Métele ese güevo hasta adentro- me dijo poniéndome en la entrada de nuevo.
En un solo envión, metí más de la mitad del güevo, frenándome para ver cómo reaccionaba Alicia.
-¡Métemelo todo!- gimió ésta, empujando hacia arriba con sus caderas.
Miré a Mary y ésta tenía la mirada fija en mi güevo y cómo este se veía hundido hasta la mitad dentro de Alicia.
Lo saqué un poco y volví a empujar esta vez hasta el fondo:
¡Plaf! sonó mi cadera al chocar contra la de Alicia.
-¡AAAAHHHH!- gimió Alicia -SIIIII-
Esperé unos segundos, otra vez, disfrutando del calor del cuerpo de Alicia, de su apretada vagina que me rodeaba totalmente. De cómo se había amoldado a mi verga totalmente.
Mary se volteó de nuevo hacia arriba y volvió a besar a Alicia, mientras le acariciaba las tetas. Alicia no podía hacer mucho con sus manos, pero finalmente logró pasarlas por un lado para también acariciarle a Mary las suyas.
Entonces empecé a moverme. Primero sacando y metiendo el güevo despacio. Luego, con el güevo hasta el fondo, girando las caderas para asegurar que la base se restriegue contra su clítoris. Para entonces subir a un ritmo acelerado metiéndolo y sacándolo rápidamente.
-SiiiIIIIII… - gemía Alicia -Métemelo duuurooo-
Ya empezaba a arrastrar las palabras, lo que demostraba que estaba cerca de acabar.
Mary dejó de besarla en la boca y se dedicó a chuparle lo pezones, pero lo que mandó a Alicia por encima de la montaña fue que metió la mano entre mi cuerpo y el de Alicia y con la punta de los dedos empezó a acariciarle el clítoris.
-¡AAAAAAHHHHHHH- gritó Alicia. Tan duro que pensé que los vecinos vendrían a protestar.
-SIIIIIIII….AAAAAHHHHHHH….SIIIIII-
Y mientras su cuerpo convulsionaba, su vagina empezó a exprimirme con mucha fuerza y un chorro de jugos salía disparado por algún lado, mojándole la mano a Mary, así como toda mi entrepierna.
Yo quise parar para que disfrutara su orgasmo, pero Mary no me dejó:
-Sigue. Sigue cogiéndotela duro- Mientras ella la abrazaba.
Yo seguí su consejo y volví a machacarla con fuerza. Sacando y metiéndole el güevo con todas mis fuerzas.
Ella siguió gimiendo, pero con menos fuerza, pero un par de minutos después, empezó a subir el tono nuevamente:
-¡Oooohhhh… Ahiiii vieeeeneeee otraaaa veeeez!-
Yo estaba a punto de acabar también, pero eso me dio fuerzas para aguantar y seguir cogiéndomela duro.
-¡SIIIIIIIII… me mueeerooooo Siiiiiii- volvió a gritar y a estremecerse y sus músculos vaginales volvieron a exprimirme rítmicamente, pero no hubo squirt. Su cabeza se volteó hacia atrás y por un momento le vi voltear los ojos para adentro.
Esta vez no me pude aguantar y luego de metérselo duro dos o tres veces más, me sujeté con los brazos y empujándolo hasta el fondo, exploté dentro.
-AAaaaahhhhrrrrgggg- gemi yo, sintiendo como mi semen se vertía profundamente en el cuerpo de Alicia.
Solté sus piernas, que todavía tenía agarradas y dejé que Alicia se estirara, mientras y caía sobre su cuerpo desnudo y cubierto de sudor.
Mientras recuperábamos nuestra respiración, Mary nos “cuidaba”. Primero cubrió de besos a Alicia, pero luego se volvió hacia mi y empezó a besarme también. Al principio dulcemente, pero luego más y más ardientemente. Ella estaba muy excitada también y Alicia y yo habíamos tenido nuestro orgasmo. Alicia inclusive dos, pero ella no.
Al poco tiempo, y mientras nos besábamos Alicia comenzó a recuperar sus capacidades y comenzó a acariciar a Mary. Empujándola suavemente, logró que ésta quedase acostada boca arriba y mientras yo le seguía besando la boca y la cara, ella comenzó a besarle todo el cuerpo.
Empezó por las tetas. Las tetas de Mary eran más grandes que las de Alicia, pero los pezones estaban tan excitados que la aureola se había encogido, por lo que los pezones sobresalían por lo menos un centímetro. Eso lo aprovechó Alicia para agarrárselos entre el índice y el pulgar y hacerlos girar como el dial de un radio. Eso lanzaba oleadas de placer sobre el cuerpo de Mary, que comenzaba a estremecerse.
Luego Alicia siguió bajando, dejándome la parte superior del cuerpo de Mary a mi, mientras ella se ocupaba de su vientre. Acomodándose entre sus piernas, comenzó a comerle el coño.
Apenas la boca de Alicia se posó sobre el coño de Mary, esta gimió con fuerzas:
-AAAAAHHHH… -
Mientras le acariciaba las tetas, me puse a verlas. Ahí estaba mi esposa, con las piernas abiertas a mas no poder y una persona extraña con la cara metida entre ellas dándole placer y yo contemplando todo ¡y disfrutándolo del espectáculo!
Después de unos minutos, Alicia se separó un poco y tomándome la mano, me pa puso encima del coño de Mary.
-Sigue un momento ahí- me dijo, parándose.
-¿A dooonde vaass- preguntó Alicia, que se dio cuenta del movimiento de Alicia.
-Ya vengo, querida- respondió extrañamente yendo hacia el closet.
Yo seguí acariciando el clítoris de Mary con mis dedos y alternando de vez en cuando en metérselos por la vagina para acariciarle el punto G.
Entonces sentí un ligero ruido y volteé hacia el closet, viendo a Alicia aparecer con un tremendo dildo entre las piernas.
-¿Pero queee es esooo?- preguntó Mary que la había visto también.
Alicia se acercó sonriendo, con lo que era obvio un enorme dildo saliendo de su vulva. No se cómo lo sostenía, porque no se veían arneses ni cintas. Además que era más grande que mi güevo, que ya de por si era un poco superior al promedio, pero ese bicho era más largo y más grueso.
-Es un regalo para ti, mi amor- respondió Alicia, también con voz ronca de la excitación.
-Oooohhhh- gimió Mary con la anticipación de que esa enormidad se metiese en su cuerpo.
-Pero… ¿cómo se sostiene?- preguntó.
-Tiene dos partes- respondió Alicia mientras se arrodillaba entre las piernas de Mary -ésta que vez y un bulbo que se encuentra en mi vagina y que me permite sostenerlo y maniobrar y… me va a permitir cogerte, como Alex me cogió a mi…-
Yo no había dicho palabra. Miraba al bicho ese que brillaba con el lubricante que le había puesto Alicia, mientras pensaba que era completamente pornográfico… pero al mismo tiempo extrañamente excitante.
Mary abrió más aun las piernas y Alicia se acomodó entre ellas, sujetando el bicho con la mano derecha. Luego lo apuntó y lo colocó en la entrada de la vagina de Mary. Visto de cerca pude ver que era un poco delgado en la punta, luego se hacía más gordo. Como dije, más gordo que mi güevo, y luego se reducía de diámetro. Entre las piernas de Alicia pude ver una parte que se introducía a su vez en su cuerpo.
Alicia comenzó a meterlo despacio.
-Ooohhhh- gimió Mary -está fríoooo-
-Jajaja. Perdona querida, pero estoy seguro que ese horno que tienes aquí abajo lo va a calentar muy pronto-
Yo seguía hipnotizado viendo el proceso. Mientras Alicia seguía penetrando a Mary.
-Espera un poco- dijo Mary cuando la parte más gruesa empezaba a metérsele.
Alicia primero esperó, pero luego se lo sacó casi todo para volver a meterlo despacio más o menos a la misma profundidad. Luego volvió a sacarlo y a repetir la operación.
-Un poco maaas adentrooo ahoraaa- dijo Mary, a lo que Alicia se apresuró a complacerla.
-Ya… yaaa… paraaa- dijo con tres cuartos de dildo dentro.
Y entonces Alicia volvió a repetir el procedimiento de sacarlo y meterlo hasta que mary se acostumbrase al tamaño.
-Otraaa veeez…- gimió Mary cerca de acabar.
Yo me había olvidado de seguir acariciándola, pero de todas maneras, creo que lo mejor era dejarla concentrarse en el enorme bicho que se le metía poco a poco en su vientre.
Alicia volvió a metérselo despacio… hasta que llegó al fondo. ¡Mary se había tragado entero el enorme dildo!
-Aaaaahhhh es taaaan graandeee… aaahhhh-
Alicia estaba también temblando. Obviamente ella también se estaba masturbando con el pedazo que tenía en su vagina.
Por un momento ambas se quedaron estáticas con el dildo hasta el fondo de Mary, pero pronto empezaron a moverse un poco. Como experimentando cuáles movimientos les gustaba más. A veces simplemente giraban las caderas y digo giraban, porque unas veces era Alicia y otras Mary.
Otras veces, Alicia sacaba un poco de dildo, para empujarlo de nuevo hasta el fondo. También Mary empujaba con las caderas hacia arriba, buscando que el bicho se le metiese más adentro. ¡Debe estarle llegando al estómago! pensé.
Poco a poco, sin embargo fueron perdiendo la coordinación, cuando la excitación se fue haciendo superior a su aguante y la primera que explotó fue Mary:
-AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHH- gritó con todos sus pulmones.
Mientras comenzaba a estremecerse incontroladamente, los ojos cerrados y las piernas estiradas al máximo.
Alicia la siguió inmediatamente. Explotando también sobre a Mary.
Ambas se quedaron varios minutos son moverse, respirando pesadamente. Finalmente Mary le dijo a Alicia riendo:
-No me importaría que me sacaras ese monstruo. EL güevo de Alex se desinfla, pero esa vaina sigue completo ahí adentro-
-Jajajaja. Tienes razón- respondió Alicia levantándose un poco. A mi me tiene toda irritada por dentro-
El bicho fue saliendo todo mojado de Mary, pero como ésta dijo, del mismo tamaño original. Luego, Alicia se sacó la parte que tenía dentro de ella. Una bola como de 2 centímetros de diámetro, como una pelota de golf, mas o menos, pegada por un pedazo más delgado en ángulo con el cilindro principal. Total que la vaina era como una L con una bola en la punta del lado corto y la imitación de un güevo en la parte larga.
Mary lo agarró y lo examinó.
-Wow- dijo -ésta sí que fue una sorpresa-
-¿Te gustó?- le preguntó Alicia.
-Me encantó- respondió Mary -No veo el momento de probármelo yo-
-Oh no- respondió Alicia -yo estoy full por el momento ¡un poco irritada! Mañana en la mañana seguro que probamos-
Yo le examiné también. Era un poco pesado y pensé que debía ser difícil mantenerlo sujeto sólo con la presión de los músculos del piso vaginal, pero bueno. Alguna ventaja teníamos que tener los que teníamos un güevo original de carne y hueso… ups… sin hueso. ¡Con hueso sería menos problemático! Jajaja.
Cansados y con el efecto de las bebidas y sobre todo, la excitación, nos dormimos rápidamente.
Me desperté en un sandwich entre dos preciosuras. En frente de mi, Alicia me acariciaba la cara despacio, besándome delicadamente. Por detrás, Mary me abrazaba, pegándose contra mi cuerpo en forma de cuchara, de forma que los pelos de su pubis me acariciaban las nalgas y sus pezones mi espalda. No era una mala forma de despertarme.
Mi güevo, por supuesto, estaba hinchado, no sólo por las caricias, sino por las ganas de orinar, así que luego de devolver algunas caricias a Alicia y un poco menos a Mary (porque estando detrás, me era más difícil), les pedí que me dejaran levantarme para ir al baño.
-Aprovecha y te lavas bien- me recordó Mary -estás un poco oloroso. Y quizás podrías ir al baño… ya sabes…-
Me extrañó que me mandase a hacer mis necesidades, pero la verdad era que era preferible salir de todo eso y así pasar la mañana con mis chicas en la cama sin mayores preocupaciones. Así pues aproveché, hice lo que que usualmente hacía en las mañanas y luego me bañé, me afeité, me cepillé los dientes y hasta me puse un poco de aftershave.
Cuando salí, me las encontré muy divertidas, intercambiando caricias y conversando acostadas en la cama, una frente a la otra.
-Con permiso…- dije metiéndome entre ellas y acostándome boca arriba.
-Pero si llegaste afeitado y limpio- dijo Mary.
-¡Y perfumado!- añadió Alicia y ambas se dedicaron entonces a acariciarme y a consentirme.
Poco a poco las caricias se hicieron más sensuales y pronto Alicia comenzó a masturbarme, dado que el güevo, que se había desinflado en el baño, había vuelto a florecer.
-Mmmm. Mira qué rico esto que tengo aquí- dijo Alicia, halándome un poco para que me acostara de lado mirándola a ella, como me había despertado. Una vez que estuve como ella quiso, me siguió masturbando, pero con el añadido de que la cabeza del güevo la utilizaba para acariciarse el clítoris. Mientras, yo la besaba en la boca con pasión.
Por unos momentos no supe de Mary que parecía haberse levantado de la cama e ido al baño, pero luego regresó y se acostó a mi espalda, tal como estábamos antes de bañarme.
Sus manos me sujetaron por los hombros, mientras ella se arrimaba contra mi espalda, sin embargo, en vez de sentir sus vellos contra mis nalgas, esta vez sentí una cosa extraña.
Yo seguía besando a Alicia, pero ahora mi atención se distrajo con el objeto que se apoyaba entre mis nalgas y contra mi espalda.
-¿Qué estas haciendo?- le pregunté a Mary.
-Te abrazo, ¿porqué?-
-Porque estoy sintiendo algo extraño por allá abajo-
-Ah si- dijo como si fuese lo más natural del mundo -es el juguete de Alicia-
-¿Tienes puesto el juguete de Alicia?- pregunté tratando de voltearme, pero por la posición y el hecho de estar “ensanduchado” entre las dos chicas, no me lo permitió.
-Si- respondió Mary -lo tengo puesto y se siente increíble. ¿No te molesta, no?-
-Oh no, no te molesta que te lo pongas, pero como me está presionando contra la espalda y las nalgas…-
-¿Y si lo pongo así está mejor?- dijo quitándolo y apuntándolo de otra forma, metiéndomelo entre las nalgas. Obviamente estaba bien lubricado porque se deslizó entre mis nalgas y entre mis muslos, quedando atrapado allí.
-¡Hey!- protesté un poco -¿A dónde piensas ir con eso?-
-Mmmm… ¿dónde crees?-
-Tu no pensarás que me vas a meter eso?-
-¿Y porqué no?-
-Bueno… por que… no sé-
-Cómo te parece Alicia. Todos estos años yo lo he dejado que me lo meta en el culo ¡y lo he disfrutado! Y ahora cuando yo le propongo que cambiemos ¡el no quiere!-
-Pues no me parece justo- dijo Alicia que seguía masturbándome, aunque debo decir que el güevo había perdido mucha de su dureza-
-Es que no es lo mismo- dije preocupado.
-A ver ¿qué es lo que no es lo mismo?- dijo Mary mientras me seguía acariciando la espalda y moviendo las caderas contra mi culo, haciendo que el bicho ese se deslizara entre mis piernas. ¡acariciándome inclusive las bolas por debajo!
-Pues… que… bueno. No sé- respondí derrotado.
-Allí todos estamos construidos igual. Tu culo no es distinto al mío, ni al de Alicia. Si tu me pudiste meter tu güevo en el culo y yo pude disfrutarlo, ¿porqué no podría meter yo el mío en tu culo y tu disfrutarlo?-
-Pero tu estás acostumbrada a…- no terminé la frase, porque sabía que no tenía razón.
-¿Dices que yo estoy acostumbrada a que me metas el güevo en el culo?-
-No. Realmente no quise decir eso. Es una estupidez-
-Pues me parece muy bien que retires tus palabras-
-Y que vayas acostumbrándote a la idea- presionó Alicia, mientras trataba de animarme de nuevo, metiéndose mi desanimado güevo en la boca.
-Anda, mi amor. Deja de pelear y anímate. Te prometo que te va a gustar-
-¿Cómo sabes que me va a gustar?-
-¿No te acuerdas que hace un tiempo te metí un dedo mientras te lo mamaba y te gustó?-
-Si, pero era un dedo… ¡y estaba distraído!-
-Pues esto es más gordo que un dedo, es verdad, pero podemos distraerte… De hecho Alicia lo está haciendo ahora ¿no?-
Poco a poco, los esfuerzos de Alicia habían estado dando fruto y el güevo volvía a ponérseme duro-
-Bueno… podemos probar, pero si me duele lo dejamos ¿ok?-
-Claro, mi amor. No vamos a hacer nada que te duela… mucho. Digo, porque a lo mejor duele un poquito al entrar, pero piensa en lo maravilloso que va a ser..-
-No le veo lo maravilloso, pero…-
-¡Ah! Y se me ocurre que mientras yo te lo hago, tú se lo hagas a Alicia ¿Qué te parece?-
-Una excelente idea- dijo Alicia -aunque yo hubiera preferido estar a tu lado para ver cómo se lo vas metiendo…-
-Nada. Me parece muy bien- dijo yo -¿Quieren empezar ahora?-
-Tengo que lubricarte bien primero- dijo Mary, pero puedo hacerlo mientras tu te estás cogiendo a Alicia-
-Ok- dije.
Alicia, con una gran sonrisa en la boca se puso de espaldas en la cama y abrió las piernas. La vulva la tenía muy roja y lubricada, lista para ser penetrada.
Yo me acomodé boca abajo, apoyado en mis rodillas y en pocos segundos le había metido el güevo hasta el fondo.
-Mmmmm- gimió Alicia -¡Qué rico!-
Mary tomó un pote de lubricante especial que tenía Alicia en el baño y se acomodó a mi lado con los dedos llenos de lubricante.
-Esto no va a funcionar así, muchachos. Están muy abajo y las nalgas de Alex están muy cerradas. Alicia, tienes que subir las caderas-
-Agarra todas las almohadas- dijo ésta -y pónmelas debajo del culo-
Yo me salí de Alicia. Luego Mary agarró dos grandes almohadas y se las puso debajo de las caderas con lo que la vulva le quedó más alta.
-Una más- dijo Alicia.
Mary le puso la tercera almohada y ahora la vulva le quedó todavía más arriba.
-Venga ahora- dijo Alicia.
Yo me acomodé entre sus piernas, mientras ella me agarraba el güevo y lo conducía hacia su vagina. Se lo metí y ahora yo quedaba casi arrodillado.
-Dóblate hacia adelante- me dijo Mary.
Yo me doblé sobre Alicia, lo que de paso, me permitió comerle las tetas. Ahora yo estaba de rodillas y doblado y, por supuesto, mi culo quedaba al descubierto.
Entonces sentí los dedos fríos de Mary, deslizándose por todo mi culo, recubriendo toda la zona con el lubricante frío. Ella siguió echándome crema, al tiempo que sus dedos se concentraban en mi ano, rotando alrededor del músculo que lo mantiene cerrado, al tiempo que empujaba un poco con la punta hacia adentro.
Yo comencé a cogerme a Alicia mientras trataba de relajarme. Mi güevo entraba y salía de su cuerpo en movimientos lentos, al tiempo que los dedos de Mary iban abriéndose paso en mi culo.
Primero metió uno como hasta el segundo nudillo y lo dejó allí mientras que me seguía acariciando el resto del ano con la otra mano. Yo me tensé un poco, pero la verdad es que no me dolió nada e inmediatamente me relajé de nuevo y seguí cogiéndome a Alicia.
Ésta se movía deliciosamente sobre las almohadas, produciendo presión en mi güevo contra las paredes de su vagina y de mi pubis contra su clítoris.
Mary comenzó a cogerme con el dedo que tenía introducido en mi culo y cuando sintió que me relajaba, metió un segundo dedo.
Otra vez reaccioné rigidizándome y apretando el músculo anal, pero al igual que a vez anterior, ella esperó a que me relajara, para luego comenzar a moverlo.
Así, seguimos un rato y pronto estaba otra vez completamente relajado y -debo reconocer- los movimiento de los dedos en el culo me estaban empezando a excitar.
Mary entonces se puso de rodillas y se acomodó detrás de mi. Yo me puse rígido de nuevo, porque ya sabía lo que venía.
-Tranquilo- me dijo -esto no es más gordo que los dedos-
Yo sabía que era mentira. Que quizás la punta no lo era, pero que el cilindro se iba ensanchando hacia la base, pero decidí no pensar en eso y relajarme.
Entonces sentí la punta del bicho tratando de meterse en mi culo. Pero Mary no estaba apuntando bien y se le resbalaba para lo lados, así que tuve que intervenir yo mismo y agarrándolo con la mano derecha, me lo apunté al lugar preciso.
-Empuja ahora- le dije, mientras yo dejaba de moverme dentro de Alicia.
Entonces sentí como el bicho ese empezaba a meterse en mi culo, dilatándome cada vez mas. Menos mal que Mary iba despacio, porque pronto empezó a molestarme.
-Espera, espera- le dije alarmado.
-¿Te duele?-
-Si… no, no sé… es muy grande-
-No te preocupes- me dijo -ya casi estamos llegando a la parte más gruesa-
Probablemente era también una mentirita blanca, pero ya que estábamos en eso, estaba decidido a terminar así que le dije:
-Bueno, sigue despacio-
Despacio y más despacio, el bicho me fue abriendo y metiéndose dentro de mi culo. Pronto, sin embargo, no siguió dilatándose sino que continuó con el mismo diámetro y finalmente, empezó a reducirse. Entonces sentí los vellos de Mary en contra la piel de mi culo.
-¡Ya está todo adentro!- dijo con alegría.
-Ya era hora- dijo Alicia -yo estoy cerca de acabar y no terminan de cogerme. Vamos Alex, es hora de que te vuelvas a mover-
-Ya va… dije ahogado -¡Que siento como que tengo un coco dentro del culo!-
-No es un coco, pero ¿quizás un mango? Jajaja- dijo Mary.
-Echa un poco para atrás- le dije a ésta.
Cuando ella se movió hacia atrás, el bicho se movió un poco hacia afuera, pero entonces yo pude también moverme dentro de Alicia.
Así poco a poco comenzamos a tratar de encontrar un ritmo, pero era muy difícil, a veces yo empujaba hacia adentro de Alicia y Mary hacia afuera, halándome o al revés, yo salía de Alicia y Mary me empujaba hacia adentro.
-¿Cómo te sientes, mi amor?- preguntó Mary.
-Desde el punto de vista del placer… la verdad es que es agradable, pero nada especial- respondí.
-Pues a mi me encanta- dijo Alicia -Siento que me están cogiendo los dos. Y si logramos un poco de coordinación acabo en unos segundos-
-Vamos a ver si nos acomodamos un poco- dijo Mary.
Entonces algo extraordinario pasó. Mary se movió hacia arriba o yo me moví hacia abajo, lo cierto es que el bicho se dobló hacia la parte baja de mi cuerpo y se apoyó contra la próstata.
-Oooohhhh- gemí.
-¿Qué pasó-
-Que ahiii… siii…- logré articular, mientras trataba de moverme.
Mary comprendió que estaba a punto de acabar y comenzó a sacar y a meter el bicho en ese nuevo ángulo, dándome ahora un real masaje en la próstata y en pocos segundos después:
-YAAAAAHHHHHHH- gemí acabando dentro de Alicia.
-Ahhhh- gimió ésta, aunque sin mucha fuerza, porque no había logrado un verdadero orgasmo. Más que todo sólo fue una reacción al mío y a mi semen derramándose dentro de ella.
Mary siguió moviéndose, pero yo ya no quería que lo hiciera. Era como demasiado estímulo.
-Para, para- por favor -dije jadeando -sácamelo. ¡Sácamelo!-
-¿Qué pasa?- pregunto Mary, mientras halaba poco a poco para sacarme el bicho, que debido a que tenía el culo apretado por el orgasmo, se negaba a salir.
Porfin logré relajarme y el bicho salió adentro de mi. Yo me levanté de sobre Alicia y me recosté en la cama respirando agitadamente.
-¿Cómo estás?- preguntó Mary un poco preocupada.
-¿Qué te pasó?- añadió Alice.
Cuando pude recuperar el aliento respondí:
-Ufff. Fue como una sobredosis. Al principio era placentero, pero normal, sensual. Ya saben. Pero de pronto Mary cambió su posición y el bicho empezó a presionarme la próstata o algo y ¡se dispararon todos los cohetes! ¡Wow!-
-El famoso punto P- dijo Alicia.
-¿Qué es eso del punto P?- preguntó Mary.
-Pues leí por ahí que así como las mujeres tenemos un punto G en la vagina que nos dispara un orgasmo espectacular, los hombres se oponen que tengan uno en el culo o mejor dicho en la próstata, que dispara también un orgasmo espectacular-
-No sé si espectacular- dije yo -desde luego fue muy repentino y muy fuerte… distinto, diría-
-¿No te gustó?- preguntó Mary.
-No sé si me gustó- respondí -Pero desde luego fue muy extraño. Y cuando eyaculé, fue… fue como si no fuese lo mismo-
-¡Ja!- dijo Alicia -Igual que nosotros, que tenemos orgasmos vaginales y orgasmos clitoriales. Ustedes tienen entonces, orgasmos de güevo y orgasmos de culo. Jajaja-
-Bueno. ¡Hemos hecho un gran descubrimiento!- añadió Mary.
-Ahora quiero probar yo- dijo Alice.
-Nada de eso, protesté. Por ahora mi culo queda “off limits”-
-¿No me vas a dejar que yo también te eche una cogidita?- dijo Alice.
-Pues por ahora no creo. Veremos mañana o quizás otra vez-
-Bueno, por lo pronto yo quiero que alguien me coja a mi- dijo Mary -Uds. dos acabaron y yo me fui en blanco-
-¡Pero tu te cogiste a Alex!-
-Si. Y fue una experiencia memorable, pero sin orgasmo-
-Bueno. El mío fue muy suave también. Quizás deberíamos dedicarnos a resolver eso- dijo Alicia, subiéndose sobre Mary y comenzando a besarla apasionadamente, mientras sus caderas oscilaban haciendo que sus vulvas se restrieguen una contra la otra.
Yo me les quedé mirando, encantado, pero demasiado gastado para intervenir.
EPILOGO
Pasamos el fin de semana realmente desatados. Apenas salíamos para comer y cuando nos poníamos a pensar ¿a dónde queremos ir ahora? siempre terminábamos con la misma respuesta: ¡a tirar!
Probamos todas las posiciones y todas las combinaciones, sin fastidiarnos nunca. Tanto fue así que el domingo, Alicia sugirió que Mary se quedara con ella en vez de venir conmigo a Chicago. A mi no me pareció mala la idea, así que me fui a Chicago solo.
Cuando terminó la conferencia de Chicago, hablando por teléfono que Mary, me preguntó si podía quedarse más. Me extrañó un poco, pero en realidad a mi me venía una tonelada de trabajo, luego de ver lo que la competencia estaba haciendo y pensé que no tendría mucho tiempo para ella, por lo que acepté que se quedara un par de semanas.
El par de semanas se convirtió en un par de meses y luego… nos separamos definitivamente. Mary y Alicia formaron una pareja permanente y se quedaron viviendo en New York.
Luego de algún tiempo, yo me conseguí una nueva pareja y el mundo siguió andando.
Sao Paulo, 2018