Primera vez - Capítulo 5

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LA PRIMERA VEZ

Capítulo 5 - Mary

Volvimos a hacer nuestra reunión bi-semanal dos días antes de la ida de Alicia. Siendo una reunión especial, nos fuimos a un restaurant caro y si bien la comida fue extraordinaria, los ánimos no tanto.

Yo estaba, además un poco nerviosa. No había visto ni hablado con Alicia desde el “casi beso” de la reunión anterior y si bien casi había olvidado el incidente, cuando se fue acercando la hora de vernos, comencé a ponerme nerviosa, ¿cómo debía comportarme? ¿cómo saludarla? Finalmente decidí dejar que las cosas siguieran su curso natural y que pasara lo que fuese.

Yo llegué un poco antes que ella y fue ella la que se acercó a saludarme, dándome un beso en la mejilla como siempre. Bueno, ni siquiera un beso, sino juntando las mejillas, como hacemos las mujeres para no manchar a la otra persona con el lápiz labial. Después de saludar a las otras, se sentó a mi lado, como hacíamos tantas veces, las inseparables amigas. Una vez pasado el momento, me olvidé de eso y comenzamos a hablar todas al mismo tiempo, ¡como siempre!

Como dije antes, los ánimos no fueron los mejores. Todas sentíamos que se nos iba un pilar del grupo, una de las fundadoras. Y continuamente nos lo recordábamos y brindábamos por el futuro.

Finalmente, mucho antes de la hora habitual, comenzaron a irse. Algunas con lágrimas en los ojos, otras evitando mirarla a la cara, tratando de no llorar. A las 8 pm quedábamos sólo ella y yo.

-Bueno amiga- dije con el corazón en un puño.

-Ah no, tú no te vas todavía. O mejor dicho, nos vamos juntas pero a mi casa-

-¿Y eso?-

-Necesito que me ayudes a terminar las maletas. Tengo muchas dudas. Ya sabes, me llevo esto, esto no.. He hecho y desecho las maletas tres veces. Necesito una persona seria que ponga orden en el asunto-

-Pues no se diga más. Te sigo en mi carro-

Cuando me monté en el carro me puse un poco nerviosa de nuevo, pero otra vez decidí que sólo eran ideas mías, que no había pasado nada en la reunión y que no tenía que preocuparme.

-Voy a abrir una botella de prosecco para celebrar- dijo apenas entramos en el apartamento.

-¿Celebrar qué?- pregunté

-Nada. Celebrar que estamos vivas, que somos amigas, que nos queremos… no necesitamos otras razones-

-Pues muy bien- respondí -¡Celebremos!-

Nos tomamos la primera copa hasta el fondo.

-¡Salud!- y tomando las copas y la botella, nos fuimos al cuarto de Alicia.

El cuarto era un campo de guerra. Había ropa por todas partes y dos maletas abiertas y a medio llenar en el suelo.

-¡Dios mío!- dije al entrar.

-¿Ves? Te dije que necesito tu ayuda.

Por un rato, estuvimos ordenando un poco, esto se queda, esto se va-

Ya nos habíamos bebido casi toda la botella y estábamos de lo más alegres.

-¡Mira esto!- me dijo Mary enseñándome una blusa blanca de una tela casi trasparente.

-¡Es bella!- respondí.

-Deja que me la veas puesta- dijo -siéntate en la cama-

Me senté en la cama luego de apartar un poco la ropa, mientras Alicia se quitaba la blusa que llevaba puesta. Debajo tenía un sostén negro de encaje, bello. El sostén era muy delicado y mostraba la forma perfecta de los senos de Alicia. Mucho más bonitos que los míos, pensé. A través de la tela se le trasparentaban los pezones.

Luego de ponerse la blusa blanca, se paró a mi lado para que la viera, moviéndose de un lado a otro.

-Realmente bella… pero-

-¿Pero que?- dijo alarmada -¿Qué tiene de malo?-

-No tiene nada de malo, pero es que el sostén negro contrasta mucho con la blusa. Quizás con otro sostén-

Alicia se asomó a un espejo de cuerpo entero que tenía en el cuarto.

-Coño, tienes razón amiga-

Con la misma, se quitó de nuevo la camisa y luego el sostén.

Cuando la vi desnuda, mi corazón se le saltaron varios latidos. Yo había visto a Alicia desnuda algunas veces, pero no desde hacía cierto tiempo y ciertamente no desde que nos habíamos besado. Bueno, casi besado, la semana anterior. Tal como lo dije antes, las tetas de Alicia eran espectaculares, más pequeños que los mías, pero paradas y con pezones pequeños y duros. Que en este momento sobresalían como pequeños botones listos para ser mordisqueados…  ¡Coño, pero qué estoy pensando!

-¿Qué tal ahora?- dijo Alicia poniéndose la blusa de nuevo.

No podía negarse. La blusa trasparente era para ser usada sin sostén. Alicia se veía absolutamente sexy con ella. Enseñando sus pezones a través de la tela… wow.

-Absolutamente bella, amiga- le dije -arrebatadora-

-Realmente me encanta- dijo ella viéndose en el espejo otra vez.

-Y ahora quiero que te la pruebes tú- dijo.

-¿Yo?- respondí sorprendida.

-Claro. ¿Quién mas?-

-Pero yo… esto…-

-Nada. Venga. Quítate esa blusa de vieja que tienes y ponte ésta-

-Mi blusa no es de vieja- protesté comenzando a desabotonarme.

-Ya sé. No te arreches. Te lo dije para picarte. Jajaja-

Terminé de quitarme la blusa y agarré la blusa trasparente que Alicia se había quitado, sin ponerse otra cosa.

-¡Ah no! Tu me dijiste que esta blusa era para utilizarla sin sostén. Así que venga. A quitárselo-

-No se…- protesté tímidamente.

-Aquí estoy yo desnuda y ¿ahora te va a dar pena a ti?-

Todavía dudando, pasé mis manos por la espalda y me solté el sostén. Sosteniéndolo con los brazos…

-Venga- insistió Alicia sentándose a mi lado en la cama -Yo sé que tienes unas tetas bellas, ya te las he visto antes-

Dejé caer el sostén y mis tetas quedaron a la vista de Alicia.

-Pero qué belleza, amiga. ¿Qué te hace Alex que las tienes tan bellas?-

-Nooo, son demasiado grandes- respondí tapándomelas con los brazos.

-Nada de eso- respondió Alicia empujándome las manos hacia abajo para que las tetas quedaran al aire -Las tienes bellas-

-¿No son muy grades?-

-Nooo… son perfectas…-

-Las tuyas son perfectas- respondí señalándolas -el tamaño perfecto-

-A ver. No hay un tamaño perfecto. Cada mujer tiene las tetas que tiene y dependiendo de la estructura del cuerpo… pues parecen mejor o peor. Pero las tuyas son ideales-

-Y mira esos pezones- añadió señalándomelos con el dedo.

Yo tuve un respingo cuando vi su mano acercarse.

-O no te asustes. ¿puedo tocártelas?-

-No se…- respondí asustada, pero tremendamente excitada.

-Vamos. Tu puedes tocarme las mías- dijo agarrándome la mano y posándola sobre su teta izquierda.

Apenas sentí la piel de su teta, sentí como todo mi cuerpo temblaba. Mi vientre se revolcó y un chorro de humedad me mojó la entre pierna. Espero que no haya mojado la falda también, pensé por un instante.

Apreté mi mano contra su teta y sentí cómo esta cedía un poco suavemente. Era la primera vez que tocaba la teta de otra mujer y me sorprendió la suavidad.

Al mismo tiempo sentí cómo ella me tocaba la mía, apretándomela y deslizando el pulgar contra el pezón. ¡Casi que sentí que iba a tener un orgasmo!

Por unos segundos seguimos acariciándonos mutuamente sin decir nada, pero luego Alicia se empezó a acercar más. La miré a los ojos y pensé ¡Oh Dios mío, me va a besar! pero no aparté mi cara.

Entonces sus labios rozaron los míos. Esta vez no había duda. Inmediatamente se separó de nuevo y me miró a los ojos. Yo sostuve su mirada y esta vez yo fui la que acerqué mi boca a la suya.

El beso fue muy dulce. Primero sólo con los labios. Los míos alrededor de su labio inferior,  luego los de ella alrededor de los míos. Jugueteando.

Seguíamos acariciándonos los pechos mutuamente, pero nos concentrábamos más en los labios.

Entonces saqué la lengua y la introduje en su boca. Eso fue el signo que ella necesitaba para seguir avanzando. Su mano izquierda, que no era la que me acariciaba las tetas, me agarró por el cuello y me haló con fuerza, al tiempo que abría la boca para besarme más profundamente.

Yo respondí de igual forma, metiendo mi lengua más adentro de su boca, jugando con la suya una especie de guerra de caricias. Recorriendo sus dientes, sus encías, sus labios y su lengua, para empezar de nuevo otra vez.

Entonces su cuerpo cayó sobre el mío, quedando las dos acostadas en la cama, ella sobre mi. Yo abrí un poco las piernas para que ella se acomodara mejor y seguimos besándonos.

Nuestras respiraciones eran agitadas y cada cierto tiempo teníamos que separarnos para coger aire, pero entonces aprovechábamos para prestarle mas atención a nuestras tetas que nos seguíamos acariciando mutuamente.

Luego de un rato, ya yo había perdido la noción del tiempo, Alicia dejó de besarme en la boca y comenzó a bajar por mi cuello hacia mis tetas. Apenas me besó los pezones emití un gemido profundo: -Mmmmmmm- y le agarré la cabeza para apretarla contra mi.

Entonces ella empezó a jugar, evitando mis pezones por un rato, mientras yo me desesperaba tratando de metérselos en la boca, para de pronto agarrarlos y chuparlos con fuerza o mordisquearlos.

Mientras, sentí como una mano se metía por debajo de mi falda y tuve un pensamiento estúpido: -va a ver que estoy toda mojada- como si fuese posible no estar toda mojada después de todas esas caricias.

Yo le acariciaba la cabeza y seguía tratando de que me besara los pezones, pero cuando sentí sus dedos por debajo de mi pantaleta tocándome la vulva, me estremecí toda.

-Aaaahhh- gemi.

Ella quitó la mano y yo protesté: -noooo-

-Espera- respondió Alicia -quiero quitarte la falda-

Ella empezó a pelearse con los botones, pero yo le arrimé la mano y yo misma me encargué de abrirlos. Apenas los solté ella me agarró la falda y la haló hacia abajo, mientras yo levantaba el culo de la cama. Mientras ella terminaba de sacarme la falda, yo me quité las pantaletas, quedando completamente desnuda.

Entonces ella volvió a ponerse sobre mi, pero ahora lo suficientemente abajo como para que su cara quedase a la altura de mi vientre. Y entonces yo abrí las piernas para ella. Yo me abrí y le ofrecí mi cuerpo, mi vientre.

Ella no perdió tiempo. Tan excitada como yo colocó su boca sobre mi vulva, que estaba abierta e hinchada de tanta excitación y comenzó a acariciarme con la lengua y los labios.

-AAAAHHHH- gemí mientras le apretaba la cabeza y empujaba con las caderas hacia arriba, como si quisiera meterle toda la cabeza en mi vagina.

Su lengua se agitaba con movimientos ligeros sobre mi hinchado clítoris. Luego se desplazaba hacia abajo y me la metía en la vagina o me chupaba los labios vaginales, metiéndoselos en la boca, mientras yo no hacía sino gemir como una perra en celo.

-AAAAHHHH-

-AAAAAHHHHH-

-AAAAAAHHHHH-

Entonces me metió dos dedos en la vagina al tiempo que me chupaba con fuerza el clítoris

-AAAAAAAAAAAHHHHHH- mi cuerpo se tensó y sentí el orgasmo más fuerte de mi vida.

-AAAAAaaaaahhhh- seguí gimiendo, mientras los espasmos recorrían mi cuerpo y mi mente.

Ella se compadeció de mi y separó la cara, dejando sólo los dos dedos en mi vagina. Dedos que mis músculos apretaban rítmicamente al ritmo de mis espasmos.

Cuando me tranquilicé un poco, ella se volvió a acostar sobre mí y buscó mi boca para besarme. Tenía toda la cara mojada, supongo que al acabar habré soltado un chorro de jugos. A veces lo hago cuando tengo un orgasmo muy fuerte. Pero no me importó y nos besamos en la boca con pasión.

El sabor y el olor de mi propio cuerpo era embriagador y sentía como el orgasmo que acababa de terminar me provocaba un par de nuevos espasmos. O a lo mejor era un nuevo orgasmo. Pero seguimos besándonos y acariciándonos por mucho rato.

Entonces la empujé hacia un lado, sorprendiéndola e inmediatamente me monté sobre ella.

-Ahora me toca a mi- le dije.

-Oh, no tienes que hacerlo-

-No te estoy preguntando, te estoy informando- le dije y comencé a besarle el cuello, camino a sus tetas perfectas.

Alicia me regaló una gran sonrisa y se acostó boca arriba en la cama, abandonándose a mis caricias.

Los pezones los tenía como si fuesen a explotar, así que lo primero que hice fue meterme el pezón derecho en la boca y con la mano agarrar el otro. Inmediatamente empecé a chuparlo y Alicia se estremeció gimiendo.

-Mmmmm… siii… qué ricooo-

Todo el nerviosismo que me había carcomido en las últimas dos semanas se esfumó. Ahora quería hacerle el amor a Alicia y sabía que ella lo quería también. Siempre había sido muy segura en estas cosas y aquel beso me había trastocado. Ahora volvía a ser la misma.

Le comía las tetas con toda calma, a veces me concentraba en chuparle los pezones que habían crecido más con mis caricias. Luego le apretaba toda la teta con las manos empujándolas hacia mi cara, para al final rozarle la aureola con la lengua, girando por toda su piel.

-Mmmm… qué bien lo haces… sigue así…-

Pero no pensaba seguir así. Enderezándome, comencé a quitarle los pantalones. Inmediatamente ella me ayudó, con lo que en pocos segundos quedó desnuda ante mi. Le miré el vientre y vi que no se afeitaba el pubis, sin embargo tenía los vellos cortos y bien acomodados en un pequeño triángulo. Me pareció que se veía bien y pensé en que quizás debía dejarme crecer los míos de nuevo.

Comencé a besarle el vientre, rodeando el pubis. Aprovechando el triángulo como límite. Ella se movía tratando de que me acercara más, pero yo la seguía evitando. Besándola por entre las piernas, por el lado interno de los muslos, la ingle…

-No seas mala…- gimió.

-¿Dónde quieres que te bese entonces?- le dije jugando.

-Tu sabes-

-Si, pero quiero que me lo digas-

-Quiero que me beses mi cuca- dijo utilizando una palabra que no oía desde que era una niña-

-¿Dónde quieres que te bese, ¿aquí?- respondí besándole los labios mayores y los menores realmente, porque estaba tan excitada que tenía la vulva abierta como una flor. Además de completamente mojada, claro.

-Siii…. y maaaas arribaaa-

Me alejé un poco para verle la… cuca, como ella la llamó. El clítoris estaba hinchado y parecía que iba a reventar de las ganas. Así que decidí darle el gusto. Bajando la boca, posé mis labios sobre su clítoris y chupé-

-AAAAaaaaahhhhh…. siiiiii… asiiii-

Después de chuparlo por unos segundos, la solté y me alejé.

-Oooohhhh… no te vayaaasss…. sigueee… no pareeess-

-Jajaja. No voy a parar, querida. Voy a chuparte hasta que explotes. Y voy a meterte mis dedos… qué digo… voy a meterte toda la mano…-

-Siiii…. siiii…. - respondió -cógeme… cógeme con todos los dedos-

La complací al tiempo que volvía a chuparle el clítoris. Primero metí un dedo y luego dos. Ella seguía gimiendo y agitándose.

Yo alternaba la lengua contra el clítoris con las chupadas con los labios, mientras que ahora con tres dedos la exploraba por dentro. Me pareció que tenía la vagina increíblemente estrecha, pero claro. Como no tenía hombre que se la cogiera…

-Siiii…. siiiii…. sigueee…. ya estoy cercaaa… aaahhh… ssiiiii-

Me apliqué nuevamente con las manos, buscando acariciar su punto G. Que no tenía claro cómo encontrarlo. El mío era fácil porque sentía el puyazo de placer cuando lo apretaba, pero para ella….

-YAAAAAAAAAHHHHHH- gritó. Tanto que pensé que los vecinos vendrían a ver que pasaba.

-Paraaa… para… por favoooor-

-Me vaaaas aaa mataaarrr-

No me moví más. Dejé mis dedos dentro de su cuerpo, pero no le besé ni le chupé el clítoris mientras su cuerpo se estremecía incontroladamente.

Poco tiempo después dejó de temblar y sólo gemía levemente. Entonces le saqué la mano de adentro y me moví para ponerme a su lado. Acostada sobre mi costado derecho, la abracé por todos lados. Mi pierna izquierda sobre su vientre, mi brazo izquierdo sobre sus tetas y el derecho acariciándole la cabeza. Busqué su boca y comencé a darle besos ligeros, dejando que recuperara la respiración. Ella me abrazó de vuelta, enredando sus piernas con las mías y acariciándome la cara. Una vez que recuperó el aliento, comenzó a devolverme los besos.

Por largo rato nos quedamos así, desnudas, acariciándonos y besándonos con mucho amor y cariño.

Finalmente le pregunté:

-¿Y ahora? ¿Será que nos convertimos en lesbianas? Jajaja-

-Jajajja- rió de vuelta -Noooo, que va. Me gustan más los hombres que las mujeres-

-¿O sea que no te gustó lo que hicimos?- le pregunté medio en broma, medio en serio.

-Por supuesto que me encantó, no seas boba. Nunca había tenido un orgasmo tan grande. Pero por supuesto que no pienso renunciar a los hombres. ¿O es que no quieres ya a Alex?-

-Pero por supuesto que lo amo. Y digo como tú. Esta experiencia ha sido deliciosa y la repetiría todos los días, pero Alex es el amor de mi vida y no podría seguir viviendo sin él-

-Pues ya tienes tu respuesta. Lo más que podríamos decir es que somos bisexuales-

-No me gusta esa palabra. Yo prefiero decir que somos… yo, por lo menos, heterosexual con ciertas… escapadas. Jajajaja-

-¡Ah! pues muy bien. Me gusta esa definición-

-Por cierto, hace tiempo que no te veo con una pareja. ¿No estás viendo a nadie?- le pregunté.

-Hay alguien... pero ya sabes, todos los que valen la pena están casados o son maricos-

-Ya me lo imagino... no es marico-

-Nooo, todo lo contrario- dijo Alicia suspirando.

-¿Y qué vas a hacer?-

-Por lo pronto me voy a New York-

-Y el se queda con su mujercita, ¿no?-

-Así es... es lo mejor para los tres-

-¿Para los tres?-

-Para él, para ella y... lamentablemente, para mi-

-Y hablando de hombres, será mejor que me ponga en camino. Es tardísimo y debe estar preocupado-

Justo en ese momento me sonó el celular. Era él.

-Mi amor- respondí.

-¿Dónde andas? Es tarde-

-Perdóname. Me vine a casa de Alicia que necesitaba que la ayudara con las maletas, pero ya terminé. En seguida me voy-

-¡Ah, ok. Dile que le mando un beso-

-Seguro. Nos vemos en un rato. Te amo-

-Y yo también-

Colgué y le dije a Alicia:

-Alex te manda un beso-

-¿Y no piensas dármelo?-

-Claro- respondí, acostándome sobre ella, comenzando a darle un profundo beso en la boca, mientras restregaba mi cuerpo contra el de ella.

-Mmmm- dijo después de unos minutos -me encantó el beso de Alex-