Primera vez
Mi primera vez con otro hombre. Una experiencia nueva que cambió mi vida para siempre...
Acababa de cumplir 30 años cuando me sucedió esto. Debido a unos problemas de espalda y por recomendación médica me apunté a nadar a una piscina cubierta del Ayuntamiento. Iba unas tres veces en semana y lo hacía a mediodía. Tuve suerte porque había una piscina muy cerca de la oficina, así que aprovechaba y me iba a nadar.
Lo hacía durante unos 30 minutos, una ducha rápida y algo de comida sana, que todo hay que decirlo, falta me hacía.
Así mataba dos pájaros de un tiro, comía sano y además hacía deporte. La verdad es que después de varios meses me encontraba mejor y hasta había perdido algo de peso. Mi espalda lo agradecía.
Un día estaba en las duchas después de haber nadado y entró un tío que no había visto antes. La verdad es que el tío estaba bastante cachas, unas espaldas enormes y unos abdominales bien definidos. Pensé que seguro que ese tío se las llevaba a todas de calle y que estaba harto de follar. No pude evitar fijarme en su polla que en reposo tenía un buen tamaño. También me fijé que iba totalmente depilado.
En fin, me dije a mi mismo, de mayor me gustaría ser como él.
Salí de las duchas, me sequé y cuando estaba sentado en los bancos del vestuario salió de la ducha. Llevaba el cuerpo mojado por el agua del ducha, de nuevo me fijé en su polla. Joder, parecía hasta más grande que en la ducha, menudo pollón gastaba el tío.
Se acercó hasta donde estaba yo sentado y me parecio raro porque no tenía allí su ropa. Me fije que en ese momento no había nadie en el vestuario.
Llegó hasta donde estaba yo y se acercó, se acercó mucho, tanto que su polla estaba a escasos centímetros de mi cara. Elevé la mirada y me encogí de hombros como preguntando que quería y entonces me dijo:
- Me he fijado que te gusta mirarme la polla, así que ahora puedes mirarla bien de cerca.
Me quedé helado, no supe que contestarle. El tió se había fijado en que le había mirado la polla un par de veces, bueno, quizás fueron más de un par de veces y quizás estuve demasiado tiempo mirándosela pero joder, soy hetero y me gustan las tías, me gustan mucho las tías.
- ¿Te gusta mi polla? - me preguntó
Mientras que se la agarraba con un mano y se echaba la piel hacia atrás dejando su capullo totalmente expuesto. No se que fue, si su cuerpo perfecto cubierto por gotas de agua, sus abdominales o su enorme polla pero me quedé petrificado mirándole, recorriendo con la mirada sus abdominales bajando hasta su polla y sus huevos. Nunca había tenido otra polla tan cerca y menos aún a la altura de mi cara.
Si hubiera entrado alguien la situación hubiera sido bastante comprometida.
Entonces aquel tío me agarró la cabeza con una mano y se acercó todavía más, tanto que sentí el contacto de su polla contra mi cara. Era la primera vez que sentiá otra polla y la tenía pegada a mi cara, a mis labios... la note caliente.
Me sentí dominado por aquel tío y lo peor del caso es que no sabía como reaccionar. Era mucho más fuerte y alto que yo. Podía haberle dicho algo o haberme quejado pero por alguna extraña razón dejé que aquel tío me dominara. ¿Hasta donde iba a llegar?
Supongo que él al ver que no hacía ni decía nada pensó que podía hacer conmigo lo que quisiera.
Sin separar su polla de mi cara y sin soltar mi cabeza con la otra mano se la agarró y la puso sobre mis labios.
Los cerré fuerte y apreté los dientes y él empezó a frotar su capullo contra mis labios. Sentía su polla contra mis labios,
era muy suave.
- Vamos, abre los labios, si al final te a gustar...
Me agarró fuerte del pelo y empujó un poco más mi cara contra él. Mis labios empezaron a ceder y su capullo ya jugaba con ellos a su voluntad, me restregaba el capullo contra mis labios.
- Abre la boca y cométela
Al final cedí y mi boca se abrió por completo permitiendo que aquella polla entrara dentro. No lo podía creer, estaba sentado en el vestuario de la piscina con una polla dentro de mi boca.
Era grande, estaba caliente y notaba como se iba poniendo dura, estaba creciendo dentro de mi boca. Yo me dejaba hacer y él seguía con su mano guiando los movimientos de mi cabeza. Movimientos que significaban que estaba haciendo la primera mamada de mi vida a un desconocido. Me estaba obligando a hacerlo aunque yo tampoco había puesto muchos problemas a que hiciera conmigo lo que quisiera.
Lo peor fue cuando me di cuenta que yo estaba empalmado. La tenía dura como una piedrá y aquel tío se dió cuenta.
- Has visto como te está gustando, se te ha puesto dura...
Mientras me seguía obligando a chupar su ya casi erecta polla. La notaba muy dura, y notaba su capullo dentro de mi boca llenándola por completo. Su polla seguía entrando y saliendo de mi boca lentamente, al ritmo que él imponía.
Oímos unos ruidos e inmediatamente sacó la polla de mi boca y se fue hasta donde tenía sus cosas. Yo me tapé con la toalla la ereccion mientras notaba el sabor que me había dejado su polla en mi boca.
Estaba totalmente ido, no sabía que hacer. Entraron dos tipos más en el vestuario y me empecé a vestir dándome la vuelta para que no vieran mi erección. Me vestí, me peiné y me fije que el tió que me había metido la polla en la boca estaba haciendo lo mismo. Nos cruzamos varias veces la mirada.
Cuando él estuvo totalmente vestido se acercó hasta mi y me dijo con total normalidad:
- ¿Nos vamos?
Asentí con la cabeza, cogí la bolsa de deporte y le seguí.
Cuando salimos del vestuario me dijo:
- Vamos a mi casa, está muy cerca.
No me preguntó, simplemente me dijo lo que tenía que hacer y por primera vez puse una pega:
Es que tengo que volver a la oficina
No te preocupes que vas a volver a la oficina pero después de pasar un rato conmigo. Ya verás como te gusta... ¿es la primera vez que chupas una polla?
La verdad es que sí -contesté.
No te preocupes, verás como no es la última, JAJAJA
Llegamos a su casa y cuando entramos en el ascensor me agarró la polla por encima del pantalón.
- Sigues empalmado...
No supe que decir, era verdad. Esa mezcla de estar asustado ante lo que iba a pasar, algo totalmente nuevo y desconocido para mi que en cambio me excitaba mucho.
Entramos en su casa, pasamos al salón y me dijo que me sentara. Se desnudó delante de mi y de nuevo repetimos la operación, me agarró la cabeza con una mano y con la otra llevó su polla hasta los labios. Esta vez no me resistí y abrí los labios para recibirla.
- Ya vas aprendiendo... muy bien.
Su polla llenó mi boca por completo y empezó a moverse dentro de mi boca, a follarmela lentamente. Cuando la tuvo totalmente dura me agarró la cabeza con las dos manos y aumentó el ritmo.
Su polla y entraba y salia a buen ritmo y parecía que me gustaba. No sabía que hacer con las manos así que primero las puse sobre sus piernas y más tarde mientras se la seguía chupando las fuí subiendo hasta que le agarré el culo.
- Eres un chupollas de primera, ahora tu solito.
Retiró sus manos de mi cabeza dejó que fuera yo quien llevara el ritmo. Intenté hacerlo mejor posible y se la chupe durante un buen rato. Mientras se la chupaba subí mi mirada hasta fijarme en su cara, le estaba gustando, tenía los ojos cerrados y estaba disfrutando de mi mamada. Nunca imaginé ser capaz de darle placer a un hombre de esa forma.
Abrió los ojos y nos quedamos los dos mirandonos a los ojos. Yo con mi boca llena y él con una sonrisa en su cara.
- Para un poco, no quiero correrme aún - me dijo mientras me sacaba la polla de la boca- Ponte de pie.
Lo hice y se puso de rodillas delante de mi.
- vamos a ver que tenemos aquí.
Me bajó la cremallera y metío su mano palpando y agarrandome la polla por encima del slip. Después metió sus dedos y noté por primera vez el contacto de su mano con mi erecta polla. Estaba muy cachondo. La agarró y me la sacó pajeándome suavemente durante unos instantes mientras la miraba hasta que abrió la boca y se la metió dentro. Aquel tío sabía como chupar una polla, su lengua jugando con mi capullo, sus manos pajéandome y acariciando mis huevos... se la sacaba para recorrer mi polla con su lengua, se la volvió a meter. No podía más me iba a correr y le avisé. Él siguió chupando y meneándome la polla aún con más ímpetu hasta que me corrí en su boca. Varios chorros de esperma llenaron su boca que él tragó sin pensarselo dos veces y siguió con mi polla en su boca bajando el ritmo hasta que perdió su dureza.
Me sentí un poco humillado por lo poco que había durado pero estaba tan excitado que me corrí muy rápido. No dijo nada al
respecto lo cual me alivió un poco.
Se incorporó y me pregunto si me había gustado, le dije y que sí y me sorprendió con un beso en la boca. Note el sabor de mi semen y su saliva dentro de mi boca, su lengua jugando con la mía... nunca habia sentido nada igual y también me estaba gustando.
- Quiero me hagas lo mismo que te he hecho yo a ti. Desnúdate.
Me quedé completamente desnudo delante de él y se sentó en el sofá.
Me puse de rodillas entre sus piernas mirando su polla fijamente. La veía grande, imponente, con un capullo rosado y bien gordo, con grandes venas recorriendola...
La agarré con una mano y empecé a pajearle, después la besé y la recorrí con la lengua para notar su sabor y lo caliente que estaba. Después me pasé su polla por mi cara para sentirla sobre mi piel y me di pequeños golpecitos con ella. Lo estaba disfrutando y era mi primera vez con un tío. En alguna ocasión había fantaseado con que alguien me obligaba a chuparle la polla pero ahora era yo el que llevaba la iniciativa.
Decidí metérmela en la boca, me llenó por completo y empecé a subir y bajar mi cabeza con su polla dentro mientras la pajeaba con una mano y con la otra le tenía agarrados los huevos. Él empezó a mover sus caderas y a decirme lo bien que lo estaba haciendo, que había aprendido muy rápido y que iba a ser un excelente chupapollas.
Aquello me excitó muchísimo...
Dímelo otra vez -le dije sacándome su polla de la boca y volviendola a meter.
¿Te gusta que te diga que eres un buen chupapollas?
Asentí moviendo la cabeza afirmativamente sin sacar su polla de mi boca y mirándole a los ojos.
Empezó a llamarme de todo, a insultarme, me agarró por el pelo tirando de él y se levantó quedando yo de rodillas con su polla clavada en mi boca mirando hacia arriba. Se agarró la polla y me la sacó de la boca para darme una serie de golpecitos por toda la cara, me le volvía a meter bruscamente, me follaba la boca un par de veces y la sacaba para darme de nuevo golpecitos.
- ¿Te está gustando verdad? Te gusta que te dominen, lo vamos a pasar muy bien tú y yo...
Asentí de nuevo con la cabeza mientras me seguía follando la boca, lo hizo un buen rato hasta que incrementó el ritmo, empezó a respirar de forma agitada y anunció que se iba a correr en mi boca.
Su polla se hinchó un poco más y forzó mis labios que tuvieron que abrirse para acomodar aquel enorme trozo de carne que me invadía.
Y finalmente se corrió, una abundante corrida que llenó mi boca, tuve que tragar parte de la corrida mientras que otra parte se escapaba por la comisura de los labios. Perdí la cuenta de cuantos chorros de semen escupió pero fueron varios y de gran intensidad.
Me gustó.
Sí, me gustó y mucho, me gustó que me forzara a chuparle la polla, que me llevara a su casa, que me chupara él la polla y me corriera en su boca y que después él hiciera lo mismo en la mía, pero lo que más me gustó fue la sensación de ser dominado, insultado y obligado a hacer algo prohibido, algo que en mi entorno personal y profesional estaría muy mal visto. Dirían de mí que soy un pervertido y no sé cuantas cosas más.
volví a la realidad y todavía estaba de rodillas con su polla ya un poco morcilla en mi boca, sus dos manos agarrandome la cabeza con suavidad, como agradeciendo el trabajo que le había hecho. Le miré y tenía los ojos cerrados, respirando todavía agitadamente hasta que se dejó caer en el sofá.
Cuando su polla salió de mi boca empecé a notar el sabor que su semen me había dejado, notaba la boca un poco pringosa con todavía restos de semen. De rodillas entre sus piernas me acerqué de nuevo a su polla y me la metí en la boca, quería sentirla y saborearla con detenimiento. Tan gorda, tan caliente, toda para mi. Me recreé en sentirla por mi cara, mis labios, recorrer con la lengua cada milímetro de su glande, sentirla latir aunque no estuviera del todo erecta.
Así estuvimos unos minutos en los que no hablamos, simplemente me dediqué a conocer mejor la primera polla que había saboreado, sin
prisas y sin la excitación del momento que habíamos vivido anteriormente.
Hasta que mi móvil sonó y recordé que tenía que volver a la oficina, el tiempo se había detenido por unos minutos, mejor dicho, por una hora, el tiempo que había estado en su casa.
- Tengo que irme
Le dije, mientras dejaba su polla reposando sobre uno de sus muslos y le daba un beso de despedida. Me incorporé y me vestí. Me dijo donde estaba el baño y me dió un par de caramelos para olvidar el sabor de su polla y de su semen. Los guardé en el bolsillo y me acompañó a la puerta, allí nos despedimos.
- Te espero el próximo martes en el gimnasio y repetimos, seguro que tienes ganas de volver a chupármela. Y tenemos que explotar más tu lado sumiso.
¿Me lo dijo o me lo ordenó? No me importó porque sabía que quería repetir la experiencia. Antes de salir por la puerta me giré, me agaché y le chupé de nuevo la polla por última vez. Quería recordar su sabor.
Le di las gracias y me fui. En el ascensor me miré en el espejo y había una pequeña sonrisa dibujada en mi cara.
Ya quedaba menos para el próximo martes.