Primera Vez

Relato acerca de como me inicié en el sexo. Yo era muy chiquita y hacía lo que fuera para estar upa en los brazos de mi papi. Mi papi hizo que me volteara hacia él, que abriera las piernas y me dijo que jugaríamos al "caballito".

MI VIDA SEXUAL

Por Patsy

::Primera Vez

Hola, soy Patsy y quiero contarles mi historia.

Quiero contarles acerca de como me inicié en el sexo. Aún me excita hoy recordar esos momentos. El hombre que me inició es mi tío T, quien hasta ahora es mi amante y el único hombre capaz de saciar mi inmensa calentura.

Yo era muy chiquita cuando empezamos nuestra historia de amor y sexo, tenía 18 añitos. Mi madre trabajaba todo el día en una fábrica por lo que me dejaba en la casa de la abuela, donde también vivían mis tíos y mis primitos.

Mi tío cuando llegaba del trabajo nos solía preparar la merienda y nos bañaba a mi primita y a mi. Yo era muy apegada a él, porque como yo no tenía papá, él cubría ese rol. Era una competencia constante entre mi primita y yo por el cariño y la atención de nuestro papá.

Así fue que yo me ponía seductora para mi papi y para lograr ser su favorita. Bueno, a los 18 añitos gran poder de seducción no tenía. Pero yo hacía lo que fuera para estar upa en los brazos de mi papi y recibir su cariño. Estoy segura de que lo hastiaba en ocasiones.

Una vez, después de bañarnos y de la merienda, mi papito se puso a ver la tele. Mi primita se durmió en sus brazos, así que la puso en su camita y volvió a la sala para continuar viendo la tele. Yo, ni corta ni perezosa, aprovechando que mi papito estaba solo conmigo, me senté en su regazo y le pedí que me acunara como lo hizo con mi primita. Fue entonces que sentí el bulto sobre el que me había sentado. Era una sensación agradable, y pude sentir que el bulto crecía y crecía. Entonces mi papi hizo que me volteara hacia él, que abriera las piernas y me dijo que jugaríamos al "caballito". Yo estaba feliz, sentada a horcajadas sobre él, porque tenía a mi papito solo para mi y jugaríamos un jueguito divertido.

Mi papi me tomó suavemente de la cintura con sus manos, y apretándome lentamente contra sí, empezó a hacerme cabalgar. Me empujaba hacia delante y hacia atrás, a la vez que me empujaba desde abajo. Me gustaba el jueguito y cada vez me gustaba más. Yo me estaba calentando tanto que me babeaba toda y apenas podía respirar. Luego de un buen rato de estar jugando, sentí un gustito delicioso que me empezaba entre la piernas y me subía por todo el cuerpo. El bulto que tenía mi papito se sentía delicioso y yo me restregaba contra él como una loca. Hasta que empecé a temblar sin control y a tener unas ganas tremendas de orinar. "Papi, papi, me voy a hacer todo pipí" - alcancé a decir entre los temblores de mi cuerpo y una especie de desfallecimiento que me dominaba.

Él no me dijo nada y me siguió restregando contra sí mientras yo gozaba del primer orgasmo de mi vida. Sentí como que me oriné, mi bombachita estaba toda mojada y me moría de vergüenza y de placer. Mi papi me sonrió y me dijo "Patty, no te orinaste, sólo que te mojaste un poco. Descansá y vamos a jugar más después." Yo sólo atiné a decir "Sí", mientras me acurrucaba a su lado en el sofá y me quedaba adormecida mientras él me besaba y acariciaba.

Me dormí un rato en sus brazos. Al despertar, mi papi me estaba acariciando las piernas mientras me besaba en la cara, las mejillas, la frente. Luego empezó a acariciarme el culito, y me gustó muchísimo. Toda esta aventura había sido en la sala y vestidos, sin sacarnos la ropa. "¿Querés jugar más?" - me dijo mirándome tiernamente. "¡Sí!" - respondí muy entusiasmada. "Vamos a mi pieza" - me dijo mientras me alzaba upa y me llevaba a la habitación. "Hacéte la dormida" - me dijo, así que cerré los ojos mientras me llevaba al dormitorio. Pasamos al lado de mi primo que estaba haciendo su tarea del colegio. "Patty se durmió" - le dijo papi - "La voy a llevar a dormir a mi pieza. Avísame cuando sean las seis y media para ir a buscarle a mami" - "Sí papá" - dijo mi primo metidísimo en sus cuadernos y libros, porque los exámenes estaban cerca.

Cuando llegamos a su habitación, el me puso sobre la cama y se volvió para cerrar la puerta con llave. Luego se acercó a mí y me dijo "Vení". Me paré en la cama y salté hacia él, echándole los brazos al cuello. "Te quiero mucho" - me dijo mientras me abría las piernas y me apretaba las nalgas. "Yo también te quiero mucho" - le dije. Luego empezó a besarme de nuevo, pero esta vez sus labios se acercaban mucho a mi boca. "¿Querés que te bese en la boca como hacen en la tele?" - me preguntó, yo asentí con la cabeza. Empezó a besarme suavemente mientras me acostaba sobre el sommier. Luego se acomodó a mi lado, sin dejar de besarme. Yo cerraba los ojos como había visto que hacían en la tele. Me gustaba mucho cómo mi papi jugaba con su lengua. "¿Te gusta?" - me preguntó sin dejar de besarme. Yo asentí de nuevo con la cabeza. Estuvo besándome largo rato, y yo sentía unas cosquillas entre las piernas cada vez que su lengua y mi lengua se encontraban. En todo momento me acariciaba los muslos y me sobaba el culito. Yo estaba llegando a una excitación extrema. "Te voy a sacar la bombacha, porque te mojaste todo" - me dijo. Yo asentí con la cabeza, coloradita de vergüenza porque creía que me había hecho pipí.

Cuando me hubo sacado la bombachita, me levantó la pollerita y me abrió las piernas. Se quedó observándome así unos segundos y luego mirándome a los ojos me dijo "Te quiero Patty, sos muy linda". Yo me moría de amor y calentura por mi papi, "Quiero jugar caballito" - le dije. "Sí, pero antes te voy a dar un besito aquí" - me dijo mientras me acariciaba la vulvita con sus dedos. "¿Te gusta?" - me preguntó una vez más, "Sííí..." - le dije impaciente pues quería volver a sentir otro orgasmo. Pero mi papá, lejos de hacerme caso, siguió acariciándome la vulva mientras me miraba fijo a los ojos. No tardé en sobrecalentarme, sentía que me faltaba el aire, gemía. Fue entonces que mi papito empezó a besarme primero los muslos, luego entre las piernas y después a lamerme como si fuera un helado de fresas. Me volví loca de deseo, sentía su lengua recorriéndome en lo más profundo de mi ser y temblaba. Podía oler el aroma de mi conchita mientras escuchaba el ruidito que hacía mi papito al lamer y al chuparme los labios de mi conchita.

De repente, otra vez mi cuerpo empezó a temblar mientras parecía que me orinaba todito. El orgasmo esta vez fue más violento. Me dejó exhausta. En ningún momento mi papito dejó de lamer y chuparme la concha. Sorbió todos los jugos de mi conchita virgen de nenita. Cuando temblé todita, el me mantuvo las piernas abiertas, saboreándome con más énfasis mi conchita. Sentí como que me moría. Una debilidad repentina se apropió de mis piernas primero y después de todo mi cuerpo. Fue mi segunda acabada. Entonces, se levantó, me puso la bombachita otra vez y se fue a ver la tele dejándome dormida después de tanto placer.