Primera ves
Con mi amiga del alma...
Primera ves, mi amiga iliana
No...no, si lo cierras así pierdes el archivo - explicó Melina por tercera vez a su amiga Ileana. Melina llevaba años trabajando con computadoras, en cambio Ileana, que trabajaba con Antiguedades hacía sus primeras armas en el tema y aunque no era tonta, le costaba entender, por eso Melina se había ofrecido a ayudarle...no en forma desinteresada, sino porque le gustaba mucho su amiga y quería estar cerca de ella mas tiempo. Jamás le había insinuado nada, porque después de superar dos divorcios, no creía que Ileana sintiera algún tipo de atracción por otras mujeres, así que estaba resignada a no tener nunca un «encuentro cercano» con ella. Respetaba todas las decisiones de vida, y no quería perder a su amiga.
Es que este ratón no me obedece - respondio Ileana con voz lastimera. Melina puso su mano sobre la de Ileana, moviendo el ratón sobre el mouse pad lentamente...aún tocarle la mano le erizaba la piel, tanto así se sentía atraída por ella
Es que te apuras demasiado..tienes que ser suave...solo mover la muñeca y no toda la mano - Explicaba esto junto al oído de su amiga, parada detrás de ella, inclinando el cuerpo...su tono había bajado un poco, porque siempre la había gustado aquel perfume que Ileana usaba, era capaz de saber si ella estaba en una habitación identificando solo el perfume, tan atenta estaba siempre por ubicarla
Ves...es así...sino el ....
Detuvo la explicación porque había girado la cabeza para ver el rostro de su amiga y se encontró frente a su cara....Ileana no estaba atendiendo la explicación, la estaba mirando de un modo que nunca antes había notado...sus bocas estaban a escasos centímetros. Bastó un leve movimiento para besarla, olvidadas las explicaciones técnicas sobre computación. Se apartó de inmediato, horrorizada por lo que había hecho. Aunque Ileana sabía de sus preferencias por las de su mismo sexo, nunca habían tenido nada mas que una muy buena amistad y aquello podía estropearla para siempre.
- Perdona...no fue mi intención...te juro que no ...
Ileana no respondía. Le puso dos dedos sobre la boca. Luego se limitó a apartar la silla del escritorio y le tomó las manos. Melina comprendió...se sentó a horcajadas en las piernas de Ileana...en ese momento agradeció la manía de su amiga de tener aquel pesado sillón de escritorio de roble, que soportaba perfectamente el peso de los dos cuerpos. Se miraron profundamente a los ojos, los cuerpos frente a frente.
Creo que no quiero explicaciones - dijo Ileana con voz algo ronca - Te quiero a tí - Melina hundió sus dedos en el cabello rojo de Ileana y bajó la cabeza. Sus bocas se unieron y las lenguas se entrelazaron, explorando mutuamente las cavidades bucales, pasandose el aliento mutuamente, besándose profundidad de la que Melina no se había imaginado capaz. No era una mujer que pensara solo en sexo y era mas bien tranquila en sus demostraciones...pero Ileana despertaba fuego en ella. Melina sintió las manos de Ileana levantando su sweater y buscando el camino hacia los senos, los cuales comenzó a masajear con mucha lentitud.Aquello era de locas, pensó Melina...su amiga no era lesbiana, había pasado por dos matrimonios y algunos amantes...pero no quería razonarlo, quería sentir...sentir, que ya llevaba demasiado tiempo enamorada de ella y deseándola. El beso se prolongó casi tanto como las caricias de Ileana en sus senos y su cintura, que rodeaba de cuando en cuando para que sus cuerpos quedaran aún mas pegados, si esa posiblidad cabía. Se separaron un poco e Ileana musitó.
Vamos al dormitorio....
Se bajó de sus piernas. Ileana se puso en pie, le tomó la mano y fueron al dormitorio. Melina trató de quitarle la blusa, urgida por verla, pero ella la detuvo. Con deliberada lentitud se desnudó frente a ella, exhibiendo su cuerpo maduro, de mujer que ha pasado los cuarenta años y mirándola directo a los ojos, para ver su reacción. Con sus escasos treinta y uno, Melina no reparó en los defectos propios de la madurez, ni el presunto sobrepeso que tanto preocupaba a Ileana...aquel cuerpo le hizo reaccionar con deseo, le puso los ojos brillantes de imaginarse ya desnuda junto a ella en la cama. Llena de urgencia comenzó a quitarse la ropa, ayudada por una Ileana que se ponía torpe, cosa que la excitaba aún más.
La ropa se desperdigó por la habitación y se tumbaron en la cama, acariciandose por todos lados, reconociendo cada rincón del cuerpo con la punta de los dedos, besándose profundamente en la boca, saboreandose. Ileana bajó la mano y masajeo los muslos de Melina, que sentía ya arder su bajo vientre. Le tomó la mano y la dirigió directo hacia su vulva...la quería trabajando allí. Ileana no se hizo rogar, masajeo su clítoris con maestría y lentitud deliberada, intentando enloquecerla de deseo y lográndolo...la temperatura le subió hasta hacerla enloquecer...no se había imaginado que ella la deseara también. Comenzó a mover las caderas para acompañar el movimiento de la mano que trabajaba allí abajo, quería sentirla mas profundamente...suspiraba ruidosamente e Ileana también, introduciendo los dedos ahora en la cavidad vaginal, jugueteando, buscando la forma de hacer aquello aún mas placentero. Pese a que no solía ser muy expresiva en la cama, Melina comenzó a gemir....el placer no tardó en llegar, expandiénose en movimiento convulsivos por toda su cavidad vaginal...los movimientos espasmódicos le indicaron a Ileana que tenía que moverse con mas rapidez. Suspiraron al fin, abrazándose. Solo un rato después Melina preguntó:
¿Por qué no lo hiciste antes?.
Porque te llevo quince años mi amor...tenía miedo de que me vieras desnuda y ya no me desearas, me parecía increíble que te fijaras en mí, teniendo tanta chica mucho mas joven mirándote con interés.
Melina se rió. La beso en la frente, protectora.
- Pero es a tí a quien quiero y a quien deseo...solo a tí - y bajó la mano por el vientre, dirigiendose hacia la zona erógena de Ileana, sabiendo lo que tenía que hacer para demostráselo. A partir de aquel momento algo importante había comenzado entre ellas....no importaba la duración ni el futuro de aquella relación...importaba el mutuo placer que se brindarían mientras durara.