Primera experiencia por accidente

Mi primera experiencia bi por el alcohol y mi esposa

Somos un matrimonio de Málaga con 42 y 36 años y dos niños pequeños. Mi mujer es rubia y muy guapa, no es delgada ni gorda pero tiene dos tetas grandes. Siempre hemos sido abiertos en el sexo dentro de nuestra habitación, es decir, hemos probado diferentes posturas y juguetes pero sin terceros nunca. Ultimamente cuando follábamos, nos hablábamos para calentarnos el uno al otro y en varias ocasiones salió el tema de si me gustaría verla comiendo otra polla, con eso se ponía supercachonda (y yo tb de verla) aunque nunca lo propusimos porque después de corrernos se nos pasaba el calentón.

La historia que voy a contar es totalmente real y cada vez que pienso en ella me pongo a mil. Nos invitaron a una boda a Córdoba de unos amigos, como la celebración era en el campo, alquilaron bungalows de un alojamiento rural que había cerca para los invitados. Era la típica boda en la que conoces a poca gente pero todo el mundo está de buen rollo y en seguida nos pusimos a hablar con los compañeros de mesa, todos éramos de la misma edad (40) y habíamos podido colocar a los niños a los abuelos. Para la hora de la barra libre ya íbamos bastante caldeados de alcohol así que aproveché para calentar motores para cuando llegáramos al hotel. Mi mujer estaba en la barra pidiendo una copa y me acerqué por detrás pegándome a su culo y le dije: no bebas mucho que después tenemos que hacer cosas en el hotel…

Ah sí! Qué cosas?- me dijo con cara pícara.

Ya lo verás - y le besé el cuello que sabía que le ponía cachonda.

Me fui a bailar y a hablar con otras personas de la boda y a seguir bebiendo. Cuando pasábamos uno al lado del otro nos pellizcábamos el culo sin que se diera cuenta la gente y una vez me tocó el paquete muy discretamente. La cosa pintaba bien, estaba apurando la juerga pero me iría pronto al hotel.

Ya terminando yo me encontraba en un extremo de la barra hablando con otro invitado y vi a mi mujer apoyada para pedir. Uno de los que estaba en la mesa, Jaime, el típico fuertecito de crossfit, se le acercó por detrás para bailar con ella mientras pedía la copa. Mi mujer pensó que era yo y echó el culo hacía atrás para rozarse con él. Yo lo veía todo desde el extremo viendo que era una confusión. Confusión que se confirmó cuando ví que mi mujer se volvía y pegaba un salto de sorpresa porque no era yo quien se le acercaba por detrás. Los veía a los dos riendo y me acerqué cuando acabe la conversación en la que estaba. Seguían hablando y me incorporé a la suya. Él se fue en seguida y yo le pregunté a mi mujer que aún se reía:

  • Que pensé que eras tú quien venía bailando por detrás y me ha dado un susto de muerte- decía con risa nerviosa.

-¿por qué te ries tanto? Esa risa es de nervios o de cachonda creo yo…pues el tío está petado, espero no tener que pegarme con él- bromeé.

-la verdad es que el tío está que no veas…pero tú estás mejor.

Terminó la fiesta y cogimos el camino al bungalow, estaba a pocos metros andando del lugar de celebraciones. Cuando llegamos e íbamos a abrir la puerta me pegué a mi mujer como había hecho en la barra, seguíamos más de cachondeo que de guarreo y le dije: me voy a refregar otra vez que se ve que te gusta. Ella se reía mientras sacaba la llave.

Entonces pasó un grupo de los que volvían de la boda y nos dijeron que iban al bungalow de otros amigos más lejos a continuar con la última. Comenzamos a charlar y se fueron yendo hasta que se quedó solo Iván que me dijo:

Oye perdona pero ha habido una confusión con tu mujer, no ha sido mi intención - lo decía en buen tono.

Yo le quité importancia porque no soy celoso y me parecía una tontería.

Eso que se ha llevado ella, Jaime…- bromeé

Mi mujer, bastante borracha ya, decía: ¿cómo ha sido, Iván? Te he hecho un perreo que no veas jaja.

Los tres habíamos pedido una última copa en la barra libre que estaba casi entera así que entramos a echarle hielo. Como no tenía que madrugar y estábamos sin niños quería aguantar hasta el final así que puse música como hubiera hecho con mi mujer. Ella entró al servicio y cuando salió y nos vio hablando dijo: mmm qué dos hombres en mi habitación.

Todo seguía medio broma medio en serio aunque a mí me puso cachondo cuando me tocó el brazo.

-No digas eso que tu marido va a pensar que algo raro….después del perreo…

-Mi marido sabe que no hay problema, ¿a qué no?- dijo mirándome

En esta última frase había cambiado el tono, nos cruzamos la mirada pensando en los mismo y me lancé a lo guarro directamente.

Quiero ver cómo ha sido el perreo, ¿lo podéis hacer otra vez?

Vi como ambos se ponían cachondos, era como el pistoletazo de salida. Mi mujer empezó a rozarse, doblada casi a 90 grados, rozándose con su polla. Yo estaba a 50 cm de ella y me susurró: ¿te gusta?

Yo le asentí y pasó la mano por mi paquete, me miró como pidiéndome aprobación a lo que iba a pasar y yo acepté con la cabeza. Empezó a acariciarme la polla por encima hasta que no pude más y me la saqué. Cuando Iván me vio, levanto el vestido de mi mujer que seguía rozándose contra su polla en erección dentro del pantalón. Empecé a ver los cachetes del culo de mi esposa y cómo se rozaba el tanga con el pantalón de Jaime. Yo estaba muy cachondo ya y con mi polla en mi mano le dije:

Chúpanos a los dos la polla.

Vi como se excitaban sus ojos y después asintió. Se puso de rodillas y le pusimos nuestras pollas en la cara. Ella empezó con la mía y agarró la de Iván con la mano derecha. Antes de chupársela, me miró y me preguntó:

-¿quieres que se la chupe? ¿Seguro? ¿Le chupo la polla?

Era como si Iván estuviera presente pero fuera ajeno a un juego nuestro, como si no hablara nuestro idioma.

Yo asentí y escuché el gemido de Iván con la mamada de mi mujer. Estaba tan tan tan cachondo que no quería terminar nunca. Nos las estuvo chupando un rato a cada uno hasta que se puso de pie y me dio un beso en la boca. Le sabía a polla y me excitó también.

¿Quieres que te coma el coño ahora?- le pregunté.

Movió la cabeza en negación y me dijo al oído muy bajito: quiero que chupes una polla conmigo.

Me puse aún más cachondo, nunca he tenido tendencias gays ni curiosidad acerca de estar con otros hombres, soy heterosexual porque lo soy, no habría tenido problemas en aceptar mi homosexualidad. Pero eso me puso cachondo, me ponía cachondo verla dominándome y diciendo lo que quería que hiciera.

Apenas le pude contestar, me cogió de la mano y se agachó conmigo. Cogió la polla de Jaime y empezó a chuparla de nuevo mirándome, se acercó a mi con la polla en la mano y su lengua chupándole el glande y me hizo un gesto con la cabeza. Saqué mi lengua y empecé a chuparle el glande junto a ella. Escuché dos gemidos de excitación, de Iván y de mi esposa. Seguimos así hasta que mi esposa me puso la polla apuntándomelo a la cara y sin decir más, abrí la boca y me metí la polla entera en la boca. Mi mujer se estaba tocando y yo estaba con la polla como un mástil. Al poco tiempo, Iván empezó a gemir y mi mujer cogió su polla, lo puso como un micro compartido para que siguiéramos chupando y le dijo a Iván pero mirándome a mí: vamos, córrete.

En unos segundos, Iván empezó a correrse en nuestras caras, nos cayó en la frente, nariz y boca. Cuando acabó, se apartó y subió los pantalones. Mi mujer y yo empezamos a besarnos con el semen en nuestras caras y boca. Escuchamos a Iván marcharse.

Contaré el resto en el próximo relato.