Primera experiencia playa nudista‏

Este relato se basa en la primera experiencia que tuve en playas nudistas con mi mujer.

Somos un matrimonio sobre los cuarenta años que vivimos en Gavá, una población cercana a Barcelona. Como creo que es el caso de muchas parejas, estoy empujando a mi mujer a este mundo morboso y como creo que pasa en muchos casos, tengo más o menos éxito. Me propuse llevarla a una playa nudista. Me daba mucho morbo que vieran otros hombres a mi mujer desnuda y poder mirar a otras parejas interactuar.

Era finales de agosto y acababamos las vacaciones. Nos quedaba una semana por delante y decidimos quedanos en casa. Lo típico, hacer excursiones a diferentes playas, cenar fuera etc. Yo ya había discubierto por Internet cala morisca (cerca de donde vivimos). Sabia que era nudista. Mi plan era llevarla alli sin decirle que era nudista y a ver que pasaba. Supongo que el mismo plan que han tenido muchos como yo. La convenci de ir a ver sitios nuevos y que esta cala estaba muy bien recomendada. Y ademas esta al lado de casa.

Asi que el primer dia nos dirigimos a Cala morisca. Solo de pensar que veria a mi mujer desnuda delante de mas gente me ponía cachondisimo. Llegamos a la cala, la cual se llega por un camino elevado donde puedes ver la preciosa cala. Primer problema. Desde esa vista mi mujer se da cuenta que es nudista y lo primero que dice es que nos diesemos media vuelta. Yo la convenzo que también hay gente con bañador y que podemos estar sin problema con el bañador puesto.  Además era un palo volver atrás. La consigo convencer y llegamos a pie de playa. El corazon ya me iba a mil. Primer objetivo conseguido.

Cuando nos estamos colancando en el sitio ella me insiste en que no va a hacer nudismo (aunque ella hace normalmente topless), pero que yo puedo hacer lo que quiera. Jeje. Yo me quedo desnudo con mi polla morcillona por la excitación y el morbo del momento. Seguimos una rato asi tumbados. Yo disfruto del momento, fijandome en las otras parejas. No habia movimientos raros. Parejas tranquilamente tomando el sol. Hace calor y nos metemos en el agua. Yo sigo disfrutando de las vistas. Pero claro, me faltaba mi mayor objetivo que era conseguir que mi mujer se quedara totalmente desnuda. Volvemos a las toallas.

Al cabo de un ratito, una vez se habia secado, me pidió que le pusiera crema en la espalda. Entonces decidí empujar un poco. Le puse crema por todo su cuerpo,  recorriendo su espalda, sus muslos, su culito de forma muy sensual, rozándole su coño… mmmm. Empecé a notar que ella comenzaba a tener el coño mojado de excitación.  Mientras tanto me fijaba como el chico de la pareja que teniamos justo debajo no perdia atención, lo cual me ponia mas cachondo si acaso. No sabia como ponerme para disimular mi tremenda ereccion. Empece a besarla en la boca de forma excitante. Notaba que se estaba poniendo cachondisima. Al cabo de un momento de estar así me dice de ir al agua. Yo me tuve que esperar un  rato para que bajara un  poco la erección. En seguida ya estabamos los dos dentro del agua. El nivel del agua nos llegaba un poco por debajo del cuello y nos empezamos a abrazar y besar. No habia nadie muy cerca. Al momento mi mujer me buscó la polla y se la metio hasta el fondo.  Estaba tan mojada que entró del tiron. Comenzamos a follar. Con el movimiento de las olas mi polla entraba y salia de su coñito mojado. Seguro que muchos habreis vivido lo mismo. Yo estaba alucinando. Duramos poquísimo. Nos corrimos de forma brutal.

Seguimos en la playa un rato mas. Yo estaba la mar de satisfecho.  No se me borró la sonrisa en toda la semana. No pasó nada más en la playa,  pero yo seguia disfrutando de ver a mi mujer desnuda delante de todos y del panorama en general.

Esa semana repetimos varias veces en la Cala Morisca y mi mujer no paraba de querer follar a todas horas. Estaba excitadisima de esa situación aunque ella nunca lo reconocerá.

Supongo que os habran pasado cosas similares. Me encantaría poder compartirlas.

Desde esa semana siempre intento empujar a mi mujer en esa dirección con mas o menos exito.

Pero eso ya son otras historias.