Primera experiencia en sauna
Las primeras veces suelen ser las mejores
Hoy os vengo a contar algo que me trae muchos recuerdos, sobretodo buenos. Hace ya varios años decidí apuntarme por primera vez al gimnasio con el que era mi novio así los dos podíamos ir juntos y no nos daba tanta pereza. El primer día fue algo extraño, estar rodeado por primera vez de hombres mayoritariamente cachas sudados no estaba nada mal pero también me traía un poco de distracción. Cuando pasaron varios días oí que habían unos grupos a los que te podías apuntar y así conocer gente y empecé a explorar por internet para así poder apuntarme. En esa búsqueda encontré el foro donde me podía apuntar y también unos cuantos rumores algo ‘interesantes’ sobre sus vestuarios y en especial, saunas. Como todo curioso al siguiente día le dije a mi novio que quería probar la sauna y eso hicimos. Al principio habían varios chicos conversando como si nada o en silencio, todo normal. Pasados algunos minutos (no muchos, ya que ahí dentro hacía un calor horrible) empecé a ver unas miradas algo sospechosas. Un chico empezó a mirarnos y a insinuarse disimuladamente entre las nubes de vapor. No os voy a mentir, me dio mucho morbo pero me hice el loco delante de mi ex ya que no quería meterle en rollos a pesar de que en ese momento empezábamos a tener una relación abierta. No volvimos más a la sauna hasta que un día a él le empezó a dar pereza ir al gimnasio y empecé a ir yo solo, así que a la que tuve la oportunidad me metí en la sauna. Allí la mayoría iban desnudos, así que me quité la mitad de la toalla.. Soy un chico delgadito de 23 años con varios tatuajes y con cara de niñato, algo de pelo corporal y piernas grandes así que no fue difícil llamar la atención a los que pasaban por ahí ya que eran algo más mayores que yo. Un chico que estaba al lado mío empezó a mirarme fijamente, estaba bastante fuerte y no iba depilado, tenía la piel morena y una barba que me ponía bastante, para que mentir. Empecé a mirarle yo también y él se iba tocando mientras que yo no hacía nada porque me daba apuro, pero al final caí en la tentación y empecé a hacerlo ya que se notaba que estaba duro porque la toalla se movía. A los segundos de empezar a tocarme empecé a ponerme nervioso del morbo que me daba la situación y me empecé a acercar a él, estaba muy sudado porque ya llevaba un rato ahí dentro esperando que solo estuviéramos él y yo. Nos acercamos y nos mirábamos fijamente mientras nos tocábamos la polla, a él le medía unos 18cm pero era bastante gorda y no estaba depilada, un punto a favor para mi. No podía aguantar más y me puse de rodillas, empecé a meterme poco a poco la punta mientras me caían las gotas de sudor y oía los suspiros y la respiración más fuerte de lo normal. Yo estaba muy nervioso pero quería hacerlo porque el tío me ponía mucho y tenía que comerme esa polla sí o sí, así que empecé a chuparla como si no hubiera un mañana y cada vez oía más sus suspiros y me estaba poniendo muy cachondo, me apartó y me apoyó la espalda contra la pared de la sauna y empezó a comerse mi polla hasta el fondo mientras apoyaba mi mano en su cabeza. En ese momento ya no podía más, no quería correrme pero la excitación podía conmigo y el tío la chupaba muy bien así que le metí un buen lefazo en la boca mientras me la chupaba. Me acuerdo que el tío lo notó al momento y le moló porque chupó más rápido, yo estaba casi temblando del placer y el morbo. Cuando noté que ya no tenía mas lefa para darle me levanté y me fui para las duchas y ya me fui del gimnasio. Fue una experiencia muy morbosa.