Primera de muchas (1)
Hola a todos, mi nombre es Aranza y escribo para contar como se dio mi primera infidelidad.
Hola a todos, mi nombre es Aranza y escribo para contar como se dio mi primera infidelidad.
Para que me conozcan un poco, tengo 27 años, soy
morena, de cabello negro y ojos verdes, no muy alta y con las curvas necesarias.
Este año mi vida dio un giro de 100 grados al tener que cambiar de trabajo después de mucho tiempo y de que enviaran a mi esposo a trabajar a otro país.
Me sentía muy sola, sin amigos, sin mis compañeros de toda la vida, pero como soy muy sociable empecé a relacionarme con la gente de mi nuevo trabajo, tanto los de planta como los proveedores externos. Entre estos últimos un joven moreno, un poco más alto que yo, con un cuerpo proporcionado tal y como me gustan, con un trasero apenas para nalguearlo (es lo primero que veo en un hombre)
Empezamos a hablar y nos dimos cuenta que teníamos mucho en común, incluso vivimos cerca. Así que decidimos salir una noche en plan de amigos, ver una película, ir a tomar algo, lo común, con lo único que no conté fue con que había mucha química entre los dos, química que ahora podríamos llamar atracción animal, esa noche hubo un par de besos pero nada más.
Dos días después nos encontramos, solos, en mi trabajo, no podíamos dejar de vernos y decidimos entrar en una oficina y encerrarnos para poder besarnos sin peligro de ser vistos, casi no nos dio tiempo de cerrar la puerta, era demasiada la acumulación de deseo, sus manos recorrían mi espalda mientras su boca bajaba por mi cuello, empezó a fajar mi falda mientras yo le desabrochaba el pantalón, pronto nos encontramos desnudos.
Mi espalda sentía el frió de la pared mientras mis pechos el calor de sus labios y su lengua, un dedo travieso se colaba en mi cueva, mientras mis jugos empezaban a correr por mis piernas, estaba en el cielo!
Me tomo en sus brazos y me llevo al escritorio se hinco en el suelo y abrió mis piernas, su boca se lleno con mis labios, rítmicamente chupaba mi clítoris mientras introducía uno, dos dedos en mi cueva, estaba al borde del orgasmo, pronto su lengua ocupaba el espacio que habían dejado sus dedos y no lo pude evitar, me sentía vacilar al borde del orgasmo, vacilar . vacilar hasta que me corrí en su boca.
Se incorporo para besarme, podía sentir el sabor dulce-amargo de mis jugos y como empezaba a excitarme de nuevo. Coloco mis nalgas en el filo del escritorio y me penetro con fuerza, de un solo golpe haciendo que gritara por la sorpresa y el placer que estaba sintiendo.
Sus movimientos eran frenéticos y no podíamos dejar de gemir. Sentía como la sacaba toda y la introducía de golpe de nuevo, otras veces solo se salía un poco y la empujaba hasta el fondo, sus huevos golpeaban mis nalgas, me jalaba el cabello y me mordía los labios y los pechos, su miembro era del tamaño perfecto, cabía a la medida en mi cuevita.
Estaba a punto de correrme y entre gemidos y espasmos y se lo hice saber, aceleró sus movimientos haciéndome nuevamente fritar de placer, mientras me corría copiosamente como nunca lo había hecho en mi vida y sentía como me inundaba con su leche caliente.
Paro un momento y me pidió que me parara, apoyando mis codos en el escritorio, se inclino y separo mis nalgas, empezó a pasar su lengua por mi vagina subiendo a mi ano, la sensación era sublime, me penetraba con su lengua profundamente.
De pronto sentí como un dedo se introducía en mi ano, mientras me cogía con su lengua, mis piernas temblaban y me sentía desfallecer. Me dolió un poco cuando introdujo el segundo dedo en mi ano, seguía cogiéndome con la lengua, estaba a punto de correrme y se lo hice saber de nuevo, en ese momento se levanto, sacó sus dedos de mi ano y empezó a penetrarme, mientras me tomaba de los cabellos, me partía a la mitad y un par de lagrimas, producto de la mezcla del dolor y el placer, escaparon de mis ojos, nunca lo había hecho por atrás.
Sus movimientos eran frenéticos, sentía el golpeteo de sus huevos e inevitablemente sucumbí al mejor orgasmo de mi vida, un orgasmo múltiple, corrientes eléctricas que salían del clítoris hacia los pezones y de ahí a todo el cuerpo, mientras me regaba como una perra en celo. Su leche caliente inundo mi culito y fue la mejor sensación de todas.
Se quedo adentro un poco mas y cuando se retiro nos besamos apasionadamente. Nos vestimos uno al otro y salimos de la oficina con un par de minutos de diferencia por si había llegado alguien que no sospechara.
Fue mi primera infidelidad, nuestro primer encuentro de muchos más que han venido dándose, cada uno más salvaje, más apasionado y más riesgoso que el anterior, pero ya les contare mas adelante