Primer y último encuentro - por Tenchu

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

Los dos se miraron y se alejaron de la fiesta, lejos de bullicio. Una vez solos se quitaron sus mascaras; ella era preciosa, sus cabellos negros como el ala de un cuervo caían sobre unos inquietantes hombros de una tez muy pálida. Sus voluptuosos labios pintados en negro le daban una tonalidad rara, que hacia juego con sus almendrados y penetrantes ojos oscuros.

Él, por otra parte era algo tosco y hosco, su cuerpo fortalecido por las privaciones y las luchas estaba ennegrecido por los soles que continuamente castigaban su piel. Algunas heridas de glorias pasadas aun figuraban en su cuerpo. Su rostro severo se relajo frente a tanta hermosura, mientras su mirada asesina iba tomando un cariz más tenue.

Ambos tomaron la iniciativa, sus bocas se encontraron con pasión a la vez que sus cuerpos se fundían en un poderoso abrazo. El hombre, apretaba la cintura de ella, mientras la mujer llenaba sus uñas con la carne de su amante. Comenzaron una cabalgata a un ritmo desenfrenado... la pálida joven movía sus caderas, acompañando los embistes de su amante con cadencia, la piel de ella estaba helada, mientras él ardía por fuera y por dentro.

Se miraron a los ojos y ella cambio, sus colmillos crecieron y sus ojos se pusieron vidriosos. En un santiamén mordió al varón en el cuello, mientras le drenaba la sangre. Él sentía escapar su vida, pero a la vez una excitación inmensa... así se corrió, llenándola de su calor. Sin embargo aun seguía a merced de la oscura dama que continuaba con su labor, trabajosamente tomo su Tachi y lo desenvaino... apunto exactamente al corazón de la doncella y dio el empujón. El acero desgarra los tejidos y atraviesa a los amantes; la joven moría y el no tenia mucho tiempo... con lagrimas en los ojos tomo su katana y cometió seppuku. No valía la pena vivir en un mundo sin su amada, aunque esta fuera un ser infernal... prefirió el infierno con ella a una vida añorándola.