Primer Trio

Como la calentura puede superar el orgullo y la moral.

Era la primer parte de la década de los noventa del siglo pasado, me encontraba casado con una mujer de aquellas típicas de la costa, es decir, frondosa por donde la vieras, muy buena, buenísima en la cama, lo irradiaba, tal vez eso fue lo que detonó lo que pasó.

Algunas veces habíamos hablado de sexo extramarital como algo excitante y muy bueno para enriquecernos como pareja, pero solo quedó en eso, platicas.

Es el caso que también lo hable con Francisco, mi mejor amigo, casi dando a entender que se cogiera a la que fue mi esposa, no sin antes múltiples recomendaciones.

Pasó el tiempo, fue un mundial de fútbol para mi memorable, ya que vi en su máximo esplendor la mejor selección que para mi ha existido, la del 94, pero eso es otra historia; llego septiembre y empezaron ciertos cuestionamientos de parte de la que fue mi esposa, algo así como: ¿qué harías si estuviera embarazada?, "toca mi vientre, ¿no sientes algo?"; en fin, es el caso que nosotros nos cuidábamos yo no me venía dentro de ella, y lo mejor, lo hacíamos analmente con mucha frecuencia, rico en verdad, por eso es que llegó un momento que se me hizo muy sospechosa esa actitud, el acabose llegó cuando me percate que tenía el vientre abultado y todavía le dije que acudiríamos al médico para saber que le pasaba por que la notaba inflamada.

Una noche de ese septiembre de 1994, me insistió en las preguntas del párrafo antecesor, y con mi forma de ser (desconfío de todo y todos) le comenté que si tenía algo que decirme lo hiciera, que no me rodeara las cosas, que conmigo contaba para que la escuchara, total ya estaba acostumbrado a sus sexi aventuras, es el caso que acorralada por todo lo que estaba viviendo y por mi disposición a escucharla, me confesó que estaba embarazada de mi mejor amigo.

Se me vino todo encima, ¿cómo pudo ser posible?, alrededor del que era nuestro domicilio en ese entonces había 5 farmacias y a ninguna pudieron ir, ¡es el colmo de la estupidez!, pero ah, me acuerdo y me pongo furioso, pero no por la cuestión meramente sexual, sino por la falta de cerebro para prevenir un embarazo no deseado, en fin.

Lo pensé unos días, y al fin me decidí, tomé la determinación de seguir adelante a pesar de todo, y claro la presioné a que me contara con lujo de detalle como ocurrieron las cosas, y bueno, se que fue en viaje mío de trabajo, la llevó con no se que pretexto a su casa y ahí se lo despacho rapidísimo según ella, de tan rápido que fue para él, que parecía gallo, él trató de reivindicarse con una nueva sesión en la que según ella le fue un poco mejor.

Pasó el embarazo, y en cada vez que hacíamos el amor le pedía me contara todo, sus pensamientos y sentimientos en ese momento, todo, y claro eran unos palos, como decimos en México, vaya palos (polvos) eran de antología. Y bueno nos vino a la mente lo de hacer un trío y adivinen ¿quién fue el elegido? Claro Francisco, las cosas ocurrieron más o menos así, salimos a cenar con Francisco y su esposa, quien por supuesto, no sabe nada, y pretextamos que él y yo nos iríamos de juerga, por lo que las dejaríamos a cada una en su casa, luego ya los tres en el carro, nos dirigimos a un conocido motel de la ciudad, donde obviamente él pago el cuarto por los tres, y ya adentro para relajarnos un poco nos tomamos unas cervezas, ella se dirigió al baño a acicalarse un poco, yo me acomodé en mi butaca del teatro en primera fila con mi respectiva lata de cerveza y a disfrutar del show; no debo omitir que lo pactado fue que lo harían primero ellos dos y posteriormente los tres juntos. Bien, volviendo a los hechos, ella tardó en salir, mientras él me decía: Oye y cuando salga que hago? Pues lo que siempre has hecho, le contesté, era tal el nerviosismo que ninguno atinaba a qué hacer, pero bueno, en ese momento salió ella con únicamente su blusa ya sin sostén, su tanga y sin su pantalón, se vía hermosa, divina, sexi, y vaya que si él lo notó.

Enseguida procedió a sentarse ella en la cama mirándome en todo momento, y dejando entre abierta su blusa ya sin abotonar, él se acercó por su espalda comenzando a besarla por su nuca, cuello, orejas, se estremeció, y soltó su blusa para que él tuviera acceso a sus apetecibles tetas, que por cierto están para comérselas enteras, Francisco estaba al palo y aunque sin camisa y sin zapatos, traía puesto su pantalón y un boxer, ella volteó y dejando a un lado pudor y pena, le agarró su verga por encima del pantalón, siguieron comiéndose a besos y metiendose mano por todos lados, él le quitó la blusa dejándola únicamente en tanga, una tanga negra que hacía juego con el sostén que tenía rato se había quitado.

Ella le quitó el pantalón a él junto con su boxer, saltando como resorte su verga, misma que ella engulló a todo lo que le permitiera su exquisita boca, él soltó un suspiro, de solo ver la escena casi me vengo, ya estaba yo desnudo, debía estar cómodo para ver todo a su máxima expresión sin que nada me estorbara, por lo que desde el comienzo sin perderme nada me quité mi ropa y a masturbarme se ha dicho; se fueron acomodando de modo que ella encima de él hicieron un 69 de campeonato, él desnudo en su totalidad y ella con la tanga hecha a un lado.

Siguieron por no se cuanto tiempo, pero se le hizo a ella la necesidad de sentirse penetrada por lo que literalmente le dijo: ¡ C O J É M E !, él no se hizo del rogar y poniéndola boca arriba le bajo la tanga para quitársela y no estorbara nada más, volvió a recorrer su cuello, sus tetas, su vientre, su vulva, la que comió con devoción mientras ella suspiraba calientisima como estaba, en eso él decide ir por un condón pasando casi encima de ella, por lo que no desaprovechó la oportunidad y ella le ha dado una mamada que casi lo deja viendo estrellas, tuvo que quitársela para no acabar y ponerse el condón, una vez ya vestido con su traje de latex, se acomodó en medio de sus piernas que ella abrió de par en par, y presta a recibirlo, cuando le fue entrando ella gimió de satisfacción de sentir una buena verga en su interior como ella decía, la estuvo bombeando un buen rato en el que salieron de la boca de ella muchos gemidos y miradas para su ferviente admirador de la primera fila: YO.

En eso ella quiso cabalgar, por lo que con su voz más sensual le dijo: "quiero montarte", lo puso boca arriba, con su verga apuntando al techo, poniéndose ella encima de él a horcajadas apuntándose con su manita su verga para irse sentando de a poco, NO TENGO PALABRAS PARA DESCRIBIR LA SENSACIÓN, ES DE POCA MADRE, SE VE Y SIENTE CALIENTISIMO, LE FUE ENTRANDO DESPACIO Y ELLA MIRÁNDOME; en eso cierra sus ojos y a disfrutar se ha dicho, le ha pegado una cabalgada de miedo, de esas que te sacan hasta los ojos, y como era de esperarse lo hizo venirse abundantemente, él no había gemido casi nada, pero dio un alarido desgarrador, claro, semejante amazona tenía encima regodeándose en su verga erecta, lo que no duraría mucho, y bueno, ella al darse cuenta, y aunque era multiorgasmica, quería seguir, y fue su admirador de la primer fila el elegido, para continuar tirándosela, la encontré calientisima, tanto que le pregunté si se sentía bien, a lo que me contestó: DE MARAVILLA, GRACIAS POR ESTA COGIDA, LA DE EL Y LA QUE ME VAS A DAR TU, y pues no me hice de rogar, me la cogí de misionero, de patittas al hombro, me cabalgo, de perrito, ella boca abajo en donde le di por todo su culo, que rico lo levanta y permite que la bombeada sea profunda, en eso que me le dejo ir con toda mi leche, fue tremenda la sacudida, ella no gemía, gritaba de placer y yo al unísono con ella...

Continuará...