Primer examen ginecológico de Laura (1/4)

Laura nunca se ha realizado un examen ginecológico y necesitando tenerlo un certificado va a una clínica dónde se lo harán de forma gratuita pero aceptando ser utilizada como voluntaria para una investigación.

Primer examen ginecológico de Laura (1/4)

Capitulo 1.- La exploración de sus pechos

Laura era una estudiante universitaria de diecinueve años, que desde un pequeño pueblo en el que vivió gran parte de su vida  se había desplazado a Barcelona para realizar su carrera.

Al querer participar en competiciones deportivas, uno de los requisitos obligatorios era la presentación del certificado de un examen ginecológico, entre otra documentación.

Cómo entre las chicas se lo hablaban todo, una compañera la propuso la idea de acudir a un especialista que, de forma gratuita, se lo realizaba, a cambio de prestarse a formar parte de una investigación que se estaba llevando a cabo.

Y Laura, corta de recursos económicos, animada por esa compañera, que cobraba por captar ‘ clientas ’, se dejo arrastras por ella y acudió a la clínica para obtener el certificado necesario.

Y todo comienza cuando el Dr. Gomis preparaba la sala de examen ginecológico para su única paciente del día... La tenía muy bien equipada para atender a estudiantes jóvenes e inexpertas a las que realizaba exámenes médicos muy completos, de forma gratuita.

A cambio de este servicio gratuito, ellas debían permitir que los ya médicos, en el primer curso de especialidad estuvieran presentes durante el examen...  Estas chicas pensaban que los hombres presentes en sus exámenes iban a aprender, pero el Dr. Gomis nunca dejó que asistieran médicos de verdad… En cambio, solía invitar a algunos de sus amigos... Era una oportunidad excepcional de abusar de una joven a su antojo y disfrutar mucho con ella.

Revisó el historial de la próxima paciente… Era Laura, una estudiante universitaria de diecinueve años… El Dr. Gomis no practicaba la medicina por dinero ya que tenía más de lo que podía gastar… Simplemente disfrutaba de palpar carne femenina... Y, cuanto más joven, mejor... Prefería chicas jóvenes e inexpertas que pudieran ser controladas fácilmente por una persona autorizada, como un médico.

No conocía a Laura, pero había una foto de ella en la ficha… Parecía ser alta, sobre 170 cm... El pelo rubio cubría sus pechos, que es lo que inicialmente alcanzó su punto máximo de interés por ella… Le encantaba ver a una chica desnuda de cintura para arriba, con el pelo ocultando sus pechos desnudos… Sólo la posibilidad de que un pezón duro se asomara entre los mechones rubios haría que su polla se pusiera muy dura... A él le gustaba inspeccionar los pechos muy íntimamente.

La foto no mostraba su culo, pero pronto estaría desnuda en su mesa ginecológica, con las piernas abiertas en los estribos… Incluso tenía grandes correas de cuero para los tobillos, para "protegerla de hacerse daño", o eso es lo que les decía.

Él y sus "pasantes" pronto la tendrían abierta, metiéndole manos y dedos en todos sus orificios.

Aunque tenía diecinueve años, Laura nunca antes se había realizado un examen ginecológico… Sin darse cuenta, ella era una candidata perfecta para el Dr. Gomis, sin saber lo que se esperaba… Era pues, lo suficientemente incauta como para aceptar casi todo lo que le harían a su inocente cuerpo.

Le habían dicho que sería un examen muy extenso realizado bajo una beca de investigación y que requeriría un mínimo de cuatro horas… Como era gratis, se le exigiría que les brindara su plena cooperación en lo que pidieran y aceptó esta condición.

El Dr. Gomis sabía que Laura estaba sentada afuera, en el vestíbulo, completando una serie de formularios ficticios... Había tantos de ellos, más de 30 páginas de "jerga legal" que la recepcionista le dijo que era necesario.

Ella había comenzado a leerlos, pero se aburrió después de dos páginas y finalmente fue directamente a la última página y simplemente la firmó... Si lo hubiera leído, habría visto algunas cláusulas bastante importantes que por dejadez no leyó.

La sección donde se describía el proyecto de investigación para el estudio de ‘ Las Prácticas Masturbatorias de la Estudiante Universitaria’ decía que las voluntarias deberían masturbarse durante el examen o permitir que uno del personal médico la masturbara ‘ tantas veces como sea necesario .’

O la clausula de que si la voluntaria decide no completar el examen extenso, ella será responsable de todos los costos incurridos, que serían 1.800 euros... O que la voluntaria será fotografiada y / o grabada en video durante el examen, mientras está desnuda y masturbándose o siendo masturbada, con fines de enseñanza... Pronto descubriría la triste verdad de lo que había firmado.

La recepcionista le sonrió a Laura y le dijo:

  • "Puedes entrar ahora, Laura… El médico estará contigo en unos minutos… Sólo toma asiento... Al final del examen te daremos tu historial… Relájate", agregó cuando notó qué nerviosa estaba Laura.

No estará nerviosa cuando termine… El Dr. Gomis la obligará a correrse tantas veces antes de que termine, que apenas podrá caminar’ , pensó la recepcionista.

Cuando Laura desapareció de la oficina, la recepcionista cogió su bolso, salió de la oficina y cerró la puerta, colocando el cartel de "Cerrado"… Al Dr. Gomis no le gustaba que lo molestaran durante las pruebas… Sus amigos ya habían llegado y estaban vestidos con sus batas de "médicos", con estetoscopios alrededor del cuello, esperando su oportunidad de comer carne fresca.

Laura miró alrededor de la habitación grande y estéril con algo de miedo... Ella había oído hablar de los exámenes ginecológicos y temía la idea de estar atada desnuda y extendida como un pollo desplumado, pero la escuela exigía un examen físico anual y un examen ginecológico semestral para participar en deportes.

Su presupuesto económico era bastante limitado y aprovechó la oportunidad de un examen gratuito cuando se lo recomendó una chica de la Universidad.

Lo que Laura no sabía era que el Dr. Gomis le pagaba a la chica para que reclutara a otras para sus exámenes, pero sólo después de haber realizado una exhaustiva verificación de antecedentes, algo que podía pagar fácilmente.

Las imágenes y videos que se produjeron a partir de los exámenes le hicieron ganar miles de dólares en los mercados extranjeros, especialmente en Japón... Nunca pudieron obtener suficientes videos de adolescentes rubias desnudas siendo examinadas por médicos… Sus videos que muestran sus orgasmos forzados fueron los mejores del mercado.

Laura miró la mesa de metal con temor, imaginando lo que sucedería en ella… Se estremeció al ver los estribos de aspecto malvado, empeorados por las correas de cuero que los rodeaban...

¿Estarían sus piernas atadas a ellas mientras le harían el examen?’… No había pensado en eso, suponiendo que simplemente colocaría sus pies en ellos.

Notó otra mesa cerca de la pared, con un desagüe cerca del centro, con bordes de unos 6 cm por los cuatro costados y una gran boquilla de aspersión colgando del techo… Al otro lado del centro había una porción elevada de aproximadamente de 15 cm de ancho y acolchada con goma gruesa... En cada una de las cuatro esquinas estaban las correas de cuero malvadas de nuevo, sin duda para sujetar completamente al paciente… Definitivamente era lo suficientemente grande como para sostener el cuerpo extendido de un individuo.

No podía saber qué había debajo de las toallas blancas en las mesas móviles más pequeñas, pero supuso que eran instrumentos utilizados para el examen, incluido el temido espéculo… Había visto fotos de ellos y se encogió ante la idea de que algo tan grande entrara dentro de ella y mucho menos la abriera por dentro.

El Dr. Gomis entró en la habitación y sus ojos inmediatamente se fijaron en Laura… Era tan guapa como su foto… El largo pelo rubio caía por delante, cubriendo los pechos exactamente como lo había imaginado… Llevaba una blusa abotonada y jeans tan bajos en las caderas que dejaba el estómago desnudo.

Se dio cuenta de que era alta incluso mientras estaba sentada y no podía esperar para ver sus largas piernas desnudas… Tenía unos labios muy bonitos, del tipo que se verían muy bien alrededor de su polla y ojos dulces mirándote mientras le alimentaba con su polla metida profundamente en su boca.

  • "Buenos días, Laura, soy el Dr. Gomis... Quiero agradecerte por ofrecerte como voluntaria para nuestro estudio… Es muy importante que consigamos personas que se tomen el tiempo para ayudar en nuestra importante investigación."

  • "Gracias Dr. Gomis… Espero que me vaya bien… Estoy realmente nerviosa por esto… Nunca antes me había hecho un examen ginecológico y no estoy segura de lo qué me espera."

Laura se movió nerviosa en su silla… Los ojos del doctor miraban su cuerpo de arriba abajo mientras hablaba.

Maldita sea, Laura, él es médico... Se supone que debe estar haciendo eso… Relájate… Estará bien ´, pensó, tratando de calmarse.

  • "Te guiaré durante todo el proceso, Laura… Tú explícalo a medida que avanzamos… Tengo tres colegas que se unirán a nosotros después de que revisemos tu historial médico... Esta es una clínica docente y una clínica de investigación... Sé que será un poco incómodo para tí con tanta gente en la habitación, pero te mantendremos lo más relajada posible… Si lo desea, podríamos darle un tranquilizante suave para calmar sus nervios… Todo lo que tiene que hacer es preguntar."

Laura se sintió un poco mejor… El Dr. Gomis parecía genuinamente interesado en asegurarse de que ella estuviera cómoda... En cuanto a los otros médicos, ella sólo cerraría los ojos y haría creer que no había nadie más allí.

  • "Está bien, Dr. Gomis… Le agradezco su sinceridad... Estaré bien."

  • "Bien, pareces una mujer muy madura… Voy a comenzar con tu historial médico… Voy a pedirle a uno de los internos que se una a nosotros para ayudarnos a tomar notas y él puede tener algunas preguntas adicionales… Es un pasante nuevo, así que si te parece un poco brusco, ten en cuenta que no ha tenido la práctica que los demás tenemos... Responde sólo con franqueza y discutiré su enfoque con él después de su examen... ¿Está bien Laura?"… El Dr. Gomis le sonrió.

  • "Si… Está bien."

Ella observó al Dr. Gomis presionar un botón en su escritorio... Al cabo de un minuto, se abrió una puerta y entró otro médico… Era mayor, tendría unos cuarenta y tantos años... Había esperado ver a un hombre más joven.

  • "Este es el Dr. Fuster, Laura."

  • "Buenos días Laura."

Era muy serio… Sin la simpatía del Dr. Gomis… Se sentó junto a Laura, con un bolígrafo en la mano.

  • "Buenos días Dr. Fuster".

Tampoco era tan guapo como el Dr. Gomis… Tenía un aspecto duro que no esperaría ver en un médico… Tal vez es por eso que era mayor… Tal vez hizo Medicina como segunda carrera.

El interrogatorio comenzó con su historial médico, las enfermedades y dolencias que tenía, el historial médico de sus padres y las preguntas habituales sobre su ciclo menstrual... Luego llegó al sexo.

  • "Se ha comprobado que una de cada cuatro mujeres tendrá una enfermedad de transmisión sexual en su vida… Estas enfermedades pueden causar esterilidad, cáncer y problemas con el embarazo, el parto y la salud infantil", le explicó el Dr. Gomis.

"Muy a menudo, las mujeres no tienen síntomas… Por eso es importante para mí saber si tú está en riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual… No permitas que tu vergüenza se convierta en un riesgo para la salud... No lo sabré a menos que me diga si tuviste relaciones sexuales vaginales, orales o anales, cuántas parejas has tenido o si te masturbas... Debes responder mis preguntas de manera veraz y completa... Necesito conocer todos los detalles para determinar el riesgo… ¿Entiendes a Laura?"

Luego agregó:

"Creo que eres lo suficientemente madura como para entender la situación".

Tenía razón, era un médico entrenado y ella sabía que tendría que darle toda la información, aunque eso pudiera humillarla.

  • "Sí, Dr. Gomis… Contestaré todas sus preguntas con sinceridad."

  • "Laura, ¿eres virgen?

  • "No", respondió ella rápidamente.

  • "¿Has tenido más de una pareja?", preguntó el Dr. Fuster.

  • "Si."

  • "Una respuesta más detallada haría que esto fuera más rápido… Estoy seguro de que entiendes las razones de nuestras preguntas… Pareces ser una chica inteligente", le dijo el Dr. Fuster un poco enojado.

Ambos doctores la miraron, esperando su respuesta.

  • "Tuve relaciones sexuales vaginales con dos parejas diferentes, la primera fue sólo por un corto tiempo y lo hicimos sólo dos veces… La segunda fue un poco más larga y sólo fue tres veces… Aparte de eso, no he tenido coito vaginal", reveló toda su historia sexual en una respiración larga.

  • "Gracias Laura, fue muy útil", le sonrió y le dio al Dr. Fuster una mirada por si quería preguntar algo.

  • "¿Lo disfrutaste Laura?", preguntó el Dr. Fuster.

Sorprendida por la pregunta, pero decidida a responder honestamente y no enojar más al Dr. Gomis, exclamó:

  • "Me dolió las dos primeras veces… Ambos tenían pollas grandes, quiero decir penes, lo siento… Parecían estar más interesados ​​en correrse que en hacer que me corriera", dijo Laura respirando hondo.

  • "Usa el lenguaje con el que te sientas más cómoda”, le dijo el Dr. Gomis sonriendo.

  • “¿Alguna vez has tenido relaciones sexuales por la boca"

El Dr. Gomis esperó ansiosamente su respuesta.

  • "Una vez... Mi último novio me metió la polla en la boca y me hizo chuparlo hasta que se corrió... Se puso enojado cuando lo escupí".

Laura recordó cómo él había sostenido su cabeza con ambas manos, empujándola hacia adelante y hacia atrás sobre su polla como si su boca fuera su coño... Ella se había ahogado y amordazado cuando él empujó hasta el fondo de su garganta, pero él le dio una palmada en las manos cuando ella trató de detenerlo… Finalmente se corrió en su boca, bañándola con su semen caliente y salado... Sabía terrible y era muy espeso... Ella lo escupió y eso lo había enojado... Esa fue la última vez que salieron.

  • "¿Te gustó el sabor de su semen, Laura?"

El Dr. Fuster le preguntó, mientras imaginaba sus labios envueltos alrededor de su propia polla.

  • "No… Era muy espeso y salado… Su sabor me quedó en la boca durante días, sin importar cuántas veces me cepillara los dientes o hiciera gárgaras"

Su cara hizo una mueca al recordar el sabor.

  • Tendrás que aprender a aceptarlo, Laura.

Al final del día, tu boca estará llena de esperma’ … La agradable sonrisa del Dr. Fuster ocultó sus pensamientos.

  • "A algunas chicas no les gusta el sabor del semen... Es como un buen whisky… El sabor se adquiere", le explicó.

  • "La única forma en que lo volvería a hacer sería si me obligaran", respondió ella.

Y así será, Laura’ , se dijo en silencio el Dr. Gomis.

Luego le preguntó:

  • "¿Alguna vez has tenido relaciones sexuales anales… Te han sodomizado, Laura?"

  • "¡NO… NUNCA!"

Ella nunca haría eso… Sólo los hombres homosexuales tienen sexo de esa manera… Apenas dejó que un chico tocara sus nalgas y jamás el pequeño ano escondido entre sus apretadas nalgas.

Ignorando su arrebato, el Dr. Fuster preguntó:

  • "¿Te masturbas, Laura?"

  • "Sí, un par de veces a la semana", susurró, avergonzada, sin saber si eso era más que la mayoría de las chicas.

  • "Eso no es inusual para una chica de tu edad, Laura… Un pequeño número de chicas lo hace aún más a menudo que tú", le aseguró el Dr. Gomis, como si le leyera su mente.

La investigación del Dr. Gomis mostró que las chicas universitarias sin novio actual eran masturbadoras crónicas... Luego, lanzó la siguiente pregunta:

  • "¿A qué edad comenzaste a masturbarte?"

Laura miró nerviosa al Dr. Gomis y murmuró:

  • "A los doce años."… ¿Qué pensaría él de ella?

  • "Muchas chicas comienzan a una edad temprana, Laura… No es nada de lo que avergonzarse", el Dr. Fuster le sonrió mientras pensaba en la cantidad de veces que la harían correrse hoy… La agotaría totalmente, pensó para sí mismo.

  • "Obviamente lo disfrutas y pareces tener una vida sexual sana, aunque escasa, por lo que no te ha lastimado… La masturbación es una parte muy importante de una vida sexual saludable y hablaremos de eso más adelante… Podríamos ayudarte. aprende a disfrutarlo más."

El Dr. Gomis le sonrió, provocando la de ella a cambio.

  • "Gracias, Dr. Gomis"

A ella le gustaba el Dr. Gomis… El Dr. Fuster era otra historia.

El Dr. Gomis presionó de nuevo el botón en su escritorio… La puerta se abrió y entraron dos hombres más con batas blancas... Fue tan rápido que parecía que estaban afuera de la puerta esperando... Eran también hombres mayores como el Dr. Fuster... El rostro de Laura mostró su evidente confusión.

"Laura, este es el Dr. Abellán y el Dr. Martín… Veo que te has dado cuenta de que todos mis internos son mayores... Llevan de médicos muchos años, pero cómo médico general... Han decidido especializarse en Ginecología y Obstetricia como médicos certificados por la junta, por lo que deben pasar tiempo como pasantes, tal como lo haría un médico nuevo… Doctores, ¿por qué no se sientan? … Tenemos mucho trabajo por hacer y necesitamos comenzar".

Gomis observó a Johanna mientras se sentaban a cada lado de ella, cada uno asegurándose una vista sin obstáculos de su cuerpo.

  • "¿Puedes acercarte con tu silla, Laura?... Voy a comenzar con el examen de tus pechos… No voy a hacer que te pongas la bata de examen estándar que se abre por la parte delantera... Es un poco humillante… No te importa, ¿verdad?

Laura se sintió aliviada... Pensó que tendría que desnudarse de inmediato... El Dr. Gomis parecía ser muy sensible a sus necesidades y miedos… Se alegró de que él estuviera haciendo el examen.

  • "Gracias", reconoció agradecida y acercó su silla, a solo centímetros de la suya.

El Dr. Gomis alargo sus manos  y apartaron su pelo de la parte delantera de sus pechos cubiertos por la camisa.

  • "Tienes un pelo muy bonito, Laura".

Sus dedos rozaron ligeramente su rostro, sintiéndola temblar.

  • "Laura tiene un par de pechos muy bonitos"

Comenzó a hablar con los otros médicos como para instruirlos... Sus manos se movieron hacia abajo y todos observaron con sus ojos mientras lo hacía… El Dr. Gomis ni siquiera se estremeció cuando sus manos tocaron suavemente los pechos de Laura.

  • "Muy llenos y, pronto lo descubriremos, muy firmes... Los pechos de las chicas jóvenes pueden ser muy sensibles, por lo que debes tener cuidado al manipularlos", les dijo a los pasantes.

El Dr. Gomis ahora se dirigió a ella:

  • "Si te duele, dímelo, Laura y me detendré."

Ante su asentimiento, él moldeó sus pechos en sus palmas y levantó cada globo, rebotando suavemente… Laura no protestó por su maltrato, pero se tensó cuando él movió los dedos hacia los botones de su camisa y comenzó a desabotonarla.

  • "Relájate… Respira hondo... Todo irá bien", le dijo con su voz suave mientras le desabrochaba la blusa.

Las manos de Laura se apretaron sobre la silla cuando el Dr. Gomis comenzó a quitarle la blusa… Esto no era como ella pensaba que sería… Esperaba estar desnuda de una vez, no con el doctor que la desnudaba lentamente como una amante… No estaba segura de cómo se sentía al respecto... Si bien sería más lento y menos humillante, ella pensó que sería mucho mas vergonzoso que lo hiciese de esa manera… La lentitud la estaba matando.

Y la humedad que sentía entre sus piernas era sorprendente y vergonzosa… Era como la sensación que tenía cuando estaba besándose con un chico.

Sintió que tiraba de la blusa por cada lado y sabía que su estómago ahora estaba completamente desnudo y enseñaba su sostén... Vio a los médicos estirar el cuello para tener una mejor vista de su escote… Su sujetador empujando hacia arriba sus pechos y una pequeña cruz de oro en la división entre ellos.

Las manos del Dr. Gomis volvieron a sus pechos cubiertos con sujetador, esta vez apretándolos un poco, nuevamente sin que Laura protestara.

Tal vez ella disfrutaría con un poco de dolor’ , pensó y se recordó a sí mismo probarlo más tarde.

Sus manos corrieron más abajo sobre su cuerpo, sintiéndola esconder su estómago e inmóvil mientras tocaba su piel… Luego se levantó y caminó detrás de ella… Laura giró la cabeza para ver qué estaba haciendo.

  • "Mira hacia el escritorio, Laura… Te voy a quitar el sostén", le ordenó.

Su rápida obediencia lo complació... Él tocó sus hombros, disfrutando de la piel de gallina que apareció mientras ella temblaba.

Se inclinó y le susurró al oído:

  • "Buena chica, Laura"

Luego la empujó suavemente hacia adelante para que sus manos pudieran encontrar su sujetador... Sobre sus hombros, él observó cómo sus pechos salían del sujetador mientras ella se inclinaba… Su polla se sacudía al ver sus hermosos globos.

Laura no podía verlo, pero sintió cada toque de su cuerpo y tembló ante el contacto… Cuando le quitó el sujetador, sus pechos se salieron... Todavía estaba inclinada y nadie podía ver sus pechos todavía, pero sabía que esto era sólo cuestión de tiempo.

El Dr. Gomis tiro su pelo hacia adelante, deslizando los largos mechones rubios sobre sus pechos desnudos.

  • "Quítate el sostén, Laura, y ponlo en mi escritorio".

Una vez más, ella obedeció sin dudar y él esperaba que su actitud sumisa continuara cuando pronto se aprovecharían de su joven cuerpo.

Él se paró frente a ella otra vez, asegurándose de que su pelo cubriera sus pechos desnudos tal como le gustaba verlo, aunque sus palmas estaban agarrando sus globos, ocultando temporalmente, los pechos desnudos de su vista.

Cuando el Dr. Gomis quitó las manos de sus pechos, todos los ojos estaban puestos ahí y se sintió extremadamente incómoda, a pesar de que sabía que esperaban para ver sus pechos desnudos.

El Dr. Gomis le cepilló, otra vez, el pelo hacia adelante… Laura sintió alivio cuando su pelo rubio cubrió sus pechos desnudos, ignorante de su pequeño fetiche.

Sintió que sus pezones se fruncían y se endurecían mientras su pelo los acariciaba, avergonzada de que su cuerpo reaccionara a la estimulación y sabiendo que seguramente lo notarían todos.

Ella miró a los ojos del Dr. Gomis, suplicando en silencio que él no detectaría la traición de su cuerpo, pero la sonrisa que le dio fue que lo sabía.

  • "Pon tus manos nuevamente sobre los brazos de la silla, Laura... Necesito examinar tus pechos desnudos… Estás siendo una buena chica", la elogió.

Laura presionó su espalda desnuda contra la silla fría, arqueándose un poco, empujando sus pechos hacia afuera… Sus manos se volvieron blancas por agarrar la silla con tanta fuerza que apretó los labios con anticipación... Miró hacia abajo, con los pechos cubiertos por su pelo rubio, pero los indicios de sus globos desnudos se asomaban por debajo.

  • "Ahora relájate, Laura... El Dr. Fuster tomará algunas fotos… Son para las clases de capacitación… Nada de qué preocuparse."

Al escuchar sus palabras, sus manos se levantaron y cubrieron los pechos de nuevo con una expresión de sorpresa en su rostro.

Él le acarició la mejilla y le apartó el pelo de los ojos.

  • "Relájate, Laura… Es un procedimiento normal… Sólo usamos las imágenes para compararlas con las notas de los médicos... Verifica o niega nuestros análisis y es una herramienta de diagnóstico muy importante utilizada por todos los hospitales de enseñanza e investigación… Ahora baja tus manos"

Se las presionó, ejerciendo un poco de fuerza hasta que ella cedió y sus manos volvieron a los brazos de la silla.

Laura se sentó allí mientras el Dr. Gomis arreglaba de nuevo su pelo cubriéndole los pechos… Sus dedos rozaban accidentalmente sus pezones, duros ahora y el doble de su tamaño normal.

Iban a pensar que era una puta, excitándose sólo por un examen médico ’, pensó.

El Dr. Fuster se puso frente a ella con una pequeña cámara digital y ella cerró los ojos cuando el destello se disparó repetidamente, encogiéndose por cómo debía verse.

Sintió que alguien se acercaba a ella… Cuando abrió los ojos, el Dr. Gomis estaba junto a su cara otra vez.

  • "Eso está bien, Laura… Sólo unas pocas fotos más y luego pasaremos al examen", su voz apenas era un susurro.

Él acarició la parte delantera de ella, quitando ligeramente algunos mechones de su pelo, mirando mientras sus pezones se asomaban una vez más… Él se apartó y ella cerró los ojos cuando el Dr. Fuster tomó más fotos, esta vez con sus pezones y areolas expuestas al fuerte resplandor del flash de la cámara.

  • "Excelente… Ahora abre los ojos, Laura."

El Dr. Gomis se sentó en la silla frente a ella.

  • "Doctores", comenzó y retiró el pelo de Laura… Ahora sus pechos estaban completamente expuestos... Levantando sus pechos en sus manos, sintiéndola temblar, él dejó que sus dedos recorrieran sus pezones.

"Ustedes deben ser cuidadosos al examinar los pechos de las chicas jóvenes, como los de Laura… Si aprietas tu mano sobre ellos, puedes sentir bultos, protuberancias o engrosamientos… Deja que tu mano presione en círculos pequeños por toda la carne del pecho, comenzando en el borde superior externo y en espiral hacia el pezón... Observen que los pezones de Laura son extremadamente duros y largos… Algunas pacientes pueden excitarse sexualmente por esta estimulación", les dijo sonriendo.

Sus dedos se movieron hacia sus areolas, grandes círculos marrones oscuros del tamaño de medio dólar… Corrieron sobre la carne, y se le puso la piel de gallina en los pechos... El Dr. Gomis acarició ambos pechos al mismo tiempo, viéndola moverse en su silla, obviamente excitada por la manipulación de sus pechos.

Laura estaba muy humillada, incapaz de controlar sus pezones… Todos los médicos pudieron ver lo excitada que estaba… Sintió la humedad entre sus piernas, avergonzada de que cuando hicieran la pelvis, la encontraran mojada. ¿ Empeoraría la cosa cuando la desnudaran por completo y comenzaran a pasar los dedos sobre su coño, como estaba segura de que lo harían? ’, pensó.

Ella gimió en silencio mientras los dedos del Dr. Gomis agarraban sus pezones, apretando sus sensibles puntas... Sintió dolor cuando él los retorció hacia la izquierda.

  • "A algunas chicas les gusta que sus pechos se acaricien un poco más fuerte que la mayoría... Hay una delgada línea entre el dolor y el placer y los pezones son muy sensibles a esto."

El Dr. Gomis apretó sus pezones un poco más fuerte y sus dedos apretaron la carne dura.

  • "¿Esto duele demasiado Laura?... ¿Quieres que pare?"

Pero él ya sabía la respuesta... Sus labios estaban apretados, pero su espalda estaba arqueada… Sus pechos empujados hacia su doloroso agarre.

Laura no dijo nada pero emitió un gemido bajo... El Dr. Gomis tiró de sus pezones, estirándolos más de 3 cm. y apretando aún más su agarre, no permitiéndoles escapar de sus crueles dedos.

  • "Tendremos que volver a examinar sus pechos y pezones más tarde para detectar estimulación táctil", les dijo a los otros médicos.

Luego le explicó a Laura:

  • "Colocaremos ciertos instrumentos en jus areolas y pezones, para asegurarnos de que sus terminaciones nerviosas responden como deberían hacerlo... Puede ser un poco doloroso para tí, pero es una parte necesaria del procedimiento de investigación."

  • "Doctores, vengan aquí… Pueden practicar el examen de los pechos en Laura... Laura, quiero que pongas las manos detrás de la cabeza… Sé una buena chica y obedece."

Sus pezones estaban siendo aplastados… Los dedos del Dr. Gomis los agarraban con fuerza, exprimiendo la sangre de cada uno y ésta volvía a las puntas cuando los soltaban… El dolor apareció rápidamente.

Ahora los otros doctores iban a tocárselos también… Harían lo mismo que el Dr. Gomis… Endurecerían sus pezones y la excitarían... Ella vaciló ante su orden, sabiendo que los otros doctores ya se estaban reuniendo alrededor de su cuerpo semidesnudo con sus dedos ansiosos por correr sobre su carne adolescente... Ella aceptó a regañadientes, levantando los brazos, sintiendo que sus pechos se elevaban aún más, mientras colocaba sus manos detrás de su cuello.

  • "Mueve tus codos hacia un lado ahora... Esto tensará los músculos, haciendo que la palpación de los pechos sea mucho más fácil para los médicos… Ahora arquea un poco la espalda, Laura... Así, muy bien Laura.”

  • Miren cuán firmes son sus pechos, pezones puntiagudos, sin flacidez en absoluto", dijo a los médicos.

Laura posó para ellos, quieta en esa posición mientras los ‘médicos’ se turnaban para pasar sus manos sobre sus pechos, cada uno prestando especial atención a sus pezones... Parecían empeñados en superarse mutuamente, tratando de hacer que sus pezones quedaran más duros que con el hombre anterior... Fue vergonzoso porque tuvieron éxito… Los dedos agarraron sus pezones con fuerza… Uno de ellos le rompió el pezón con la uña, provocándole un dolor agudo que irradió desde su pezón hasta su columna vertebral.

El Dr. Gomis se movió a su lado otra vez, susurrándole al oído mientras el Dr. Martín, el último, tiraba de sus pezones, estirando cada uno obscenamente, retorciendo los pezones rosados ​​aplastados bajo sus callosos dedos.

  • "Esto no es tan malo, Laura… Creo que lo estás disfrutando un poco", bromeó con ella… Su rostro se puso rojo de vergüenza mientras su cuerpo la traicionaba.

Continuará....