Primer entrega anal.
Esperaba con deseo aquel día, por fin esa noche le entregaría mi ano a Roberto.
Después de un par de días de mi primer encuentro con Roberto, una tarde llego a casa, lo mire como estacionaba el auto frente a la entrada, lo mire encender un cigarrillo, mientras fumaba yo me apresure a arreglarme un poco, pensé que quizá estaría ahí para llevarme a algún lado…al regresar y mirar por la ventana, ya estaba fuera del auto, platicando animadamente con mi esposo, quien llegaba del trabajo, camine con nerviosismo por la habitación, preguntándome, de que hablaban tan animadamente.
Escuche que la puerta del auto se cerraba y me apresure a encender el televisor, antes de que mi esposo entrara a casa, y notara mi nerviosismo, justo cuando el entro se escucho como se alejaba el auto.
-¡hola mi amor! ¿Si has visto a Roberto? Estaba ahí esperando que yo llegara, eso me da gusto…pues sé que jamás harían algo sin tomarme en cuenta.
-me ha entregado esta bolsa, y después de platicar, tomamos la decisión de que se encuentren una ves por mes, así no caerán en algo rutinario, por cierto el llamara un par de días antes de la próxima cita, y desea que uses la ropa que viene en la bolsa. Porqué no entras a la recamara y te pruebas la ropa, me gustaría ver como te ves.
-tome la bolsa y entre a la recamara, saque las prendas y me quede sorprendida, se trataba de un corsé, de color negro, y una tanga de hilo dental del mismo color, me puse la tanga y después el corsé. Me puse unas zapatillas de tacón de 10 CMS. Y camine para que mi esposo me mirara.
-guau, ¡que hermosa te ves Sonia! No cabe duda, Roberto sabe como vestir a una chica para el sexo.
-¿de verdad te gusta mi amor?
-¡claro linda!, te ves divina, pero bueno ahora cámbiate y vamos a comer algo, me muero de hambre, después iremos a la cama que me han dado ganas de coger.
-me apresure a cambiarme, y me sentí orgullosa de que mi esposo reconociera mis atributos físicos, aquella noche fue muy emotiva, mientras teníamos sexo, él me dijo que Roberto le había mencionado que en nuestra próxima cita, el estrenaría mi ano, mientras mi esposo me cogía, me decía cosas como “huy chiquita que rico te va a coger” ¿de verdad quieres que el estrene tu culito?
-si, mi amor lo deseo tanto, le respondí… en mi mente pasaban momentos imaginarios, de como seria aquella noche con Roberto, la ayuda mental fue muy grande, pues termine teniendo un gran orgasmo que mi esposo agradeció.
-los días pasaron y por fin estaba solo a la espera de aquella llamada, jamás había sentido tanta impaciencia, miraba el teléfono y nada, yo estaba tan deseosa de aquella cita, que por un momento pensé romper las reglas y llamarle, pero resistí la tentación, justo cuando mas tranquila estaba, el teléfono se escucho me apresure a responder y solo de escuchar su voz, mis piernas temblaban.
-¡hola Sonia! ¿Cómo has estado?
-hola Roberto, muy bien gracias, y…mentiría si digo que no te eh extrañado.
-pues me alegra escucharlo amor, y bueno, este viernes pasare por ti a las 6 de la tarde ahí a tu casa, ya lo acorde con Mario, por cierto, lleva puesto lo que te eh enviado.
-pero, no puedo salir así de casa, a esa hora todo mundo me vera.
-no te preocupes, ponte algún vestido ligero, para que te sientas cómoda.
-esta bien Roberto, estaré lista cuando tu llegues.
-bien linda, hasta el viernes, saludos a Mario.
-como si fuese una chiquilla que recibiría algún premio, brinque de gusto, dos días mas y estaría a su lado, el deseo había crecido tanto que mi vulva estaba mojada, los dos días pasaron tan rápido que por fin ya era viernes y me estaba preparando para la cita, Mario llego un poco temprano para cuidar al bebé, me bañe y me puse el corsé, la tanga y un vestido que cubría muy bien las apariencias.
-faltando 20 minutos para las 6 de la tarde, Mario me miro y sonriendo me ha dicho lo siguiente.
-Sonia, me gusta mirarte así, feliz espero y deseo que disfrutes la noche…por el bebé no te preocupes aquí me las arreglare.
-gracias Mario, tu sabes que te quiero mucho, le di un prolongado beso, y solo nos apartamos al escuchar el claxon del auto, mire por la ventana y ahí estaba, me despedí de mi bebé y de Mario, y Salí a disfrutar de aquella noche de sexo.
Nos alejamos de la casa, y a unas 3 calles se detuvo, sin perder el tiempo nos fundimos en beso, en el que demostrábamos toda la pasión y el deseo que habíamos contenido por un mes, pasado el momento me miro y me dijo.
-Sonia, esta será una noche especial, por fin tu ano, será mio pero tengo que decirte algo antes de llegar a nuestro destino.
-te escucho Roberto, dime que sucede.
-bueno no es nada grave, primero iremos a mi casa, un rato y después a donde será nuestra noche, pero no estaremos solos, eh invitado a un amigo, y quiero saber si estas de acuerdo, o cambiamos de planes.
-¿pero, un amigo? ¿Por qué? Yo deseo estar solo contigo.
-Sonia, créelo, será algo delicioso, yo estrenare tu ano, pero mi amigo te cogerá por la vulva, y será una experiencia que te gustara.
-esta bien Roberto, iré a donde tu lo desees…llegamos a su casa y solo se dio un baño, al salir me miro y me dijo, ahora si mi amor, de aquí si saldrás sin el vestido.
Me quite el vestido y quede solo con la lencería, cabe aclarar que mis tetas estaban sin nada, pues el corsé terminaba justo donde nacen, sinceramente yo misma me sorprendí de como me veía, mis tetas estaban endureciéndose, y mi vulva estaba muy mojada, salimos de la casa y subí al auto antes de que lo sacara de la cochera, ya la noche empezaba a caer.
-tomo por la avenida, y nuevamente repitió lo de la ves pasada, metió sus dedos haciendo a un lado mi tanga y los saco mojados, los metió a su boca y disfruto del sabor de mi vulva…eso es algo que me excita mirar.
-¡sabes linda! El motivo de ir a casa de mi amigo es, por que él tiene un aparato, que ah diseñado especialmente para el sexo anal, ya veras que lo vas a disfrutar. Su casa esta a un par de horas, en cuanto lleguemos, no tengas temor, Arturo es un amigo muy educado, y te tratara con mucho tacto.
-cada ves que un auto pasaba a nuestro lado, el encendía la luz interior, yo me cubría un poco la cara, temiendo que alguien que me conoce pasara y me reconociera, en fin cosas que son poco probables…pero quizá sea por mi falta de experiencia, por fin llegamos a la ciudad donde vive su amigo, atravesamos por las calles del centro y llegamos a una zona con pocas casas, detuvo el auto en una calle solitaria, frente a una puerta de madera, salió y llamo a la puerta, en seguida salió un hombre que al mirarlo me di cuenta que al menos tendría unos 60 años, cruzaron palabras y Arturo abrió la puerta pidiendo que saliera del auto.
-Roberto, me da pena salir así, me puede ver alguien.
-ven preciosa, dijo Arturo mientras me ofrecía su mano.
-a esta hora no hay nadie en las calles, nadie te vera mi amor, vamos no tengas temor.
-tome su mano y Salí del auto, Arturo me recibió con un beso, mientras Roberto subía al auto, y Arturo le daba las llaves diciéndole.
-cierras bien el portón Roberto, yo te abro del otro lado.
Camine a su lado, los pocos metros que nos separaban de la entrada de la casa, me parecieron un infinito, por fin entramos y al entrar, Arturo sin darme tiempo de reaccionar tomo una de mis nalgas con su mano, cubriéndola por completo, le dio un ligero apretón y me dijo al oído.
-eres un bocadito Sonia, Roberto se quedo corto.
-yo solo sonreí como respuesta a su caricia, me dejo en la enorme sala mientras caminaba a la parte de atrás, para abrir a Roberto quien había llevado el auto a la cochera, algunas palabras se dijeron en secreto, y ambos rieron en complicidad…lo que sucediera de ese momento en adelante, seria algo nuevo para mi.
-Sonia, en la cocina hay unas copas por favor tráelas junto con la hielera del refri.
Camine, siguiendo la dirección que señalaba, entre a la cocina, mientras ellos me miraban caminar por la casa, semidesnuda…regrese con las copas y los hielos, ellos estaban en la sala esperando que yo sirviera las copas, serví 2 pero de inmediato Roberto me dijo.
-sirve una para ti Sonia.
-yo nunca eh tomado licor, discúlpenme.
-solo una Sonia, veras que no pasa nada.
-serví la copa y la tome con ellos, de pronto Arturo se puso de pie y tomándome de la mano me llevo al centro de la habitación, Roberto puso música y baile con Arturo, fue bajando sus manos al ritmo de la música, y tomo mis nalgas, seguimos bailando así, el tomado de mis nalgas mientras Roberto nos observaba, al finalizar la melodía regresamos al lado de Roberto, quien ya había servido otra ronda de copas, no me opuse y la tome, ahora era el turno de bailar con Roberto…me llevo al centro de la sala y empezó la música, Roberto fue mas decente solo me tomo de la cintura, pero me beso con tal pasión que por un momento me olvide de Arturo.
La tercera copa, la tome yo misma sin esperar que me la ofrecieran, el licor había empezado a surtir efecto, me sentí ligeramente mareada, por lo que decidí que solo esa copa tomaría y ya no lo haría, nuevamente se aproximó Arturo, y me tomo de la cintura, me llevo al centro y bailamos, ahora sentí como sus manos tomaban la tanga de los costados y la deslizaban hacia abajo, esta cayo al piso y yo la separe con mis pies, su mano busco afanosa mi vulva, metió sus dedos y los saco, mojados, me miro y me dijo, estas en el punto exacto de excitación…miro a Roberto y le dijo.
-mi querido Roberto, esta muñeca, esta a mil, creo que tenemos que iniciar…tu que opinas.
-de acuerdo Arturo, te doy la primicia, tu sabes que hacer.
-apenas termino de hablar Roberto…y Arturo me tomo en sus brazos, camino hacia la puerta por donde había entrado Roberto y salió a la cochera, entramos por otra pequeña puerta, Roberto encendió la luz y Arturo me deposito en el piso.
-Roberto se puso de rodillas, y levanto mi pierna izquierda, subiéndola a su cuello, en esta posición me chupo la vulva, Arturo por su parte quitaba una manta que cubría una especie de silla de montar a caballo, la cual estaba empotrada en una especie de banco metálico, la lengua subía por mi vulva arrancándome gemidos de placer, mire como Arturo tomaba una especie de cinturón, pero con un pene, de cuero, mas tarde supe que era un pene de toro, que había mandado curtir, lo dejo bien sujeto a la silla… pensé que fin tendría ese aparato.
-ya esta Roberto, tráela aquí, Roberto me tomo en brazos y me elevo, llevándome a la silla, ahora comprendía, mi vulva seria el estuche de ese pene, con suavidad me fue dejando caer, mi vulva recibía ese magnifico pene totalmente flexible, parecía cobrar vida, mis labios vaginales se adaptaron al cuerpo extraño.
-hahahahahah, solo gemidos salían de mi boca, totalmente ensartada quede al final, ambos se aproximaron a mis tetas, y chuparon ansiosos, mis pezones estaban sensibles, todavía tenia leche, ellos la succionaron, estaba a punto de enloquecer de placer.
-se apartaron de mi lado y Roberto le dijo a su amigo.
-Arturo, antes de que la penetre, ayúdame a preparar el camino, tu mejor que nadie sabe como hacerlo.
Arturo tomo una botella de aceite, y mientras ponía un poco en sus manos, Roberto me pedía me inclinara al frente, mis nalgas quedaron a la justa orilla de la silla de montar, mi vulva estaba palpitando por el pene que estaba dentro, Arturo se aproximó a mis nalgas y sin perder el tiempo paso su lengua por mi ano, de inmediato sentí esa deliciosa sensación, de placer, me retorcí de gusto, esa lengua mas rasposa que la de Roberto, sabia su trabajo…entraba y salía la punta de mi ano, mis gemidos se hicieron mas intensos.
-por dios Roberto, que culo tan lindo te vas a comer, es un verdadero manjar.
-las palabras de Arturo me excitaron aún mas, y lo hice notar al aumentar mis gemidos.
-mire como Arturo tomaba una especie de cono, y lo mojaba con el aceite, soltó un chorrito en mi ano, y empezó el momento que yo había esperado, fue metiendo con suavidad el cono, sentí como mi esfínter se expandía, amoldándose a ese cono…como si fuera natural mi ano lo succiono de golpe, ahora tenia un pene en mi vulva y el cono en mi ano.
-mientras inconscientemente yo me movía en la silla, ellos se desnudaron, Arturo tenia un pene, grande, y grueso, pero estaba flácido, pensé que si se parara seria algo formidable, pero no creí que se le parara. Ya desnudos, Roberto se fue a la parte de atrás, saco el cono con mucho cuidado y ahora el chupo mi ano, Arturo tomo su pene en su mano y lo puso frente a mi boca, sin pensarlo lo metí, chupándoselo, de forma golosa, Roberto se aproximó un poco y me dijo.
-Sonia, ahora te meteré mi verga, te dolerá un poco, pero después te acostumbraras a ella. Si quieres que me detenga solo dilo.
-mi cuerpo se tensó por completo, cuando sentí como ponía la punta en la entrada de mi ano…un escalofrió me recorrió a lo largo de mi cuerpo, un ligero empujón y entro mas, la fricción del pene artificial me hacia sentir menos dolor, pues me estaba dando un placer desconocido, dio un empuje mas fuerte y sentí que me partía en dos, solté el pene de Arturo, pero no pedí que se detuviera, volví a meter el pene en mi boca, y Roberto dio el ultimo empujón.
-dios, ya la tienes dentro linda, ya paso lo peor.
-solo sentí como me palpitaba el ano, después de unos minutos, inicio a bombear con mucha suavidad, sus movimientos me hacían mover mi vulva al mismo ritmo, y al tener el pene de Arturo en la boca, era como tener tres penes al mismo tiempo…que divina sensación, jamás pensé que existiera tanto placer, de pronto sentí como la verga de Arturo empezaba a ponerse dura y crecía en mi boca.
El gemía y sin darme tiempo de reaccionar termino dentro de mi boca, me trague toda su leche, y seguí chupando, Roberto saco su pene suavemente, y le dijo a Arturo.
-por dios Arturo, intenta metérsela, es fantástica, prueba anda.
-Arturo se fue a la parte de atrás, y Roberto al frente, mire como se ponía aceite, y con su mano trataba de que entrara, sin lograr su objetivo, sentí pena, pero sin sentir frustración dijo.
-vamos, no pasa nada, por ese lindo culo no puedo, pero por la raja claro que entrara.
-me levanto, para que dejara la silla, y dijo que fuéramos a la sala, al mirar el pene del toro este estaba blanco escurriendo mi leche, fuimos a la sala y lo que siguió fue la locura convertida en placer.
-Arturo se sentó en el sofá, puso su pene apuntando hacia arriba y me sentó de frente a él, su pene se abrió paso, y si entro, aun sin estar erecto sentí como llenaba mi vulva.
-Ahora Roberto hazlo.
-Roberto se aproximó y tomándome de la cintura, metió su pene en mi ano, quedamos fundidos los tres en un solo abrazo, mis tetas aprisionadas por ambos cuerpos, fue un momento mágico, nuestro cuerpos sudaban, sentí como el pene de Arturo cobraba vida dentro de mi vulva, no dejaba de crecer…lance un gemido al tiempo que llegaba mi primer orgasmo, que locura, dios mio.
Ahora Roberto, esta erecto vamos que sea rápido para que lo logre.
-me soltaron y cambiaron lugar ahora Roberto me penetro por la vulva, mientras Arturo se apresuraba a meter su pene, en mi ano, decidí cooperar poniéndome flojita, sin piedad empujo, logrando meter un pedazo, no pude ahogar un gritito.
Dios mio, para por favor me partes…no sigasssssssss.pero lejos de escuchar mi suplica se aferro a mi cintura y me metió toda unas lagrimas escaparon de mis ojos, mi ano palpitaba de dolor, pasaron los minutos y solo se escuchaban mis sollozos, por fin el dolor cedió, y empezó nuevamente el juego, ese pene me llenaba mas, sentí ahora que lo empezaba a disfrutar, el vaivén se hizo rítmico, un nuevo orgasmo llego inundando a Roberto, de pronto como si fuera un volcán en erupción, Arturo soltó su leche en mi ano, inundándolo, Roberto le seguí llenando mi vulva de su deliciosa leche.
Permanecimos unos minutos así, cuando ellos decidieron sacaron sus penes, mire el de Roberto blanco por mi leche y la de el…no pude evitar chuparlo y sentir ese delicioso sabor de ambos.
-guau, que hermosa mujercita…y ese culo uf, lastima que ya este yo muy viejo, si no te cogería todos los días Sonia, pero de calmar tu dolor no me negare ese placer.
-fueron las palabras de Arturo, antes de ponerme en posición de perrita y chupar mi ano, en verdad el dolor paso a los pocos minutos, solo un ligero palpitar al contraerse mi ano fue lo que quedo.
-Roberto me tomo en brazos y me ayudo a subir al auto, puso la tanga en el asiento trasero y yo me dormí a su lado, manejo de regreso a casa, cuando llegamos eran las cinco de la mañana, Mario se apresuró a abrir la puerta de la casa, mire que nadie se asomara o pasara por la calle, Salí tan rápido como pude y entre a casa, solo con las zapatillas y el corsé puestos.
Mario se quedo hablando con Roberto y después entro a casa. Me ayudo a quitarme el corsé, y solo me dijo.
-descansa mi amor, mañana me contaras.
-al día siguiente, platique con Mario, y hemos pasado varios días cogiendo muy rico, yo recordando cada momento vivido…ahora esta por cumplirse el mes, ojala Roberto llame, lo deseo tanto.