Primer Encuentro (parte 4)

Continuación, espero que os guste

Se moría por correrse, por sentir su poya dentro de ella, y Él no quería, o si quería al menos no lo hacía y eso la fastidiaba el doble. “Vamos a hacer algo por ese culito, que debe dolerte”. La levantó de la cama, le quitó la venda de los ojos, mientras que la besaba, por la boca y el cuello, la encanta que la besara, la volvía loca. La llevó al baño, la dejó encima de la alfombrilla, no quería que cogiese frío, encendió el agua de la bañera, la puso a una temperatura templada, puso el tapón para que se llenase, echó unas sales de baño relajantes y la ayudó a meterse en el agua, la cogió de la mano para que no resbalase, le dijo que se sentase, ella pensó que el también entraría pero no lo hizo, cogió una esponja, la fue mojando y empezó a pasarla por los hombros, el agua empezó a correr por su espalda hacia abajo, el contacto de su culo con el agua fue un poco impactante, le dolía un poco, y el agua la ayudó a relajarse y rebajar un poco el dolor. Después de eso, entró en el agua, se colocó detrás de ella, la levantó un poco, quería que se sentase sobre sus piernas, que se relajase, se lo había ganado, la recostó en su pecho, y ella se acomodó ahí, la besó en la cabeza, le pasó los brazos por encima de los hombros y la abrazó, quería para el tiempo, estaba muy bien así. Le bajó las manos por su torso, hasta las tetas, le encantaban sus tetas. Después de un rato así, sin moverse sin hablar, solo descansando, disfrutando de ese momento. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero se despertó en los brazos de Él, se había dormido, la estaba mirando con una sonrisa de oreja a oreja, a lo que ella respondió con otra. Se besaron, “pequeña, vamos arriba, vamos a jugar a otra cosa” le dijo sonriendo. La ayudó a levantarse, y Él lo hizo también, quitó el tapón, encendió el agua, a una temperatura templada, y con el agua y la esponja, empezó a masajear un poco el culo de ella, le preguntó si le dolía un poco menos, y estaba mejor, ella le dijo que sí, que apenas le dolía ya. Cuando acabó, salió de la bañera, y le dijo que la esperase allí, cogió una toalla bien grande, la ayudó a salir y echándose Él la toalla por encima, la acurrucó entre sus brazos para secarla. Tenía muchísimas ganas de darse un baño con ella, de poder ser Él quien la secaba. Cuando estaba totalmente seca, la cogió de la mano y la llevó a la cama de nuevo. El juego que ahora venía era un poco más delicado, Él ya lo sabía. “Ahora tendrás que relajarte preciosa vale.” Ella asintió con la cabeza, la puso de rodillas sobre la cama, le puso un cojín debajo del vientre, para que apoyase el torso y la cabeza en la cama, y dejase el culo levantado, así que era eso, iba a jugar con su culo, respiró hondo, sabía que Él nunca la haría daño. “¿Estás lista?” Le preguntó, ella asintió con la cabeza, no podía responderle, estaba demasiado nerviosa.

Notó como su dedo, mojado en lubricante, empezó a tocarla por fuera, quería que se relajase, después de eso, pasó a coger las bolas, las bañó en lubricante, no quería hacerla daño, así le resultaría más fácil, puso la primera bola en su culo, y empezó a hacer presión poco a poco, pero ella estaba demasiado nerviosa y no lo conseguía, le dijo que se relajase, que así no podrían hacer nada. Dejó caer las bolas, la tumbó bocarriba en la cama, y Él se puso a horcajadas encima de ella, comenzó a besarla por todos sitios, “preciosa tienes que relajarte, no voy a hacerte daño, pero tienes que poner un poco de tu parte, sino no podré hacerlo” le decía todo esto a la vez que la besaba. Ella le dijo que lo quería volver a intentar, que dejases que se colocase otra vez. Pero ahora Él quería besarla, no quería parar de hacerlo, aunque ahora que había conseguido que se relajase, volvería intentarlo. Se levantó, ella se colocó, puso el cojín debajo de la barriga para estar más cómoda, y le dijo que lo hiciese. “Señorita Cantero, eso fue una orden…” Le dijo Él en todo guasón, le dio un azote, cogió las bolas, y volvió a poner la primera en su culo, no era demasiado grande, empezó a empujar, esta vez no notó presión por parte de ella, y consiguió que entrase, ella dio un pequeño gritito cuando la tuvo dentro, Él la masajeó un poco el culo, quería que se acostumbrase a la sensación de estar llena. Le dijo que lo estaba haciendo muy bien. Con la bola metida en su culo la tumbó bocarriba, la dijo que separase las piernas, y se tumbó para comerle el coño que tanto le gustaba, empezó dando unos lametones en su clítoris, a los que ella respondió con unos gemidos, estaba muy cachonda y si seguía así se acabaría corriendo, se lo explicó a Él, y su respuesta fue que no podía, y que no iba a parar, que contase hasta diez y respirase hondo, pero que no se corriese lo estaba haciendo muy bien, y no quería tener que castigarla por desobediente. Siguió un poco más así, y luego pasó a morderle la ingle y la parte interna de los muslos, para volver después a lamerle todo el coño, a meterle la lengua dentro de ella, le estaba costando mucho el no correrse, pero lo haría por Él. Después de comprobar que no se correría, la cogió casi como si fuese una muñequita y la volvió a poner de rodillas en la cama, ahora voy a sacarte la bola pequeña, relájate, fue tirando poco a poco, y ella sentía como la bola iba saliendo de dentro de ella. Cuando estuvo fuera, Él volvió a masajearle el culo, le preguntó si está bien, ella le dice que sí, Él se coloca detrás de ella, coloca la punta de su poya en su culo, dios mío, va a follarme pensó ella. Intentó relajarse, empezó a hacer presión contra su culo…

CONTINUARÁ…