Primer encuentro I
Este relato lo he escrito a petición de alguien especial sobre nuestra primera vez
Hace un día primaveral, han decidido salir a dar un paseo, pero siempre siguiendo las condiciones de Él, llevaba un vestido blanco, con encaje en el escote, y unas sandalias de tiras atadas a la pierna. La hizo salir sin bragas, quería que también se quitase el sujetador, pero ella no quería, decía que se notaría demasiado, Él lo acepto, ya se lo cobraría más tarde…
Primero dieron una vuelta, y fueron a tomar un helado, se sentaron en un parque, en una zona que pasaba gente, pero no una gran abundancia. Él empezó a acariciarle la pierna, mientras subía la mano hasta casi llegar a su coño, ella cerró las piernas, no quería hacer eso allí, podrían verlos, aunque también es cierto que le daba mucho morbo, la miró serio, y le negó con la cabeza, hizo un poco de presión para separarlas, le comenzó a tocar el coño, mientras la besaba, estaba tensa, y así consiguió que se relajase un poco. Notaba como empezaba a mojarse, y eso le animó a acariciarla más.
De sus labios fue bajando por su cuello, mordiéndolo, besándolo, notaba como a ella eso la encendía, por su expresión, por sus gemidos en un tono muy bajo, por miedo a que alguien pudiese oírla o notar algo, sabía que la excitaba mucho ese juego, vio que venía un grupo más número de gente, eran varias familias con unos cuantos de niños, así que decidió sacar la mano de allí, pero eso no hizo que parase de morderla y besarla por el cuello.
Después de haber jugado un rato con su cuello recordó que en la otra mano aún tenía el helado. Estaba un poco derretido, asique se lo comió rápido, ella iba a hacer lo mismo, pero le dijo que no tuviera prisa, cuando se lo acabó, la cogió de la mano, la ayudó a levantarse y se la llevó a un sitio más apartado del parque. Se sentó en un banco, y ella a su lado, le quitó el helado de las manos, y dejó caer algunas gotitas en el pecho, por donde quedaba el escote, no sabía muy bien que es lo que estaba haciendo, estaban en mitad de un parque, ¡podrían verlos! Aunque bien es cierto que se habían alejado de donde estaba todo el cúmulo de gente, Él recogió el helado que había caído con la lengua.
Empezó a lamerle, subiendo poco a poco por su cuello, hasta llegar a su labio, donde paró a morderlo. No quedaba mucho helado, así que decidió que lo gastaría así, aunque al final, terminó de comerlo Él. Cuando acabó con ese juego, la dijo que se sentase encima de Él, se levantó el vestido y se sentó como le dijo, y comenzaron a besarse, el seguía mordiéndole el labio y el cuello, y de vez en cuando se acercaba a su oreja. Empezó a acariciarle la espalda, por encima del vestido, desplazó sus manos por delante, para cogerle las tetas, y pellizcarlas, volvió a su espalda y comenzó a bajar hasta su culo, levantó el vestido, y le dio un azote, y volvió a acariciarla, estuvo así un rato, la azotaba y la acariciaba a la misma vez. Ella notó como su polla comenzaba a ponerse dura debajo de ella. De pronto, la hizo levantarse, y Él lo hizo con ella. La ayudó a ponerse bien, y volvieron a hacer el camino de vuelta.
Al llegar a la entrada del hotel, le dio un beso, y le dijo que subiese a la habitación, y le esperase allí, tenía que ir a hacer un par de cosas, que se desnudase, se vendase los ojos y le esperase, no iba a tardar. Le dio un beso para despedirle y le dijo que lo haría así.
Subió a la habitación, estaba nerviosa, confiaba en Él, pero jugar sin saber que iba a pasar la ponía nerviosa, Él jugaba con ventaja.
Se desnudó, dobló bien la ropa y la guardó en el armario. Cogió la venda que habían preparado para sus juegos, alcanzó un cojín y lo puso en el suelo, se arrodilló sobre él, y se puso la venda en los ojos, la ató bien fuerte para que no se cayese. Se quedó así sin moverse no sabía cuánto tiempo había pasado. De repente, notó una mano sobre su hombro, y su voz le retumbó en toda la habitación, le decía que estaba preciosa así, y que le encantaba. Le cogió las manos, la ayudó a levantarse, y la llevó a la cama, la tumbó, y notó como se ponía sobre ella. Comenzó a besarla, por la boca, fue bajando por el cuello, sus tetas, primero una y luego otra, llenaba cada centímetro de su piel con sus besos, continuó bajando por su barriga, en su ombligo, la ingle, alrededor de su coño, pero sin llegar a él, por la parte interior de sus muslos y sus piernas y luego el camino inverso, hacia arriba, continuo besándola, ella se estremecía con cada uno de sus besos, al llegar a su boca, le mordió el labio, tirando de él, mordió su cuello, como en el parque, mordió sus pezones, tirando de ellos, eso le dolía un poco más, pero la excitaba mucho, siguió tirando de ellos y mordiéndolos, y mordiendo sus tetas, bajando por la barriga y por la ingle, mordió cada lugar que un poco antes había besado, solo que esta vez, en lugar de morder solo la ingle, de pronto la mordió el clítoris, lo que hizo que ella diese un grito desesperado, pero más que de dolor, era porque no lo esperaba.
Siguió mordiéndole y comiéndole el coño, estaba muy excitada, quería correrse y Él lo notó, así que paró y le dijo que no se corriese si no le daba permiso, ella le pidió que parase, si no la iba a dejar correrse, estaba a punto, y si seguía no podría parar. Continuó un poco más, pero cuando estaba a punto paró, ella empezó a protestar, y Él la calló con un beso. Alargó la mano a la mesilla, cogió unas cuerdas que había dejado allí y le ató las manos por encima de la cabeza, a la cabecera, para lo que venía ahora, sabía que no se iba a estar quieta y no quería que se moviese.
Se apartó y ella preguntó que donde estaba, pero no le contestó, pasó algo así como un minuto, aunque a ella se le hizo eterno, de pronto, notó como algo muy frío entraba en ella, intento gritar, pero la silenció con otro beso, cuando estaba más calmada, le dijo lo que había sido, le había metido un cubito de hielo, y ese solo era el principio, comenzó a morderla entre los pezones y alrededor del coño, iba cambiando, de un sitio a otro, hasta que el hielo se derritió, cuando eso pasó lo sustituyó por otro. Empezó a pasarlo por todo su cuerpo, no lo esperaba y la sorprendió, primero por los labios, el cuello en sus pezones donde se entretuvo bastante rato, el frio hizo que sus pezones se pusieran como piedras, estaba demasiado frio, le pidió que parara. Él le dijo que lo haría pero que entonces tendría que jugar con ella de otra manera… ella le dijo que sí, pero que cambiara. Le metió otro cubito en el coño, y….
Espero que el relato sea de vuestro gusto. Será un placer leer vuestros comentarios. Y en especial, espero que le guste. Mil sonrisas