Primer encuentro con un extraño en el hotel
Mi primera vez con un chico de internet que nunca había visto pero con el que quería coger y él también. La cita fue en el hotel. Así que acá sigo con el cuento.
Esta historia no la sabe nadie. Era una época en la que solo pensaba en tirar de todas las formas. Empecé a citarme con chicos que conocía en línea y recuerdo a uno de ellos en especial. El primero, guapísimo, tez blanca que hacía contraste con su cabello oscuro y su barba y tenía unas facciones que me atraían mucho. A mí se me olvidó lo que era vergüenza, sería la primera vez que lo haría con un chico al que nunca había visto físicamente antes y eso me excitaba mucho. Me arreglé y le di el encuentro fuera del hotel donde habíamos quedado. Al llegar me di cuenta que para mi suerte era tal cual en las fotos.
Nos reconocimos mutuamente, en las miradas había una mezcla de deseo y de nervios a la vez, nos abrazamos para sentirnos y antes de subir al ascensor me besó y ufff besaba muy bien, todo marchaba ok. Llegamos al cuarto, nos besamos un buen rato de pie y en eso me empezó a desvestir. Yo sentía toda la emoción de ese encuentro pues era un verdadero extraño, pero a nadie le importaba eso.
Mis manos también lo exploraban, toqué sus brazos, sentí su pecho tibio, su aliento, besé su vientre, toqué su paquete tan rico por encima del pantalón que él se lo sacó al instante. Estaba ahí ese extraño totalmente desnudo para mi y eso me ponía a mil. Me dispuse a enloquecerlo un poco y me acerqué a su verga super parada, la acaricié suavemente con mi cara, respiré sobre ella, sus venas empezaban a resaltar más y salió la primera gotita que al verla no resistí y me llevé todo el glande a la boca. Mmmm estaba tan tibio, sabroso, lo saboreé, lo chupé, lamí todo el largo de esa polla, y me la comí por completo, qué delicia, sentí cómo mi chuchita empezó a mojarse. Seguí a lo mío y me dediqué mis buenos minutos a satisfacer esa delicia de verga. La lamía, relamía, besaba despacio el glande, la llenaba de saliva, la tragaba toda y luego la sacaba dejando un hilo largo de baba que cuando el veía volvía a cerrar los ojos y a gruñir de placer. Yo me metía todo el glande a la boca y lo lameteaba completamente con mi lengua, lo rodeaba a lamidas y le daba unas chupadas que sonaban muy rico y el solo atinaba a agarrarse a la cabeza y aguantar mi devorada. No sabía con quién se había citado. Si bien nunca lo había hecho citándome con un desconocido expresamente para tirar, sé que soy excelente dando mamadas y se lo dejé bien claro.
El me empujó a la cama, me quitó el poco de ropa que faltaba sacar, y se pegó a mis tetas. Mamma mia! Mi punto débil lo encontró demasiado rápido. La forma en que me besaba y chupaba los pezones me alocó por completo. Mi vagina estaba lista para recibirlo, pero él recién había empezado. Me manoseó las tetas a su antojo, me lamió los pezones suavemente mientras me decía que le encantaba lo grandes que eran y se los metía a la boca mientras con una mano llegó a mi chuchita que cuando la sintió empapada, mojó sus dedos ahí y luego se los llevó a la boca. Luego bajó y me pasó la lengua desde abajo hasta arriba, super lento. Yo me retorcía de placer, él me dio un sexo oral que me enloquecía y le pedí que me penetrara, que lo quería adentro.
El me dijo que estaba para servirme y la puso en la entradita ufff estaba tan mojado que no le costó esfuerzo meterla todo. Qué rico, ambos gemimos de placer y empezamos a movernos. El me besaba toda mientras me la metía, me la metía en diferentes ritmos y yo solo podía agarrarme a su espalda y gemir en su oído. Luego levantó mis piernas, las puso en sus hombros y así mi chuchita quedó más expuesta. Entró de un solo golpe y grité. Sentí que me la metió hasta el fondo y empezó un ritmo que me alocaba. Estábamos los dos sudando, quemándonos, comiéndonos, gimiendo, le dije que no pare, que me estaba destrozando pero me encantaba. Luego, en segundos me cargó y me puso boca abajo, me dijo que quería sentir sus huevos chocar mis nalgas redonditas, Me lamió la vagina y pum me la metió de nuevo… En esa posición yo solo apretaba la almohada mientras gemía y el me daba lengüetazos en la espalda. Yo recibía su polla parada una y otra vez. Este tipo sí que sabía cómo darme placer. Le dije que quería montarlo y en segundos con sus fuertes brazos me levantó y ya estaba encima de esa polla dura y roja.
Me senté sobre esa verga deliciosa y la restregué todo lo que pude dentro. Tenía mucho fuego y lo estaba sacando con él. El agarraba mis tetas mientras yo lo cabalgaba con todas mis ganas. Daba círculos suaves para bajar las revoluciones y luego nuevamente me levantaba dejándola toda afuera para luego bajar y que me sintiera cómo entraba toda y le mojaba de nuevo toda esa polla dura. El hombre estaba enloqueciendo de placer y obvio yo también. Además, que decía cada guarrada que me ponía aún más. Le dije que me quería venir y se dedicó a apretarme los pezones y yo a frotarme con su verga hasta que alcancé un orgasmo riquísimo.
Acto seguido me dijo que le encantaban mis tetas y le encantaba cómo se la chupo. Me pidió que se la chupe de nuevo porque se quería venir también y me la ofreció ahí frente a mi cara. Yo tenía mucha hambre así que ni corta ni perezosa me la llevé a la boca. Aún recuerdo las lamidas que le dí (y que están haciendo que me moje de nuevo), los ruidos que hacía cada vez que me metía esa belleza en la boca, cómo le chupé ese glande y cómo devoré esa polla toda, con esas vechas hinchadas que parecía que iban a reventar. Yo solo me la tragaba toda una y otra vez, era todo un manjar para mi, el al ver cómo la disfrutaba empezó a culearme la boca, a follarme la boca y eso me excito aun más. Hasta que sentí que venía el chorro inminente y me dijo que quería ver cómo caía su leche sobre mis tetas. Lo dejé que hiciera lo que quisiera. Salió ese primer chorro de leche espesa, hasta que descargó todo. Me bañó con su semen y yo bien perra se la chupé de nuevo para que no quede ni una gotita adentro. Lo dejé en la cama destruido y yo me fui a duchar.
Había sido una puta con ese extraño en la cama y qué rico que lo disfruté. El quería sexo casual y yo me moría porque me dieran así. Fue un deseo cumplido. Ese hombre me había dejado satisfecha… o al menos por ese rato ;)