Primer encuentro con mi prima Gemma XVI

Despedida de la noche y cierre del capitulo amargo del día. No puede haber mejor manera de finalizar la jornada.

Vi como desnuda y preciosa, emitiendo una luz radiante mi tía desaparecía de mi habitación mirándome encantada y satisfecha como yo por el encuentro que acabábamos de tener. Me sentí afortunado de poder tener aquellas experiencias maravillosas tanto con mi tía como con mis primas y siendo consciente de toda mi vida en ese momento.

Me duché y cuando salí del baño me encontré con un cuerpo en mi cama.

– Buenas noches – susurre pensando que mi tía Adriana había decidido quedarse a dormir conmigo. – Buenas noche primo – susurro el cuerpo que permanecía debajo de mis sabanas dándome a conocer que era mi prima Raquel. – ¿Se ha dado bien la noche? – me pregunto ella. – Mejor de lo que puedas imaginar – le dije yo saliéndome del alma en ese momento. – Si, me imagino – me susurro ella mientras yo me metía en la cama por el otro lado. – Vaya carrera llevas – me susurro ella. – He visto salir a la tía Adriana – me susurro ella dejando caer su cabeza sobre mi codo a mi lado. – Menudo verano te estás dando semental – me susurró ella. – A este paso nos follas a todas – me susurro ella. – Y nos follaras todo el verano – me sentencio ella mientras me miraba directamente a los ojos. – Mejor dejarlo que surja prima – le susurre yo. – Por supuesto – me respondió ella.

Por un momento ambos nos quedamos mirándonos en silencio mientras me percataba que mi prima estaba en mi cama llevando tan solo unos pantaloncitos cortos verdes y una camiseta interior blanca de tirantes. – Estas siempre preciosa – le susurre a mi prima. – Tu que me miras con buenos ojos – me susurro ella. – Eso siempre – le respondí yo. – Pero la verdad es irrefutable – le susurre a continuación mientras me asomaba por debajo de las sabanas para ver el precioso cuerpo de mi prima. – Sátiro – me susurro ella. – Puta – le respondí yo sintiendo como ella empezaba a excitarse. – Me ha encantado que me hayas follado hoy – le susurre a mi prima mientras me acercaba a ella a besarla. – Si la verdad es que me ha encantado sentirte dentro de mi – me susurro ella. – Un año matándonos a pajas – me susurro ella divertida. – Y mira lo que nos estábamos perdiendo – rio ella asombrada por nuestro encuentro en la playa. – Lo único que creo que con Lucia nos hemos equivocado – le susurre yo ahora a mi prima. Esta se quedó mirándome en silencio mientras escrutaba mi mirada quedándose callada.

– Por cierto, otra cosa, tengo una sorpresa para ti – me susurro mi prima mientras me besaba de nuevo a mí. – Dame un segundo – me susurro ella mientras manipulaba su móvil. – Creo que en breve saldrás de dudas – me susurro mi prima mientras me hacía girar ciento ochenta grados y mi prima apoyaba su hermoso cuerpo contra mi espalda. – Disfruta primo – me susurro ella cuando oí como se abría la puerta de mi habitación y la persona que entraba echaba el pestillo de la misma para que nadie nos molestase.

– La versión oficial es que nos hemos encontrado en la puerta – me susurro Raquel mientras veía como la persona que había cerrado la puerta de la habitación con pestillo pasaba por los pies de la cama en dirección a mí. Un segundo más y vi delante de mí preparada para entrar en mi cama a mi prima Lucia. Esta por un segundo se quedó de pie delante del colchón. – Espero que me perdones lo de hoy – me susurro ella mientras a continuación veía como mi prima se deshacía del camisón que llevaba puesto y quedaba completamente desnuda justo delante de mí. – Estas perdonada de antemano – le respondí yo. – ¿Puedo? – pregunto mi prima mientras levantaba la sabana pidiéndome permiso para entrar dentro de la misma. – La cama es de matrimonio – le respondí yo. – Entramos los tres perfectamente – le respondí yo mientras me pegaba aún más al cuerpo de mi prima Raquel que estaba detrás de mí.

Mi prima feliz de ver que no estaba molesto se metió en la cama con nosotros mientras ocultaba su cuerpo desnudo quedando enfrentada a mí. – Hoy has roto mil barreras de mi vida que jamás pensé que traspasaría – me empezó a susurrar ella. – Perdona si no he sabido asumirlo – me continúo diciendo ella. – No pasa nada – le respondí yo ya que eran cerca de las cuatro de la mañana y estaba agotado.  – Necesito saber que me has perdonado – me susurro ella mientras en ese momento mi prima Raquel me hacía girar en la cama para quedar boca arriba. – Dale tu perdón – me susurro Raquel mientras sentía como en ese momento Lucia acariciaba con sus manos mi cadera. – Niñas de verdad que os perdono, pero estoy que me caigo – susurre en ese momento. – Entonces tan solo una mamada rápida – me susurro Raquel mientras sentía como la boca de Lucia acogía mi polla semi flácida en su boca.

– Uuuuuuummm – no pude evitar gemir de placer cuando sentí como la boca de Lucia envolvía mi polla. – Lleva toda la noche dándole vueltas – me empezó a susurrar Raquel. – Al polvo que nos hemos dado en la playa – susurro Raquel mientras ponía sus pezones al alcance de mi boca. – Uuuuuuummm – gimió ahora mi prima mientras sentía como mi lengua disfrutaba de su cuerpo. – A lo borde que ha sido contigo después del polvazo que nos hemos pegado los tres – me continúo contando ella.  – Y a lo desagradecida que ha sido contigo y solo quería venir a casa a pedirte perdón y yo le he sugerido que lo hiciese así – me susurró mi prima mientras se deleitaba viendo la mamada que en ese momento me estaba dando mi prima Lucia.

– Prima no hay nada que perdonar – le susurre yo en ese momento sacando su pezón de mi boca. – Yo entiendo que la situación no es de lo más normal – susurre en ese momento. – Joder que bien la chupas coño – gruñí yo en ese momento. – Y no quiero parar – susurro Lucia en ese momento sacando mi polla de su boca. – Quiero lo de esta mañana todos los días de mi vida que tú quieras – me susurro ella. – No quiero que ningún hombre mas toque mi cuerpo – me susurro ella. – Solo tu – me susurro ella volviendo a mamar mi polla mientras en ese momento sin aguantar lo más mínimo ni hacer nada por evitarlo me corría en la boca de mi prima mientras de igual manera pringaba su mano que mantenía mi polla recta para que ella me la pudiese mamar.

Mi prima Raquel observo como mi corrida se esparció por la boca de mi prima y su mano. – Uuuumm prima has quedado preciosa – susurro Raquel viendo como había estallado en ese momento. En ese momento Raquel se unió a Lucia y entre las dos limpiaron mi polla a base de lengüetazos mientras entre ellas compartían mi corrida. – Me encanta teneros a las dos – susurre mientras no podía hacer nada por tener los ojos abiertos y tal como estaba por fin me quedaba dormido.